En el presente blog puede leer poemas selectos, extraídos de la Antología Mundial de Poesía que publica Arte Poética- Rostros y versos, Fundada por André Cruchaga. También puede leer reseñas, ensayos, entrevistas, teatro. Puede ingresar, para ampliar su lectura a ARTE POÉTICA-ROSTROS Y VERSOS.



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miércoles, 18 de febrero de 2009

Entrevista al poeta Alexis Gómez Rosa

Alexis Gómez Rosa, República Dominicana




Atreverse a morir en cada página
ALEXIS GOMEZ ROSA
o la entrega hecha poesía



Por Roira Sánchez





PRIMER PARTE

¿Cuáles características definieron su formación literaria?

Como hijo de la generación del 60, toda nuestra cosmovisión del mundo en relación con la literatura y la realidad que la sostiene se produjo “sobre la marcha”. (título del primer libro de poemas de Norberto James que, a la vez, refleja la una de las características más visible de la época: la improvisación). En el bachillerato, con los amigos que posteriormente me acompañaron en el proyecto literario del grupo La Antorcha, fui definiendo gustos y afinidades de una vocación que con los años ha cobrado perfiles muy particulares en su ramificación y complejidad. Yo te diría que comencé a hacer camino al andar intercambiando libros, discos, nombres; visitando las vacas sagradas del parnaso: poetas mayores de menor cuantía y, en ese largo camino de búsqueda insaciable y sed infinita de un ideal de belleza, fui consolidando mi formación artístico-literaria entre los huecos y desatinos de una gran insuficiencia.

Bueno, has escrito fundamentalmente poesía; ¿pero has tenido algún acercamiento a otro género literario?

Sí. He trabajado narrativa y crítica literaria y de arte. Publiqué algunos ensayos en periódicos y revistas del país y del extranjero: los ensayos de una imposición académica. Recientemente obtuve el primer lugar de un concurso de cuentos auspiciado por la Secretaría de Cultura con el tema del béisbol, titulado: “The real thing”.Tiempo después, poco tiempo después, obtuve premio en el Concurso de FUNGLODE con el cuento “Oir y nada decir, una mañana”: los cuentos de un mal endémico. Allá en el barrio todos eran cuentistas.


Participé con dos relatos que forman parte de mi libro Mesa culpable: una obra en la que vengo trabajando desde mis días niuyorquinos y que, al igual que la poesía, no busca hacer concesiones a un gusto huero y acartonado.


¿Con qué género literario se siente más cómodo escribiendo?

Para mí el trabajo de literatura es uno sólo. Por ser un acto de lenguaje no establezco mayor diferencia entre hacer poesía o cuento; analizar un hecho o formular tesis desde el ensayo. Se podría decir, incluso, que la narrativa se ha convertido en el espacio donde revientan otras manifestaciones del lirismo: allí la poesía ha ganado pulmón; respiro a mis anchas. Si antes la escribía (la poesía) pidiendo permiso entre un verso y otro; ahora, cuando narro, la siento brotar con la elocuencia de un poderoso caudal. Escribo siempre con vocación de desafío, de apuesta. De ahí que me niegue a repetirme abultando de libro en libro un currículum que ahoga el valor real de la escritura.


¿Por qué lo inquietó la poesía?

Si se puede hablar de un género literario en Santo Domingo es de la poesía. Desde la escuelita hogar y las veladas dominicales, en una primera edad, el género a través del cual todo se canalizaba era la poesía: el amor y el desamor; la patria y sus héroes; la vida y sus imponderables. Es el género de mayor tradición en el país y, por tanto, hay más poetas en él que trabajadores en la nómina del Estado, que es mucho decir. Y es que a falta de radio, poesía; a falta de televisión y cine, poesía; para matar el tiempo, poesía. ¿Me explico? Para los políticos inseguros, los cortesanos del poderlos solitarios, los tímidos enamorados y los pobres publicistas de frases enlatadas, el remedio es el mismo: poesía, la señora poesía que se levanta la falda todos los días.


¿Cómo está la poesía dominicana en comparación con la escrita en otros países de lengua española?

La poesía dominicana vista en el ámbito de la lengua castellana goza de muy buena salud, en el decir de muchos. En el decir de unos pocos padece por la ausencia de oxígeno y vitalidad creadora. Es cómoda, gratuita, repetitiva y no se inquieta en ensayar nuevas formas y procedimientos. Siento que se oxida con suma rapidez y se conforma con estar a la sombra de los discursos prestigiosos y de los nombres altisonantes que hacen las horas de cafeterías y tertulias. La crítica dice que está muy bien. Y los poetas del parnaso también repiten la especie, muy orondos, con sus poemas de bolsillo de sonoras y aburridas profundidades.


Tomemos un ejemplo elocuente y por todos respetado: Franklyn Mieses Burgos. Pongamos su obra poética ante la de sus contemporáneos latinoamericanos: Pablo Neruda, Humberto Díaz Casanueva, Lezama Lima, Cintio Vitier, Enrique Molina, José María Eguren, César Moro, Carrera Andrade, Xavier Villaurrutia, Octavio Paz y tendremos su real dimensión. ¿Qué sucede entonces? Un sentimiento de pequeñez nos arropa que nos hace ver lo que somos en función de nuestra geografía, de nuestra pobreza, y no de la lengua que nos homologa y que posibilita que un poeta como Rubén Darío llegue al mundo en Nicaragua y no en la metrópolis. Seguro estoy que el paradigma no está en Franklin, con su séquito de serafines y arcángeles. Otros poemas, como Vlía, Yelidá, Rosa de tierra, representan caminos de mayor riqueza y sorpresas para los jóvenes poetas dominicanos.


¿Cuáles son los poetas jóvenes que están alzando el vuelo en RD?

Yo gusto mucho de lo que vienen haciendo los poetas de la generación del milenio, como los he bautizado. El trabajo de Homero Pumarol, Juan Dicent, Frank Báez, Rita Indiana Hernández, Ariadna Vásquez Germán me crea mucha expectación por la fuerza liberadora de su propuesta estética que prescinde de presupuesto poético y de teorías amordazantes. Leerlos es recibir una bocanada de aire fresco aunque a los lejos se sientan los ecos de la Beat Generation y Black Mountain, que le quitaron a la poesía ese olor rancio a mirra y alcanfor.


Tengo mucha fe en ese grupo de poetas bilingües, amantes del heavy metal y del cine underground, que han logrado matrimoniar tradición y eclosión callejera; los nombres del canon y las hambres del villano.


No incluyo a “los erranticistas” (donde aprecio mucho talento) pues literatura y oralidad no son sinónimos. Ambiciono leer sus textos que, como las muelas del gallo, brillan por ausentes.

Dicen que la poesía es un género casi extinto, una cultura de minorías. ¿Qué papel crees que puede jugar la poesía en nuestros días?

Mientras exista el hombre habrá poesía. La poesía realmente esta íntimamente vinculada a la naturaleza humana, es una necesidad del ser para alcanzar un equilibro con la existencia. Es un culto de minorías mayoritarias porque son las que hacen el sentir público aperturando los puentes de la pasión y el deseo. Poesía es revelación en el asombro; sorpresa en la cotidianidad. Es la fuerza responsable de producir ese luminoso temblor colectivo que generaliza y eterniza en la palabra la verdad de quienes somos.

Los poemas son fáciles de concebir en el sentido de que son muchos los que se pueden escribir al día, ¿cierto? O mejor dicho: ¿Cómo te llega la inspiración para hacer un poema?

