Ricardo Llopesa
MI PENE
Mi pene,
como
cualquier otro,
a veces es
un pene loco.
Estamos
durmiendo
por la noche
después de
larga jornada
y se
despierta
a medianoche
sin sueño,
la cabeza
erguida,
como si
hubiese dormido
el día
entero.
No lo puedo
dominar,
ni atar a la
cama,
ni a la mesa
porque tiene
el cuerpo débil.
No es
enclenque
pero su
cabeza es delicada.
Llora.
Por su ojo
brota
una lágrima.
Luego, babea
como un
niño.
A veces, no
puedo comprenderlo
y por su
silencio
pienso que
tiene hambre
cuando se
rebota,
yo me pregunto:
¿cómo podrá
comer
si no tiene
boca
ni dientes
y pide carne
como un
loco?
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