En el presente blog puede leer poemas selectos, extraídos de la Antología Mundial de Poesía que publica Arte Poética- Rostros y versos, Fundada por André Cruchaga. También puede leer reseñas, ensayos, entrevistas, teatro. Puede ingresar, para ampliar su lectura a ARTE POÉTICA-ROSTROS Y VERSOS.



domingo, 26 de febrero de 2012

TRES POEMAS DE ROSA IGLESIAS


Rosa Iglesias, España





TRAVESÍA





Oh...alborozo de la noche postergada,
simbología metafísica y soñadora de mis días
Háblame, soliviantada, de tus ínfulas de luz,
de tus carencias y tus bienes ,
de tus mantras y su armonía

Oh Paraíso excelso de mi ocaso sin memoria,
pasadizo conventual donde mora mi agonia...
me recibes, como cruz ,
matizándome los labios con tus versos,
emigrando de tu nido, a mi boca sin aliento,
los desubicados goznes de las puertas del ayer,
de aquellas que cerraron sus cerrojos
a nuestros parapléjicos acentos

Diacríticamente irrelevantes,
emblemáticos y surrealistas, los conceptos,
se desglosan como pneumas y letargias,
como ilustraciones ensoñadas y divinas
como belladona, camomila y malvasía,
edulcurándome con sutras
de éxtasis y magia

Alimentándome de ti,
enamorándome a escondidas,
voy,
oh belleza solitaria y paradigma,
derramándome hacia ti,
porque te has entregado a mi servicio,
aunque siga siendo , francamente,
un austero ser indigno

Y por tanto, yazco ahora
en abandono, y en tus brazos maternales,
para enlazarnos sepultando los silencios,
para que me adormezcas con tus nanas liberales,
para que, con tus heterodoxias mudas y cantábiles,
me vayas ungiendo con azúcares y besos,
con mitologías sacras y caricias siderales

Ya no me procures, noche oscura y mixta ,
la mitad de tu sombra blanca, porque allí padezco,
con las entreveradas y amargadas medias tintas

Díctame, pues, desde tu morada y matriarcado,
suavemente, inspiraciones ,
órbitas, inmaculadas, contemplaciones
y literaturas cadenciales de místicos deseos

Eres, tú, la soberana capitular,
la sacerdotisa, la reina, y maga,
de las enigmáticas constelaciones

Y ante las impolutas y despejadas ecuaciones,
procrearemos nuevamente sinfonías,
nunca turbias, nunca nunca, tibias,
sanadora y fiel amante, que te me has sembrado,
como oasis,
en el desierto y en el huerto de mi vida,
como fuente, surtidora, y manantial,
en el inconsciente mar de mi agua limpia

Contrariando servilismos, futilidades, controversias,
dualismos, necedades, separatismos todos y soberbias,
vayamos, tú y yo, sobrevolándolas solas, hermana,
tú y yo siempre,
tú y yo, tú , siempre conmigo, palabra,
contra aquellas falsedades de insufribles apariencias.

Y es , en este peregrinar ligero
de inconcrecciones misteriosas sin regreso,
que incubamos narraciones literarias, bajo el ala,
para daros fe de sus salmodias,
de sus musas y plegarias

Solamente, a decepciones, nos tildaron de promiscuas
nos llamaron y apodaron , tristemente, " mala vida",
y atravesando ilustradas sedaciones,
solidarias con la paz, en sosiego y sintonía
cosechamos madreselvas y placeres,
turquenitas, mazapanes y delicias

Son, de aquellos, los corsarios belicosos
y sus bastos devaneos ,
las soliloquiales luces,y los tenues contoneos ,
son, venturosamente, los nuestros
( aleatorias fauces suyas,
que devastaron,
las plurivalentes fantasías tuyas)

En contra de la tan desorientada y suelta pluma,
diluída , acuosamente ilustre y fidedigna,
seré leal a la santísima luz sacrificada del verbo
aunque retornaré arrostrada,
por entre las atronadoras, pero secretas letanías,
que humildemente, hoy, os muestro

Y es que, por la angosta y pertrechada senda
de los enrarecidos y sabios alfabetos
que ahora transitas,
también anduve, sordamuda, ciega y aturdida ,
arrastrando esta voz insuficiente
por la cenagosa travesía...