Hace poco, en Brasil, se me hizo una pregunta parecida y respondí que no he sido tocado por ángel alguno ni un favorecido del cielo. No, no tengo un momento, ni un método, ni se me presenta un duende que señale y determine “la inspiración” para escribir. No existe una fórmula para escribir poesía como tampoco nadie se gradúa de poeta. La poesía es un acto de lenguaje y lo determina la necesidad interior de abrir puertas a insospechados latidos. Por eso yo escribo sin lugar específico y a cualquier hora y todo me sirve de escritorio en un aprendizaje infinito: el asiento de una guagua, de un tren, o de un avión; un banco en el parque, una avenida. Luego, el trabajo artesanal, de orfebrería, lo realizo en mi casa donde sí poncho tarjeta en mi mesa de trabajo. Allí le doy forma, corrijo, someto a rigor y pulimento esas cosas que de manera aleatoria la vida entrega y nos deja como ineludible presencia.


A veces me he sentido como un intérprete de ese dictado que muchos llaman inspiración, y que no es otra cosa que ceguera por exceso de luz: un oscuro escalofrío que necesariamente necesitamos compartir; entrar en diálogo con los demás (los hombres, la naturaleza, el mundo): un diálogo en el que nadie te invita a participar y donde por gravedad, sientes, el peso de una vocación participante.


¿Cuáles son tus autores favoritos? ¿Han influido estos en tu obra o en tu estilo poético?

La literatura es la culminación de un proceso y ese proceso la suma de lecturas que a lo largo la vida dan sentido a una obra, un estilo. Es la búsqueda de formas de la expresión que tipifican un carácter, una personalidad. Tras ese objetivo yo formé mi galería de héroes de circunstancias, que sumaron nuevas circunstancias, por lo que son muchos mis héroes.


En mi primera juventud leí a Pedro Mir: Lorca y Neruda reciclados. Leí a Mieses Burgos
y a los poetas sorprendidos donde hallé dos perlitas: Vlía y Rosa de Tierra y de esa misma época otra gema: Yelidá. Los Poemas de una sóla angustia de Incháustegui Cabral y un nutrido puñado de poemas de Manuel del Cabral equilibran la balanza. Ya haciendo vida universitaria conocí a Rubén Darío (fundamental); César Vallejo, Huidobro, Lezama Lima, Octavio Paz (fundamentales). El conocimiento de este último marchó parejo con los poetas que él me sugería en sus ensayos y los que por mi cuenta iba sumando a ese conjunto de iluminados: Walt Whitman, Ezra Pound, T.S. Eliot, Wallace Stevens, Edgar Lee Master, Elizabeth Bishop, entre los norteamericanos. Leí también con mucho entusiasmo a Fernando Pessoa, Saint John Perse, René Char y Henri Michaux, Ives Bonnefoy, Jacques Roubaud. Claro está: te hablo de clásicos contemporáneos y a quienes más visité.


¿Crees que la poesía y la música tienen relación?

La poesía es música, la música no es poesía. El origen: común es a las dos; su desarrollo: pronto reclamó independencia. ¿Qué te diría? (Excúsame la paternidad de los versos): Pensar como hablar / ¿borrar? / La escritura: es la cicatriz del sonido.


¿Por qué muchos escritores ponderan la poesía como el género de los géneros?

Porque la poesía es la expresión más alta de la lengua; la que no aparece por mandato, ni decreto, ni mecánica per se; la que se oculta en la punta de la lengua: la otra, en largo y sostenido trabajo. En el poema no hay espacio para la novela, pero la novela puede contener (y contiene) poesía en sus diversas manifestaciones. (“Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura”. (Eso es de Cortázar, en Rayuela, capítulo siete.) En otra dirección podemos ver el poema como espacio de reflexión indeterminada (Octavio Paz); y, en sentido complementario, tenemos el ensayo que toca cielo por la magia y el encanto de sus atributos (el mismo Paz), de su predicamento. Y es que la poesía, al ser un artículo hecho con palabras, atraviesa la madeja de la sensibilidad y el pensamiento.


¿Qué tipo de ética surge entre lector y escritor?

La ética de la complicidad, la del desasosiego; la de esa llamita inquietadora que va de boca en boca construyendo su propio universo: un universo creado por el solista en dirección al coro y que, ya en coro convertido, despierta sus sonoras individualidades, su entramado de vasos comunicantes, para revivir y destapar a ese cómplice dormido que viene jalonando nuestra propia historia.





SEGUNDA PARTE



Cuando tú piensas en la ciudad, ¿qué ideas se te vienen a la cabeza?

Para comenzar debo decirte que soy un capitaleño de la escuela del Profesor Amiama Gómez y de Franklin Mieses Burgos. De los que superpone la ciudad soñada a la ciudad herida y abandonada. De los que se refugian en la ciudad romántica de Joaquín Balaguer (la ciudad colonial) y por eso la rescató y elevó alejada de mi bolsillo.. De los que situados en la acera de enfrente aplaudió la construcción de la Avenida 27 de Febrero y la Plaza de la Cultura; y ahora defiende los elevados y los pasos a desnivel y el Metro de Santo Domingo de Leonel Fernández. De los que se sienten frustrados por la ceguera de munícipes, sociólogos y políticos que no tuvieron visión para promover la construcción de la isla artificial. De los críticos a una población de indolentes que arrabalizan la ciudad con espíritu deportivo y la reproducen con sus ruidos en destartalados carros de concho. De los que ven con pena cómo la falta de conciencia cívica convierte las áreas comunes de condominios y edificios en anexos y verjas que adulteran su arquitectura. En fin, soy un enfermo celebrante de la ciudad que sufro en cada paso por las aceras rotas y los montículos de cemento que dejan albañiles chapuceros. Pese a la enfermedad, a ese sentimiento de amor/odio que te genera un tránsito caótico de guagueros desaprensivos, soy un loco enamorado de Santo Domingo (día y noche), con su atarazana, puertos, monumentos coloniales y un malecón que es una invitación al delirio.


¿Cómo llegan tus acercamientos a las editoriales?

Bueno, en un principio, como todos, reuní mis chelitos y me acerqué donde conseguí mejor precio. Aunque, a decir verdad sólo hice una publicación pagada (vanity press); las demás se hicieron posible como resultado de premios o por el interés de ciertos editores en publicar mis cosas.


Así vino en la sorpresa mi primer libro: Oficio de post-muerte, financiado por el Comité Pro Defensa de los Derechos Humanos de República Dominicana, con asiento en Nueva York, donde vivía. Cuando regresé al país lo reimprimí con la Editorial Alfa & Omega, en una versión ampliada. Luego, trabajando en el Centro Dominicano de Promoción de Exportaciones, vi la posibilidad de hacer una colección poética con el papel sobrante al desfilarse la revista de esa institución. Noté que se desperdiciaba una franja de papel considerable y decidí utilizarla para hacer la Colección de poesía “Luna Cabeza Caliente”. Digamos que un desperdicio chico significó mucho para decir algo grande. Y por todo lo alto se dijo, con muy buenos títulos de poesía. Dentro de la colección publiqué High Quality, Ltd. en 1985 y Contra la pluma la espuma en 1990. Esas fueron publicaciones en un proyecto de efervescencia colectiva en el que hice de chamán para el desconcierto de los iluminados.


¿Cómo describirías tu poesía?

Mi poesía es la crónica de un viaje sobre el filo de la navaja. El ojo atento y la mirada en ristre y en ese trance, en ese tránsito, el presagio de una marcha en la que todo es riesgo, apuesta. Escribo con pie de plomo sobre el lomo del tiempo presente. Mi poesía, entre pisada y pisada, camina en extrema tensión de la lengua que la sostiene y en la que avanzo retrocediendo, corrigiéndome. El poema que la encierra se nutre de un viaje hecho de asombros y perplejidades.

