En el presente blog puede leer poemas selectos, extraídos de la Antología Mundial de Poesía que publica Arte Poética- Rostros y versos, Fundada por André Cruchaga. También puede leer reseñas, ensayos, entrevistas, teatro. Puede ingresar, para ampliar su lectura a ARTE POÉTICA-ROSTROS Y VERSOS.



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miércoles, 2 de enero de 2013

ANCLAS EN EL HORIZONTE

Roberto Manzano Díaz, Cuba





DÉCIMAS DE ROBERTO MANZANO DÍAZ




ANCLAS EN EL HORIZONTE
(Fragmento)





1

En la bondad —dulce saga—
mi corazón fue nacido.

Desde que nací su nido
toqué de silvestre maga.

Entre la flor, y en la llaga.
La bondad, con su cobija
azul, de mi madre hija,
hija de mi padre claro.

La bondad, como un amparo
que a lo terrestre se fija.




2

Algo nos pasa, y sucede
de una manera truncada.

Quién nos roba la pisada?
Quién nuestro gesto intercede?

La bondad todo lo puede.
Mi canto, con la premura
de enloquecida cordura,
lo que quiere es encender:

que la bondad vuelva a ser
como abierta voladura.




9

Pero la bondad asienta
sobre el corazón un aro
de luz: su noble disparo
corta en seco la tormenta.

Se levanta la osamenta
con médula de torcaza:

y baja un calor de brasa
rodando por el semblante:

qué claridad de diamante
alumbra a toda la casa!




10

Yo camino de estudiante,
de estudiante encanecido:
en las aulas del olvido
me olvido por un instante.

Y como marcho adelante
y con entera atención
oigo esta oscura canción:

Para llegar, el que parte:
todo regreso es el arte
de esculpir el corazón.





11

Hacia dónde el pulso va?
Algún hilo se lo lleva:
ya vendrá con sangre nueva:
ya se tiene quien se da.

Que ninguna fruta está
de por vida en alta rama:

dentro, la semilla clama
con un vocerío inmenso:

toda fruta es un descenso
hacia el suelo que la llama.





12

Zafa la ceiba su flor:
en qué nudillo del viento
fijará su blanco aliento?

Piedra pulida es fulgor
que se brinda alrededor.

Marchemos al orbe vasto
con canasto o sin canasto.

Sólo en lo feraz se ara:
sólo la sombra se aclara:
sólo se retiene el gasto!


