En el presente blog puede leer poemas selectos, extraídos de la Antología Mundial de Poesía que publica Arte Poética- Rostros y versos, Fundada por André Cruchaga. También puede leer reseñas, ensayos, entrevistas, teatro. Puede ingresar, para ampliar su lectura a ARTE POÉTICA-ROSTROS Y VERSOS.



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viernes, 19 de marzo de 2010

poema de miren eukene lizeaga


Miren Eukene Lizeaga, País Vasco, España








Existe






Aquí, donde la retina de la razón nunca podrá penetrarlo
y ningún docto, ningún ignorante, dedo puede señalarlo.
Aquí, en el pasado, el presente, y el futuro,
sin saber o sabiendo, intuyendo o rechazando,
de cara o huyendo. Viviendo, nosotros, ¿nos imbuye,
nos cede el ejercicio de averiguarlo?, ¿también el de negarlo?



Existe.


¿Él, que existe. El que existe?

Ayer. Cuando la gramática no era.
No sabíamos de género, complemento, puntuación, tiempo… Existe.
Cuando era mímica, impotencia en la naturaleza, digitalizada piedra,
horizonte fecundo, fundido de cielo, tierra, muertos y vivos.
Cuando era, impresión. Genuino respeto,
sana necesidad, adoración ignara.
Hace mucho tiempo, cuando compartimos cuna con los animales.
También, éramos. Aunque aún no deletreáramos,
la palabra Misterio… Existe

Mañana. Serán otros, no yo, los que digan:
“De la invisible impronta,
solo una huella, cubre nuestra historia entera”.
Cuando los tú, y yo, de ahora mismo, no respiremos…Existe.
Cuando futuro sea, una palabra malgastada,
llena de mortales temores, sensatamente sabia
de que no será, para ti, ni para mí.
Existe. Siendo, para los que nos continúen.

Cada vez más pleno de búsqueda humana,
de interrogantes, de respuestas, de avances.
De estudios, reflexiones, escritos, oraciones, silencios,
todos para Él, todos por Él.


Nos infunde medios, y somos, sorpresa avanzando.
Cada vez más plenos, más perfectos, más poseedores…
Mientras se vacía, de activos y pasivos, directos e indirectos.
Y se vierte, entre lenguas que lo aman, idiomas que lo expresan,
mentes que se entregan, corazones que se rinden,
Sin poder evitar, hacerlo preso de sus reglas.

Existe. Y no hay brújula que sirva, ni invención que lo alcance.
Por eso nos aferramos a referencias.
Existe. ¿Él, que existe. El que existe?
Necesitamos apelativos, Existe… En la pobreza de estas letras.


Donostia. 17-3-2010. Eukene Lizeaga Tamayo

miércoles, 9 de diciembre de 2009

tres mini relatos y un poema-miren eukene lizeaga

Miren Eukene Lizeaga, País Vasco, España








Abel y Caín




Juan y Pedro nacieron en Oriente u Occidente.
Siendo adolescentes, preguntaron a su tutor.
_¿ Porque nos amaestran en como tenemos que pensar, que sentir y actuar, aunque no estemos de acuerdo? _
El tutor aplicó la respuesta preparada para estos casos.
_Porque es necesario un criterio común para conservar nuestra civilización_
Callaron. La confirmación del adulto rotulado por la risa y llanto, les era revelada antes de tiempo. La soledad del ser humano los inició en su seno.
Juan se puso una venda deslizante en su cerebro, su corazón y su voluntad. Pedro no lo hizo.

Pedro fue un poderoso mandatario de Oriente u Occidente, que defendió y benefició a su país
A Juan, el médico, le faltaron años para, entre heridos, enfermos y necesitados de Oriente u Occidente, seguir recomponiendo el coste del beneficio y defensa del país de Pedro.








El ángel caído





Era un ángel que, todas las madrugadas, paseaba por las nubes para ver la tierra. Un día, se arriesgó a explorar las peligrosas nubes bajas. Pero pisó en falso, confundiendo con una nube la cima de una montaña. Murió, para resucitar en ser humano.
Desde entonces los ángeles solo pueden pasear por las nubes en grupo y con un buen guía. Y siempre hay ramos de estrellas, a los que posiblemente ángeles muertos que resucitaron en humanos pusieron nombres como Perseo o Corona Boreal, en memoria de aquel y de otros accidentes, en los que aventureros ángeles dejaron su vida.








La plaza





Vivió respirando vida desde el balcón, sobre las arcadas que identificaban la plaza donde se asentaba.
Los adoquines y las colgantes farolas entre los arcos que se abrían en “las de las puertas al mundo”, (así llamaba a los cuatro grandes arcos que delimitaban su vida) la amaban. Mutua fidelidad intacta plena de memorias compartidas.
Solo cuando llovía, el cristal empañado separaba su altar de inválida del reloj que oficiaba horas para ella.
Conocía a cada habitante. Cuando aparecían por primera vez en su cochecito y cuando desaparecían las menguadas siluetas.