EREMITA EN NAUFRAGIO




Soy piedra abnegada
pero desunida al entramado del suelo

Sustancia mineral con dignidades anónimas
y sustratos libertarios de condición diamantina
Canto rodado indúctil
que navegando en su riachuelo aburrido
se hartó de besar, entre soledades hambrientas,
la aguda necrosis de una herrumbrosa montaña

Siempre celosamente a escondidas,
siempre disconforme, cómplicemente atendida
por aquella amargura salada
del sabor a subsuelo, a llovizna,
a llanto caído y a tierra

Sumisión excesivamete indecisa
para ir escalando escarpadas
de fosilizadas laderas
y por tanto como deseare alcanzarla
en su embargadura asombrosa y serena,
sobrevolarle arriesgada
la acantilada y peligrosa cornisa

Eremita en naufragio me llaman
y sin cronología determinada, amanezco,
para renombrarme, desolación arraigada,
como rosa mística que, olvidada,
fuere arrancada del rosal
drásticamente en silencio

Al pie de algún inmortal sedimento
transito llorando sobre mi huella anegada,
sin pretensiones, persecuciones, ni prisas
pues debo cumplir, con esta pobreza adquirida.
las tasas inadecuadas, mas no sufragadas,
por una insobornable sonrisa

Aliada informal a la comunidad libertaria y sin tregua,
fui de carcelación en carcelación injustamente agredida
y me regresé , desde la más pura y sutil transparencia,
cándidamente indefensa pero sin darme jamás, por vencida

Hoy me sublevo intimista, solitariamente intacta,
contra una propiedad insular en secuestro
y, con una máxima locuaz como mínima hazaña,
mentalmente, me insubordino y, me crezco

Asumción resolutiva y contraria
al místico ideal que desde siempre adolezco
y al que renuncio para nunca ser desahuciada,
como porción individual o como fracción indivisa
de una peninsula hiératica, amargada,
colonizada y vacía

Proclamo mi nueva condición
de istmo solitario en barbecho,
de pasadizo secreto y de puente
Y caminando solaz
hacia el vacío de la nada, me adentro,
de la mano fiel y considerada
de algún inconstante sideral viento
por el que, asumiéndome y sin discrepancias,
mágicamente, comprendo





AGONIZANDO LA VOZ




Se han ...ido

Las hojas verdes de la primavera
con su alegría más inocente...y más natural
...se han ido

¿ Cómo esperar a que renazcan de nuevo
si ya no me quedan más hojas
en el árbol otoñal del que escribo ?

Aletean rotas
las esperanzas aún aniñadas de ser liberales,
las ilusiones de ser escritores, pancartistas o placebos,
las insinuadas verdades que se están devolviendo
capullo acorazado de broza,
crisálida de hieles amargadas ende úteros
ahuecados, vacíos y hueros

Oh... la falsedad sectarizada en un bosque talado
pudriéndose medio verdad entre corazones y letras

Oh la divinidad de la palabra sencilla a oscuras, indefensa,
medio borrada
para no llegar a ser falazmente, del todo, cristicamente aniquilada

No me cabrán los manojos enamorados de verbos,
ni las docenas amalgamadas de plumas segadas
en la maldita y reverberada lengua clausurada trapense en secuestro

Y ya no tendré más oportunidad de revolverme a llorar en silencio
ni de agredirme vocablo, sin nombre, solidarizado
y sin huella derrochándose luz entre trasiegos y trochas

Ya no seré nunca más al trasluz
parte mortecina de aquel clandestino y solapado poema

Ya no renaceré huérfana
ni mater, madrastra et magistra
pariendo versos y soliloquios estériles

Ya no seré el próximo capítulo final
de la literatura más desilusionada y marchita,
solemnemente exagerada y mediocre

porque ya soy, hoy, y me agonizo poeta sin poesía
y me acontezco sembrada entre páginas llovidas
de olvido fragante sin fruto, fertilizante sangrado y mudez,
contra la incipiente y maltratada... rediviva semilla

sábado, 25 de febrero de 2012

TRES POEMAS DE ELISABET CINCOTTA


Elisabet Cincotta, Argentina





LOS VIERNES





Los viernes regresan desde el recuerdo.
Algún álbum de fotos mece el viento.
La glicina titubea en la pérgola
y salpica el amarillo del patio viejo
-acucia raspones el cielo-

Elevo mi mano, recupero el aliento,
un son diáfano surge
-allí siempre son viernes los encuentros-
Hubo uno de rosas y azahares,
alguno de orquídeas y silencios.
Quién sabe cuántos más
-en el zaguán- hubo de lamentos.

