En el presente blog puede leer poemas selectos, extraídos de la Antología Mundial de Poesía que publica Arte Poética- Rostros y versos, Fundada por André Cruchaga. También puede leer reseñas, ensayos, entrevistas, teatro. Puede ingresar, para ampliar su lectura a ARTE POÉTICA-ROSTROS Y VERSOS.



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jueves, 22 de junio de 2023

REALIDAD Y SUEÑO: San Salvador en su pecho. Desolación y sentido de la sospecha.

 PRÓLOGO A «UMBRAL DE LA SOSPECHA»




«UMBRAL DE LA SOSPECHA»


REALIDAD Y SUEÑO: San Salvador

en su pecho. Desolación y sentido de la sospecha.

 

Gladiator in arena consilium capit ─El gladiador toma su decisión en la arena─, máxima con que André Cruchaga Chalatenango, El Salvador, 1957, desguarnecido ante la acción de quienes tienen el control en el pulgar, pareciera acometer el desafío de la aridez que para él constituye esterilidad en la quimérica trama del devenir de un territorio que no le es ajeno: «San Salvador en mi pecho», declara como título en uno de los poemas. Su palabra más que armadura, es lanza arrebatada al tiempo adversario y a las visiones antagónicas y advenedizas que se burlan del duelista apiñadas en las gradas del coliseo de la vida, mientras el sueño de un país, San Salvador en su pecho, se proyecta de principio a fin en Umbral de la sospecha y así lo vuelca en una de las proverbiales endechas de la obra, “Días infames”: Vivimos días de cruces y espejos infames: siempre tuve claras/ mis premoniciones sobre el país que tenemos.

 Asidua espectadora, incluso pertinaz hermeneuta, asisto en cierta largura al tiempo de este gladiador apostado en la arena de las páginas que lo embisten; desnudas, pero temibles como miríada de adversos imponderables en las que se hace menester plantar batalla al menos con el fervor de las palabras, con la exaltación, la vehemencia que exhibe nuestro émulo. Y en este UMBRAL el sentimiento de impotencia encarna la arena regada con sangre, sangre que previene su compatriota Dalton: “Mis venas no terminan en mí, sino en la sangre unánime de los que luchan por la vida, el amor, las cosas, el paisaje y el pan, la poesía de todos.” Yacen también allí las venas de Cruchaga, su poesía de vuelcos que no son otra cosa más que un revelarse al mundo: la sospecha ante el auditorio, la misma a la que podría referirnos Ramón Ferrera: “el fantasma que debía ser yo vuelto de espaldas a la luna”[1]. Pero un poeta es siempre un fantasma que se desdobla entre el ser y la palabra. Tal vez el primer poema del libro “Eternidad de la sospecha” en que el autor desgrana versos como Nunca sé si es el agua o la piedra en el tobillo/ la que muerde la última eternidad de las equidistancias, conduce por veredas de esa misma dualidad; senderos que se ampliaban en un tremor de hojas mecidas por la borrasca del tiempo que ha servido de cobijo a la observación, y esta mascarada que pareciera acecharle cuando intenta descubrir al contendiente milenario que expone el cuerpo teñido con sangre de rémoras ante el coliseo; cuerpo poético, cuerpo fantasma, coliseo país; país que le estremece y le conmina a la contienda, esa en que Nadie puede resistirse a los cuchillos de fuego de este mundo, ni al sollozo que nos aprieta en su extenso vientre, como señala en “Experiencia mortuoria”.

 Múltiples las ocasiones en que, en el intento de descifrar a Cruchaga y otras en las que decidida al deslizamiento por los canales de su metáfora incisiva, profunda y avezada (a mi modo de ver, comando para toda su misión escritural), presiento que en gran suma su obra viene a dar fe de una profusa saga (defiendo mi tesis: toda ella) hospedada bajo el título de uno de sus libros: Oscuridad sin fecha. Porque un creador lleva en los hombros el peso del enigma, de todos los enigmas, y el autor que aquí procuramos en franca batalla, les carga como armazón invisible que, en Umbral de la sospecha, palpable despliegue de madurez, no sólo como escritor, sino como avezado observador de las quimeras que en la diligencia de su discernimiento para auscultar el duelo entre la sangre y el alma, adquieren fuerza de una renovada representación:

         La desnudez es incurable frente a un país de alambradas

constantes y a una tierra febril, incurable, petrificada. (Tierra febril)