Pero el ayuntamiento decidió renovar la plaza, incluidos piso y alumbrado.

El primer día de la obra, pidió que la arrimaran a la baranda. Justo cuando el reloj atronaba las 8, un camión cruzó “las puertas al mundo”. Entonces ella se volcó, para unirse a su amada vida.






“Vivir para los demás es la mejor manera de vivir para uno mismo"
Marcos Ana




Caen los refranes, sentencias, reclamos, consejos
que rechazamos, que admiramos
Declaraciones de buena voluntad
o temas de escarnio
Que nos impregnan, que se vician, que olvidamos…

¿Vivir para los demás es la mejor manera de vivir para uno mismo?
En esta, nuestra historia, de imprescindible autoafirmación,
en esta, nuestra historia, que nos arrastra a ocuparnos de lo inmediato,
de sobrevivir como personas en un caos de impotencias
¿Es una locura o un chispazo de sabiduría?
¡Tanto nos costó conseguir lo mucho o poco, que somos, que tenemos!
Es paradójico, que a pesar de nuestros límites, de nuestros egoísmos,
en el fondo sabemos que: “Vivir para los demás
es la mejor manera de vivir para uno mismo”
Porque la conclusión del ser humano es saberse en el Todo,
Transcenderse a sí mismo, en cada momento
es el justo sendero, el no fácil, pero inevitable destino

jueves, 30 de julio de 2009

Magdalako Maríaren eraztuna-MIREN EUKENE LIZEAGA

Miren Eukene Lizeaga, País Vasco




Magdalako Maríaren eraztuna.


Ez dio lurreko boterea eman,
Historiaren benetako egia
edo bere ahizpen leku merezia ere ez.

Ez. Ez da horrelakoa
Magdalako Maríari, goizeko izarrak
eman dion eraztuna.

Egarria asetzen duen ur ozpinduarena
da
Paliotik at zabalduko dena
isiltasunean, ahaleginaren lorpena.
Hipokresiak eta mendetasunak
besarkatuko ez dutena
da.
Loreen igeltseroek egina
erleek ezpaletan utzitako eztiarekin
haize eta itsasoaren besarkada gazituarekin.
Lurreko gizadia batzen duena
zatitu eta atzeman ezina
da.
Goizeko izarrak Magdalakoari
oparitutako eraztuna.






El anillo de María de Magdala



No le dio el poder de la tierra
La auténtica verdad de la historia
Ni tampoco el lugar que merecen sus hermanas.
No. No es así el anillo
que la estrella matutina
regaló a María de Magdala

Es el del vinagre con agua
que colma al sediento
El que se expande discreto
sin el amparo del honorífico palio
El del triunfo de la perseverancia
El que no abrazará hipocresía ni venganza

Es el que construyeron los maestros de las flores
con la miel que las abejas depositaron en las espinas
y con el salado abrazo del mar y el viento

Es el que reúne en su círculo a la humanidad completa
Imposible de partir Imposible de asir

Así es el anillo que la estrella de la mañana
regaló a maría de Magdala

lunes, 26 de enero de 2009

MAGDALAKO MARIAREN ERAZTUNA_Eukene Lizeaga Tamayo

Eukene Lizeaga Tamayo, País Vasco







MAGDALAKO MARIAREN ERAZTUNA





Ez dio lurreko boterea eman,
historiaren benetako egia
edo bere ahizpen leku merezia
ere ez
Ez, ez da horrelakoa Magdalako mariari,
goizeko izarrak eman dion eraztuna

Egarria asetzen duen ur ozpinduarena
Da
Paliotik at zabalduko dena
Isiltasunean
ahaleginaren lorpena
Hipokresiak eta mendetasunak
besarkatuko ez dutena
Da
Loreen igeltseroek igina
erleek ezpaletan utzitako eztiarekin
Haize eta itsasoaren besarkada gazitiarekin
Lurreko gizadia batzen duena
Zatitu eta atzeman ezina
Da
Bai
horrelakoa da
Goizeko izarrak Magdalokoairi
oparitutako eraztuna.






EL ANILLO DE MARÍA DE MAGDALA


No le ha dado el poder terreno
La auténtica verdad de la historia
ni el merecido reconocimiento de sus hermanas
No, no es de eso
sel anillo que la estrella de la mañana
ha regalado a maría de Magdala

Es el vinagre y el agua que sacian la sed
El que se desplegará en los márgenes del palio
En silencio
El triunfo del esfuerzo
El que nunca abrazará al sometimiento ni a la hipocresía
Es
El construido por los albañiles de las flores
con la miel que las abejas dejaran entre las astillas
Con el salado abrazo del mar y del aire
El que une a toda la humanidad
imposible de apresar o fragmentar

Así es el anillo que la estrella de la mañana
regaló a María de Magdala.