Esta soy madreselva despierta
-flor ajada de tiempos-
con camino de adoquines por delante
y manojos de sueños.





DE PIE




De pie, siempre de pie,
busco, más allá de la línea ficticia del tiempo,
interrogantes que frecuentan la existencia.
Y nada.

La voz, silencio. La mente hurga respuestas.
Allí, ante mí, esos ojos, que sacuden siglos,
me miran y no saben qué decir.

Me acerco, me acosan. Los enfrento.
Tras ellos la vida. Distingo momentos.
¿Son míos?
¿Fueron mías las palabras, los sueños?
¿Son esos ojos el pasado?

De pie, siempre de pie,
los ilumino y sigo adelante.





CUANDO VI




Cuando muerdas los labios
sangrante victoria del grito
arremeterás laureles
quebrarás el aire
con el llanto tardío
y la palabra exacta
para exigir del tiempo
más tiempo
del viento el eco de la vida
del surco la semilla
y de la vid el vino

Cuando ningún pedido sea otorgado
saldrás por el sendero
serás huella de huellas
tus pies alados girarán historias
y al borde del precipicio
la existencia tendrá sentido.

lunes, 20 de febrero de 2012

TRES POEMAS DE MARKOS QUISBERT


Markos Quisbert, Chile





Y NOS TILDAN DE SER TAN VIEJITAS PARA ESTAS COSAS





Un día para coleccionar su propia imagen
sobre mis rodillas, que tambalean de felicidad.
Antes que yo me sostenga en las rodillas de UD.,
que imagina lo mismo, presa de ansiedad
al llenarse de caricias, con otra cara que no es la suya
ni la mía, sino es la de nuestro UD.-YO
que lame las arrugas, el cuello, todo el corazón azul,
y nos tildan de ser tan viejitas para estas cosas
sin humedad, sin continencia, sin nada más.





VAYA, SE ME ACABA DE CORTAR LA LECHE



Uno conoce el cariño en brazos musculosos y bronceados de vez en cuando,
sean de hombre o de mujer, o ambos EN UNO
Uno se refriega a menudo con otro cuerpo bajo un poste de alumbrado,
su luz ilumina el sexo que se deja entrever de las cremalleras semi-abiertas,
su luz remarca el sexo que apunta al cielo o al infierno,
es común, uno conoce a un muchacho/cha con gorra de béisbol en una plaza
uno como yo por ejemplo que había advertido hace horas su presencia
entre los árboles meados.
Allí está, con sus manos cruzadas sobre las piernas, blue jean ajustado,
sin distinguirse bien el sexo,
allí está, pequeñas sorpresas que el amor dispone en lo privado de la sed nocturna.
Un muchacho con gorra de béisbol es tan común, se sienta sobre mis rodillas,
como alguna vez yo me senté en las suyas… vaya se me acaba de cortar la leche,
en fin, un contacto por chat me distrajo, veía a la vez
las fotos de Alicia que Lewis Carroll le había tomado con distintos trajes,
en una aparece toda una tigresa
Me tengo que ir, beso a ti sea quien seas, te recomiendo las fotos de Carroll





A VECES UN SEX SIMBOL RECURRE AL BISTURÍ




A veces un sex simbol recurre al bisturí
como todos aunque nadie lo admita.
Su estilo y apariencia
nos ahorra el trabajo de ser tan sensuales
ante los ciudadanos con vidas simples y ordinarias
que beben y se reproducen al calor de una fogata
que se extingue en el polvo.

A veces de reojo percibimos a gente solitaria
con un halo sobre la cabeza
al cruzar la calle, sin importarnos
en ese mismo momento sino años después
mientras hacemos por ejemplo el amor
con un desconocido tras un quiosco en la noche.