 Podría citar versos y versos como estamentos; casi concatenaciones que, dispersos por el cuerpo del libro, van dando cuenta del trágico entorno: En la ciudad ciega, mis ojos que orean las aceras del despojo. (Solo mi palabra); El miedo rechina en la boca igual que el olvido. (Imaginario oscuro); Esta tierra que ennegrece mis ojos (Parpadeo prolongado); En los zapatos, aquel oleaje de muertos, la sal derretida en la ropa (Esencia de la carcoma); Nunca he olvidado aquella antigüedad de la luz y el ocote/ cerca de las rodillas y los ojos mitificados de lo sombrío. (Sedición de la locura); Hoy meto el mundo en mis ojos, el mundo crudo del barniz/ de los almacenes de la hojarasca y sus ventrílocuos / y sus esquinas de aserrín. Y su miserable desvelo. (Exaltación externa); Este tiempo de sombras del país,/ muerde el poniente y disgrega la respiración sin reparo (País vivido); Uno pretende evitar las conjeturas,/ también la pérdida de la brújula y su bitácora desgreñada. (A veces la fatiga). De esta manera desgranándose en todo el poemario la inquietud que con la espada filosa de su pluma, más que el umbral de una sospecha, ha pasado a ser perforación en el vientre de “su país” en un coliseo de luto y de brumas:

 

Hoy es tan

triste el país como lo fue antes: al borde del precipicio se

rompe la respiración, nuestra fugaz vida, —pulsa el luto con su

sonido apocado, en la garganta nos arañan las piedras o las

espinas.          (Vivir el día)

 

Después todo será holocausto, o pañuelos.

(Después, la deshora)

 

Hay un país

triste que gime marchito de alas.

(Alegría fenecida)

 

En un rapto de dolor dice: “desde la carne que me sostiene”, y se desliza por los avernos “en forma de bulto”; más adelante declara que lo humano del dolor habita ininterrumpidamente. Entre su descubierta desazón, se amplían las visiones y le acomete el umbral del asombro, porque ha llegado a visualizar la detención de la palabra como un cadáver y la desolación que provoca tal cese cuando “no se es peregrino”. La sospecha ya no es tal, una vez se adentra en los argumentos a un mejor destino, según declara, nunca fueron extraños a sus ojos. Desvivido en el espejismo, continúa en el tiempo en que se confunden la juventud y el otoño en una realidad en que parece ya nada importa y su país, “país de saliva pétrea” y vasto ejército, se va convirtiendo en algo “invisible y huraño”:

 

San Salvador con sus bestiales juegos de palabras

y ritos feroces. «El país contra el que pide pan.»

San Salvador enclenque en las cunetas del sueño,

desteñido en los ojos de la infancia,

en los callejones donde está la muerte.

(San Salvador en mi pecho)

 

Dice Novalis que el camino misterioso va por dentro (Nach innen geht der geheimnisvolle Weg), y es en verdad un camino misterioso el que nuestro gladiador antes escalda y luego baña de matices; camino que, aún ante quienes nos preciamos de conocerle, se presenta prácticamente delirante, caprichoso, inasequible. No bien André Cruchaga es hombre de despliegues insondables, señala también la disposición de ir revelando los escombros entre la bruma bien tramada de sus fabulosas metáforas, porque si algo le caracteriza es el vislumbre de lo universal en el dolor, y el dolor en este UMBRAL, permite interiorizar esa partida que a veces pareciera perder ante lo nomotético: El país nos duele con su profético cuaderno de cadáver: (Precipicio) y Nos muerde la ruindad de las viejas consignas. (Abatimiento).

 Entre picoteos de aves de carroña que parecieran ávidas del fin de la batalla, palabras tiradas como dardos, contraste entre realidades concebidas tanto como “blanco y negro en los ojos de los funcionarios”, todo parece derivar en frustración ante un augurado fracaso. Hombre de sueños genuinos, pero más que nada del auscultamiento de lo grave y lo profundo, el riesgo de perder no se hace extraño y “parece un suicidio a perpetuidad en las ojeras”.

 El gladiador no se detiene y sabe, como hemos dicho en principio, que la decisión ha de tomarse en la arena; así con tal determinación, supone “que no es necesario firmar autógrafos ante matrona de lavabos” porque el país, su país, ahora “es un país poco resplandeciente”.