La Guernica, 1989


Fuente: peglez.blogspot.com


sábado, 17 de marzo de 2012

Roberto Manzano en la vida, sosteniendo los sueños*


Roberto Manzano, Cuba*




Roberto Manzano en la vida,  sosteniendo los sueños
Por: Juanita Conejero



Hay deudas ineludibles que hay que saldarlas. Y ésta,  es una de ellas.  Yo no podía dejar  de dedicar unas palabras, a una de las voces imprescindibles de la literatura cubana actual, batallador del olvido y del silencio,  pero gritando el canto, para que lo oigamos todos,  en estos años de música terrestre de sus sueños.
Roberto Manzano, el poeta de las tablillas de barro, con sus lanzas fundidas por el tiempo, el poeta de la hilacha  y  del racimo y la estrella,  sorteando  décimas  para movilizar  el mundo y el que pasando por un trillo mágico,  descubre a una niña,   para dejarle también,  el poema  emocionado y lleno de ternura.Llega a su cumpleaños sesenta, en  plena juventud, en madurez perfecta, con Synergos al hombro,  excelente texto, sensible y eterno,  con su concierto de imágenes novedosas, inspiradoras de verdades y  en rescate preciso de los más genuinos valores poéticos y humanos,  en un  mundo que  tiende a desvalorizar con pálidos efectos, la esencia inspiradora del amor.
Nació el poeta en Ciego de Ávila en 1949 , un 20 de septiembre. Profundos sedimentos ideológicos martianos  sirven de base   a sus más puras concepciones,   apuntaladas  con sistemáticos estudios  de Licenciatura en Educación,  Investigaciones socio-culturales, Máster en Cultura Latinoamericana y Profesor Adjunto de la Universidad de la Habana. Maestro, poeta de alto calibre,  escritor  y artista de la edición y el diseño,   lo arman    con la vestidura de un auténtico hacedor de claridades, como un viajero,  con una larga vida detrás y una esperanza delante. /yo soy poeta porque me inclino a lo cíclico, a lo que se muerde la cola para despertar con esa vehemencia hacia lo alto./
No son pocos los premios y reconocimientos y muchas sus obras publicadas en Cuba y en el extranjero. Entre los más importantes premios, el de Silvestre de Balboa en el 2004 y en ese  mismo año el Internacional de Poesía “Nicolás Guillén” en México y en el 2005 el Premio del mismo nombre, obtenido en nuestro país. La  Bicentenaria  Sociedad Económica  del Amigos del País, le otorgó a Roberto Manzano, en su primera versión en el 2007,  el Premio  Samuel Feijóo de Poesía sobre Medio Ambiente. Merecido lauro a un creador,  que como diría el crítico y también poeta Virgilio López Lemus,  “ha ido consumando una obra poética , que es hoy orgullo de la nación”.
/Me gusta el árbol, el mar, la montaña/ me gusta el tren, la dársena, la urbe:/ la multitud que pasa , hacia todos los rumbos, buscando/algo:/ las muchachas bajando las gradas del colegio:/el ruido silencioso de las casas:/las grandes ediciones, con muchas láminas:/me gustan los países ,las álgebras, los actos, los sueños…/
Y así meditabundo, con lo incógnito en el puño,  llegamos a admirarlo,  aquellos que formamos parte del  primer grupo del Curso Taller, Historia y práctica  de la  creación poética,  que  como él podría haber dicho  en sus versos, nos hizo atar   con los hilos cruzados del Amor. El recuerdo nos viene a la mente, y allí también,  junto a nosotros otro poeta,  José David Curbelo,  prologuista de texto,  que recogió  la huella de aquel primer encuentro,  titulado: “Bienaventurado el árbol que camina”.
El examen de diversos tópicos de la actividad creadora del ser humano, inmerso en el quehacer ensayístico de Manzano, vienen recogiéndose en sus Vertebraciones, trabajos reflexivos,  de especial enjundia, que   como diría Péglez, creador entrañable y amigo fraterno,   resultan fascinantes. Para consultar  algunos de estos trabajos,   visite Cuba Literaria, sitio digital del Instituto Cubano del Libro, la página del Grupo a ALA Décima, el blog Álbum Nocturno  o la Antología on line,  Arte poética y Rostros y Versos, ambas  del poeta salvadoreño André Cruchaga. Las  bellas noticias de Manzano,  llegaron siempre  a nuestros corazones.
Nosotros también cada vez que le encontremos,  le vamos a desear salud y suerte al querido  Maestro y  amigo, el que nos  enseñó   que su corazón,  efectivamente crece como un frijol húmedo,  “inválido en el rencor”  y  con la  sencillez y la entrega de sus versos: /todo lo junto, lo coso con la aguja de mi esperanza, con la algarabía de seres y de cosas que cantan en mi pulso/. Siempre  ha percibido mucho más que lo que ve, siempre ha entregado y sigue entregando múltiples mensajes de lucidez y asombro,  de lo que él  mismo ha llamado:  “estrellerío insomne”.
Nos enseñó  también, que todo el hilo canta en el propósito y que el engrudo esencial está en la meta.
                  
                      Rodando va la palabra
                     como una moneda viva.
                     Astillada y explosiva
                     como pólvora en un abra.
                     Escalando como cabra
                     los riscos de la emoción.
                     Rueda de imaginación
                     que con hélices veloces
                     trasladando van las voces
                     hacia más alta región.
Copiando al pie de la letra sus versos le decimos que  él es “absolutamente indispensable”. /porque yo busco de continuo, y siempre reposo sobre la brasa y soy un eterno estudiante de los jeroglíficos invisibles/. Por todo ello, no olvides que esta fecha, muy tuya, es también nuestra,  que un reino de mayor señorío y mejor transparencia es posible, justamente en este 20 de septiembre de 2009,  en que celebramos también, el Día Mundial de la Paz   y que hombres como tú, Maestro, poeta y guía, sabrá descubrir ese reino,  con la música eterna de sus versos: /Yo junto con las manos, con los ojos, con las sienes: siempre estoy sediento de seres y de cosas, hambriento de verdad y de hermosura/. Para cantar, sólo consultas con tu sangre. Eres un  río crecido de sueños  y un estandarte de  cantos, olfateando el horizonte.