Un hombre de mostacho y camisa hawaiana
a la luz de un reflector que ciega la memoria
como en una redada policial
que se oculta en los puntos ciegos
de quienes lo contemplan de reojo.

Y seamos nosotros ahora aquel
que cruza calles y mentes y Cam.
¡Oh bienaventurado albergue a cualquier hora!
Esto ya se ha visto, chau.

viernes, 17 de febrero de 2012

TRES SONETOS DE MARCELO NASRA


Marcelo Nasra, Argentina





SUR, VIERNES A LA NOCHE




La magia todavía permanece
en jirones de mi frágil memoria
y para el tango es parte de su historia;
página imborrable que no perece:
fue en un boliche del viejo pasaje
donde Goyeneche entonó “Malena”
con íntima emoción propia y ajena
evocando tiempos de malevaje.
Mientras la música se desarrolla,
la audiencia sabe que está frente al mito
que conmueve con la voz y el carisma.
Dos fuelles y la guitarra criolla
acompañan al Polaco en un rito,
la eterna ceremonia, es la misma.





PLAZA COLOMBIA – SANTA FELICITAS




Largas plantas se mecen a su antojo
cerca del esforzado monumento
que izando la bandera al firmamento
apenas opaca al gran ceibo rojo.
Plácidamente desde un banco flojo,
observo más allá del pavimento
a la verja, los gatos y el convento
que una vez fue pasión, celos y enojo.
Las campanas son una letanía
que resuena desconsoladamente;
una música tan triste y sombría
duerme a los gatos displicentemente.
Nubes grises amortajan al día
enlazando al pasado y al presente.




SANTA MAGDALENA




Lejos del bullicio, rincón preciado
bordado con arcos color buriel,
conserva celosa la historia fiel
en las casitas y el gris empedrado.
Y en la digna rutina del asceta,
que en la vereda no muestra despecho,
sentado con el respaldo en el pecho
tomando unos mates en camiseta.
Los vagones con paso estridente,
despiertan de su siesta a la farmacia
caminando en procesión a la estación.
A pedir tres deseos bajo el puente,
se dirigen presurosos con gracia
el nieto, el abuelo y su bastón.

sábado, 11 de febrero de 2012

Décimas de Leonardo Estrada Velázquez


Leonardo Estrada Velázquez, Cuba




Agua del presagio





“…en un mundo de neblina.”
Jesús Orta Ruíz.




Despeino la noche: hechizo
del vórtice más arcano,
fallezco torpe en tu mano
y en su furor eternizo.
Trémulo sangro, agonizo
sobre el puerto que revienta:
mástil a donde me avienta
tu garganta a contraluz,
búsqueda, refugio en cruz
donde cala la tormenta.

Muerdo voraz tus pezones
y arrogante salgo ileso,
te arranco el orgasmo preso
donde cuelgan las razones.
Muerde la esperma a montones
de retoños tras la puerta.
Muerde tu danza no muerta
ante el soplo audaz que surge.
Muerta, aprisa, resurges
si a veces te dejo abierta.



No sucumbo al desafío
que impone el tacto a mi boca,
no sucumbo si provoca
con su ardor mi desvarío.
No sucumbo al mar bravío
que embate la concha herida,
mas el insomnio convida
tu hendidura hacia mi daga,
dilata dócil su llaga
bajo este volcán suicida.

Sin aliento te reclamo
sobre un anhelo que abruma,
sin aliento entre la espuma
que desde el lecho derramo.
Sin aliento te proclamo,
bebo el frutal y alucino,
sin aliento tomo el vino
con néctar de la lujuria.
Sin aliento la penuria
borra del bosque tu sino.


Inflama mi lengua, ahoga
desde tu ombligo el concierto,
lame sublime el desierto
donde la flor me interroga.
Palpa el gozo que ebrio aboga
si perezco en la porfía:
resaca, savia-manía
de dos peces que se exprimen
sobre el coral sudan, gimen
en pos de esta profecía.

Quiebra el cielo tu cintura
de espiral que estalla al borde.
Quiebra del perfil su acorde
que llora desde tu anchura.
Quiebra el fervor ya sin cura
donde la roca se agrieta.
Quiebra la ansiedad repleta
por la fibra de mi mismo,
quedo inerte en el abismo
a merced de tu silueta.