 Queda, así se presenta, invitar al lector a traspasar el Umbral de la sospecha que, no sólo se gana el pan de la exegética de quienes se animen a internarse en cárcavas y meandros, en ramales y ramblas, en las galerías y recodos de un país cuya ciudad, San Salvador, se halla pirograbada en el pecho del desafiador del coliseo país, sino que además expone el arduo quehacer de este maestro del desafío dirigido a su propia capacidad para equilibrar el discurso, a su insistente batalla con la palabra, a su madurez en vuelo desplegada.

  

María Eugenia Caseiro

En Miami, a los 21 días del mes de abril,

aún en guerra el mundo, aún en catastróficas vueltas climáticas,

en turbadora resaca de pandemia, Año 2023 del Señor

quien desde su ostracismo, mira con piedad ignorada por sus hijos.



[1] Camino de donde


_______________


María Eugenia, narradora, poeta, ensayista, prologuista, incursiona en la reseña crítica. Ha sido distinguida con premios literarios en ambos géneros: poesía y narrativa, y obteniendo reconocimientos especiales, y diplomas por talento artístico y labor en beneficio de la difusión de la cultura. Ha participado como jurado en certámenes literarios de poesía y narrativa. Es miembro colaborador de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE) y de la [[Academia de la Historia de Cuba en USA]], en que ostenta el cargo de Presidenta del Círculo de Amigos de la AHC.

Integra la Muestra Permanente de Poesía Siglo XXI de la Asociación Prometeo de Poesía; The Famous Poets Society; FLAC (Foro Internacional para una Cultura y una Literatura por la Paz). Integra el colectivo de trabajo de La Peregrina Magazín (Miami, USA). Colabora activamente con diversidad de publicaciones digitales, y en papel, actividades y programas de su comunidad. Asimismo, participa en la divulgación de eventos culturales y difusión de la obra de sus contemporáneos como el Programa Dos Orillas de la antropóloga cubana Dra. Mercedes Cros Sandoval. De próxima publicación, Nueve cuentos para recrear el café (edición bilingüe castellano-francés), salió a la luz en marzo 2010.

Sus poemas han sido traducidos a diferentes idiomas, incluyendo lenguas como el euskera, el japonés y el árabe. Participa en Agonía.net y Radio Agonía. Delegada en USA, del grupo LCeeE. Sus textos están difundidos en la Web, donde colabora con revistas y diarios digitales.

 

Premios:

Ha sido premiada en certámenes literarios nacional e internacionalmente.

 

Antologías Famous Poets Society, 1997, 2000.

Hollywood Diamond Hommer Trophy 1998.

Obtuvo 3 años consecutivos el premio "Famous Poem" por su poesía La Calleja. Antología Nueva Poesía Hispanoamericana 2004, 2005 y 2006.

Antología “Paseo en Verso” México 2005.

Finalista del Concurso Internacional de Poesía Pasos en La Azotea, del Certamen Puente Azul y otros.

Mención de Honor en el Concurso Internacional de Poesía Mis Escritos Lanuz, Argentina y otros.

Premio Publicación La Porte des Poetes 2005, París, Francia.

Primer premio Artesanías Literarias 2007 de relato, Israel.

Mención de Honor en el Certamen de poesía César Vallejo, Londres, Inglaterra. Y otros.

 Fuente: https://www.ecured.cu/Mar%C3%ADa_Eugenia_Caseiro



sábado, 10 de junio de 2023

DEMONIOS Y CONCIENCIA EN LA OBRA POÉTICA DE MARÍA EUGENIA CASEIRO A TRAVÉS DE SU DISCURSO PRAGMÁTICO.

 

María Eugenia Caseiro,
fotografía tomada de: http://www.ellugareno.com/2019/07/maria-eugenia-caseiro-alta-hechura-para.html



DEMONIOS Y CONCIENCIA EN LA OBRA POÉTICA

DE MARÍA EUGENIA CASEIRO

A TRAVÉS DE SU DISCURSO PRAGMÁTICO.

 

 

Yo dejo mi palabra en el aire,

sin llaves y sin velos

...

Nada hay en ella que no sea yo misma;

pero en ceñirla como cilicio y no como manto

pudiera estar toda mi ciencia

DULCE MARÍA LOYNAZ

 

La historia de la Poética no debe proponerse una lectura infructuosa, sólo sentimentalmente monumental del pasado. Incluso, añadiríamos, tampoco una lectura del pasado hecha desde los presupuestos estabilizados

en nuestra conciencia científica del presente; sino debe aspirar a una lectura de las interrogantes del presente realizada desde el pasado, donde se encuentran generalmente numerosas claves y respuestas de los problemas actuales, e incluso formulados ya los interrogantes sucesivos.