Eukene Lizeaga Tamayo "TAMARINDOEN EPELEAN", 2007
Ed. Beta III Milenio. ISBN: 84-960009-99-8.

martes, 30 de septiembre de 2008

Aquí es_Miren Eukene Lizeaga

Fotografía: Miren Eukene Lizeaga






______________________Aquí es





Aquí es
Donde la primavera y el otoño se dan la mano
donde bajo las caídas hojas del árbol
crecen salvajes las flores, sobreviviendo a las estaciones
junto a la hojarasca del sendero ¿Qué conduce al invierno?
Aquí es
Donde la naturaleza se yergue dueña del destino
Regalando primaveras en otoño ¿Es la flor su amable aviso
para que declinemos el intento de imponernos a su natural equilibrio?

Aquí donde se multiplican las floraciones fuera de su tiempo
en un baño de hojas Camino la incertidumbre
por la reacción del planeta Tierra
cuando sus heridas alcancen el clímax de su invierno…
___________________________
Leer más de Miren Eukene Lizeaga en: Arte Poética-Rostros y Versos

jueves, 21 de agosto de 2008

El supermercado_Miren Eukene Lizeaga

Miren Eukene Liezeaga, País Vasco, España





El supermercado.




El supermercado estaba en el cenit de su ambiente, el más destellante de anuncios y ofertas situados en todas las esquinas de las calles, donde vivían los productos ofertados. Al son de la amable e impersonal voz que proclamaba las bendiciones más recomendadas para la compra, paseaban con su carrito decenas de personas fieles al ritual social de visitar la gran superficie el fin de semana. Actividad integrada en la cultura popular, y hasta imprescindible para muchos, que acorde a su ritmo de vida eran los únicos momentos libres que el trabajo les concedía para avituallarse de lo necesario y también de lo prescindible para toda la semana. Una ciudad dentro de la ciudad, superpoblada en días de ocio, donde también los carritos, parecían pedir perdón al chocar unos contra los otros.

En el gran templo de la sociedad de consumo, no existen las diferencias de estatus social, razas, o diferencias morales, es el dinero lo que los une. Allí todos son bienvenidos, bienvenidos al trueque de productos a cambio de dinero. Para eso no se necesitan credenciales, sólo un monedero, a ser posible que entre bien lleno, cuanto más lleno mejor, y salga vacío.

Pero el supermercado, a pesar de su anónima función consumista, no puede evitar que todas las personas que por allí circulan tengan su propia identidad, sus vivencias únicas, merecedoras de que en su honor, se escriban historias. Y es precisamente lo que está a punto de suceder ahora.

Imagínense un zoom de cámara que se acerca, desde una distancia que capta todo el supermercado y donde las personas parecen hormigas en movimiento, hasta centrarse en una hilera de productos, por ejemplo el de los chocolates, y las personas concretas, que ahora mismo, están ahí.

Aquí comienza nuestro relato.

Una mujer sola, aunque se la puede llamar solitaria, ya que evoca, no sé porqué, un sentimiento de soledad. ¿Será porque esconde sus ojos tras unas gafas de sol? Resulta inusual, en un espacio más que iluminado, aunque el hecho pueda tener explicaciones lógicas que lo justifiquen. Algún trastorno ocular sería lo más sensato. Un enfoque más morboso, influencia de ciertos programas de la cultura televisiva, puede hacer la lectura de que es una mujer sin maquillarse y coqueta ella, se tapa los ojos, o que alguien le ha dado un puñetazo, cosa que por desgracia ocurre más de lo deseable, y no debería ser carne de morbo, pero ¡así somos!...

Sin embargo, hay algo más en ella, en su actitud general. Un algo que podría traducirse, en total desinterés por el entorno donde está. Como si hubiera salido de su ambiente habitual única y exclusivamente para comprar los alimentos que necesita, y fuera una intrusa en la gran fiesta familiar y social de hacer las compras. Todo su cuerpo manifiesta la inexpresividad de quien está más allá de la ilusión, la curiosidad y la esperanza. De quien ya viajó en el tren de la ingenuidad y la inocencia, y no espera lo que la mayor parte de quienes la rodean. Por eso no se inmuta ni cuando un carro la embiste, ni cuando la señora que lo dirige intenta culparla a ella.

