En el presente blog puede leer poemas selectos, extraídos de la Antología Mundial de Poesía que publica Arte Poética- Rostros y versos, Fundada por André Cruchaga. También puede leer reseñas, ensayos, entrevistas, teatro. Puede ingresar, para ampliar su lectura a ARTE POÉTICA-ROSTROS Y VERSOS.



jueves, 30 de julio de 2009

Magdalako Maríaren eraztuna-MIREN EUKENE LIZEAGA

Miren Eukene Lizeaga, País Vasco




Magdalako Maríaren eraztuna.


Ez dio lurreko boterea eman,
Historiaren benetako egia
edo bere ahizpen leku merezia ere ez.

Ez. Ez da horrelakoa
Magdalako Maríari, goizeko izarrak
eman dion eraztuna.

Egarria asetzen duen ur ozpinduarena
da
Paliotik at zabalduko dena
isiltasunean, ahaleginaren lorpena.
Hipokresiak eta mendetasunak
besarkatuko ez dutena
da.
Loreen igeltseroek egina
erleek ezpaletan utzitako eztiarekin
haize eta itsasoaren besarkada gazituarekin.
Lurreko gizadia batzen duena
zatitu eta atzeman ezina
da.
Goizeko izarrak Magdalakoari
oparitutako eraztuna.






El anillo de María de Magdala



No le dio el poder de la tierra
La auténtica verdad de la historia
Ni tampoco el lugar que merecen sus hermanas.
No. No es así el anillo
que la estrella matutina
regaló a María de Magdala

Es el del vinagre con agua
que colma al sediento
El que se expande discreto
sin el amparo del honorífico palio
El del triunfo de la perseverancia
El que no abrazará hipocresía ni venganza

Es el que construyeron los maestros de las flores
con la miel que las abejas depositaron en las espinas
y con el salado abrazo del mar y el viento

Es el que reúne en su círculo a la humanidad completa
Imposible de partir Imposible de asir

Así es el anillo que la estrella de la mañana
regaló a maría de Magdala

domingo, 26 de julio de 2009

POEMAS [PIEDRAS DE ESCÁNDALO] DE MODESTO CABALLERO

Modesto Caballero





PAISAJE DE CIUDAD MUERTA



Esta absurda ciudad, árboles traga.
Tan blanca de pared no se desnuda
esta ciudad, que nunca me saluda
ni pregunta quién soy. Siempre a la saga
me llevo su recuerdo como daga
en la sangre del lirio que la encumbra.
En ella, sin embargo, se vislumbra
como un cansancio urbe que la emplaza,
que la vuelve ajena y de amor escasa,
sobre el clamor de nos, ¿que la deslumbra?




DESDE EL CONFIN.

Era una esfera de fuego.
Desde lo alto observaba
el genio. Todo era lava.
Después, humo. El andariego
del tiempo vertió su aniego
implacable. Luego, tierra,
mar, lluvia,¿paz?; y la guerra
comenzó por simples larvas.
Ya no hubo paz en las barbas
del reino que nos destierra.





LOMBROSIANO



Nace el hombre ya homicida,
sangre es el primer vestido
de donde emerge abatido
indefensión. Herbicida,
ser, luego, la cumplida
misión de Dante, grotesco.
Es un puñal en el fresco
aire de la ira, diente,
brutal desgarro, inconsciente,
oscuro, sin parentesco.





VOCACION

Soy la copia que origina
un basamento. La lerda
vocación donde se pierda
el azul de la Sixtina
que es sagrada; o la vagina
intacta de toda culpa.
Soy la razón que se inculpa
a sí misma. Se hace fuego
y regresa como un juego
de sangre, toda disculpa.






HERENCIA

Regresa el Corsario Negro
a la avalancha sectaria.
La cruz de tibia corsaria
se integra en otro consuegro
y es el mismo barbinegro
capit n de los doblones.
Ya divisa los galeones
y se baja el estandarte.
En Wall Street vive el arte
corsario en nuevos halcones.




