En el presente blog puede leer poemas selectos, extraídos de la Antología Mundial de Poesía que publica Arte Poética- Rostros y versos, Fundada por André Cruchaga. También puede leer reseñas, ensayos, entrevistas, teatro. Puede ingresar, para ampliar su lectura a ARTE POÉTICA-ROSTROS Y VERSOS.



viernes, 23 de mayo de 2014

EL QUEVEDO MÁS MORDAZ, REIVINDICADO

Don Francisco de Quevedo






ENTREVISTA



EL QUEVEDO MÁS MORDAZ, REIVINDICADO


por Ricardo Llopesa




Alberto Gordo


La editorial Visor, de Madrid, publica, en edición a cargo de Ricardo Llopesa, una veintena de poemas de Francisco de Quevedo que no se reunían desde 1873. Se trata de sonetos de contenido erótico y satírico que, al no constar en las Obras Completas del escritor, resultan desconocidos para el público.


-Quisiera que me aclarara un punto. Hace mención en el prólogo a las vicisitudes que vivieron, en cuestión de ediciones, las poesías picarescas de Quevedo. Entiendo que dice que hay 21 sonetos que se podrían considerar desconocidos para el público en español, ¿es así? 

Una de las facetas más conocidas de la poesía de Quevedo es la satírica, pero también la menos comprendida en los ámbitos académicos, por considerarla al margen de los principios morales. El hecho de que en España se haya dado esta poesía, en el seno de una sociedad abatida por la Inquisición, demuestra la enorme personalidad que se aparta del canon establecido por la ortodoxia para decir lo innombrable, lo prohibido. Quevedo fue el primer poeta español en retar al poder. Por sus ideas de libertad padeció las mayores penurias siendo un señor de la corte. En 1635, uno de sus mayores enemigos, Juan Pérez de Montalván, ocultándose bajo el seudónimo de Licenciado Franco-Furt, publicó: El tribunal de la justa venganza, erigido contra los escritos de D. Francisco de Quevedo, maestro de errores, doctor en desvergüenzas, licenciado en bufonerías, bachiller en suciedades, catedrático en vicios, y proto-diablo entre los hombres. En 1639 fue hecho prisionero y conducido desnudo y a pie, en pleno invierno, de Madrid a León, donde cumplió condena de dos años en el convento de San Marcos.
         Un poeta escribe el libro de su propia vida, y Quevedo, con esta vida, sólo podía escribir la pasión de vivir. La suya fue una poesía incómoda en su tiempo y hoy en día. Por menos, el modernismo fue condenado de inmoral en la encíclica Pascendi, en 1907, proclamada por el papa Pío X.
         Los 21 sonetos desconocidos fueron publicados en un pequeño libro, titulado Poesías picarescas inéditas, una edición anónima por su contenido, publicada en 1873, con poemas tomados de varios archivos que se encuentran en la Biblioteca Nacional, y no fueron registrados por el profesor José Manuel Blecua en su obra de Quevedo.

-En el mismo sentido, entonces, ¿era, por tanto, esta edición de la poesía de Quevedo necesaria para ampliar su obra conocida?

Todo gran poeta debe estar en constante propuesta. Quevedo es un nombre popular, el más popular entre los poetas españoles, pero un poeta silenciado, poco estudiado o estudiado superficialmente, al que conocemos mal. Esta edición es una propuesta que quiere llegar al lector normal con el mesaje de que Quevedo es el poeta clásico, de nuestro glorioso Siglo de Oro, al que debemos leer. Su mensaje refleja la realidad de su tiempo, entre la opulencia y la miseria, que es el mejor legado de un poeta.
         En cuando a las poesías desconocidas, que por desconocidas al gran público pueden llamarse inéditas, esta edición es una ampliación de su obra conocida, por hacer una nueva propuesta. Queda en manos de los lectores y los investigadores de hoy o de mañana hacer las oportunas investigaciones y estudios. Quevedo sigue siendo el poeta más polémico de nuestra lengua, precisamente por la promiscuidad que se le atrubuye.

-Dice en el prólogo que Quevedo está por encima de Lope y Góngora. ¿A qué se refiere exactamente? ¿A su vigencia? ¿Cuáles cree que son, a su juicio, las características que lo sitúan por encima?