Sin embargo, este escenario está apunto de animarse, con una familia que irrumpe, con todas sus voces, en la sección de los chocolates. Primero los niños, tres en total, han entrado corriendo, arrastrando en su carrera a los padres que les conminan a seguir adelante. Pero es sabido, que, en general, de la sección de alimentos, la del chocolate es la ilusión de los niños, y de los no tan niños también. _ ”Pablo, ya sabes que el dentista te ha prohibido los dulces” _ Grita la madre. _” Diles algo” _ Solicita al padre. Este, intentando investirse de su autoridad paterna, les incrimina _ “¡Obedecer a vuestra madre!, ¿es que no escucháis lo que os dice?” _ Por supuesto, es inútil porque los niños ya están junto a nuestra protagonista de las gafas de sol, señalando todo lo que ven. _ “¿No veis que molestáis a la señora?” _, aunque la señora siga impertérrita. _”Perdone usted, ¡estos niños!…” _ El matrimonio ha alcanzado a su prole, y están junto ella que se desplaza un poco para hacerles sitio. Pero al ponerse cara al matrimonio, vacila por un segundo al ver al padre, para reaccionar de inmediato y alejarse tranquilamente.

La reacción del padre de familia no ha sido tan efímera. Al verla, casi la saluda. Ha sido un casi que ha quedado en amago de saludo; pero que su esposa ha captado. Como ha captado el cambio de color en el rostro de su marido. _ “¿Quién es, la conoces?” _,

_ “¿Qué dices?” _. _ “Te pregunto que, quién es ésa señora” _, _ “Ni idea” _. Ha sido la escueta respuesta del marido.

Según se aleja la señora de las gafas de sol, no puede evitar oír la conversación del matrimonio. Ahora sí, parece que su rostro se ha vuelto un poco más expresivo porque se aleja, pero sonriendo. Con esa clase de sonrisa que expresa regocijo interno.

Tras ella, prosigue la conversación, que empieza a tomar tintes de discusión. _” ¿Cómo que no sabes quién es? ¡Si casi la saludas, y te has quedado mirándola como si fuera una aparición!” _. _ “No sé, puede que me haya recordado a alguien. Me habré confundido. No hagas un drama con esto, ¿te está dando un ataque de celos? “_. Al verse acusada de celosa, cosa que está mal vista, la esposa ha dejado el tema y se centrado en los niños, que mientras, han aprovechado para hacer acopio de chocolate. Y para su sorpresa, la madre no ha dicho nada, ¡ningún reproche por el chocolate!.

_ “¡Vamos! niños, que aún nos falta mucho y se nos va a hacer tarde para la cena”_ Y ha tirado para adelante, con su carro lleno, cargando también en su alma una confusión y unas dudas que un rato antes no estaban.

Pero la casualidad se ha empeñado en perseguir a los protagonistas como si jugara a ser cineasta, haciendo que se repita el encontronazo justo en la esquina donde están las latas de tomate. Esta vez, sin sorpresas, sólo una tensa vigilancia recorre a los tres personajes porque los niños están ajenos a estos aconteceres. El varón sujeta el carro, mientras las dos mujeres, una junto a la otra, recogen sus correspondientes latas. Un inoportuno empujón, huido de entre los juegos de los niños, ha dado de lleno en la mujer de las gafas de sol rompiendo la placidez de la escena porque el varón ha saltado de inmediato _ “¡Tener cuidado!, ¿no veis que esta señora está embarazada?” _

Estas palabras han sorprendido a todos, incluso al narrador que no había relacionado unos kilos de más con un posible embarazo. Las dos mujeres se han vuelto hacia él, cada una con su diferente interrogante. La esposa, con una pregunta no formulada, aunque obvia _ “¿Y tú, como lo sabes si aún no se le nota?” _ . La expresión de la señora de las gafas de sol lo dice todo: _ “¡Has metido la pata!” _.

La primera en reaccionar ha sido la esposa que, de inmediato, se ha vuelto hacia la señora de las gafas de sol para pedirle perdón y preguntarle si estaba bien. Esta le ha contestado que sí, que no había pasado nada grave. _ ”¿de cuantos meses está usted?” _, _ “dos y medio” _ ha sido la respuesta.

Los altavoces del supermercado, que han comenzado a anunciar la proximidad del cierre solicitando a los clientes que se vayan acercando a las cajas, han sido el salvavidas para el varón que, nervioso y agarrando el carro, ha dicho un seco_ “¡Bueno, vámonos”! _, poniéndose en marcha con su prole, mientras las dos mujeres quedaban atrás.

Antes de separarse, la esposa, en un arranque de audacia, ha preguntado a la señora de las gafas de sol si pueden volver a verse para charlar. La otra ha contestado afirmativamente y han intercambiado sus teléfonos.

El varón y los niños están ya haciendo cola para la caja. Las dos mujeres se acercan por separado; aunque ahora sepan que algo las une. Por delante, apresurándose y con las manos vacías, va la esposa. Unos metros detrás, la señora de la gafas de sol empuja, con la poca prisa de quien no tiene a nadie que la espere en casa, su carro lleno de productos.

