Esperanza Blasco
LA OBRA PICTÓRICA DE ESPERANZA BLASCO
Por Ricardo Llopesa
Con la sobriedad y elegancia que caracteriza a las ediciones de Visor Libros, acaba de ver la luz en esta conocida editorial La etnografía encarnada en el arte (Madrid, Visor Libros, 2012). Obra fundamental para conocer de cerca el pasado más reciente de España, que viene desde tiempos remotos, con el uso del arado, para fenecer a la vuelta de la esquina, siendo sustituido por el ordenador y la tecnología.
Su autora, Esperanza Blasco, castellano-valenciana, doctora en Bellas Artes, ha querido organizar el libro en dos aspectos: el pictórico y el literario. Cada uno de los 121 cuadros que constituye la obra van seguidos de una crónica descriptiva, de carácter literario, que destaca por la objetividad de la pintura y la emoción en la escritura. Esta fusión entre arte y literatura queda patente por el acierto de figurar en la colección "Discurso artístico".
Dos firmas ilustres, reconocidas por la significación de su obra, presiden las páginas de esta obra. La primera, es un texto del poeta Francisco Brines, de la Real Academia Española, y la segunda, una introducción de Salvador Aldana, Presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos.
El valor excepcional del libro reside en la pintura, como origen de la obra. Puesto que la intención de Esperanza Blasco ha sido plasmar sobre el lienzo todo aquello que rodeó la vida cotidiana, rural y urbana, del pasado que ella conoció, cuando las casas rurales todavía carecían de agua corriente y luz eléctrica, y el hombre trabajaba en el campo.
De todo eso da cuenta. A decir verdad, la obra pictórica y literaria de Esperanza Blasco es una síntesis de la lucidez de nuestra cultura porque resume dos mil años de historia. Un pasado que aún podemos tocar con los dedos y palpar, porque el pasado fue sustituido por un mundo nuevo que nos ha deslumbrado porque queríamos acabar con la monotonía de ese pasado, quizá porque lo aborrecíamos por incómodo.
Ese mundo ya desaparecido lo tenemos ahora al alcance de la mano, a la vista, a través de las pinturas de esta artista que ha sabido inmortalizar lo cotidiano, lo pasajero y hasta vulgar, como pueden ser una vieja silla, una cajonera, los apero del campo o la cocina, así como paisajes, marinas o el perfil de Boí Taüll, con que termina el libro.
"La etnografía encarnada en el arte" es una obra imprescindible porque cuenta la historia más reciente de la historia rústica en la vida española y la vida de los países de América que heredaron la tradición española.
No hay comentarios:
Publicar un comentario