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* Fotografía y texto han sido tomados de: CUBARTE

lunes, 4 de enero de 2010

poemas de roberto manzano

Roberto Manzano, Cuba

Qué lucidez temible es asentarse, súbitamente…





Qué lucidez temible es asentarse, súbitamente,
en el nadir: captar a Gnosis cuando baila en las gradas
del sentido, y en los cóncavos
salones de la frente. Qué resplandor
de cometa hacia lo hondo del follaje.

Uno pasa labrando, con círculos concéntricos,
dentro de los asuntos de la propia vida,
una atención: como quien alza un vidrio
y adivina el betún poderoso que fulge en el nácar.
Sentir, de súbito, que la visión alcanza.

Instante en que el viajero flecha el enigma
y hacia el final de las arenas
habla, con labios líquidos, la Esfinge.
Al fin, tras los ramajes, crece la luna.
Se cosen las tablillas con agujas leales.
En una uña del mundo canta el dominio.

Para entonces el sueño ya tiene otro cenit,
ya tiene otro cenit la intuición, petrel del entendimiento.
Ya va, con potros rápidos, de ribera a ribera, la duda.
Ya suena, timbre de árbol más glorioso, la osadía.

Y entonces, hacia el fondo, cuál es el fondo?
Y hacia la altura, dónde está la cúspide?
Y hacia el costado, dónde está la linde?
Esos remos que reman en lo oscuro, oh Colón,
van entrando en los deltas más escogidos de la luz!






Y bien está que yo, que soy un pobre diablo…




Y bien está que yo, que soy un pobre diablo,
me cante un salmo: Loado sea el día cuando aparece
en las jambas gastadas, cuando se va
con pañuelos oscuros por las tapias,
y sea para siempre ensalzado en los caminos,
en los recesos de los escolares, en las meriendas
de los obreros, en las curvas blancas
de las cariátides, y entre los mármoles del bosque.

Loada sea el alba cuando lee febril su partitura
y cuando el soldador baja su máscara,
en el instante mismo en que aquel gladiador de la orilla
vio nacer de su casco cuatro águilas caudales.
Loada sea cuando la niña trenza su trenza
y el pequeño varón traza el navío absorto de la noche.
Loada cuando el tímpano asordó las campanas
y la leche cerró su rostro con la nata.

Loada sea la mañana cuando partimos hacia la penuria
sin botones, sin suelas, con cucharas de ácido.
Loada sea cuando el limón fermenta al cemento
y nos satura la melancolía de la sed y del hambre.
Loada porque estamos vivos, latiendo en el espacio,
fluyendo con Heráclito hacia todos los capítulos.

Está muy bien que yo me cante un salmo, que yo sea
el arpista, el que oye, el que dice las gracias
y el deseo. Yo voy por entre el polvo,
y soy de polvo, y urdo mi destino con manos polvorientas.





Si me desmemoriara, a dónde iría…




Si me desmemoriara, a dónde iría!
A dónde, sin memoria, sino a un aire sin soplo,
a unas libras de tierra ya dispersa,
hacia un pozo sin bordes ni gravedad instantánea.

Si me desmemoriara estallaría infértil, sin aviso.
Quién pondría por mí las letras en la página?
Quién saldría o entraría por los portillos?
Sobre qué silla se sentaría el alma?

Yo tengo que venir de lejos, porque vengo de lejos.
Tengo que acicalar los círculos.
Tengo que sostener estas figuras contra el viento.
Y tengo que pasarlas, en su luz, a los hijos.
Tan sólo así, pasando estas visiones por el hilo,
estaré un día junto a ellos, ya incluido.

Yo he pisado la hierba que aquellos pies pisaron.
He encendido las brasas que otros encendieron.
Brindé alzando los mismos frascos,
con los mismos silencios, con los mismos bullicios.
Y me senté a torcer unas pocas palabras
en idénticos quicios.

Volví y volví, volviendo siempre:
junté y junté, juntando siempre:
surqué y surqué, surcando siempre:
cuando se cierre, sólido de sombra y de esperanza,
el horizonte para alcanzar otros horizontes fugitivos,
estaré dentro del nuevo espacio, acordándome de todo.

lunes, 14 de julio de 2008

Entro, por lo compacto, rumbo al fondo..._Roberto Manzano

Roberto Manzano, Cuba.