Lope y Góngora fueron dos genios. Lope fue el superlativo de la abundancia y Góngora de la concreción. Quevedo, con más modestia, fue el genio que supo captar la otra cara de la hipocresía. Su poesía picaresca dibuja lo que había detrás de la corte, el convento y la sociedad. Supo captar la realidad de su época y dejar un testimonio social. Su genio destaca por haber incorporado a la poesía el lenguaje de jerigonza que hablaron los capos mafiosos. Ni Lope ni Góngora formularon una propuesta que llegaría a desarrollarse en nuestro siglo. Sus jácaras o jacarandinas son modelo de lengua de germanía. Jorge Luis Borges elogia este rasgo de universalidad con las siguientes palabras: “Nadie como él ha recorrido el imperio de la lengua española y con igual decoro ha parado en sus chozas y en sus alcázares. Todas las voces del castellano son suya y él, en mirándolas, ha sabido sentirlas y recrearlas ya para siempre. Nien le conocen las más apuestas y apartadas provincias de nuestro castellano, siendo igualmente sentencioso su gesto en la latinidad de Marco Bruto como en la jerigonza soez de las jácaras, barro sutil y quebradizo que sólo un alfarero milagroso pudo amasar en vasija de eternidad”.
         Entonces, estamos frente a un poeta vivo, vigente en la actualidad por su incursión a través del lenguaje coloquial de su época, la jerigonza, cuyo legado debemos considerar y renovar en nuestra poesía.

-¿Cuál cree que es el legado de Quevedo en la poesía española?

El recuerdo. Su poesía inmortal que no hemos sabido explorar, porque el destino de su poesía ha sido manipulado intelectualmente para limpiar de contaminación pecaminosa el pensamiento de la sociedad española. Desgraciadamente, Quevedo es más actual en América, que en España, donde todavía están vivas las teorías de los siglos anteriores, como la búsqueda de la libertad o la denuncia. Pero su lección es única en la lengua española.

-¿Cree que este tipo de poesías han tenido dificultades para ser publicadas por su tono y temática mordaz u obsceno?

Habría que decir como el Quijote a Sancho: “Con la iglesia hemos topado”. En España perdimos el hilo de la tradición licenciosa. Desde su origen el Santo Tribunal procesó a aquellas personas por poseer el Ars amandi, de Ovidio. En la España del siglo XVIII fue abundante la poesía erótica.
         Por supuesto. Chus Visor ha sido un valiente. La censura aprieta tornillos desde Menéndez Pelayo, hasta el punto de haber desaparecido la sensibilidad erótica, una de las fuentes de mayor riqueza para la juventud literaria. Los escritores y escritoras españoles temen abordar estos temas y el resultado es una obra de títeres, falta de vida erótica.

-En el prólogo dice que las poesías picarescas de Quevedo surgen en un tiempo de “mayor  libertad moral y sexual que los siglos posteriores, incluido el nuestro”. ¿No suena a contradicción, teniendo en cuenta que hablamos de plena Contrarreforma? ¿Qué clima moral propicia estas poesías picarescas?

Vivir los tiempos de la Contrarreforma tiene que haber sido muy duro para un poeta heterodoxo y disidente como Quevedo. Fueron los tiempos en que la moral empezó a frenar con severidad los ímpetus sexuales, que fueron más frugales que los siglos venideros, atenazados por la imposición moral. Si algo bueno heredamos de la cultura judeo-cristiana fue el deseo, el morbo por lo prohibido, lo que se nos ha anulado a base de depurarnos, primero de pecados; más tarde, a base de moral contra lo que creemos inmoral.

domingo, 18 de mayo de 2014

¡Julia de Burgos: homenaje!

Yván Silén





Poema
Yván Silén:



¡Julia de Burgos: homenaje!



¡Dadme mi número, porque si no, me moriré después de muerta.
             Julia de Burgos


El cráneo de Julia de Burgos, su florero, está
lleno de heliconias, de alacranes,
d’escorpiones. El cráneo de Julia de
Burgos está lleno de muertos. No importa…

(te llamarán poeta, como tú has llamado a la nada
nietzscheanamente; como tú has llamado a
Dios atea, oscura, suicida, ovariada,
antitecata, borracha de Dios,

¡pero no importa!) Suicidada en las calles
de Manhattan: suicidada en tus orgasmos sucios,
arenosa, descosida. Julia de Burgos se ha

picado la lengua para masticar la nada.
¡Julia de Burgos se ha cortado el clítoris
para salpicar la mariposa ciega de su vulva!