LOS PASOS DEL SILENCIO

Cruza la noche en silencio
calzando zapatos claros
van rumbo a los desamparos
de mis pies, los diferencio.
Vuelan las grullas, sentencio
que algún preludio retarde
al sol que en mis venas arde,
pero la noche no cura
mi cansancio. Sigue oscura
mi vocación de ser tarde.
___________________
Leer más del poeta Modesto Caballero en Arte Poética-Rostros y versos y en Cuba AláDécima, espacio coordinado por el poeta Pedro Péglez.

sábado, 18 de julio de 2009

CARTA-SIMÓN ESAÍN

Simón Esaín, Argentina





CARTA


a Betina
Y digo que sé de colibríes
Zitarrosa

me motiva a escribir contarte
de un colibrí que anduvo revoloteando a cincuenta centímetros de mi nariz
en un claro entre el paraíso y la santa rita y
no encontró algo interesante

esta hora se ha sacado los guantes ¿sabés? y me rozan sus uñas
su tren pasa de largo, diciendo: hoy no venís, hoy no venís, los trenes
siempre pasan diciendomé algo, el benteveo
continúa desafiandomé a gritar aunque la noche le ha entrado al pico
horneros y tordos gritaron hasta lograr
que bajara un minuto de sosiego sobre el pasto
uno de los conejos blancos corretea por el fondo, me fastidia
me ha fastidiado todo el día
creer saber qué pensarían los conejos de todo esto si supieran
si cometieran, como nosotros, el error de creer

los árboles se cierran como roperos
estarme saboreando las sombras del mediodía entretiene
también es entretenido ver los picos rojos de la achira
cabecear por encima del manto suelto de la corona de novia
y al pomelo, rígido, entre las ramas llovidas de la higuera
la higuera sabe de qué se trata ¡por dios! ¡cómo lo sabe!
junto con las últimas brevas ha tirado su primera carta al otoño
sin mencionar mi poca esperanza, que también cayó
se pudrirá, caída
y la madreselva, trepada sobre el jazmín chino hasta alcanzar las canaletas
sin fijarse en mi honda obturación espiritual
sobre esta hoja
y si el techo se llueve y el cielo raso se pudriera
y cayera, bailoteando, sobre esta hoja
caída en mis manos
no les importaría gran cosa y enseñarían que mi esperanza
no debe importarme más que mi falta de esperanza

armo proporciones diferentes y con ellas
sostengo una consecuente sensación de extrañeza protectora
veo amalgamas de elementos en oposición a las diferencias
y que algunas mitades pueden continuar en otras
como si algunos escombros tuvieran continuación
el benteveo esperó a que mi alma se pusiera así de clara
para empezar a acicalar sus plumas sobre el tendedero
la que continúa lanzando su grave voz de bicharraco es la bañadera
regresa cruzando el centro y rozando las plazas con su panza de elefante
desde que tengo memoria los trenes nunca han vacilado
en pasar dando aullidos premonitorios, pero
no ha sonado la alarma voluntaria en el cuartel de bomberos
y estamos ilesos
¡ilesos! / ileso nuestro / ¡sandía abierta de la estimulación!
ileso el abierto corazón de sandía de nuestro amorío
te escribo estas líneas porque un colibrí tremoló frente a mi cara
hasta que nada tentador detuvo su ojo
¡pizca de brea!
es como uno que entró al taller y no supo salir
lo encontré infartado en el piso, entre las cartas
enviadas ese día por algunos poetas esperanzados
cordobeses, rosarinos, lunáticos de Quilmes

¡que se calle la calle!
que lo que pasa que pase y nos deje incluidos
que cualquier clase de residuo puede guardarse en el congelador de la heladera

hace un minuto he comido la primera pera madura
estoy pensando que nadie ha vivido así esta tarde
como nos roban los sapos y murciélagos, se las he robado
no tendrán ocasión de saberlo

un hornero invisible es el chillido ladrón
ha oscurecido primero sobre el cuchillo
criminalmente
hace un rato el minuto empezó a sonar como un grillo
pero al oírlo mejor lo he transformado en langosta susurrante:
tu respiración a las 06:00 de la mañana
querida amiga

agrego sal a mi banquete
ahora tengo colibrí muerto en la heladera
hasta que ambos quedemos paralizados
y cada vez que me sirvo de este tiempo congelado donde me descongelo
se ahoga la cuchara, se le dobla el mango que me diste
en el deseo que te debo, lo confieso