La cola de la caja, antes más tranquila, es ahora, una muchedumbre impaciente y crispada. _”Siempre pasa lo mismo” _ Piensa la joven cajera; aunque, por otra parte, ni tiempo para pensar le queda. _” Esperan hasta el final y, luego, todos tienen prisa para pasar por caja ¡yo no puedo multiplicarme!” _. Es el momento del nerviosismo superfluo y alboroto colectivo porque todos quieren salir, cuanto antes, para evitar los atascos de tráfico a la salida. Porque se van a retrasar, para esto o para lo otro. _ “¡Y esta cola no avanza!” _. Por su parte, la cajera tiene que relegar, por una media hora, la ilusión que tiene para la salida de esta noche. _ “¿Estará él en la cena?” _, se pregunta. _ “Seguro que sí, el sábado pasado me acompañó a casa. Espero que me de tiempo a ducharme y arreglarme. No sé qué vestido ponerme o ¿me pongo pantalones?... _

Pero estos planes e ilusiones no pertenecen a este espacio donde ella es casi hermana gemela de la máquina calculadora. Pasando productos y haciendo cuentas con una destreza que le enseño la práctica. Sin tiempo ni para una queja, ni para una sonrisa. Sin poder mirar la cantidad de rostros que ante ella desfilan. Un espacio y una hora donde su voz se vuelve automática. _ “¡350 euros, por favor!” _. _ “¡Tendrá que ser en efectivo, con tarjeta sólo se puede pagar a partir de 100 euros!” _, _”¡muchas gracias, señor!” _. De vez en cuando, levanta la vista para encontrarse con la ya desordenada fila de carros y anónimos rostros impacientes para los que ella misma también es una figura sin rostro, en bata y con coleta, hasta donde ansían llegar.

Así, la joven cajera llega al final de la jornada. Contagiada aún del estrés de la última hora. Se cambia en el vestuario junto a sus compañeras, mujeres de diferentes edades y en distintas experiencias vitales. Es cuando se desahogan todas de las amabilidades o impertinencias recibidas durante la tarde, de los cotilleos sobre sus jefes y también de sus vicisitudes personales.

Hoy las bromas recaen sobre nuestra joven cajera. Sobre qué pasará con la nueva aventura de amor que respira. Por supuesto, también entre ellas hay alianzas y enemistades, son cosas de la vida. Pero, las que son sus amigas, la envuelven con sus consejos, especialmente las que son mayores que ella porque se supone que son más experimentadas en esto de los amores. Aunque sea una falsa creencia, ya que, en cualquier momento de la vida, podemos encontrarnos con que somos auténticos analfabetos del amor, o de la pareja.

Pero como de todas maneras, es algo que hemos de vivir y experimentar, ahí están el arrope, los consejos y la ilusión de las compañeras de nuestra joven cajera.

El supermercado está en silencio, sin las voces y las gentes que lo habitan de día. Los productos de los estantes han perdido su imperioso protagonismo Pronto llegarán las limpiadoras que lo acicalarán, para que mañana, al abrir sus puertas, esté reluciente.

En el parking sólo quedan los coches de las trabajadoras que saldrán por una puerta trasera. Están lejos las luces de los últimos coches que formaron caravana. Está lejos, la señora con gafas de sol, embaraza y sola. Y también una familia que circula en el silencio que antecede a una tormenta matrimonial, que los perplejos niños presienten, e instintivamente hace que se protejan fingiendo que duermen.

Mientras arrancan los últimos coches que quedaban en el parking, una joven e ilusionada cajera se despide, entre risas, de sus compañeras.

Ahora, sí, el gran templo del consumo se vació de vida, inocente y ajeno a lo que en el transcurso de la tarde ocurría entre sus habitantes. Mañana, cuando se llene de vida, seguirán su suerte las historias, que en su indiferente seno de supermercado, se tejen…
_____________________
Leer más de Miren Eukene Lizeaga en: http://www.artepoetica.net/

lunes, 5 de mayo de 2008

Poemas inéditos de Eukene Lizeaga Tamayo

Eukene Lizeaga Tamayo, País Vasco.






A veces, para vivir, hay que sacrificar la vida.
Batzuetan, bizitzeko, bizia eskaini behar da.




1
Trabaja el labriego la tierra
cuyo vital alimento
es el sudor de su esfuerzo
Lo mismo que la leche del seno materno
da vida al recién nacido
la tierra succiona el elixir humano
Con la misma tenacidad de las horas
curtidas manos miman retoños
que crecen o que mueren
sin más techo
que la inclinada sombra del labriego

Y cuando el fruto sea
tentación que la serpiente ronda
será el momento
de arrancárselo a la tierra
para entregárselo al amo
el capataz o el intermediario
Como una madre
a la que desgajan de sus hijos
el labriego queda seco
sin tan siquiera un mullido llanto
por donde empezar de nuevo


1
Nekazariak lurra lantzen du
Honen funtsezko elikadura
bere ahaleginaren izerdia da
Amaren titietako esneak
haurrari bizia ematen dion bezala
lurrak gizakiaren mamia xurgatzen du
Orduen irmotasun berdinarekin
Esku gogortuak adaxkak ferekatzen dituzte
Teilatutzat nekazariaren itzal makurtua
besterik ez daukatela
Hezi edo hiltzen direnak