Cuándo escribiste “Lápida circa y otros epitafios de la torre abolida”, por ponerte un ejemplo, tuviste que desechar algunos poemas o todo lo hiciste condensado con la publicación que ibas a sacar.

Con Lápida circa y otros epitafios de la torre abolida yo quise hacer un homenaje a la amistad desde el imaginario de la ausencia. Pensé a mis amigos poetas del otro lado de la barda, en el barrio de los acostados y quise retratarlos destacando sus mejores galas. A diferencia de los epitafios cubanos que tienen la intención de zaherir, subrayando vicios y defectos de la personalidad, yo he procurado celebrar por lo que admiro y hermana en su picardía.

Tienes a nivel de tu escritura una manera de cambiar de escenario, de cambiar de tema, y te has movido en diversos terrenos… ¿Cómo logras cambiar de una forma a otra?

Bien sabemos (verdad de Perogrullo) que la escritura es diversa y el acto escritural (cuando se asume visceralmente), es único. Drama, novela, cuento, poema, son formas de la literatura que traducen expresiones de la vida. La diversidad de mi escritura es la diversidad de la vida que delínea en un género lo que mejor le acomode a su propósito, a su intencionalidad. Mi actitud no difiere cuando escribo poesía, ensayo o cuento. Es la misma: sufrir y sudar en la palabra su más fina vestidura.


¿En algún momento pensaste en ser alguien diferente, distinto?

Siempre he sido el que vendrá; el de la máscara imprecisa, unisex; el de voz impostasiada en su pluralidad. De niño soñé con ser bombero y paracaidista; terminé como boy scout. Ya grande, y con esa experiencia de boy scout, me negué a ser del Club Rotario. Ya sabes lo que decía Franklin Mieses Burgos del que transita entre esos extremos.


¿Cuál es tu compromiso con la palabra?

Hacerla gritar, mutar, experimentar y significar en el terreno inexplorado de lo inédito, a fin de producir el estallido expresivo de sus posibilidades sonoras y semánticas, en abierto juego de imágenes y símbolos.


¿Qué les dirías a los jóvenes que sienten ese imperioso deseo de pasar al mundo de la literatura?

Atreverse a morir en cada página demorando en el trabajo su vida. Como decía Wilde, “genio es trabajo” y se hace preciso trabajar de manera sistemática, pausadamente, nunca contra el reloj. No hay peor enemigo para el escritor que la prisa en terminar, la prisa por publicar. Me hubiese gustado haber tenido conciencia de oficio cuando publiqué mi primer libro, porque mi carta de presentación se habría dado con mayor equilibrio y madurez. Soy del parecer que hay que dejar el forro sobre la mesa leyendo, escribiendo, corrigiendo, reescribiendo, hasta que el ojo rechine al borde de su insuficiencia. Hacer de la poesía un sacerdocio.


Y es que la literatura se alimenta de literatura. Conocer bien la tradición (porque la letra entra con sangre), para luego dar fisonomía a la escritura: voz que se perfila e ilumina en el habla de todos; voz solitaria en la trastienda del deseo.

Roira Sánchez. Dominicana. Periodista y manager de agrupaciones de rock de Santo Domingo. Actualmente es la Coordinadora de Literatura y Cultura del matutino El Caribe, donde ejerce la crítica literaria y de arte. Tiene una novela inédita.







martes, 4 de marzo de 2008

Entrevista a Milagro Haack_Franklin Fernández

Fotografía: Milagro Haack, Venezuela.




“Danzar, es manifestarse, porque el cuerpo habla, dibujar es dar una lectura”.
Flanklin Fernández*


Milagro Haack, es poeta, ensayista, artista corporal y visual. Se desempeña activamente como promotora cultural. Nació en Valencia, Estado Carabobo, Venezuela, un 29 de noviembre de 1954. Ha publicado varios libros de poemas, entre los que destacan: “Temple Ajeno”. 1990. “Puertas que no me Pertenecen”. 1991 (Mención Honorífica Bienal Latinoamericana José Rafael Pocaterra 1987–1988). “Luto de otra Boca”. 1992. “Cuarto de Ceniza”. 1994. “Antología Poética”, “La rama bifurcada”, Poetas del Estado Carabobo. 1986-1994. “Cuadernos Cabriales N° 54”, editado por el Ateneo de Valencia. “Cenizas de Espera” 2003, (en preparación la segunda edición, por la misma editorial LA Diosa Blanca) “Cinco mañanas juntas” 2003. “Lo callado del silencio” (2004), entre otras. Obtuvo un Accésit con libro inédito Relámpago entre dos en la “Bienal José Antonio Ramos Sucre” 2007. Su vida, su experiencia poética, su destino, la ha llevado a vivir capítulos admirables de tremenda intensidad. No en vano, nos dice en esta entrevista: “Tengo un pájaro que me despierta para que asuma lo blanco”. [FF]

F.F. –Milagro, ¿qué es para usted la poesía?

M.H. -El infinito, donde las búsquedas se hacen permanentes, eso me atrae, el asombro del detalle cotidiano, de la realidad visual de cómo se atrapa ese instante sin opuestos, sin límites. La poesía, es lo invisible de ese más allá que no podemos eludir.

F.F. -¿Qué la llevo a la poesía?

M.H. -Es una historia larga. Mis comienzos en el arte fueron desde la infancia, desde que deseaba danzar con el aire, aún no tenía conciencia de lo que sentía, por ello estudie ballet, con Nina, además, entré en la escuela de artes Arturo Michelena, allí se me abrió una de las tantas puertas. La puerta de la fusión de agudizar los sentidos. Por ese camino me vi dibujando, escribiendo en códigos en un diario como todas las niñas que sólo yo lo podía comprender, sólo yo tenía esa llave, hasta que un buen día me encontré con un libro cuando iba camino a la escuela de artes, una antología de poetas hispanos, y comprendí con el mismo asombro que algo de mi diario o libros negros como los llamé después, se acercaba, aún así, no lo percibí, como ahora. Fue estudiando teatro, escuchando poemas que me leían desde pequeña, que se fue despertando esa otra puerta donde estoy ahora, abriendo horizontes. Un detalle que aún conservo, es que mi madre me decía -que nací con un lápiz en la mano-, siento que fueron muchas pinceladas, que me llevaron a la poesía, lo natural, el viento, el terreno, mi abuela, mis ancestros…

F.F. –Para usted, ¿qué es lo mejor de la poesía?

M.H. -Vivirla, sentirla en su entorno natural, convivir con las palabras, ya que somos seres de diálogo, todo es palabra, signo, es referencia del pensamiento, de lo infinito del mismo ser y reconocerse a través de cada vivencia junto a ella, para trascender en su espacio.

F.F. –Y en ese sentido, ¿qué es lo mejor de su poesía y qué es lo peor?

M.H. -Lo mejor, fue aceptarla, vivir para sentirla, es parte de mí, como ser en ojeos de esencia. Lo peor quizás, sería dejar de escribir, de buscar la fusión de las artes, dejar de regenerar todo un pasado, quizás, caer en el olvido y no continuar abriendo más puertas y encontrando nuevas llaves.

F.F. -Después de escribir un poema, ¿cómo reacciona? ¿Qué es lo primero que siente frente a un escrito suyo? ¿Cuál es su primera impresión?

M.H. -El asombro de ver un papel en blanco en movimiento, por eso mi reacción es danzar, y continuar danzando. Qué siento, eso no lo puedo definir, pero, acercarme al poema, leerlo en voz alta, entonces, viene la Milagro crítica, y allí originamos una conversación, sobre el futuro de ese escrito. Por lo general, es asombro, sin dejarme llevar por lo emotivo de ese instante, ya que aunque sé que debo contar o trasmitir una sensación, tengo una gran tendencia crítica, ya que me atraen los símbolos, entonces, investigo, el por qué, el cuándo y el dónde, hasta encontrar la armonía visual, por ello, sigo danzando, hasta que se unan las voces en una sola.