ahí está el cielo, como si ésta
fuera la casa del centinela
la irrupción de su paciencia


ni ensalada ni trozos de carne me llenan la boca
sino el presagio de morder algo que he vivido
el cuchillo que vive sobre la mesa, corta
cada segundo nuevo de cada segundo viejo
pero es alimenticio masticar hasta angustiarse
este mundo es un anonadamiento creado por las cercanías sin tragar
ponemos toda clase de saliva entre nosotros, padres y tíos
funcionarios y muchísima gente igual a uno
hasta volvernos remedos, trabajadores de lo insoportable
mérito que alcanza para desayunar y merendar
pero no resiste hasta la antigua hora de la cena
hay que preparar sobras frías cuando el domingo cae apagado

por algo será

entre cráteres de los organismos el otro mundo chilla, masticado
antes de salir volando en forma de muerto colibrí
cenar solo es peligroso
uno dice: todo lo que necesito es un corazón de metal
para clavetearlo mejor sobre mi vida
¡su hojalata es tan terca o se me escapa tanto!

es reconfortante masticar en la boca del patio mientras
los párpados menores ayudan a cerrarse a los párpados mayores
la casa tiene terquedad pero con ventanas
con pasillos y rincones hacia otras ciudades y otros suicidas
alguien se entusiasmará con este sentimiento de prisión vencida
por los recortes de las otras prisiones
ella me hace pensar en un laberinto portátil
un objeto familiar y circulante, que cabe entre mis manos y el cuchillo
sólo es verdad aquello que presentimos antes de comprender que comprendemos
la clave estaría en llegar al propio corazón a pesar de uno mismo
lograrlo es más duro que conmover un corazón ajeno
nada causa más hartazgo que el propio territorio
y la noche no se puebla sino con mis fantasmas
para que así no vuelva a suceder
imagino que llegan cien amigos con luces en las manos
que una sola amiga se desviste frente a mi soledad
o puedo dejar de respirarte
donde armo estas colecciones

en un secreto han convertido este día
obligados por sus obligaciones para el resto de la semana
y los domingos reaparecen, idénticos, uno tras otro

la crisis palpita
me siento tecnológico

ojala supiera si estamos en la posguerra o la preguerra
la permanente frustración ¿no es una de las fórmulas del éxtasis?

mirando lejos, como si en la amargura hubiera un mar
no hay secreto peor guardado que nuestra estupidez
algún niño ya sabe que estamos fabricando ilusiones para cocodrilos

qué placentera la primera penumbra después del ocaso
andan bamboleantes los fantasmas, como botellas vacías
agravado vibra ahora el rumor de la ciudad
como si el gran botellón transparente se hubiera enlatado
¿por qué se apurará el servicio público a encender luces?
siento que este mes me cuida
solo, aquí, me rodeo de enemigos
a solas, mi miedo no me preocupa, me ocupa
las verdades no pueden salvarnos de la mentira
las mentiras no pueden salvarnos de la verdad
etcétera

ergo
amo tu cigarrillo
odio a los demás

ojala sonaran campanas por ahí
____________________
Simón Esain nació en la localidad de Maipú (Buenos Aires, Argentina) el 30 de agosto de 1945. Escribe poesía y prosa breve. Reside en la ciudad de Chascomus. Desde Chascomús editó y distribuyó desde 1989, durante 10 años La Silla Tibia, medio artesanal de difusión literaria. Textos de juventud inéditos son su "Hombre Polarizado" (a partir de haber oído sobre Herbert Marcuse) y "Amplitud Esencial". A partir de los Borradores del año inútil (1988-1989), edita en forma artesanal: Indignación de Noviembre (1989); por Alicia Gallegos Ediciones: Mayo de 1989 o El Humo; Musa Interventora; El momento de ahogarse. Posee asimismo, como material inédito, los poemarios U.S.Me y Tótem (La mirada de Ulysses). Su prosa del "año inútil" está reunida en el inédito Enero y Otros Meses". También tiene inéditos libros de prosa breve: Las Malvinas y Otros Sueños, Enero y Otros Meses I, Enero y Otros Meses II, Setiembre y Otros Meses I, Setiembre y Otros Meses II, Setiembre Naif, Oniricón… Otros proyectos, como "Lobo Mundial" y "La Valija", se hunden en la ciénaga del presente. Miembro fundador del Movimiento de Artistas y Artesanos de Chascomús (MAYA), a cargo de su taller literario. Miembro fundador de la Delegación Chascomús de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos

jueves, 16 de julio de 2009

Nenúfares de carne-Eduardo Espósito

Eduardo Espósito, Argentina






Nenúfares de carne



Qué busca esa mujer en la madera del tiempo?
Ha ligado la noche con saliva
Con saunas de su cuerpo derrite los barrotes
Cama y celda son uno en el recuerdo
Busca clavos de amor? Seguramente
y en los encastres
flores de prisión de aguas
Nenúfares de carne
En el espejo en negativo de su cuarto un año ido
y el baño de manteca por las noches
Hombres de a dos y en pugna
La verga en ristre
Aquella esgrima púbica y brutal
Qué encuentra esa mujer en las vetas
en los nudos des – nudos de otras vidas?
una verdad articulada?
Limonada Rogé?
La baguette prenupcial?
Su tiempo se contrae desde el vientre
Con el alba inclinado
la matrona se astilla y desmenuza
respirando un destino de viruta
Del polillaje saldrá el huevo
que comerá su ayer





Comic



El Capitán Feliz se cree una especie de Quijote pero sin escudero
Su padre fue el Llanero Solitario y su madre una vendedora de Avon
Su niñez fue difícil como la de cualquier superhéroe
(Los poderes de un hombre son inversamente proporcionales a su felicidad)
Nunca fue invitado a ningún cumpleaños
Tenía prohibido jugar a las pulseadas en el preescolar
Correr carreras de galgos en el barrio
Usar superpoderes en la cama con las chicas del bachillerato

Los atributos del Capitán Feliz
Supersonrisa amigable que transforma el odio de sus enemigos
en un sentimiento chicloso y lánguido
dejándolos adormecidos y con cara de papa como persona que va a votar
Supervista de rayos X
para detectar chalecos antibalas explosivos espías árabes
y las tetas escurridizas de su vecina
quien desde que lo conoce usa corpiños de plomo
Visión calórica
A consecuencia de las tetas susodichas
Invulnerabilidad (sólo en su interior)
se tomó 1 litro de laca marina cuando era niño
lo que lo hace inmune a los venenos y a las puñaladas
aunque le dejan cicatrices exteriores
Puede deglutir ladrillos, hojitas de afeitar
y cualquiera de las superpromo de McDonald´s
sin que su digestión se sienta amenazada
Superfuerza
sumamente útil a la hora del estreñimiento
También puede volar pero sólo a medio metro
del suelo porque sufre de vértigo

Los Archienemigos del Capitán Feliz
El cuartetero
Hábil rival del hombre de hierro
Emplea la denominada música de las esferas
(para rompérselas despiadadamente a la hora de la siesta)
Algunos afirman que escuchando su CD al revés
aparece el maléfico mantra cordobés “Marado´ Maradó”
El pastor Susano
Poderoso hechicero de voz hipnótica
Es capaz de transformar a cualquier creyente
genuino en una dócil marioneta sin piolines
No cree en nuestro capitán tampoco en Dios pero predica
su máxima hazaña fue robarle la camiseta de Racing versión descenso
La legión de suegras estafadas
Es una coalición internacional que persigue un único objetivo
castrar al Capitán Prolífico.