II
El destino de tu espéculo enloqueció tu alma.
Todos los días ibas al baño a vomitar tu
Cer. Julia de Burgos es la asesina de Julia de
Burgos (tao ovariado el de la nada). Julia de Burgos,

la extraña, la Febe del espejo solitario donde
das contra tu amor tu estorio destrozado,
tu voz destrozada, y tu herida astillada de
beber ante los bares. Las mujeres

te han convertido en la ideología de la muerte:

Julia de Burgos contra ti misma en los orgasmos. Julia 
contra la rabia de la tierra, Julia contra tu amor,
Julia amanecida envenenada: ¡Y
Julia…contra los poetas del odio!

III
¡Así has vencido derrotada, así
has perdido en el olor de tu insomnio
tu victoria! Julia extraviada, Julia
atravesada y Julia apostada contra la Julia

de nadie que juega a la muerte en las ruletas
de las fiestas patronales. Julia contra el
ataúd de ser tú misma. Julia contra las mamadas
de Orfeo y contra el zen del Cer. ¡Julia desierta

la vulva contra los dados falsos de Mallarmé! 
Julia apostando su pezón simbólico contra el Tarot
de la princesa sublime. Julia a pie

por los columpios rotos. Julia de pie
esperando a los Orgasmos. Julia sola. ¡Julia,
ereba, celebrando el suicidio de tu nombre!

IV
Los gnomos vinieron a robarte la poesía
y nadie creyó en ti cuando estabas viva,
y nadie, Parsífae, casi nadie, ninguna, creyó
en ti cuando estabas borracha, cuando

estabas poeta, bellaca, sensual, lasciva.
Traficando falos de vidrio, falos de astillas,
falos de goma (de clavos, de alcayatas),
de agujas, de tachuelas, de espuelas, mientras te

sentabas infeliz ajenamente contra ti ajena.
Y la discordia d’Eris no quiso abandonarte nunca
en la basura. Biblis y Mirra te envidiaron, y tú

las codiciaste vehementemente loca
para que las féminas acuciosas
tacharan tu nombre. Te acostaste ebria…

V
con Astaroth (y le robaste madremente el zen
de Iván.) Filosofaste, rosa tras rosa,
falo tras falo, nada tras nada:
¡Reina, tú, de la república, reina, tú, de la muerte!

Los pendejos te atacaron y te atacan para
apetecerte lírica y clítorismente
contra la nada. Tu traje de novia era
la ausencia. Y tu orgasmo era la nada. El falo

que te desgarraba el esfínter era aún
la nada. Y Nietzsche soñó con querer tu
coño de nada. Y prefirió amar a Salomé.

Prefirió concupizar tu nihilismo de vulva
(de Cer). Y prefiste la muerte vacía y
anhelaste el falo del Cristo astillado.

VI
No había razón de ser. No hubo razón de nada.
El sueño de ti misma sólo fueron tus huesos.
Anhelaste a la muerte astilladamente del madero.
Leto te adoptó contra el suicidio. Leto

te adoptó contra Medusa. Preferiste a
la muerte, Idiota, de la nada. Agnósticamente,
deseaste las galerías de tu nombre borrado:
¡Reina, tú, de la república, reina, tú, de la muerte!

Tu nada budista, matospaolistamente, atea,
y tu nada negra, tu nada blanca, tu
nada de lapa, virgen, delató la nada de

los locos. Felaciaste contra las rejas de los que
escupen tu nombre. ¡Cunilinguísticamente…
los gnomos…vinieron a robarte la poesía!



18 de mayo de 2014
Puerto Rico

sábado, 17 de mayo de 2014

NADIE ES DUEÑO, de Miguel Fajardo Korea

Portada exclusiva de la artista plástica argentina, Margaret Collazo
 para el libro “Nadie es dueño”, 
del poeta costarricense Miguel Fajardo Korea.




PRÓLOGO




NADIE ES DUEÑO,
de Miguel Fajardo Korea:
Un viaje poético impregnado de dolor



     Cristina Pizarro


(Buenos Aires, Argentina). Iré analizando este texto,  a fin de ir descubriendo lo interior que se revela detrás de  estos poemas, a veces, con una impronta misteriosa, cuya transparencia se oculta por medio de la aparición de un lenguaje sugerente. Contiene una bella portada de Margaret Collazo, destacada artista plástica argentina.