F.F. - ¿Tiene alguna predilección por autores celebres, raros o desconocidos? ¿Alguna inclinación por poetas o escritores extranjeros? ¿De qué fuentes de la poesía o literatura universal ha bebido?

M.H. -Varias preguntas. Bien, tengo una tendencia por los escritores simbolistas, místicos, esotéricos, (benigna combinación). Soy una amante de mi idioma natal, de los poetas de habla hispana, leo muchos a los hispanos, y aquí incluyo, que aún me falta mucho por leer y como dice Cadenas, que el idioma es un arte para toda la vida, y cada día encuentro y reencuentros fascinantes y eso me llena. De las fuentes, he bebido, que tengo como voces que me llaman, citando algunos, como, Borges, Fray Luis de León, Lezama lima, Martín Adán, Enriqueta Arvelo Larriva, Fernando Paz Castillo, mi amado Gerbasi, Alejandra Pizarnik, Elizabeth Schön (con ella tengo diálogos muy visuales, de encuentros, ella es muy cósmica, y eso atrae). Vaya, son muchos, esto de lector es interminable, Emily Dickinson, Rilke, Stéphane Mallarmé (son una fascinación, cuando menos lo esperas allí estoy con ellos), también, recurro mucho a los pensadores como Arthur Schopenhauer, Nietzsche, San Agustín, Heráclito, Sócrates, Santo Tomás de Aquino (encontré en una venta de libros usados sus obras completas, pertenecían a un seminarista), Martin Heidegger, Paul Sastre, María Zambrano, (es especial para mi su pensamiento: EI hombre y lo divino. Filosofía y la poesía..., es especial…). Investigo sobre la astrología, otras ciencias, culturas antiguas, religiones, libros de artes y vida, eso me encanta como la de Rodin y Camille… Por favor que me perdonen, mis seres leídos, ya que si olvido a Rubén Darío, Eliot, Federico García Lorca, Huidobro, Vallejo, Neruda, Girando, entonces, nunca se termina de leer y volver a encontrarse, y como veras, aún no llego a la quinta esencia.

F.F. -¿Cuál es su estrategia fundamental para escribir un buen libro de poemas?

M.H. -Lo natural, saber escuchar al viento, los mensajes, y no lo creerás, pero tengo un pájaro que me despierta para que asuma lo blanco. La noche es mágica, es otra visión con otros entes, y dentro de ella, vienen imágenes y tengo que escribirlas muy rápido, cualquier detalle de lo que me rodea; es la mirada que se convierte en decir, decir, y continuar diálogando con lo sencillo que es permanente, aunque, muchos me expresan que debo ser menos arriesgada con el lenguaje, pero, cómo no decir que tengo una mesa preñada de velas, si existe, eso no puedo dejarlo fuera de un escrito. Escribir un buen libro de poesía, eso es grande, y trato de hacerlo.

F.F. -¿Qué imágenes resultan recurrentes en su escritura?

M.H. -He vivido en espacios distintos, por ello, el silencio como búsqueda es recurrente, el movimiento, lo aéreo que trato de alcanzar, las aguas con su danza ancestral. Quizás, tenga muchas ya que el signo está dentro y fuera de su silencio.

F.F. -¿Cuál es el valor de la libertad en su poesía?

M.H. -La libertad de la poesía es asumir los riesgos de ella misma, allí, está su valor para defenderla en totalidad, en expresión, en todo por este Todo que me lleva de la mano, acercándome, siempre a traspasar límites de fronteras con una muy clara conciencia de los mismos riesgos que asumo del renuevo que me solicita, siempre.

F.F. -¿Qué quiere entregarle Milagro Haack al lector con su poesía?

M.H. -La fusión, el sentir sin desiguales, la presencia de una voz, que quizás, pueda ser reconocible en cualquier espacio, quizás…, pero tengo algo presente, que hay no caer en los “gustos”, y ser mejores lectores, esa es otra de mis búsquedas. No creo en gustos, sino en la creación y regeneración del arte, así como tú lo haces, eso me parece maravilloso, expresivo y con una gran calidad de unión a través de los objetos que muchos ya no miran, y existen, como el viento que está en este instante danzando con la cortina de mi estudio, libre, lo siento poético por eso.

F.F. -¿Cómo es su relación con la poesía? ¿Cómo es su relación poética con los poetas?

M.H. -Bien, siento que debe ser equilibrado, por un lado, por el otro siento que mis búsquedas no terminan, por ello, estoy en constante movimiento, regenerando los espacios habitados y por habitar. Nunca cierro puertas, y eso es muy significativo para mí como ser de diálogo.

F.F. -¿Cuál debe ser la función de un poeta en un mundo globalizado?

M.H. -Asumirlo, es uno de los grandes pasos ya dado por muchos, es como romper el cascaron hilar y fusionar lo que se revela de otras formas de luces, que intuimos de otros terruños, como propios, y eso es un salto, y no al vacío, sino para el agasajo del intercambio cultural, y en otros campos, estando aquí y allá, es muy vistoso, y me agrada.

F.F. -Háblanos de Lalupe.com ¿Cómo surgió ser una venezolana su director de arte? ¿Qué le atrajo?

M.H. –Ante todo La Lupe como portal literario ya existía, antes de esta nueva visión. Por el año 2005 entro en conversaciones con el director y dueño del portal La lupe.com; Ugo Calvigioni, escritor, una persona muy conocedora lo digital, muy inquieto, a saber que en Internet, si no renuevas, muere, por ello, siempre le manifestaba darle un giro regenerativo, más, cercano al artista. De allí, comienza, toda una investigación de portales literarios, de lo qué desea un creador, con horizontes de no ser otra más, entre tertulias y lugares de “autores pasivo” (esto no niega que existen portales con calidad). Buscándome, como escritor, ingreso en esta nueva visión, donde me confiaron la dirección de arte, ya que, va más allá, la unión de países, un proyecto de visión de un portal de difusión de nuevos diálogos, donde la fusión de las artes se encuentran, la poesía digital, los collage, arte digital, arte, allende del diseño, y las artes visuales, son enlace para la proyección de una obra saliéndose de lo frío de la electrónica cuando se plasma, y lo ves. Esto es un claro espejo al ver tu trabajo, matizado con sonido e imagen, eso, mueve fronteras y llega profundamente al espacio donde se inició esa escritura por parte del autor. Siento que lo corpóreo es algo mucho más intenso, por ello, me motiva, me moviliza a seguir y creo que las metas de La Lupe respecto a la amalgama del discurso, están dadas y para eso y mucho más, claro, con un punto de referencia, que es la apertura, bien claro, vuelvo y digo de “visión y diálogo”, de aceptación de ideas, de forma y de fondo; digo, sin dejar de valorar el ojo del otro, de que se logró una fase, ya que estoy en mi país, y el portal es de Argentina, ya con eso, entramos en sin límites de espacio, entonces, esta venezolana asumió el reto, porque cree y siente, el paso recorrido durante, ahora, y el eterno después, aprendiendo, ya que operar desde adentro un portal activo, e invertir sólo con mi capital humano, eso me atrajo y mucho, sin embargo, cumplí un espacio, espero que lo estimen, aunque la satisfacción personal, es mucho más grande…,eso es importante para mi persona, como también, continuar pensando, que canalizar la visión de un artista que no solamente tiende, sino que se esparce, que produce giros dentro de su espacio, necesita manifestarlo por ello está, porque el artista es buscador y en sus búsquedas renueva y crea regenerando tendencias, no al contrario, el artista da vida a los portales, no al contrario.