Eta fruitua sugeak inguratzen duen
tentazioa bihurtzen denean
Izango da
errotik ateratzeko unea
Jabeari langile-zaindariari
edo bitartekoari eskuratzeko
Seme-alabak erauzi dizkioten
ama baten antzera
ihartzen da nekazaria
Nondik berriro hasi arren
ezta negar bigungarri bat ere


2
La mujer cose y cose
va adquiriendo velocidad y destreza
mientras sus dedos dejan de pertenecerle
cada vez más rápido Cose
hasta que se funde con la herramienta
precisa mecánica desalmada Cose
La mujer no mira
las prendas que se amontonan a su lado
porque mientras aumenta la pila
ella se mudó en herramienta
Y cose
con el alma puesta en el fin de semana
entonces volverá a ser persona
con la mano extendida
para recoger las monedas
que jamás alcanzarán para comprar
una sola de las prendas que criaron

2
Emakumea josi eta josi dago
Trebetasuna eta abiadura
lortzen duen hainean
behatzak bereak izateari
uzten diote
Geroz eta azkarrago Josten ari da
Lanabesarekin berdindu arte
zehatza mekanika arimagabea Josten ari da
Ez ditu begiratzen emakumeak
alboan pilatzen ari diren jantziak
mordoa handitzen doan bitartean
bera jadanik lanabesean mudatua da
Eta josten ari da
aste bukaeran arima ipinita
orduan izango da
txanpon batzuk jasotzeko
eskua luzatzen duen pertsona
Hezi zituen jantzietatik bat erosteko
inoiz nahikoak izango direnak

3
El frío lo conduce rápido
entre las farolas y su sombras
pisando aceras a las que desvela
Es en operario
uno de tantos que no se para
a sentir las caricias de la luna
uno de tantos que de noche
mantendrá a la fábrica en vida

El que duerme de día
de espaldas al sol de mediodía
cuando su esposa sacude el silencio
y comparte secretos con los pucheros
Ella que de nocher
espira su olor entre las sábanas
para recibirlocuando la luz enciende
el rocío de las telarañas

3Azkar gidatzen du hotzak
kale-argiak eta beraien itzalen artean
esnatzen dituen espaloiak zapaltzen
Langile bat da
Ilargiaren laztanak jasotzea
geldituko ez den
hainbestetatik bat
Gauez lantegia bizirik
gordeko duena

Egunez lo egiten duenak
eguerdiko eguzkiari bizkarra emanda
Emazteak isiltasuna astintzen duenean
eta lapikoekin sekretuak partekatzen
Emazteak gauez maindire tartean
bere usaina arnasten duenak
Argiak amaraunen ihintza pizten duenean
senarrari ongi etorria emateko
Leer más en:
Eukene Lizeaga Tamayo es poeta y traductora.

jueves, 8 de marzo de 2007

Escudo furtivo y velado_poema de Miren Eukene Lizeaga

Ilustración: Luis Vargas
Una se porta
Como las herméticas piedras
que acaso la paciencia del agua
o algún consistente viento
logran
un ápice de su reserva
Y a menudo
Como la impaciencia del granizo
que derrama confidencias a destiempo
saturando un terreno ahíto de líquido
O como la cautela de un conejo
que vive husmeando los peligros
entre inseguras covachas

Por eso
Una se integra
En la arbitrariedad humana
que acopia yerros
en un escudo de pretextos
En el decir furtivo y velado
De la no poeta
que así y todo
libera su ser escribiendo
Tras el escenario que un negro título revela

lunes, 19 de febrero de 2007

Apreniz de libertad_Eukene Lizeaga

Libro de Miren Eukene Lizeaga_Ediciones Lord Byron, Perú.

Aprendiz de libertad
Palabras introductorias

Uno siempre es aprendiz de algo. Ante un mundo tan vertiginoso, a menudo incomprensible por sus notas de caos, violencia, tozudez, desasosiegos, intolerancias, nos vemos obligados a renovar continuamente nuestros esquemas a fin de hacer de este tiempo, un resquicio esperanzador. Y qué mejor si recurrimos a la literatura y, en particular a la poesía. Aunque de suyo es sabido que ésta no cambia las sociedades ni hace posible la revolución social. Pero sí, es capaz de sensibilizar y llevar bálsamo a tantas almas. Ser aprendiz de libertad, va más allá del sustantivo principiante, meritorio; sí es claro, desde luego, que todo ser humano empieza por el escalón humilde de aprendiz.