Derrito la miel desnuda
del fondo que se deshace
cuando el manantial renace
bajo el peñasco que suda.
Derrito la furia muda
del vértigo y su letargo,
derrito el ensueño amargo
que se desploma en tu espalda,
cuando mi sed te respalda
con la euforia que descargo.

Arrastras mi cuerpo, incitas
a saciarme con tu apego,
desde tu vientre mi ego
encadena y resucita.
Abres el labio que invita
a desangrarme en la cumbre,
me flagelas con la lumbre
de un latido que desgarra:
enigma que al dardo agarra
si devora tu costumbre.


Inerme dejas al centro
si te destroza un temblor,
inerme atrapo el dolor
que sacude desde adentro.
Inerme aviva el encuentro
si soy señuelo de antojo.
Inerme llega el arrojo
que de tus muslos deviene
cuando el espasmo sostiene
la dejadez de tu ojo.

Y profundos al naufragio
cuando el diluvio es atroz
nos sumergimos sin voz
sobre el agua del presagio.
Te sumerges al adagio
donde mi piel alucina,
me sumerjo con la espina
demente ante tantas ganas,
casi a flote, siempre emanas
en un mundo de neblina.

jueves, 9 de febrero de 2012

JOSÉ LUIS PARRA


José Luis Parra, centro.




JOSÉ LUIS PARRA


Por Ricardo Llopesa


Escribir poesía con la pulcritud que lo hace José Luis Parra es un mérito y una virtud porque el mensaje y su contenido, su manipulación verbal, a través de la palabra se convierte en esencia de belleza y de precisión. Se trata de dos recursos tan sutiles, que más bien parece un arte burgués, teniendo en cuenta que Parra es poeta disidente y anárquico en el arte de escribir. Lo cierto es que pocos poetas cultos como él han escrito con el bagaje de la información, sin fronteras lingüísticas, tomando de aquí y de allá lo que mejor calza en el poema hasta conseguir el poema original. Al llegar aquí, nos damos cuenta que la poesía de José Luis Parra trasciende el término burgués, lo supera con su esfuerzo personal, está por encima de la norma establecida, rompe la tradición, desguazando todo principio caduco y manoseado, restituyendo a la poesía su mayor importancia, que es la originalidad.

Es autor de una obra tardía publicada en la época de su plenitud intelectual, de estilo inconfundible, como su barba y su bigote que ponen el sello y su estilo, breve, símbólico, penetrante y universal. Parte de su obra está recogida en la antología “Caldo de piedra“, editada por Renacimiento, en 2001. Su primer libro apareció con más de medio siglo de vida bohemia, entre el alcohol y el tabaco, bajo las viejas soleras de la Cervecería Madrid y el Café Malvarrosa, donde todavía se le puede encontrar. Pensamos que una obra como la suya merece nuestro recuerdo porque cada título es un tatuaje intelectual: "Más lisonjero me vi" (1989), "Un hacha para el hielo" (1994), "Del otro lado de la cumbre" (1996), "La pérdida del reino" (1997), "Los dones suficientes" (2000), "Tiempo de renuncia" (2004) y "De la frontera" (2009). Una obra breve, pero intensa y valiosa, escrita por un madrileño de nacimiento (1944) que vive en Valencia desde toda la vida y merece por patria el mundo sin fronteras.

Cuando conocí a Parra, en un tiempo que ya ni siquiera recuerdo, me quedé sorprendido por la familiaridad de aquella conversación, mientras recitaba e ilustraba con erudición el poema "Canto de guerra de las cosas", de Joaquín Pasos. En seguida me habló con propiedad y conocimiento enciclopédico, de Carlos Martínez Rivas, Coronel Urtecho, Pablo Antonio Cuadra, Cardenal, Gioconda Belli, cuando la Belli era aún desconocida. ¡Qué maravilla!