FRANCISCO CHICO RICO

Pragmática y construcción literaria

 

 

María Eugenia Caseiro[1] poeta, narradora, ensayista. Excepcional en su expresión y compromiso poético. Vital en todos sus escritos, profusa en lo que se refiere a su profundidad intelectual, singular en su poética y cuentística hiperrealista[2]. Un acercamiento pragmático a su literatura y, en caso particular a su poesía se hace necesario dado que se pueden abordar en concreto las particularidades de su lenguaje poético y de igual manera las notas del contexto. En sus textos la poeta adopta elementos renovadores, mismos que nos permiten visualizar un relieve para hacer efectivo lo que nos quiere comunicar. Hiperrealismo, irracionalismo, pragmatismo, son en mi opinión la consecuencia inherente a su invención e impulso a escribir distinto lo que le da solvencia y originalidad a su trabajo. Así, en el poema «DONDE NADIE ME RECUERDA», y bajo los influjos confesionales, nos dice: «Ahora que soy casi tan grande como mis pies / sigo el rastro de esas conchas / con la misma verdad en los riñones / donde croan las ranas que me saltan dentro/ con la misma inocencia en cada hueso / donde afloran los lirios de todos mis dolores / con la única sonrisa en la pisada / que enarbola tomeguines y hojas de naranja / en el regio crujir de mis tendones.»

Cristina Fernández Monterde[3] En «una aproximación pragmática al estudio del texto

literario…desde las teorías de la cortesía y de la relevancia.» nos plantea que además de esquemas, la memoria archiva supuestos contextuales o conocimientos sobre objetos y conceptos a los que se acude cuando hay que interpretar enunciados en que éstos se mencionan. Dichos supuestos interactúan con la información nueva para generar otros que resultan en el enriquecimiento de los esquemas mentales. Este enriquecimiento es el beneficio que el escritor otorga al lector a cambio del esfuerzo de procesamiento que le impone para la interpretación adecuada de su mensaje. Pero, además, en el texto literario, en el que el autor juega con la presentación de información para implicar al lector. A veces se vale de la proporción de información que provee en los versos y al lector para crear significado en dos niveles distintos: en muchas ocasiones un mismo enunciado-verso es interpretado de forma distinta por el lector debido a la diferencia de conocimientos previos con que cuenta. Esta contradicción genera un conflicto entre su percepción de la realidad y la que le muestra el autor que les hace reflexionar sobre su actitud en la vida para persuadirles a cambiarla. En este poema breve de la autora, preludio de la muerte, e intitulado «ANTES DE ZARPAR de SIN CARONTE EN LA BARCA», «I tanto caminar tanto tanto mover las alas hacer nido tanto / en todas partes y en ninguna tropezador el vuelo errante / hay muchas direcciones hubo alguna continente de ti sin ocurrir tropiezo alguno con mis alas /» nos transmite la tribulación, la tribulación y sentimiento de pérdida, esa muerte rumorosa que embiste, monótona de sol a luna.

            En esta suerte dual en la que ubico a María Eugenia Caseiro, no deja de sorprenderme su enjundia y su poética que constituye todo un manifiesto referencial sobre la vida: ella no se limita a la exteriorización del sentimiento humano y a externar puntos de vista, sino a construir una obra de largo aliento y alcance. Conviene decir que A. García Berrio,[4] «Lingüística, literariedad/poeticidad (Gramática, Pragmática, Texto)», cit., p. 168. El profesor García Berrio profundiza todavía más en este problema al explicar el fenómeno de la poeticidad, frente a la literariedad, en términos de valor resultante de una manera azarosa: «La opción de construir un discurso literario –escribe García Berrio– [...] es una cuestión de cultura, de estar al corriente de un conjunto de reglas convencional izadas y de ajustarse a ellas. Pero la eficacia estética no está garantizada a partir de esas reglas convencionales; hay textos literarios bellos y detestables, acontecimientos artísticos logrados y fallidos. La poeticidad es una de las varias manifestaciones específicas de la eficacia literaria.» Evidentemente la intensidad de su poética invita a la reflexión, tras el relieve de su palabra el lector se intriga, es una voz cavilosa y radical. En el caso que nos ocupa la poeta es ducha en el arte poética, posee un estilo particular. En «COMO QUITÁNDOSE EL ROSTRO PARA RESPIRAR» encontramos la extensionalización de los elementos semántico-intensionales que el texto contiene, imprescindibles para el lector como acciones sumarias de una realidad que almacena información emocional y cognitiva.