El libro Aprendiz de libertad de la poeta María Eugenia Lizeaga, no es solamente un rico anecdotario, un conjunto de periplos existenciales más o menos sorprendentes, sino una toma de conciencia, una asunción del propio ser. Es poesía libertaria desde su yo íntimo. De ahí la actitud desde el hoy hacia el futuro de Eugenia cuando dice: “Que el brote de Acebo que ayer planté/ sea árbol cuando yo ya no esté/ Que la luz de la luna llena/haga brillar la gota de rocío en él” (Poema Espero). La libertad encarna liberar el espíritu, primero, de sus ataduras existenciales; luego demanda una actitud frente a la vida. Aunque nunca logramos serlo: si no es desde dentro; afuera están los paredones deteniendo el vuelo. El terraplén de los recuerdos, los sentimientos, la realidad, ¡vaya si no son alambradas!...

La poesía de María Eugenia Lizeaga, siempre me ha parecido sólida y genuina. Desde aquellos primeros versos que compartí con ella hace ya algún tiempo, me identifiqué con las emotivas imágenes de su poesía. En la palabra de María Eugenia percibo ese diálogo interno del poeta consigo mismo, diálogo que sólo puede estar presente en la cavilación del ser humano de bien, consciente de su fragilidad, de sus limitaciones, así como de su espiritualidad, únicas razones que lo sostienen en un mundo de luchas y pesares, de prisas y agonías terrenas.

La poesía de la poeta Lizeaga, es poesía meditativa donde imperan los ensimismamientos propios del ser. Constituye un viaje a los parajes del alma; poesía sentida desde dentro, por eso, sincera. La poesía suya es poesía íntima, no exteriorista, ni rimbombante. Nace como es natural de la meditación cotidiana: frente al tiempo: calendario o reloj, pájaro o mariposa. Es la poesía del deslumbramiento ante el tránsito fugaz del ser. María Eugenia lleva la herencia de los grandes poetas del país vasco: Gabriel Celaya, Blas de Otero, Bergamín, etc. Precisamente, escribiendo estas palabras he recordado unos versos de Otero correspondientes al poema: LA INMENSA MAYORÍA: “Podrá faltarme el aire,…fe, jamás.” María Eugenia es un portento de fe en la palabra, de pasión volcada hacia la luz de la esperanza.

Aprendiz de libertad se titula el libro que hoy publica María Eugenia. Aquí están presentes el amor que no floreció en verano, el aliento de los pájaros cantando desde su interior, el sueño sin sábanas en la desnudez del frío, los odres del amor, la libertad, la inteligencia y el alma que, en palabras de la poeta es el rocío para la historia. Cuántas veces, en este ejercicio de insoslayable desgarramiento la poeta se ha arrodillado ante el muro de las lamentaciones de la vida y ha salido avante frente a la intemperie del granito y al lecho ciego del granizo.

Hay también, en la poesía de María Eugenia y, en particular en este libro Aprendiz de libertad, esa búsqueda del poeta por la trascendencia, por el sentido místico de la vida. Todo gran poeta lo hace, si no recordemos a Vicente Aleixandre con su libro y a Dámaso Alonso con . Su aproximación no ortodoxa a Dios a través de su cercanía con los jesuitas le da otro respiro a sus poemas y un halo de intemporalidad existencial. Su visión del mundo va más allá de los novedosos vericuetos del tiempo, y la revolución del segundo. Ella está atenta, por el contrario, a esa transmutación permanente de suertes perecederas, porque el ser humano es en esencia eso: sombra y luz por donde las cadenas nos atan al desvarío del abismo.

En definitiva, el libro Aprendiz de libertad, es un vivir atento a los diversos momentos de la jornada, al mediodía seguro, al atardecer inquietante, a la noche que acecha la vigilia del poeta desde todos sus rincones. Es una búsqueda a su identidad perdida en las sombras, en agónico trance; pero aprendida cada vez tras una lucha fervorosa con esas sombras que la mano aparta para hallar un resquicio esperanzador. Por eso “trabaja con sus manos la tierra”, “que ama otra mirada que se mira a sí misma/ sabiendo que es todo y es nada/ que somos una forma de lo que nos transciende y liga”.



André Cruchaga,
El Salvador, 28 de marzo de 2006.

miércoles, 10 de enero de 2007

La poeta donostiarra acaba de publicar su tercer trabajo.

Miren Eukene Lizeaga, poetisa oriunda de Donostia, país Vasco.

Azalaren azpiko sentipenak agertu ditu Eukene Lizeagak
Kalean dago «Azalaren azpitik» Eukene Lizeagaren olerki bilduma. Inguruko errealitate sozial eta politikoa eta natura azaltzen ditu idazle donostiarrak bere hirugarren lanean. «Normaltzat hartzen ditugulako kasurik egiten ez diegun gauzak nabarmentzea dut gustuko», adierazi du olerkariak. Liburua Bilboko Beta argitaletxeak kaleratu du.