El atuendo del Capitán Feliz
Camiseta de Racing sin sponsor oficial
Calzoncillo de lycra por el lado de afuera
Pantimedias al tono
Capa prestada (que prometió devolverle a Robin
cuando los superhéroes cobren los haberes atrasados)
Antifaz tatuado sobre el rostro para evitar el careteo

Las esperanzas del Capitán Feliz
Poder reír a carcajadas hasta partir el mundo
Poder pegarlo nuevamente
Volar hasta la ionósfera sin que me falte el aire
(Aquí es cuando revelo mi identidad secreta)
y ser aceptado como terrícola sin renunciar a mi marcianidad
_____________________
Eduardo Espósito (Argentina, 1956) Ha publicado. El niño que jugaba a ser Rayo. Bs. AS.: El Francotirador, 1992; Violín en bolsa. Bs. As.: El Francotirador, 1995. Una novia para King Kong. Bs. As.: Amaru, 2005, Quilombario. Bs. As.: Amaru 2008. Participó en varias antologías, destacándose entre ellas Poesía en el subte. Bs. As.: de la Flor, 1999.
Coordina desde 1996 el taller de escritura de la Dirección de Cultura de la ciudad de Moreno, y a partir de 2001, desempeña igual actividad en el taller literario “Elementales Leches” de la ciudad de Gral. Rodríguez, Argentina. Reside en Paso del Rey, Buenos Aires.

lunes, 13 de julio de 2009

PRÓLOGO A: DESECHO E IZQUIERDO DE ROLANDO REVAGLIATTI

Rolando Revagliatti y Alejandro Méndez Casariego



Prólogo
de Alejandro Méndez Casariego
para la edición electrónica y para la segunda edición
(aumentada) soporte papel,
del poemario “Desecho e Izquierdo” de Rolando Revagliatti.




DÉSE AL DIGESTO POÉTICO NACIONAL



La tentación de acotar mi comentario a estos textos de Rolando Revagliatti, de referirme específicamente a ellos y a sus características puntuales, es grande. Es lo que solemos hacer: ver qué hay aquí, en este corpus poético, cuáles son sus aristas más notables. En fin: describir esta obra en particular, haciendo malabarismos para separarla del resto. Tal vez porque esta tarea me exceda, o porque hace tiempo vengo rumiando algunos aspectos más generales de la poética de Rolando, o incluso porque en este libro esté inequívocamente advertible la configuración relevante de su forma de decir, pero sobre todo porque el autor me lo permite, opto por abocarme a una lectura un poco más amplia.


Si tuviera que buscar una expresión concisa para definir la poesía de Rolando Revagliatti, afirmaría que se trata de una caricatura profunda. Caricatura, porque como en ese arte, se trata de exagerar la virtudes o defectos del objeto – o sujeto – retratado, de tal modo que, despojándolo de todo aquello que no es significativo, destaque lo que lo hace diferente de lo demás, lo que lo hace único. La ironía es uno de los recursos más eficaces para lograrlo. Pero la ironía no debe ser gruesa, no debe ser superficial, si lo que pretendemos es destilar la esencia; no basta con señalar este o aquel rasgo, o con enumerar cualidades, atributos, comportamientos de mayor a menor, según un orden de jerarquía que establecemos desde una formulación caprichosa. El ojo del observador debe estar atento; a la manera de los yoghis, debe permanecer pasivo y alerta ante lo que contempla. Pasivo, para no alterar con nuestro trajín, con nuestros forcejeos intelectuales, el flujo de lo que es y ocurre. Y alerta para no perderse nada. Sólo de esta manera el fenómeno se nos revela en plenitud. Hasta aquí, todo el esfuerzo previo: el poeta ha pesado, medido y evaluado su materia prima . Podemos imaginarnos a Rolando, como él mismo diría, “extasiado escudriñando” lo que pasa a su alrededor, como una lupa gigante que clasifica, desecha y selecciona, que no se conforma hasta llegar al meollo.

Al meollo intento remitirme yo también, entonces.

La poesía de Rolando no define cosas, no reflexiona sobre lo que ve, no saca conclusiones. Las personas y los sucesos discurren en su propio terreno, en su aura original, rodeados, impregnados por sus códigos, intocados por la parcialidad inevitable de aquel que cae en la tentación de contaminarlos con un toque de opinión o juicio. No ocurre ese distanciamiento fatal que la mediación produce a veces con el hecho por exceso de notoriedad del creador. Utilizando una expresión futbolística – que Rolando seguramente celebrará por lo futbolística, más que por lo acertada – el árbitro más presente es aquel que pasa más desapercibido; el mejor será el que logre que los únicos protagonistas sean los jugadores. Esta tarea no es fácil.