F.F. -Su condición de poeta, la ha llevado a experimentar con otras expresiones artísticas. Danza, pintura, collage, fotografía. Para usted, ¿cuáles son las semejanzas o las diferencias entre el arte y la poesía?

M.H. -Hay más semejanzas que diferencias, las diferencias lo hacen los artistas que crean en un género específico. Todo es diálogo, el ser se expresa con las manos cuando charla, danzar, es manifestarse, porque el cuerpo habla, dibujar es dar una lectura y así, ha sido siempre, somos los artistas que separamos y conceptuamos el arte.

F.F. -Jacqueline Goldberg criticaba hace poco en prensa, la mala organización de los concursos literarios en nuestro país, ya que se cansó de esperar el veredicto final de uno de los concursos de poesía más importantes; la bienal Ramos Sucre, porque la decisión se postergó, retrasó y prorrogó más allá de lo normal. Un tanto indignada, Jacqueline se retiró para entregarle el manuscrito de su poemario, " Verbos predadores", al sello Equinoccio, de la Universidad Simón Bolívar. Para su sorpresa, su poemario había ganado el concurso. A fin de cuentas, el jurado resolvió declarar el premio desierto y otorgar un accésit a tu poemario "Relámpago entre dos". ¿Cómo se siente Milagro Haack después de ese veredicto?

M.H. -Me siento bien, fue una sorpresa tras otra, estando en Caracas, no lo sabía, me enteré por amigos, a mi llegada a Valencia. Ya sabemos lo que pasó, al declarar desierto la bienal en mención poesía, y el jurado y no la comisión organizadora (como han tratado de distorsionar) fueron que en su conjunto, expresaron a través de sus lecturas, un Accésit al libro Relámpago entre dos. Estoy conforme porque es la primera vez que envío a la “Bienal José Antonio Ramos Sucre”. Sólo espero, verlo publicado y continuar en este oficio creativo, donde la genialidad, pareciera pasar, quizás por debajo de la mesa, donde debemos pensar que reconocer al otro, es reconocerse a uno mismo como un artista, como ser humano, esto es crecimiento en todos los ámbitos que exploramos, asimismo, siento, si anulas al otro te anulas a ti mismo, eso es lo oscuro, sabiendo la época que vivimos en nuestro país. Asimismo, mi tercer libro “Puertas que no me pertenecen” por los años 80 recibió un distintivo, el cual fue notorio ya que el ganador de “la Bienal José Rafael Pocaterra” fue maestro Teófilo Tortolero. Mi oficio es callado, muchos pueden dar fe de ello, por eso, pertenezco a la generación de los 80, sin meditarlo, sin proponérmelo, además, casi no envío a concursos, este, es más fue iniciativa de mi hija Christinne, la que desde Caracas el 27 de marzo, lo envío y se lo agradezco.

Sobre lo de Jacqueline, sigue siendo la ganadora de la “Bienal José Antonio Ramos Sucre” y eso me complace a pesar de los detalles que de una u otra parte no se dieron, como sabes, las normativas de cada convocatoria, pero no puedo juzgar, sólo reafinarte que Jacqueline es la ganadora aunque el premio esté desierto y por ello me siento bien conmigo misma y con la poesía como diría mi diosa blanca Elizabeth Schön “la poesía es la gran regeneradora de las artes”, visión que profeso con todo la unificación que esto implica de un creador como lo es ella…

F.F. –Al momento de enterarme del veredicto, las llamé a ambas. Tanto en ti, como en Jacqueline, apreciaba que sentían una por la otra; un profundo dolor y una inmensa pena. Jacqueline me confirmó que se sentía muy mal por la posición en la que te había dejado. ¿No es incomodo aceptar un premio que se le acababa de otorgar y conceder a alguien, en este caso particular, a una poeta con más de veinte años de excelente trayectoria reconocida por la crítica y el público en general?

M.H. – Bien, por ti me enteré, y otras personas amigas, y lo agradezco desde el alma. Sobre la conversación con Jacqueline, siento, que fue duro, muy duro para ella, lo cual visualizo y siento mucho que haya pasado, pero jamás debe sentirse mal conmigo..., por eso, siento que dar es mucho mejor que dejar en vacíos, incertidumbres alejándose de la esencia creativa, de lo ya conocido, trasmitido, y lo que queda por transmutar, en el quehacer poético, visual de todos los artistas, siendo una sola voz hacia lo universal. También, reconozco que Jacqueline, es una gran escritora, (la leo siempre la he leído, y compartimos algunas veces aquí en Valencia en eventos donde fue invitada) la cual fue la ganadora de la bienal, aunque este desierto, como te lo subrayo antes, por ello, el diálogo es eminentemente vital, por ello, su reconocimiento es real. Esta es mi reflexión, muy sana con conciencia, ya que sabes, de los entredichos y lo digo desde este espacio cuando abro puertas, y conozco las realidades de ambas partes, verdades, sintiendo, que no soy la persona indicada de develar. Sólo hay que tener sabiduría, aceptación, prudencia, y mucho más. Por ello, me siento libre, y muy agradecida por haber sido leída, reconociendo al mismo tiempo, los otros, mis iguales en este camino de búsquedas quizás más, transcendentes, aunque, no se sabe, sólo el espacio, el después, lo dirá y con esto te reafirmo, que no estoy de acuerdo con recibir un premio no mío, estoy bien, te repito, conmigo misma, con mi oficio visual poético, con todos, con Jacqueline. Otra cosa que me viene, a la mente es algo que escribí, sobre “los credos críticos en mi país” creo haberlo dicho antes en una entrevista y texto que después escribí -soy una extranjera en propia tierra-, pareciera, que sí…

F.F. -¿Qué lugar ocupa hoy nuestra poesía en el continente?

M.H. -Soy futurista y dadora, por ello, sin caer en lo encantado, en nuestro continente sudamericano, existen y existirán grandes creadores. Por ello, siendo nuestro idioma el más fuerte, el más hablado, es de tendencia estar de inicial, en la vertiente, sin embargo, seguimos siendo callados, y no generamos publicidad de nuestros talentos, eso es arte generativo, no se debe callar voces, como la de Gerbasi, por darte un ejemplo, se debe, promocionar mucho más, y con toda esta difusión visual masiva, y tecnológica mucho mas. Por ello las herramientas las hay, sólo falta la unión para regenerar las fuentes y las venideras que también necesitan de ese abrir puertas.

F.F. -¿Qué lugar ocupa hoy su propia poesía en el ámbito venezolano?

M.H. -Realidad, poca publicidad, mucha incertidumbre, sin embargo, hay mucho para dar al mundo, por eso, personalmente, con buenos escritores como Luz Machado, Ida Gramcko, Juan Sánchez Peláez, Cadenas, Eugenio Montejo, muchos escritores contemporáneos, y jóvenes dando la talla. Venezuela tiene rostro poético y muy de altura.

Gracias, Franklin por tan buen instante de diálogo, por hacer vibrar cosmos y por supuesto, el disfrute de intercambios con otro artista, como tu.