Debajo de la mesa ronronea la muerte / aunque los celulares alimenten los bolsillos. / El polvo echa raíces parabólicas que la aspiradora se niega a digerir. / En tu boca un parapeto de puntos suspensivos / impide que caminen las palabras persiguiéndote / desde el ojo amoratado de la computadora. / Tu máscara se tiende a dormitar como un perro en el vano del impulso; / (…) / En tu bolsillo tintinean los huesos del crimen / que trajo arrastrada la mancha de tu peso hasta mis pies, / pero nadie se asoma al cabezazo / y tu sombra no se cansa de lamer paredes.

            No puedo mencionar un libro en específico, pero sí puedo expresar lo siguiente: la poeta ha asumido su destino. Eso sí, su poesía de la formalidad del verso clásico. La poeta recrea sombras y máscaras, recuerdos que reviven el tiempo. Es una cubana que hereda acervos ancestrales que derivan en escritura. Su pensamiento alberga la universalidad poética, su lengua, y esa cultura vibrante que se distingue de cualquier otra. Es decir, la cubanidad.[5] Estas como lo expresa Barnet, «son categorías del espíritu y también volitivas. No fueron muchos los estudiosos del siglo XIX que hicieron reflexiones teóricas sobre estos conceptos de cubanía y cubanidad.» Digno es de poner sobre la mesa sus investigaciones y escritos sobre el origen del «SON CUBANO» Retomo para este trabajo dos fragmentos de su escrito: «Entre los diferentes toques africanos que arribaron a Cuba con la llegada de la colonia y la institución de la esclavitud, también se encuentran viejos cantos funerarios, motivo por el que no solamente una serie de ellos dedicados a las deidades africanas, posteriormente fueron comprometiendo, en una mixtura, las expresiones del folklore musical español y algo de influencia francesa. Pero definitivamente el caudal del folklore español, combinado con la fuerza de la música africana, generó rápidamente lo pródigo y lo explosivo de la esfera musical cubana. Del aquel híbrido maravilloso nació la criollez, y con ella la evolución, tanto de la vida como de la cultura, y lo que hoy conocemos como ritmos cubanos.» Según sus palabras, «El son: son de los pobres; son de la gente rechazada y marginada por las clases acomodadas del país, que incluso llegó a ser prohibido por el gobierno que lo consideraba un baile inmoral, se permitió el lujo de entrar con un esplendor, sin precedentes, en los salones de baile de La Habana y de otras ciudades importantes, pasando a ser representativo de la música cubana, y seguidamente a recorrer el mundo, llegando a superar, en gusto popular, al propio danzón.»

Hay desde luego otras calas o cauces en la expresión poética de María Eugenia Caseiro, el aspecto filosófico que está presente en su variado trabajo. Esto debo entender porque su inteligencia ha estado orientada a la reflexión sobre la existencia humana. Como poeta pensadora y en los albores de su escritura, supongo abrevó conscientemente en el pensamiento de Pitágoras, Heráclito, Zenón de Elea, Platón, Aristóteles, Dilthey, Bergson, Hegel, Heidegger, Nietzsche, Ortega y Gasset y otros muchos seguramente. Y seguro que, en el anaquel de su memoria, perviven poetas como: William Blake, Shelley, John Donne, Mallarmé, Goethe, Baudelaire, Eliot, Góngora, Sigmund Freud, Jung, Lezama, Dulce María Loynaz y tantos otros.

            Acoto que la poesía en todo momento y en cualquier circunstancia es de esencias, una indagación de la realidad, y ello supone, la universalidad de la vida y la muerte. En este punto la poeta moldea el lenguaje, a fin de cohesionarlo y hacerlo coherente con sus preocupaciones vitales. Al final esas esencias constituyen la red temática que se perfilan de manera magistral en sus textos. El poeta que no quebranta el lenguaje no llega lejos. María Eugenia Caseiro no solo lo sabe, sino que ha trabajado en ello. Sobresale en el desarrollo del poema las imágenes