Con naturalidad o con esfuerzo – esos son los secretos más íntimos del poeta, en los que no conviene hurgar – Rolando evita detenerse en los porqués , en los porqués subjetivos de él, Rolando escribiendo- para entrar frontalmente en los qués. Están, sí, y en abundancia, los porqués de sus criaturas, pero ese es otro cantar. En este contexto, el qué vendría a ser algo así como “la cosa en sí”, lo que acontece sin necesitarnos más que como espectadores.


La profundidad tiene mucho que ver con lo anterior. Según mi lectura, que a mi entender no es más que otra lectura, la profundidad está lograda a través de la dualidad, la tensión angustiosa y obsesiva que prepondera en estos textos entre lo trágico y lo cómico de los sucesos de la vida. Solemos creer que una existencia mediocre se resalta por la ausencia de tragedia, por un transcurrir sin sobresaltos: el hombrecito gris portando una vida gris. La poesía de Rolando exhibe impúdica, implacablemente, la certeza de que en la mediocridad reside, emboscada o explícita, la peor de las tragedias: la de no ser, y para colmo, no saberlo.

Dice en uno de los poemas, significativamente titulado “No concilio”:

“El desasosiego de la conservación
me templa tristemente”

para luego concluir

“Y mi no soñar
también miente
que estoy vivo

¡Recuérdenme!”



Tal vez el único posicionamiento serio para abordar ciertas encerronas, sea con la mentada ironía porque la solemnidad resulta siempre sospechosa, o porque, si de mediocridad hablamos, lo más trágico es que resulte cómica. Lo sabemos aquellos que, un tanto distraídos, caminamos papando moscas por la calle sin advertir el poste inoportuno: no nos duele tanto el golpe, por fuerte que sea, como la risa, apenas contenida, de los espectadores. Pero como en esos casos, en la escritura hay un recurso casi infalible, hasta diría una sola alternativa: reírnos nosotros primero. Porque – y eso trasuntan los poemas de este libro – todos cargamos a cuestas a ese mediocre Aquí impongo un aparte para poner en duda el menoscabo del término utilizado: “mediocre”. Porque se trata, en definitiva, de ese punto medio, que a todos nos incluye, entre nuestras miserias y nuestra integridad.

Hay, en la obra de Rolando, una especie de tierna crueldad por sus personajes atrapados en esta trampa sofocante, desesperante de la vida. Sin juzgar - porque ese es otro de los secretos que no se puede, ni es necesario, desentrañar – la impronta con la que el poeta se involucra en los temas, considerando el uso, como recurso o como verdadera comunión, de la primera persona en la mayoría de los poemas – cuando hay un tercero, en general, es un tercero referido a uno-, se percibe una íntima solidaridad, no tanto en el sentido de compartir los variados – y a veces aborrecibles – puntos de
vista de los sujetos retratados, sino en el conocimiento hondo, minucioso de la condición humana. Porque en esta sucesión de equívocos, bloopers, parodias e instancias absurdas, es en definitiva esta execrable y adorable condición humana la que nos salta al cuello, cuando vamos un poco más allá de la peculiar sonoridad o de los gags insólitos bajo cuyo envoltorio se nos expone.

Léase, ríase, llórese, archívese cuidadosamente y dése al Digesto Poético Nacional.


ALEJANDRO MÉNDEZ CASARIEGO
Buenos Aires, 2009

martes, 7 de julio de 2009

Hoy leo a Gandhi-Yván Silén

Yván Silén, Puerto Rico





Hoy leo a Gandhi



Habito entre los árboles,
entre la lluvia y entre la rosas moro,
mientras limpio mi bazuka
y aceito las molotov entre las hojas
(el cielo está rozando el techo de mi casa),
y leo a Gandhi,
y bebo mi café en las mañanas.

La muerte se ha puesto a cantar
en los columpio,
mientras Orfeo lira la elegía inmoral
de los que cantan.

Eurídice barre los sueños
a la puerta siniestra de mi casa.
Y las nubes han cubierto, dridamente,
la cabeza del poeta. Las metáforas
se visten indecentemente
los contrarios, las vulvas, los ovarios,
y Súbito orina
contra las libélulas del instante.