Diciembre. 2007.
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Notas:*Franklin Fernández. Caracas, Venezuela, 1973. Artista plástico y poeta. Licenciado en artes plásticas mención pintura. Egresado del “Instituto Universitario de Estudios Superiores de Artes Plásticas Armando Reverón” de Caracas, I.U.E.S.A.P.A.R. (2003). Participó en los talleres de poesía del “Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos”, C.E.L.A.R.G. (1999), Caracas. Ha publicado: “Breves”, editorial “El Pez Soluble” (2000).“Simples” CONAC, (2005) “La imagen doble” libro de entrevistas a artistas plásticos y poetas hispanoamericanos. Ha participado en diferentes exposiciones de artes plásticas; individuales y colectivas, entre las que destacan: “Poemas-Objetos”. Ateneo Miguel Otero Silva de Barcelona. Barcelona, Edo. Anzoátegui, (2005). “Medidas variables”. Museo Alejandro Otero. Caracas, (2006). “Papel y collage”. Museo Anzoátegui. Barcelona, (2006). “La voz del animal metafísico”. Galería Taller De Rokha. Santiago de Chile, (2006). “III Salón De Arte Exxon Mobil”, en el Museo De Bellas Artes de Caracas, (2005). FIA. “XIV Feria Iberoamericana de Arte”. Trasnocho Cultural. Caracas, (2005). “XXIX Salón Nacional De Arte Aragua”. Museo De Arte Contemporáneo De Maracay Mario Abreu, (2004). VI Salón Pirelli de Jóvenes artistas”. Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Imber, Caracas, (2004). Travesías”. Museo Jacobo Borges de Caracas, (2000), entre otras. Actualmente se desempeña como Vocal y colaborador en el Ateneo Miguel Otero Silva de Barcelona y como encargado de la tienda de arte del (IAIME); Instituto de las artes de la imagen y el espacio “La Red del arte Venezolano” http://franklinfernandez.lalupe.com

http://laimagendobleentrevistas.blogspot.com
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Milagro Haack, es poeta, ensayista, artista corporal y visual. Se desempeña activamente como promotora cultural. Nació en Valencia, Estado Carabobo, Venezuela, un 29 de noviembre de 1954. Ha publicado varios libros de poemas, entre los que destacan: “Temple Ajeno”. 1990. “Puertas que no me Pertenecen”. 1991 (Mención Honorífica Bienal Latinoamericana José Rafael Pocaterra 1987–1988). “Luto de otra Boca”. 1992. “Cuarto de Ceniza”. 1994. “Antología Poética”, “La rama bifurcada”, Poetas del Estado Carabobo. 1986-1994. “Cuadernos Cabriales N° 54”, editado por el Ateneo de Valencia. “Cenizas de Espera” 2003. “Cinco mañanas juntas” 2003 “Lo callado del silencio” (2004). "Quienes escriben en Venezuela. Diccionario de escritores venezolanos (siglos XVIII a XXI)”, por Rafael Ángel Rivas Dugarte y Gladys García Riera (2005). Antología de Escritores del Estado Carabobo: "Palabras de Anunciación y de otras Adyacencias" (Editado por la Alcaldía de Valencia en homenaje a los 450 años de la ciudad de Valencia. Noviembre 2007). Ha laborado, para la Institución Ateneo de Valencia: Promotora de Eventos literarios, coordinadora, asesora de la Cátedra de Asesora y asistente de eventos especiales de la “Cátedra de Estudios Libre Ida Gramcko”. Coordinadora de ediciones y de la Librería Cubagua, del Ateneo de Valencia. Desde el año 1995 dicta talleres de Literatura en los diversos Liceos de la Ciudad para la Institución Ateneo de Valencia. Laboró para la Asociación de Escritores de Carabobo: Coordinadora general de protocolo y eventos culturales. Asimismo, perteneció a la Directiva de la Asociación de Escritores. Ha sido jurado en diferentes oportunidades en concursos literarios, mención Poesía. Invitada especial a los diferentes congresos de literatura del País. Invitada al Coloquio Latinoamericano de Literatura “José Rafael Pocaterra” como protagonista de la generación de los 80. El 05 de junio, de 2003, obtuvo el reconocimiento de Miembro especial del Ateneo de Valencia, por su labor dentro de la institución (2004). Invitada al Congreso de Literatura Mariano Picón Salas (2005). Otro reconocimiento es que, su obra poética, ha sido estudiada y presentada como tesis de grado en Universidad de Carabobo.Como vigencia, den el mes de Julio 2005, desplegó en la Web El proyecto: Diálogos de Literatura y Orientación Poética: El Retorno a lo Humano para la divulgación e investigación de escritores, hispanoamericanos, como base para el diálogo con los jóvenes escritores. A finales del año 2005 se une a la nueva visión del portal literario Lalupe.com como director de Arte. Miembro del Círculo de Escritores de Venezuela. Recibe un Accésit en la “Bienal Latinoamericana José Antonio Ramos Sucre” 2007. Actualmente, reside en su ciudad natal y dirige un Taller permanente de Diálogos de Literatura y Orientación Poética “El Retorno a lo Humano”. Se dedica a la trascripción y corrección. De igual forma, continúa su búsqueda, incursionando en el cuento, ensayo, y ampliando su espacio poético.
http://milagrohaack.comhttp://milagrohaack.lalupe.com

martes, 6 de marzo de 2007

Uno puede simbolizar un mundo_Luis García Montero

Fotografía propiedad del autor


"Uno puede simbolizar un mundo"
Entrevista a Luis García Montero
Asiduo lector de vanguardias y tradiciones, el poeta español afirma que la personalidad es siempre más importante que la originalidad, y es sobre la palabra propia que se puede dar un significado simbólico a las cosas del mundo. Para García Montero, la poesía reivindica siempre la conciencia individual, pero para establecer un diálogo con el otro.
Poeta y ensayista español, Luis García Montero nació en Granada en 1958. Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de esa misma ciudad, allí también obtuvo su Doctorado con una tesis sobre Rafael Alberti con quien lo unió una gran amistad.

García Montero uno de los poetas más significativos de la poesía española de hoy. Actualmente es profesor titular del departamento de Filología Española de la Universidad de Granada, además de ser un prestigioso poeta, consagrado ensayista y también columnista de opinión. Entre los numerosos premios que jalonan su brillante carrera, se destacan el premio Federico García Lorca, el premio Ciudad de Sevilla, el premio Loewe, el Adonais y el Premio Nacional de Poesía en 1995. En 1999 estuvo nominado para el premio Cervantes, máximo galardón de las letras españolas.

Su obra poética consta de los siguientes volúmenes: Y ahora ya eres dueño del puente de Brooklyn y Tristia en 1980, El jardín extranjero en 1983, Rimado de ciudad en 1985, luego publicó Diario cómplice en 1987, Las flores del frío en 1991, Habitaciones separadas en 1994, Casi cien poemas en 1997, y Completamente viernes en 1998.

Esta entrevista se hizo a propósito de la edición de la totalidad de su obra poética reunida en un solo volumen, a cargo de la editorial Tusquets.

¿Qué estaría dispuesto a dar por la palabra que el poeta siempre busca y nunca encuentra? Creo que la poesía precisamente se plantea eso: qué estaría uno dispuesto a dar. En un poema yo escribí que hay gente que por buscar una palabra pierde un idioma, ése es uno de los peligros. Es muy importante buscar la palabra, pero es muy importante evitar que la búsqueda se convierta en tal obsesión y uno acabe escribiendo cosas que no pueda entender la gente. Por eso hay un término medio entre buscar tu propia palabra sin perder el idioma que te permite comunicarte con los demás.

La poesía pareciera ser una fatalidad comparada con la narrativa.

A mí me parece que sí, entre otras cosas, porque en mi experiencia yo compruebo que lo que tiene autoridad realmente en mí es la poesía. Soy catedrático de literatura en la Universidad de Granada, en España, he tenido que hacer una Tesis Doctoral o una Memoria de Cátedra, tengo que hacer muchos ensayos de 500 o 600 páginas, tengo compromisos de todo tipo. Yo acabo una Tesis Doctoral y al día siguiente si no hago nada tengo mala conciencia creyendo que ya estoy perdiendo el tiempo. Sin embargo, cuando consigo terminar un poema que medianamente me gusta... me entra una sensación de satisfacción y siento que puedo estar 15, 20 días de vacaciones. Por eso, desde mi propia experiencia personal, vivo la poesía como lo que tiene más autoridad en mí.