Pero Parra también sabía mucho de vinos y de rones, y hasta de gallopinto. ¡Qué maravilla sentir cerca la distancia! Ese día lo sentí uno de los míos y juntos compartimos muchas noches. Pertenece por filiación a la generación de poetas que surgieron en Barcelona por los años 70, bajo el signo de los cambios. Fue amigo de Francisco Seguí, el autor de aquel libro iluminado, "Prohibido amar las cucarachas", del año 73. A José Luis lo conocí de la mano del poeta Álvaro Urtecho, cuando los tres estudiaban Filología en la Universidad de Barcelona. De ellos, sólo Parra ha sobrevivido a las traiciones de la vida, porque él es un poeta lleno de proyectos y su vitalidad consiste en vencer las dificultades.

Decir José Luis Parra es nombrar el poema perfecto, sin ser él seguidor de métricas ni pasado, sino irreverente versolibrista, exigente y riguroso, como tiene que ser el verso libre, más perfecto y con más variantes que el métrico, a la manera de los versolibristas franceses. Su rigor procede de la forma y los temas. Como los buenos licores, su poesía está escrita y refinada en filtros que se destilan las veces que sea preciso hasta conseguir el poema perfecto.

martes, 7 de febrero de 2012

TRES POEMAS DE RUTH ANA LÓPEZ CALDERÓN


Ruth Ana López Calderón, Bolivia




NO ES FÁCIL




La noticia llega -una mañana- cualquiera,
con asombro en la cara, con incrédula,
y temerosa,
con el consultorio médico tornando
a fragmentar la vida,
las ilusiones de los sueños como anestesiados
y escombros giran y caen
en derredor
como urna muda
y la ira camina el corazón que encoge
que no digiere y se niega
al veneno cuando corroe
las entrañas en momentos subvertidas
con miles de pinceles que esbozan sin color
el lienzo futuro de mortaja:

y donde había mariposas, desaparecen
y las flores y los pájaros se han echado a volar
y toda la noche nausea su nuevo aroma de fétido
de agónica carne
de huesos que velan,
entierran y lloran sus astillas
sus macabras rondas cruzadas:
hilando del destino con la muerte ansiosa
cogiendo la mano y acariciando la espalda.

Y ahí quedamos, ahí, acongojados,
ahí agonizando, ahí en la tortuosa espera,
la certidumbre de la próxima hora
ahí,
ahí cuando oprime la garganta
hasta producir el tono mortecino de la piel.

No, no es fácil

aceptar esas palabras:

"no queda más por hacer"

Y el pensamiento estalla
Y lo absorbe la locura
Y fragmenta la cabeza,
Y desorbita el alma.

Las sensaciones: escupen
pero no calma
debaten
pero no calma
niegan
pero no calma:

cómo iniciar carrera a ciegas
hacia la nada
que te triza y machaca.

Días grises, de un cielo ajeno, se suceden.
Un brazo extendido de la noche abraza con frío.
Ese que antes era dulzura:
y vamos peregrinos por tinieblas
navegando un mar que atrapa a la deriva.

Comienza el cuerpo su abandono.
Y el espíritu, su rebeldía.
Y gritan , y se cenizan
y claman -un poco más de tiempo-
un poco más
de tiempo
un poco más.

O enmendar errores,
o pedir perdón
o volver a engullir el chocolate prohibido
y mirar en calma la rosa
y correr detrás de la paz del alma,
a escondidas en el bosque de bayas
donde quedamos atrapados,
donde punzan las espinas
donde contamos gotas
y minutos que marcan de sangre
el reloj de un tiempo que se agota enrojecido.

No, no es fácil mirar otra vez el mundo
si ya no son los mismos ojos de antes:

Si mudos de dolor y de furia
de catacumbas donde la belleza quedó como
cráneos vacíos para el regocijo de turistas
y lo que hace tic tac es el horror:

Tic tac:
noches de pesadillas
Tic tac:
grietas en la cama
Tic tac:
el techo quebrado en dos
Tic tac:
los pies hundidos en lo oscuro
Tic tac:
el abismo en los lamentos.

De la actuación, aprender
representar distintos
en diferentes escenarios
y detrás de la máscara
escondidos
el sufrimiento y la agonía
perforan la piel, la propia máscara
milímetro a llanto
y sudamos fríos centímetros
de sangre.

No. No es fácil recluirse
en santuario inmaculado
a pensamientos inmaculados,
cuando se respira infamia,
y los instintos paranoicos,
esquizofrénicos deseos, devastados,
arrastrando sus pedazos
hasta quedar quieta tiritando en un rincón,
y esperando, y esperando,
y esperando.