¿Qué sentido tiene el lenguaje en este texto? ¿Cuál es la conciencia poética que subyace?

¿Acaso hablar de un poema supone hacer visible su trama? ¿Qué se refleja en estos poemas?

Esta obra poética, que reúne una selección, ¿se constituye en un corpus representativo de una época, de una sociedad, de una cultura?

Consideramos que la obra tiene una validez imaginaria y desde esa mirada, no implica ni la realidad ni el mundo; es solo un modo de ver la realidad y el mundo y de estar en ellos. Podríamos agregar, que la obra es un modo de verse a sí misma.

En la poesía de América Latina, muchos  textos aluden a un “nuevo mundo”, de tal manera, surge una suerte de pasión adánica, que consiste en nombrar nuestros seres, las cosas, nuestra vasta geografía, nuestras tradiciones y mitos.

¿Cuál es el impulso genésico o cosmogónico que podemos observar en la obra del poeta costarricense Miguel Fajardo Korea?

¿En dónde reside  lo representativo de la originalidad americana?

¿De qué manera la experiencia del poeta es, sobre todo, verbal, hurgando en las palabras que tienen como función primordial expresar la experiencia del mundo?

¿Cómo se caracteriza la intensidad  de su lenguaje al nombrar el mundo, en el contexto latinoamericano y de originalidad telúrica?

¿Cómo abordar la estructura de estos poemas?

A continuación, ofrezco una lectura para dar cuenta de lo antedicho, siguiendo el orden de los 50 poemas seleccionados por el autor, en su versión definitiva, que comprenden el periodo de producción y edición de sus textos entre (1978-2014).

El poemario contiene una bella ilustración pictórica de la destacada artista argentina, Margaret Collazo, de quien se incluye un criterio en la contracubierta, a propósito de su imaginario para “Nadie es dueño”, de Miguel Fajardo Korea, académico y poeta centroamericano. Además, un epígrafe del poeta Rubén Vela, que pertenece a su libro “Poemas como piedras” (2012).

Urgente búsqueda (1981)

Una apertura desde el dolor de un yo lírico que sufre por las luchas sangrientas. La garganta angustiada marca el sonido gutural de la agonía, las garras y las guerras. Poema inaugural que señala el rumbo poético de la búsqueda urgente. Hay silencios sin respuestas. No se puede descifrar el enigma.

Estación del asedio (1981)

En “Cada día de la tierra”, la casa, las hojas, el otoño, el invierno, la tierra, la noche, los naranjos conforman el universo raigal en el origen del Padre.

“Nosotros, por ustedes”. Un poema que recala en el aprendizaje de la vida con un ritmo armonioso que señala los ojos, el crepúsculo, los cristales, con imágenes ligadas a la naturaleza y símbolos centrados en el uso de las palabras mar y barco, aludiendo a la inmensidad y el destino sin límites.

Extensión del agua (1981)

En “Olvidar el rostro”, observamos ritmos anafóricos que entretejen el sentido de la partida que despersonaliza hasta ‘olvidar el rostro’ en un tiempo que se desquebraja.

Bella semblanza de San José desde la visión de un peregrino en estas tierras.

Algo tan grave (1982)

El tema del exilio se patentiza en “Alcance de la sed”:

Dice el poeta: “Perdemos la vida/cuando invocamos/adioses que proponen destrucción.”

En “Cautivo mediodía”, se  nombra en una armoniosa amalgama: silencio-tiempo-agonía-invierno-fuego-sombra. Podemos leer:

“Llevamos en las hojas, el silencio/en las manos/la fundación del tiempo”.

El poeta, en su rapto fugaz, atrapa el silencio y el tiempo, tal vez sean los ejes temáticos de su viaje poético. Hay señales que lo ponen de manifiesto: ‘los bordes del fuego´ o ´la caducidad de las sombras’


Parte del fuego (1984)

El tema de la soledad y la injusticia. La geografía carcelaria es recinto de la injusticia: ‘soledad hereditaria’  o ´el desamparo de las rejas’.