ENTRO, POR LO COMPACTO, RUMBO AL FONDO…




Entro, por lo compacto, rumbo al fondo
y escarbo las raíces;

levanto las matrices
del silencio a la luz de lo redondo;

yo mismo me respondo
desde la gravedad tremenda;

en medio del descenso, y a través de la venda
de lo nocturno veo lo que esconde la lumbre;

miro la reciedumbre
azul de la medalla, el anillo total de la leyenda;

veo venir los muertos
a la reunión inquieta de los vivos;

sus huesos sensitivos
se juntan en anillos ciertos;

en sus ojos abiertos
el sol titila;

algo se hila
en el hondón;

algo que viene desde el corazón
y en la punta del ojo interpela y vigila;

sí, venid, aquí estamos,
aquí estamos, ved nuestros dedos;

mirad nuestras coronas, nuestros miedos,
nuestros orgullos, nuestras espigas, nuestros ramos;

mirad por dónde vamos
para que el porvenir, ay, se nos abra;

mirad cómo el vapor nuestro se labra
de los impulsos encontrados en que nos detenemos;

en una sola mano van los ágiles remos
y en un único labio la nítida palabra;

los muertos se deslizan
tremolando las íntimas banderas;

dentro de sus escuálidas fronteras
sus torres movilizan;

desde allí avisan
con bocinas profundas;

corren, trepidan, suben por las gradas rotundas
llenas de lámparas las finas manos;

los muertos son livianos
y de voces fecundas;

pero los vivos van de dos
en dosmarchando en dividida tropa;

entre los vivos arde la lidia como estopa,
cautivos de la espina o heridos de la coz;

los vivos padecemos una escisión atroz
que todo lo fragmenta;

el dolor nos avienta
y la esperanza;

entramos, como lanza,
en la tormenta;

y los muertos son como un peso puro
o una losa que dice su recado;

parecen una espalda que ha llegado,
ya obnubilada, del futuro;

desde su pecho oscuro
mana un perfume neto;

en lo secreto
se les oye la plática encendida;

allí dicen, y ofrecen a la vida
un litoral movido, una sortija de fulgor completo;

los vivos oyen, con oído fino,
el silencio insepulto;

la palabra aparece como un bulto
en el camino;

como un roce divinose oye la brisa;
es un frío que avisacon la sintaxis de lo ignoto;

como el sonar de un fuelle roto
que apenas escuchado se organiza;

venid, venid, por finas coincidencias
y por azares largos;

quebrantad los letargos
y las interferencias;

coliguemos los himnos y las ciencias,
los hierros y el pistilo, la espuma y el cristal;

los vivos y los muertos, en la unidad total
de la semilla;

para que brote de la arcilla
el ala de la patria germinal!
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miércoles, 9 de julio de 2008

Me quedé meditando, lo incógnito en el puño...Roberto Manzano

Roberto Manzano, Cuba.





Me quedé meditando, lo incógnito en el puño…



Me quedé meditando, lo incógnito en el puño:
Qué es la vida? Será una mera contracción zafada?
Será los mil semblantes de una mónada sola?
Será lo accidental que se enrumbó como una esencia?

Fui a ver la piedra para decirle: Qué es la vida?
Me senté al lado del que estaba llorando: Qué es la vida?
Del que comía por primera vez con su novia: Qué es la vida?
De Vernadski, que unía la biomasa en una cifra.
De Kandinsky, que había trazado una rayita blanca.

El que pasó vendiendo ajo puerro me dijo: Deja eso.
El administrador, de pie en la puerta: Qué te pasa?
La joven, balanceando su caderamen: No moleste.
El cirujano, de visita en casa del partero: Es tu invitado?
Yo seguí, proseguí, perseguí. Traía la pregunta
esculpida en la sangre, como el exergo bronco de una moneda.

A veces, reparando cómo se abría el clavelón, la pregunta.
A veces, viendo desfilar los trenes, la pregunta.
O viendo descender del carro al importante forastero.
O mirando las caras harinosas que exhiben los payasos.
Cómo es posible que yo tenga de por vida esta pregunta?
Cómo es posible que no pueda responderme a gusto?
Oh las tazas, las heces, el café, los labios, el sabor.
Oh la justicia, el canto, la abundancia, la paz, el éxito.
Cabello por cabello fui, indagando. Pero siempre,
manto sonoro, la cabellera general cantaba: Qué es la vida?
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Poeta, ensayista y Premio Nacional Nicolás Guillén en México y Cuba.
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