DONOSTIA
Eukene Lizeaga (1952) donostiarra «berandu» hasi zen poesia idazten. «Berrogeita hamar urte betetzear nengoela interesa piztu zitzaidan», adierazi du. Orduz gero, hiru olerki liburu argitaratu ditu. Azkena “Azalaren azpitik” euskarazko bilduma izan da, Beta Bilboko argitaletxeak kaleratu duena.
«Gauzak aldatzen ez direla dirudien arren, denbora igarotzen denean mugitu direla ikus dezakegu. Dialektika hori islatzen dut liburuan», esan du. Barruko sentipenei baino inguruko errealitatearekin loturiko ja- zoerei erreparatzen die Lizeagak. «Barruko sentimenduak azaleratzeko zailtasunak izaten ditugu Euskal Herrian. Horregatik, sentimenduok gordinik adierazi beharrean, zeharka, ezkerreko eskuekin egiten dut». Errealitate sozial eta politikoa, eta batez ere natura, bere «ingurunea», izaten ditu olerki gai nagusiak. «Normalean kasu egiten ez diegun xehetasunak nabarmentzea dut gustuko. Batzuetan normaltzat hartzen ditugun gauza horiek bereziak direla nabarmentzea».
Lizeagak gaztelaniaz idatzi zuen bere lehenengo liburua, “Poesía vital”. 2004. urtea zen eta Kuban zegoen orduan. «Ordura arte ez nintzen bereziki olerkizalea», aitortu du. Euskal Herrira etorrita, euskara erabiltzen hasi zen. Emaitza “Tamarindoen epelean” izan zen. «Nire inspirazio iturri nagusia tamarindoak izan ziren. Donostiako tamarindoek sinbologia oso berezia dute. Hernaniko Epele bailara, nire aitaren jaioterria ere islatu dut», argitu du.
Lan kolektiboetan ere parte hartu du, eta itzulpenik ere egin du. “Manifiesto universal de poetas del mundo” euskaratu zuen 2005ean. Bere azken itzulpena Andre Krutxaga olerkari salvadortarraren “Data ga- beko iluntasuna” da. Poesiarekin batera, magneto-terapista lanetan dihardu.
Bere laugarren lana, “Aprendiz de libertad” gaztelaniazko poema liburua, Peruko argitaletxe batek kaleratuko du laster.



Eukene Lizeaga, ha mostrado los sentimientos por debajo de la piel
La poeta donostiarra acaba de publicar su tercer trabajo.


Ya está en la calle, “Azalaren azpitik”, el poemario de Eukene Lizeaga. En su tercer trabajo, la poeta donostiarra muestra la realidad político-social y la naturaleza del entorno. “Me gusta resaltar los detalles, las cosas, que por resultarnos normales, damos por hechas y no nos llaman atención”. Ha dicho la poeta. El libro se ha publicado con la Editorial Beta de Bilbao.
Kristina Martín- Donosita

La donostiarra Eukene Lizeaga(1952) comenzó “tarde” a escribir poesía. “El interés despertó, cuando estaba cerca de cumplir los cincuenta años” Desde entonces, ha publicado tres libros de poesía. El último en Euskara ha sido “Azalaren azpitik”/”Por debajo de la piel”, con la editorial Beta de Bilbao.
“Aunque parezca que las cosas no cambian, con el paso del tiempo comprobamos que las cosas, sí, se han movido. Es esa la dialéctica que intento destacar en el libro” Ha dicho. Lizeaga, presta más atención a los sucesos asociados al entorno, que a los sentimientos internos. “ En Euskal Herria nos resulta dificultoso exponer a flor de piel nuestros sentimientos. Por eso, en vez de mostrarlos con crudeza, lo hago de costadillo, con la mano izquierda”. Los temas principales de su poesía, se centran, en la realidad política, social, su entorno y especialmente en la naturaleza. “ Me gusta subrayar las menudencias a las que normalmente no hacemos caso”. “Destacar, que esas cosas que a menudo nos parecen normales, en realidad son especiales”.
Lizeaga, escribió su primer libro en castellano “poesía vital” 2004. Fue durante su estancia en Cuba, cuando despertó su afinidad con la poesía. “Hasta entonces no tenía especial apego por la poesía”. Así, escribió en Euskara “Tamarindoen epelean”/”En la calidez de los Tamarindos” . En este libro mi inspiración principal fuero los Tamarindos de Donostia, por la carga simbólica muy especial que tienen. Los Tamarindos, junto con “el valle de Epeleko” en Hernani, por ser mi raíz paterna.”
También ha participado en trabajos colectivos, y ha hecho alguna traducción, como: “El manifiesto universal de poetas del mundo” 2005. Su última traducción, ha sido la del poeta Salvadoreño “André Krutxaga”/Andre Gruchaga” “Data gabeko iluntasuna”/”Oscuridad sin fecha”.
Su cuarto trabajo, en castellano, será publicado pronto por una editorial peruana.
(Traducción de Euskara a Castellano)
GARA-Cultura-10-1-2007-pag.47
Autora: kristina Martín.