En “Llaga presentida”, la personificación de la llaga exalta ese dolor que llega al martirio, se erigen en linternas que alumbran el rencor de ese misterio. Las llagas ‘esculpen la intemperie’, ´acrecientan la oscuridad’, es decir, socavan ese horror de la violencia.

Nosotros del mundo (1984)

El poeta, en “Itinerarios del misterio”, siente el ataque y la ofensa de otros. Busca su refugio en la rebeldía. En “Jadeo sagrado”, asistimos al peligro y soledad que constituyen la destrucción de un camino.

Solo la noche (1989)

“Certeza” anuncia el deseo de luz para la tierra americana.

“Nadie es dueño” es un extenso poema que da título al libro antológico.

El mito que nos ampara padece el sufrimiento del ultraje. La lucha por la paz que se esconde en los pantanos. En ese ámbito, el rumor de las lilas y las violetas claman por  la piedad.

“Estar vivo”. La tierra ardiente, el mundo vegetal, el mar, son constantes que señalan la presencia de la vida como único norte en la desesperanza bélica.

Esta tierra amarra los pies (1990)

“Depositarios”, un canto que grita e irradia, con delirio,  el anhelo de salir del vasallaje.

“Piedad de la sed”, el desamparo de los abandonados. La mención de los jades chorotegas (etnia de la región mesoamericana) y la comparación con el quijongo, instrumento musical de una sola cuerda, le otorgan un colorido local que acentúa la fuerza vital del poema.

Las puertas del sol (1992)

“Sedienta de luz”, una oración que atraviesa  ‘la mudez del grito’.

“Manuscrito de mañana”, con versos cortos, que denotan el tiempo escaso en esos momentos de Pasión, las palabras son un refugio de protección, comparable a la Madre.



Cinco estaciones para América (1993)

“América: II Estación”: un homenaje a los hombres  que se nutrieron del maíz, como emblema de nuestra tierra americana en tiempos  de devastación.

“América: V Estación”: la piedra y el honor en los hechos de quienes estuvieron hace cinco siglos.

Margen del sueño (2000)

“Poema XI”: los muertos por su patria en un recorrido histórico de varios continentes.

El poeta abreva en los incidentes de otras épocas para comprender su presente.

“Poema XXVII”: la poesía como espacio salvífico, se liga al encuentro de la naturaleza desmesurada  del paisaje afectivo y a la palabra que irrumpe en el ‘insomnio de lo indómito’.

“Errante soledad”: con un calificativo asociado al viaje, al periplo incierto y azaroso del destino de este yo lírico que peregrina, para vencer la adversidad de tanto dolor, generado en la injusticia y el poder.

“Embarcación de la memoria”: una magnífica metaforización de la naturaleza y el objeto de la nave que simbolizaría  es lo que se lee en el verso “la sed es salvación contra la muerte”.

Todos los días (2004)

“La otra memoria”, un repaso por la violencia testimoniada en el despojo y las maldiciones.

“La cicatriz del relámpago”, alude a la historia de héroes y mártires, mediante enumeraciones e imágenes centrales.

Ausencias  (2005)

“Límite de la palabra”, así como en palabras de Ludwig Wittgenstein, también el poeta se sumerge en la naturaleza de la montaña y del bosque  para dar cuenta, que el límite de su mundo  es el límite de sus palabras.

“Arrecifes del viento”, la naturaleza hiperbólica, plena de color y arrasadora, descubre esa máscara de dolor que se cobija en el alma del poeta.




Travesías (2008)

“La verdad de sus comienzos”, en esa búsqueda de la verdad, se pone el cuerpo, un cuerpo que vierte lágrimas y que ha visto las cenizas del tiempo en personajes históricos: Bolívar, Marti, Juan Rafael Mora Porras (1814-1860), presidente costarricense, declarado héroe y libertador nacional.

En estas travesías se alude al amor, a la patria, a la madre, al padre, los hermanos, a la mujer.

Es tiempo de consuelo en ese himno que abraza toda  la cintura de América.

Casa Guanacaste (2010)

“Conciencia confraternidad”,  es el perdón contra las injusticias del llano. Poema conmovedor.

“El cielo Quauhnacaztli”, bellísima semblanza del árbol de Guanacaste, una descripción  nacida desde las entrañas.