Hoy habito entre las rosas y la lluvia.
Hoy leo a Gandhi,
mientras la muerte afila los fusiles.


*****

6 de julio del 2009
Puerto Rico
©yvansilen

lunes, 6 de julio de 2009

Algo diario-OMAR CHÁVEZ

omar chávez, joven poeta salvadoreño





Algo diario




Caminar contigo era algo sencillo
y el simple hecho de ser sencillo
lo hacia complicado

A ratos tu presencia pesaba
y a veces
era ligera
Caminábamos de la mano
bueno…
Es lo que creo a lo que me imagino
Siempre iba atrás
te gustaba ir atrás
te hubiese sido incomodo haber ido adelante
Tu solías pasar largo rato sobre mis piernas
aún cuando tuviera erección

¡No por vos!

Sino porque me imaginaba el sueño húmedo
que había tenido la noche anterior
Eso no te complicaba
¿Por que habría de hacerlo?
Así era yo
me apoyaba en ti
no decías nada
ni protestaste por ello
todo era sencillo contigo
Entre nosotros había mas que amistad
no amor
tampoco deseo
ni muchos menos lujuria
Me desnudaba ante ti
me acostaba contigo a tu lado y te abrazaba
Dormíamos juntos muchas veces
y no te importaba que “Manuela”
hiciera el atrabajó que tu no hacías
Aun así te abrías
bien abierta
metía cualquier cosa y no te molestaba
nunca renegaste por ello
nunca lo hiciste
aun cuando el peso… fuese demasiado
Parecía que todo sería así por años
caminar juntos
viajar en el mismo autobús
volver a casa
Al volver te abría de nuevo
te abría toda
todita
Bien abierta solía meter mis manos
sacar lápiz y cuaderno para hacer la tarea
Así…

Así era mi mochila.
_______________
Leer más en sección: Nueva palabra de Arte Poética-Rostros y Versos.


viernes, 3 de julio de 2009

POEMAS DE Lucy Cristina Chau

Lucy Cristina Chau, Panamá




Tanto


“mi canto está conmigo
no tengo soledad.”
Silvio Rodríguez



Fuimos tan una sola piel
que me llegaron a doler tus heridas.

Fuimos tan una sola forma
que no me reconozco en el espejo.

Tu risa y la mía se acoplaron tanto
que a falta de la tuya
nadie pudo entendernos.

Y yo, que tanto gocé sobre tu lecho
ya no encuentro disfrute en el deseo
Porque tan, tanto y tanto y tan y tanto
no lo puedo inventar
sino en tu cuerpo.




Leche

Llevo la camisa empapada en leche
y el presentimiento de un llanto que me necesita.
Del corazón me viene medio litro de sangre
guardada para el hambre de mi niño.

Busco descansar en sus brazos
pidiéndole perdón por las horas de sueño que he perdido.
Sólo sus pequeños labios me dan el descanso extraviado,
sólo su sed de vida indica la ruta de mis pasos.





Hombres

Me gustan todos los hombres del planeta
porque tienen la extensa algarabía de un niño
y el abrazo de mi padre al despedirse.

Me gustan, porque todos son
de alguna manera un poco mis ojos,
tienen sed de caminos,
abundan en nostalgia,
creen fervientemente en la real gana,
pero saben hacer del final de un día
la postergación de la soledad.

A veces quiero meterme en sus pellejos,
cruzo las calles que los llenan de miedo,
hago infinitas promesas imposibles
y se me antoja que el mundo
es un lugar correcto para mis hijos.

En otras ocasiones – sin embargo –
sólo me parecen ganchos de ropa
donde colgar mi tiempo.
Suele traerme problemas de colesterol,
pero ¿quién se niega el aroma que desde su niñez
aprendió a respirar para saciar el hambre?

En serio, me gustan todos,
con todos quisiera recostarme una tarde en pereza,
repasar historias del chiquillo que fueron;
con todos quisiera discutir si es posible confiar en alguien,
oír cómo se contradicen
diciendo que los hombres no son lugar seguro.