Decía Roberto Bolaño que él se sonrojaba menos cuando leía su poesía que cuando leía su narrativa.

Él, el tiempo que vivió en España escribió bastante poesía y tiene una poesía interesante. Yo creo, que como Bolaño triunfó en la novela miraba con nostalgia su poesía que no había tenido mucho reconocimiento. Eso es normal en los escritores, por ejemplo hay escritores que pintan y les gustaría ser considerados pintores o grandes novelistas que tienen mucho éxito y sin embargo, se sienten poetas. Yo viví una época en donde todavía no estaba, en España, muy difundida la televisión, entonces, para mí, fue muy importante que mi padre acostumbrara a leernos en voz alta y lo que le gustaba leer eran poemas. Nos leía poemas que pertenecen a la tradición, por ejemplo, una leyenda de José Zorrilla, una canción de Pronceda o "El nocturno" de Manuel Acuña; no es una poesía con la que me identifique a la hora de escribir, pero me divierte y me gusta haberla aprendido de memoria. Ésas fueron para mí, mis novelas de aventuras. Me pusieron en contacto con la tradición oral, con la voz del abuelo, el padre, el anciano que te va explicando el mundo y que te ayuda y comprender que el mundo es una narración que tú tendrás que continuar y quizá porque yo me acerqué al mundo de la ficción, de la narración a través de la poesía me siento sobre todo poeta.

Los poemas siempre gustan medianamente a los que escriben poesía.
Mira hay que ser muy tonto para perder la conciencia crítica. Creo que uno disfruta la literatura cuando lee lo que han escrito los otros, cuando se lee lo propio, pues, siempre se tienen ojos de corrector más que de lector que quiere disfrutar. En ese sentido es muy importante no perder la conciencia crítica. Yo estoy acostumbrado a ver escritores que pierden la conciencia crítica, bien por exceso de éxito o por exceso de fracaso. Cuando un escritor tiene mucho, mucho éxito se cree que todo lo que hace es genial y acaba metiendo mucho la pata; hay grandes caídas en obras de autores importantes. Pero cuando un escritor no tiene reconocimiento, también el fracaso puede conducir al rencor, porque entonces uno más que ver las fallas tiende a consolarse y pensar que los demás están conspirando para no aceptar que el genio es uno. Y también ahí se pierde la conciencia crítica y uno cree que lo que escribe es genial. Me parece que un escritor tiene que cuidarse en ese sentido conforme va madurando, sin perder la conciencia crítica y creo que, sin separarse del lector adolescente que se quedó fascinado con un libro en la mano y quiso dedicarse a la literatura por la admiración de lo que estaba leyendo, es muy importante que un escritor a lo largo de su experiencia mantenga su capacidad de admiración a lo que hacen los demás, porque antes de ser escritores hemos sido lectores.

Su esposa, Almudena Grandes, con el levante ha escrito una novela, ¿usted qué ha escrito con ese viento terrible?

Nosotros tenemos una casa en la Bahía de Cádiz, en Andalucía, donde los vientos son muy importantes y ella al describir El viento de Los aires difíciles convirtió el símbolo en un elemento de la realidad. La gente en Cádiz habla constantemente del viento. Me parece que eso es algo que suele utilizar la literatura. Cuando escribo poesía a mí me gusta captar la realidad, anécdotas, situaciones que me permitan trascender lo anecdótico para intentar hablar del tiempo en el que vivo, de la historia en la que vivo. A mí me gusta pasear por la calle o por el mar y ver aquellas cosas que pertenecen a todo el mundo y a las que puedo intentar hacer una lectura personal para darle un significado que sea simbólico. La poesía y la búsqueda de la metáfora tienen mucho que ver, por ejemplo, con esa capacidad que tienen las cosas para simbolizar todo un tiempo. Cuando uno está viendo fotografías, de pronto, ve un abrigo y más que un abrigo se convierte en el símbolo de todo un tiempo; uno recuerda cuando le compraron el abrigo o en que época lo usaba. Hay un objeto que puede simbolizar un mundo y me parece que ése es el trabajo del escritor. Almudena lo hizo muy bien en Los aires difíciles. Me gusta una poesía que tiene que ver con la ciudad, con los taxis, con las paradas de autobús porque creo que en las metáforas de la realidad en la que vivimos podemos encontrar sentido a nuestro tiempo.

Podría decirse que, a juzgar por el estilo de sus poemas, usted es casi un enemigo radical del automatismo.

Cuando terminé la universidad mi tesis doctoral fue sobre la poesía vanguardista de Rafael Alberti, entonces estudié muy bien las vanguardias y admiro las vanguardias, pero como una época más de la tradición literaria; admiro la poesía de Sor Juana Inés de la Cruz, de Francisco de Quevedo, la gran poesía de los románticos Giacomo Leopardo o Friedrich Hölderlin y también admiro la poesía de vanguardia, pero lo que me parecería muy ridículo es intentar escribir ahora como escribía Sor Juana Inés de la Cruz. Creo que las vanguardias están en nuestra tradición, pero que ahora podemos utilizarlas en lo que queramos y tenemos que escribir otro tipo de poesía. En un momento determinado y de crisis de la sociedad hubo gente que llegó a pensar que se trataba de romper con todo, con el lenguaje, con la sociedad, con la tradición, para que el poeta fuera el representante que vive en una sociedad con la que no puede dialogar. Por una parte, eso me parece ideológicamente muy reaccionario, porque más que cantar el fracaso de la sociedad hay que responsabilizarse de un diálogo social para ver qué podemos hacer con la sociedad. Ahora, hacer una escritura vanguardista me parece mucho más reaccionario que hacer una escritura en relación con los tiempos que vivimos. Estamos viviendo un momento de descomposición absoluta del Estado, los políticos están perdiendo fuerza y hay otras fuerzas económicas que están intentando marcar la realidad, entonces jugar a la destrucción de la sociedad me parece muy peligroso. Cuando uno analiza los poemas de la vanguardia y nota que se creían los más modernos y despreciaban la tradición, pues uno comprende que eso estéticamente ha envejecido, porque podemos seguir disfrutando de la tradición, de los poetas clásicos y que estuvieran muertos es mentira. Quizás, han envejecido mucho más algunos poetas vanguardistas que los clásicos que siguen manteniendo su jugo. Por eso a mí me gusta aprovechar la lección de la vanguardia como aprovecho la lección de un poeta del siglo XII o del siglo XVII, en qué me puede ayudar, lo que no quiero es mantener una visión de lo vanguardista como si fuese una religión que yo tuviera que seguir. Me pasa lo mismo cuando entro en una catedral gótica, yo soy capaz de disfrutar la belleza, pero la verdad es que no la miro con ojos de creyente medieval; con la vanguardia me pasa lo mismo, disfruto con un poema vanguardista, pero no lo veo con ojos de creyente.

¿Disfruta los poemas de Leopoldo María Panero?

Hay una familia Panero en la poesía española. El padre, Leopoldo Panero, fue muy importante y después dos de los hijos tuvieron mucha importancia. Disfruto la poesía de los hermanos Panero, me gusta mucho Juan Luis y disfruto también, la poesía de Leopoldo María.

El poeta debe buscar su mundo personal, porque a la hora de escribir tiene que defender su propio mundo, pero no debe ser sectario a la hora de leer; yo desconfío mucho de los poetas a los que sólo les gusta la gente que escribe como ellos. Creo que la poesía es muy rica y se puede disfrutar de todo. Por ejemplo, los dos hermanos Panero, Juan Luis y Leopoldo María, escriben con tono muy distinto y se puede disfrutar de ambos.