La demora más larga (2012)

Un libro que recoge, con maestría, las experiencias poéticas y las sitúa en la actualidad en donde convergen distintos paradigmas   de ideales, costumbres, estilos de vida insertadas en nuevas tecnologías e intereses mercantiles.

En el “Relámpago en el vacío”, podemos leer: ´las fronteras son límites de irracionalidad’.

“La angustia en los gritos”, el poeta nombra a mujeres que han padecido por diferentes causas: Ana Frank, Eunice Odio, Alfonsina Storni, Alejandra Pizarnik  y las coloca cerca de las pirámides de Teotihuacán, lugar geográfico  que sobrevivió al dolor.

Kafka y Frida Kahlo acompañan al poeta en la demora más larga. Y un homenaje a la maestra María Leal de Noguera.

“Huelenoche, moza de los campos”, después de padecer, hay una resurrección encarnada en la belleza sin par de una planta aromática que representa el Eros que emana de la tierra como mujer que recibe del cielo y dispersa el olor silvestre, como registro olfativo presente en la infancia, territorio edénico que nos otorga la salvación de nuestra condición humana.
El correo electrónico de Miguel Fajardo Korea es minalusa-dra56@hotmail.com y su twitter: @Mifajak.
Cristina Pizarro
(Buenos Aires, Argentina, mayo, 2014)



viernes, 9 de mayo de 2014

POEMAS DE MIGUEL CRISPÍN SOTOMAYOR

Miguel Crispín Sotomayor, Cuba




CORRE EL AMOR



Corre el amor entre mis dedos,
salta a mis ojos. Muere en el corazón,
todas las noches.

Corre el amor por mujeres descalzas
y el futuro en la espalda.
En el color del negro amarillento
y en la tos perenne que lo ahoga.

Corre el amor  en la cabeza
que se prepara para el vuelo del yugo,
en el “milho” que hierve y  la mandioca.




EL AMOR PUEDE SER MUCHAS COSAS.


El amor puede ser muchas cosas: una calle,
una esquina, el banco de un parque.
Una pared que sostuvo una espalda y un pie.
Puede ser la luz de una ventana,
la caída del sol sobre dos manos aprisionadas
o el despertar de dos cuerpos enlazados.
La luna.
Pero aún, hay más amor:
hay amor
cuando se besa a un niño que reclama
la misma luz que alguna vez
ansiamos recibir de una ventana
y dormir bajo esa Luna,
que en una noche de placer nos alumbró,
con la seguridad de que al despertar
encontrará el sol
y no el hambre que lo devora.
Hay amor
cuando esos niños, desde su infortunio,
lanzan un reto a nuestra rebeldía.




SIEMPRE


En todas las calles
las casas
los puentes
los ríos.

En cada niño
y cada mujer que pasa.

En cada risa
y cada palabra que oigo.

En cada café.

Me persigue tu voz
y me miran tus ojos.



ROCINANTE GALOPA SIN JINETE


Cuando campana y campanero se disputan
la asistencia de más o menos feligreses.
Cuando las ratas corren al maullido del gato.
Cuando la calma contiene indiferencia
y se traga la palabra rebeldía.
Cuando el amigo se transforma en moneda.
Cuando amantes aman,
según la plata que promete el bolsillo.
Cuando simulo alegría, mientras rabio
con más rabia la impotencia.
Cuando todo está bien y mucho anda mal
y viro la cara para no ver.
Cuando me importa un bledo
comer y otros no coman,
vestir y otros desnudos,
techarme, y otros a pleno sol, lluvia
y sereno:
Es que el Quijote ha muerto.
Rocinante galopa sin jinete.





CAPERUCITA
                                                                            

     A una niña iraquí.


Caperucita se va sin despedirse. Escapa del lobo uniformado.
Su mirada va al cielo. Intenta encontrar algún dios,
apresar para sí reyes magos. No sabe.
Los reyes escaparon del Oriente y los dioses están lejos.
De sus ojos gotean primaveras
y ante el asombro de un retoño humedecido
crecen sus manos. Pretende encontrar a la Tierra las entrañas.
Un viejo carretón transita entre dos siglos.
La madrugada oculta los luceros.
Las estrellas fugaces excretan la metralla,
secuestran la inocencia para llevarla al cielo.
Caperucita escapa.
Serpentea el camino de la muerte,
de la mina que la llama, cuando estalla.