¿y por qué no?
Amarlos como ellos quieran,
sin que por ello
la corona se me llene de espinas.




protesta

Mi hijo no quiere
tenerme de madre,
le digo que ponga su queja
y el sostiene altivo sus ojitos,
mientras – a punto de llanto –
me derriba
con toda la ternura
de su risa.





Noticiero
Aquella voz
que nunca tuvo miedo
hoy cuenta mis tragedias
en términos de daños materiales,
por eso me dan sábanas nuevas
y un colchón
en el que no están tus sudores,
ni mis sueños.




Llovizna

Ahora que ha parado de llover,
que las tormentas duermen
y los mares no se derraman,
el cielo vuelve a descansar
sobre las montañas.

Ahora que se escurren los miedos,
con este sol que no parece invierno,
la ciudad,
aún dormida,
camina entre el café colado
y la indiferencia.





Bruma
En este país
hay ciertas lluvias
cuyo oficio es borrar el mundo
gota a gota.

Y nunca falta quier reclame
haber sido olvidado.




Icebergs
Danzan las ganas
por todo el continente.

Si te sumerges,
entiendes como finge
la cumbre
su inocencia,
mientras en el fondo
se arrastra el deseo,
incluso, de la muerte.





Bruja

Bruja
así me dice
y no sabe que ha olvidado
sacudir el beso
de su espalda.
Bruja
porque miro sus ojos
más allá de la risa
que elabora.

Me quema en la hoguera
de sus miedos
y yo dejo que me acuse
de hechicera.

Maldice mis instintos cavernarios
se sacude la luz
vuelve al refugio de sus sombras
huye dos tiempos
más allá de mis designios
y se entrega al recuerdo
de su nuevo lecho.





De Noche

Salgo de noche
y llevo puesto mi traje de locura.

Sólo así puedo
lanzarme a la jauría.





Padre
¿Viste, padre?
No quisimos vivir en una casa,
todos los muchachos que fuiste
piden a llantos una madre.

Ya no me arrepiento del mar,
era tu casa y te fuiste,
tocaste tierra y ya nunca
volveremos a viajar.

¿Te das cuenta, padre?
Cuando el ancla decide quedarse
necesita un lugar donde soñar.




La casa que fui

La casa que fui
no tiene puertas
ha dejado salir
al habitante.
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Lucy Cristina Chau (Panamá, 1971). Premio Nacional de Poesía Ricardo Miró 2008, Premio Nacional de Poesía Joven 2006. Miembro del Colectivo de Escritores José Martí y de la agrupación artística Trópico de Cáncer. Es Licenciada en Humanidades por la Universidad Nacional de Panamá y trabaja actualmente en el Sistema Estatal de Radio y Televisión. Ha publicado La Virgen de la Cueva (2007), IndiGentes (2007) y La casa rota (2009), así como colaboraciones en revistas y sitios web de arte. Es la creadora de "El Cuento de los Martes" y grabó el disco "Vida de Perros" (2006) con el legendario cantautor Ignacio Ortega Santizo y el Trópico de Cáncer. Leer más en Arte poética-Rostros y versos.

miércoles, 1 de julio de 2009

CARNAC-FERNANDO RUIZ GRANADOS

FernandoRuiz Granados, México




CARNAC


Sobre este lugar ha soplado el viento
Sobre este lugar se han abatido todas las tormentas
¿Qué ocurrió en este sitio?
¿Quién erigió las piedras contra el cielo?
Frente a ti los vigías del rayo
La casa de las cuatro estaciones
Los pilares que levantaron el firmamento
Aquí el monumento que no se desplomará
Aquí lo que fue
Lo que es
Lo que nunca habrá de perderse

Escucha el canto del viento
El canto del cielo
El canto de la nube
Que corre por sus muros

Aquí se alza la piedra megalítica
Que mira arder y renacer los días
La semilla pétrea del mundo
Mira el fragor olvidado de la tribu
La memoria de los ritos antiguos
El horror del fuego
La fecha que tuvo lugar sobre la tierra

Aquí la piedra sin inscripciones
La eterna permanencia
El centro inmóvil de la rueda

Aquí la palabra indescifrable
Que no tocará el tiempo