Yván Silén
LA ANGUSTIA
A Enid Hernández.
“(Ella)
me dijo que tú eres su hombre mágico”.
I
L’angustia me
ahoga como si comiera rosas.
Pienso en ti
todo el miedo de tu ausencia.
Pienso lo que
piensas tú y hablo todo
lo que puedas
decirme. Tu voz es remota
como la mía: un
suicidio suspendido,
un manicomio
cerrado. Un auto que
frena a tiempo:
¡Eloi, Eli, hoy es Sabbat! L’angustia
de la mujer lee
los mensajes y calla,
medita y calla,
se arruga, y estruja
el celular entre
sus manos. Dormir mal,
reír peor, vivir
ruin entre las hijas
que siembran l’angustia
entre las rosas.
Pienso en ti
como te piensan los suicidas.
¡Las
muñecas…escupen los espejos!
II
Me prevengo.
Llega el amor y
huyo. Me
ensogaste. Me besaste.
Dios me había
atado de tus brazos.
Dios me clavaba
de tu vulva.
Dios me lamía
con tu lengua y
me besaba con
tus besos. Dios
me arrojaba a
los infiernos, a las calles
de San Juan, de
Berlín, de Nueva York, de
Londres. Dios
orgasmaba en tus orgasmos.
Dios era
absoluto como la libertá.
Dios me
arrebataba de ti. Pero yo
me había robado
la mitad de tu alma.
Dios me grapaba
mi falo con tus besos.
Tus hijas
arrastraban mi cadáver.
III
Soy el
inconsciente que te habla
de noche en tus
oídos, y te habla
entre la lluvia
con tu nombre ajeno.
Soy el idiota
que te ha cantado con tu propia
muerte como si
fuera ajena, como si fuera
mía. Soy el que
siempre ha roto las copas,
el que siempre
ha regalado tus cartas y
ha hipotecado tu
nombre entre los gnomos.
He sido tu
fantasma tierno. El hombre que
abrumaba los
ocasos. He sido el hombre que trafica
las dracmas y el
hombre que se ríe en tus poemas.
Soy el cleptómano
de Dios. Soy el
que levita en tu
alma con tu risa. Soy…
el que ha bajado
contigo a los infiernos.
*****
26 d’enero del
2013
Puerto Rico
No hay comentarios:
Publicar un comentario