Dice que sus fuentes no han sido originales, que son Federico García Lorca, Luis Cernuda...

El dialogo de la poesía con otras culturas es fundamental. Nada es más peligroso que el poeta que dice no leer a lo demás para ser original, porque cuando uno lee a los demás es cuando tiene la posibilidad de buscar su propio mundo, si no lo que hace uno es repetir las cosas que han hecho los demás creyendo que ha descubierto el Mediterráneo. En ese sentido, creo que el poeta debe conocer la tradición para después aportar su grano de arena. La personalidad es más importante que la originalidad. Yo conozco bien la tradición española, me han interesado mucho poetas como César Vallejo, Pablo Neruda; como estamos en México reconozco que dos de mis maestros más cercanos han sido Jaime Sabines y José Emilio Pacheco. Además, creo que es muy importante conocer la poesía de otras lenguas que a veces te llega a través de otras lenguas y a veces de la propia, por ejemplo, la poesía inglesa ha sido fundamental en mi propia manera de entender la poesía, pero porque uno de mis grandes maestros, en España, Jaime Gil de Biedma era un poeta de formación anglosajona. La poesía de Jaime no se puede entender sin haber leído a T. S. Eliot, Stephen Spender, aunque yo no hubiera leído directamente a estos poetas que me parecen importantísimos, simplemente leyendo a Jaime ya sería discípulo de la poesía inglesa.
Es como si en el Renacimiento hubieran dicho no conocer la poesía italiana, no conozco la poesía de Francesco Petrarca, bueno, pero sí han leído a Garcilazo de la Vega, éste es la versión en español de la poesía que está escribiendo Petrarca, de manera que entonces, eres un poeta de herencia petrarquista. Es muy importante ser consciente de que la poesía en cualquier lengua está vinculada.

Me gusta mucho Eugenio Montale...

Eugenio Montale en Italia es uno de los grandes nombres junto con Giuseppe Ungaretti. Pero en la generación de poetas jóvenes españoles tanto Montale como Ungaretti están muy de moda y se están publicando muchas traducciones de ellos. Una de las faltas que ha tenido durante años la poesía española han sido las traducciones. Hemos vivido mucho de las traducciones que se hicieron en México, en Argentina, pero ahora uno de los rasgos de la buena salud de la poesía española es que hay buenas traducciones y la poesía italiana se está traduciendo muy bien.

Le gusta Luis Cernuda, pero no le gusta tanto Xavier Villaurrutia.

Me gusta Cernuda y me gusta Villaurrutia. Cernuda me gusta mucho y de la época de los contemporáneos, quizá, yo me identifico más con Salvador Novo o incluso con Carlos Pellicer, pero considero que Villaurrutia es un enorme poeta. A mí me gusta más el Villaurrutia de Los Nocturnos, eso me parece muy importante. Me gusta que lo vincules con Cernuda, porque cuando yo he leído a los poetas mexicanos me he dado cuenta de cosas, aunque Juan Ramón Jiménez me mataría si me oyera, yo creo que él no hubiera escrito a los años 40 su poema "Espacio", sin haber leído antes "Muerte sin fin" de José Gorostiza. Del mismo modo cuando yo he leído a Villaurrutia he reconocido los placeres prohibidos de Cernuda, esos poemas de Los Nocturnos, que la idea es: "Si el hombre pudiera decir lo que piensa..." me emociona mucho ese dialogo de Villaurrutia con Cernuda y por supuesto, a mí el Villaurrutia de Los Nocturnos me emociona profundamente.

Hay que leer a Manuel Altolaguirre...

Yo creo que es muy importante. Altolaguirre es de los poetas de la generación del 27 que tuvo una poesía original y desconocida. Cuando se habla de la generación del 27 se cita a grandes escritores como García Lorca y Cernuda y sin embargo Altolaguirre tuvo una poesía muy emocionante, es uno de los poetas españoles que mejor leyó a Juan Ramón Jiménez y los poetas le debemos mucho, porque tuvo una labor editorial importantísima en España, antes del exilio y después en México en el exilio. Toda la labor editorial que hizo Altolaguirre en favor de la poesía es fundamental. Aprovecho para aconsejar unos de los libros más emocionantes que leí que es Caballos Griegos, es un libro de memorias de Altolaguirre en donde cuenta toda la experiencia de la guerra civil y sus recuerdos de la infancia. El libro lo editó James Valender, un profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México, que además está casado con una nieta de Altolaguirre. Yo hablo con pasión de la literatura... no sería poeta, sino hubiera aprendido a vivir con un libro en las manos y por eso creo que es tan mezquino ser sectario.

¿Qué poetas argentinos le gustan?

Voy a decir una cosa que en Buenos Aires no tiene prestigio: me encanta la poesía de Jorge Luis Borges, me gusta mucho más como poeta que cuentista. Ricardo Molinari es otro poeta argentino que me gusta mucho, me parece un grandísimo poeta. De los contemporáneos Juan Gelman, me considero amigo, admiro mucho su poesía y me identifico con su actitud moral.

¿Cómo ha hecho o formado esta convicción que demuestra al mundo de ser poeta?

Tú decías antes que la poesía es una fatalidad y tienes razón. Yo me dediqué a escribir poesía porque me gustaba leerla y admiraba mucho la poesía, además parte de lo que soy en la vida se lo debo a los poetas que he leído. Una vez que era poeta y ya había publicado sí me pregunté para qué servía mi oficio y cuál era la convicción. Yo defiendo la poesía, porque creo que ésta es una reivindicación de la conciencia individual en un tiempo que impone la homologación y la aligeración de la conciencia. Existen muy fuertes mecanismos de homologación y aligeración; a la gente se la hace pensar de la misma manera, vivir de la misma manera. Repito siempre a Antonio Machado "La verdadera libertad no es poder decir lo que se piensa, sino poder pensar lo que se dice." La poesía es la mejor reivindicación de la conciencia individual. Es el género donde un ser humano levanta la mano para parar el tiempo y decir que antes de seguir opinando, antes de seguir viviendo va a pedir tiempo para él, para pensar en lo que siente, en lo que opina, para conocerse a sí mismo y para hacerse dueño de su propia conciencia y opinión. Por otra parte, creo que la poesía da otro ejemplo porque vivimos en un mundo que tiende a identificar individualismo con egoísmo. A mí me gusta que la poesía reivindique la conciencia individual, pero para establecer el diálogo con el lector. Por supuesto, sé que un medio de comunicación tiene mucha más fuerza que el mejor poema del mejor de los poetas, pero he aprendido que la poesía es un diálogo moral entre el autor y el lectory que ese diálogo moral tiene mucha utilidad a largo plazo. Por eso me gusta y defiendo mi género, porque reivindica la conciencia individual y además lo hace para dialogar con los otros y no como una forma de egoísmo.

La poesía es un arma cargada de futuro, decía Gabriel Celaya.

Y la verdad es que sí. Se suele decir: - Ay, malos tiempos para la lírica, pero lo cierto es que la poesía en lengua hispánica está viviendo un muy buen momento. Es mentira que la gente no lee poesía, a la gente le gusta; aunque un poeta no tenga los seguidores que tiene una estrella de rock o su libro no sea un best seller, poco a poco la poesía que vale queda, la gente la lee y eso es lo importante. Yo conozco bien la poesía hispánica, porque he dirigido una revista en la Casa de América en Madrid para difundir en España la poesía de América y creo que la poesía en México, Colombia y España están viviendo un tiempo de llamativa calidad. Podemos sentirnos orgullosos de la poesía que se está escribiendo en nuestro idioma.
Esta entrevista ha sido tomada de www.terra.es
por valor literario y formativo para quienes escribimos.