No, no es fácil.

Ruth Ana López Calderón
24-02-2011





NI OTRAS MANOS, NI OTRO CUERPO




Caricias congeladas en manos que huyen
En los ojos verdes, distantes, el desprecio,
Las palabras no pronunciadas
Pululan en la alcoba
Y una mueca sella el momento,
El semblante frío, inclemente como el invierno
Que apaga a su paso todo vestigio de fuego

El amor pasmado
Dos cuerpos envueltos
en la sombra agónica del deseo, maltrecho
Y pisoteado
No existe bálsamo que cure las heridas
Ni otras manos, ni otro cuerpo,
Ni el tiempo
Y sus olvidos,
liberan la piel mustia
entumecida
Y el alma huérfana de afecto

El daño está hecho

Y cómo duele despertar
Y cómo duele sentir,
el costado árido de la cama

Amanece
El amor tendido
Sobre sábanas raídas.

Ruth Ana López Calderón
18-04-2011





GIRA




Miradas y soberbia pasean las calles
el asco envuelve los desolados paisajes,
sombras derruidas, ruinas arruinadas
de algo que fue hermoso
y la indiferencia pisa los escombros de la vida

todo perece, todo, todo

el amor, la belleza, la felicidad,
hasta el tiempo perece
hombres con fecha de vencimiento
mujeres con fecha de vencimiento
niños con fecha de vencimiento
la humanidad entera,
con fecha de vencimiento
y la necedad persiste vanidosa

y la maldad sonríe
y en la noche

y a la luz del día, sonríe

un gigantesco tablero
las manos invisibles que nos mueven,
como invisible la nobleza
como invisible la benevolencia

acalladas las voces del dolor
por inhumanas que avasallan

y el círculo gira

y gira
y todos giramos alrededor

la iniquidad exalta los sentidos
que ya ni sienten
atropella la mente
que ya ni menta
¿cuánto más ha de aguantarse?

¿cuánto?

que me desnuden.

Ruth Ana López Calderón
09-04-2011

miércoles, 1 de febrero de 2012

PERE BESSÓ


Pere Bessó, España




PERE BESSÓ



Por Ricardo Llopesa




De mirada profunda debajo de unas gafas quevedescas, bigote recto a lo Freddie Mercury por encima de una sonrisa ancha, rostro de atleta, como el cuerpo, señales de comer y de beber al estilo de los antiguos romanos. Es la imagen que recuerdo del poeta Pere Bessó. Traductor, además de poeta, lo que demuestra su amor y el mimo por la palabra.
Lo conocí en tiempos lejanos cuando peinábamos pelos negros, hablábamos sin parar y bebíamos con pasión ron y tequila. Hoy que peinamos canas, sin rencor y con júbilo más bien, recuerdo aquellos días de comienzo de los 70, cuando empezábamos en la Universidad de Valencia y nos enzarzábamos, entre humo y vino, en discusiones sobre poesía. En verdad, Pere es de las personas hechas de la madera de los amigos que no pueden olvidarse nunca.
Por entonces, tuvo la feliz idea de publicar una revista de poesía, sin medio alguno, más que la ilusión. Y así fue. El primer número de “Múrice” salió a la calle mientras yo andaba metido entre las faldas de una francesa en Lille. Cuando regresé, la sorpresa fue grande, pues encontré una ciudad distinta, con el ánimo de unos y otros encendido, porque la ciudad estaba falta de un poeta que cogiese la batuta e hiciera cantar en coro a los poetas. Nunca he visto a los poetas en un ir y venir de júbilo de un lado a otro. Era un coro nada celestial que hizo posible a los más jóvenes alzar el vuelo de la aventura en busca de la palabra entre las nubes de lo moderno.
De entonces a hoy han pasado años y décadas. El hilo del tiempo es tan largo que se estira como un chicle mascado, se enreda entre los dedos, se pierde y se corta, pero aquí estamos. Él, dibujando cada día la serpiente de la escritura como un amanuense amante de la palabra, y yo, viendo pasar la escritura del amigo con los mismos ojos de aquella tarde distante, cerca del cine D‘Ors, frente a una copa de vino de Pedralba y abierta la ventana del bar.