Y metáfora asociadas a sus inquietudes o percepciones intuidas del entorno. Poeta del exilio, pero muy arraigada a su tierra, a su país, a su patria, nos lo deja saber en su poema: «CARGA PARA EL CONJURADO», mismo que ha sido acompañado por un epígrafe de Roque Dalton: "...el mundo / está que jode loco de sordera". Aquí el poema con su realidad y lenguaje, en su esencia: «Desde mi árbol plantada con mi país a cuestas / diviso tus estados paridos de otro tiempo. / Supongamos que hay en las caras opuestas / un ojo o un diamante, alguna indicación... / así tal vez allí se reconcilien. / Caminé sin ceder a los destrozos / ni a la perversidad ápice alguno. / Yo en mi árbol plantada con mi país a cuestas, / tú con tus estados comprimido allá en la eternidad / burbujeante de epilogaciones. / Supongamos también que en las caras opuestas / hay algo de unidad, un ente camaleónico / que en la rotura hilvana precipicio con altura. / Tú con el ropaje de los muertos, clausurado. / Yo en mi trozo agónico de sílabas / taconeando el himno de las conjuraciones, / camino con el pútrido cadáver de un país, / el mío, mi país podrido al hombro, condenada. / El mundo sin olfato no lo advierte.»

            Ante lo anterior es imperativo acotar que María Eugenia Caseiro es maestra en el uso de los recursos retóricos. Poeta de extraordinario bagaje vanguardista. Metáforas que se encargan mediante la percepción de alterar su razón lógica o incluso su función de semejanza. Así, luego, intentando darle una cierta profundidad al tema de las metáforas de las vanguardias podremos conocer los tropos más figurativos de esta apasionante forma de expresión artística; por ejemplo tenemos las metáforas negativas, las impresionistas, las visionarias, las abstractivas, entre otras tantas y también un amplio campo en la diversificación de las retóricas como por ejemplo: la antítesis, la erotema o interrogación, la ironía, el eufemismo, el hipérbaton, el asíndeton, la sinestesia, la paradoja, la personificación, la onomatopeya, la jitanjáfora, etc. Mediante estos recursos la poeta expresa de manera inherente su rechazo hacia la carga semántica heredada. Tampoco hay que negar su estructura netamente acumulativa que le permite dar una expresión lírica al mejor estilo del automatismo, en algunos casos, cuando emplea esta ilimitada cantidad de técnicas estilísticas. Su carácter lúdico siempre prevalece fomentando una participación sumamente creativa entre el autor y el lector al límite de generar suposiciones y enigmas que jamás tienen un único sentido.[6]

            La pasión poética y humanada de María Eugenia Caseiro nos habla en cada uno de sus textos, sean poéticos, narrativos, ensayísticos e inclusive teatrales. Ella nos implica en su obra y lo sigue haciendo con la soltura e ingenio que la caracteriza, a veces, a través del aforismo. La realidad siempre se torna mágica cuando se le transmuta y así lo han hecho los grandes poetas de todos los tiempos. En «Es muy tarde», nos dice: «Apaga la ciudad y deja / esta calle de palabras deslucidas / con sus noches de alfabetos y de moscas / en los tejados un gato / y el chasquido de las sombras / que devoran los últimos despojos / de las líneas que trazamos.» Y agrega, «Ya la luz es un recuerdo / donde el claro abanico despuntaba / y el aroma del jazmín / rueda del templo/ de una hoja de papel.» La palabra «preserva lo perdido» por lo que suele decirse que por su poder evocador es elegíaca. Es la presencia de lo perdido, algo que solo se puede resucitar a través de la metáfora. Y por supuesto, la metáfora visionaria. Como vemos, las posibilidades de materialización del poema emergen de un contexto o circunstancia que manifiesta solo un conjunto de posibilidades disponibles (los haberes de la poeta, su acervo, su experiencia de vida) que Heidegger[7] llama espacio-para-maniobrar.

            Es posible que algunos temas centrales, latentes o no, forman parte del corpus de ideas, puntos de vista, reflexiones, obsesiones que se materializan en su obra. Lo cierto es que su trabajo es una puerta a otras puertas suculentas e inusitadas. Su yo poético es inseparable a la realidad y va consigo con la imagen y la metáfora. Este yo poético representa a su voz y a su vez, la correlación de fondo y forma a veces con tono de desasosiego. La metáfora de la luz, mencionada en el fragmento del párrafo anterior, nos presenta un momento álgido en su imaginario poético: «noches de alfabetos y de moscas», nos dice la poeta. En este verso de reflexión explícita nos permite hacer múltiples inferencias, el ojo frente a una realidad oscura y sucia, marginal, depredada, inacabada en su condición de ocaso. Y hay ahí, me atrevo a decirlo, una dicotomía hostil de Cuba real en el presente. Un país vivido desde el exilio con todos los matices que tiene el concepto de exilio.  En el ensayo «Poesía cubana: primeras manifestaciones hasta 1990»[8], se hace un interesante aporte en este sentido: «Cubanos emigrados, exiliados y cubano-americanos.» Al menos como aporte historiográfico. Para Virgilio López Lemus es imposible estudiar el proceso identitario de la cultura nacional sin tener en cuenta que poesía y nación están estrechamente vinculadas. Como bien plantea: «[…] la historia de la nación cubana puede seguirse en sus versos, pero no solo en lo factual, sino en la evolución del espíritu cubano, el cual, por supuesto, como el propio concepto de identidad, implica cambios, evolución, no estatismos»[9]

            Este trabajo es un cruce personal de mi camino. Al descubrir el trayecto de los demás se encuentra el propio. Como dice un verso de Luis Cernuda: uno debe ser «fiel hasta el fin del camino y de la vida.» En la poesía siempre, por raro que parezca, existen filiaciones entrañables como lo han sido Rilke o Hölderlin, Vallejo, Char, Dylan Thomas, Baudelaire. Y es que, en definitiva, María Eugenia Caseiro, representa una poética sin aliteraciones, de floraciones auténticas y experiencias vividas. En su vehículo, la palabra, paradójicamente hay eternidad.[10]  En «Poesía cubana del siglo XX. Un vistazo personal y selectivo», Mario Beneditti,[11] expresa y que retomo a manera de colofón: «En la poesía puede haber invención,» no autoengaño; puede haber influencia, no contagio. Es el género de la sinceridad última, irreversible. Un poema puede ser luminoso como en Eliseo Diego u oscuro como en Lezama Lima, pero si ambos son genuinos es porque, bajo la claridad del uno o las tinieblas del otro, hay un denominador común: el entrañable fluir de los sentimientos, las convicciones y las búsquedas.»

 

 

 

André Cruchaga,

En la hora undécima de nuestra democracia,

Barataria, 4 de junio de 2023.



[1] http://espanol.agonia.net/index.php/author/0010463/Caseiro

[2] Como tal me refiero a la ingente necesidad de la autora de plasmar una visión de un mundo complejo y caótico.

[3] Universidad de Sevilla.

[4] Citado por Francisco Chico Rico en «Pragmática y construcción literaria», Secretariado de Publicaciones Universidad de Alicante, 1988.

[5]  Ver la explicación en el Artículo de Miguel Barnet: Cubanidad y cubanía. http://www.cubadebate.cu/especiales/2017/08/08/cubanidad-y-cubania-2/

[6] Para tal situación puede verse, «La metáfora al servicio del surrealismo (primera parte)», publicado en http://www.mundopoesia.com/foros/temas/la-metafora-al-servicio-del-surrealismo-primera-parte.573550/

[7] Heidegger, M. (1997a), Ser y Tiempo, Santiago de Chile: Editorial Universitaria.

[8] https://cvc.cervantes.es/lengua/anuario/anuario_08/pdf/literatura11.pdf

[9] https://www.scielo.cl/pdf/alpha/n39/art_19.pdf

[10] Todos los fragmentos de los poemas aquí citados han sido tomados de su página personal: https://www.facebook.com/buhowriter

[11] file:///C:/Users/andre/Downloads/Poesia_cubana_del_siglo_XX_un_vistazo_personal_y_s.pdf

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André Cruchaga. Nació en Nueva Concepción, Chalatenango (El Salvador), en 1957. Tiene una licenciatura en Ciencias de la Educación. Además de profesor de humanidades, desempeñó la función de director y docente en Educación Básica y Superior. Poemas suyos has sido traducidos al francés por Danièlle Trottier y Valèrie St-Germain; al  Idioma vasco (Euskera), Miren Eukene Lizeaga; griego,  lia Karavia; holandés, Michel Krott; rumano, Elena Liliana Popescu, Alice Valeria Micu,  Elisabeta Botan, María Roibu, Tanase Anca, Ioana Haitchi,  Andrei Langa, Costel Drejoi (George Nina Elian), Ion Calotă, Daniela Toma; catalán, Pere Bessó;  portugués, Tania Alegría; inglés, Grace B. Castro H. y Dumitru Ichem; italiano, Norberto Silva Itza; al albanés, Fahredin Shehu; sueco e inglés, Cándida Pedersen; y, al Serbio, Marija Najthefer Popov. Ha obtenido el Premio de poesía en los VIII Juegos Florales de Zacatecoluca, El Salvador, 1985; PREMIO ÚNICO en los VI Juegos Florales Chalatecos, Chalatenango, El Salvador, 2001; y, el XII, en los Juegos Florales de Ahuachapán, El Salvador, 2005, Primera Mención de Honor, Juegos Florales de San Miguel, San Miguel, 1988. Primera Mención de Honor, Juegos Florales de San Vicente, San Vicente (2001); Finalista. Primer Concurso Internacional de Poesía “Paseo en Verso”, Editorial Pasos en la Azotea, Querétaro, México, 2004, entre otros.

 Parte de su obra se encuentra publicada en revistas electrónicas y en papel de América y Europa; así también, ha recibido varias distinciones por su obra literaria. Entre sus libros editados podemos mencionar: «Alegoría de la palabra» (1992);  «Memoria de Marylhurst», (Interface Network, Beaverton, Oregon, 1993); «Visión de la muerte» (1994), «Enigma del tiempo» ( Plaquette,1996); «Roja vigilia» (Plaquette, 1997); «Rumor de pájaros» (2002);   «Oscuridad sin fechaData gabeko iluntasuna», edición bilingüe: castellano-euskera, (El Salvador,2006); «Pie en tierra» (2007), «Caminos cerrados», (México, 2009), «Viajar de la cenizaVoyage à travers les cendres», edición bilingüe: castellano-francés, (El Salvador, 2010); «Sublimació de la nit Sublimación de la noche», edición bilingüe: castellano-catalán, (El Salvador, 2010); «Poeta en Barataria», (La Habana, Cuba, 2010); «Tablou de cenuşăCuaderno de ceniza», edición bilingüe: castellano-rumano, (El Salvador, 2013): «Balcón del vértigo», (El Salvador, 2014); «Post-Scriptum», edición bilingüe: castellano-rumano, (El Salvador, 2014); «Viaje póstumo Viatge pòstum», edición bilingüe: castellano-catalán, (El Salvador, 2015); «LejaníaAway», edición bilingüe: castellano-inglés. (El Salvador, 2015); «Vía libreVia lliure», Edición bilingüe: castellano-catalán. (El Salvador, 2016); «Cielorraso», Editorial La Chifurnia, (Colección palabra de Alto Riesgo), El Salvador, 2017; «CallesCarrers», edición bilingüe: castellano-catalán, (El Salvador, 2017); «Ars moriendi», Teseo Ediciones, (El Salvador, 2018); «Motel», Teseo Ediciones, (El Salvador, 2018); «La experiencia de vivir», Chile, 2018; «Cuervo imposible», Teseo Ediciones, (El Salvador, 2019); «Viaje cósmico», Editorial 2.0, Chile, 2019; «Espejos funerarios», Editorial La Chifurnia, (El Salvador, 2019); «Ráfagas» Editorial 2.0, Chile, 2019. «Vacío habitado», Teseo Ediciones, (El Salvador, 2020); André Cruchaga, Poesía reunida. Tomo 1, Enciclopedia universal de la poesía. Editorial Författares Bokmaskin, (Stockholm, Suecia, 2020); «Ecología del manicomio», Teseo Ediciones, (El Salvador, 2020); «Firmamento antiguo Old firmament», edición bilingüe: castellano-inglés. Teseo Ediciones, (El Salvador, 2020); «Cementerio atávico Cementiri atàvic», edición bilingüe: castellano-catalán. Editorial EdictOràlia Llibres i Publicacions, (València, España, 2020; «Sepulcro de la tierra», Teseo Ediciones, (El Salvador, 2021); «Antípodas del espejo», Teseo Ediciones, (El Salvador, 2021); «Estación Huidobro», 2ª. edición, Editorial 2.0, Chile, 2021; «Invención de la espera», Laberinto Editorial, (El Salvador, 2021); «Oficio del descreimiento», Teseo Ediciones, (El Salvador, 2022); «Noción de la extrañeza», (Antología poética 1988-2018). Editorial Dos Islas, Miami, USA, 2022; «Travesía de la muerte», Editorial BGR, Catálogo de Literatura Digital (Versión Kindle), España, 2022; «Lejanías rotas», Editorial Dos Islas, Miami, USA, 2022; «Precariedades», Editorial Dos Islas, Miami, USA, 2023; «Camino disperso», Editorial Dos Islas, Miami, USA, 2023; «Metáfora del desconcierto», Editorial Dos Islas, Miami, USA, 2023.