La Puerta
Entro…
la nostalgia baja de la madera,
la puerta tiene aroma;
polilla de nombres,
residuos que tocan mi corazón.
Letrero de “STOP”,
tedio de las calles
de los mismos nombres de las cosas.
Silencio entre ella y yo,
entre su mirada y mi soledad
Salgo…
siento el golpe de la cerradura
apretada a su pecho.
Llora mi ausencia
descubriendo
mi rostro en el espejo.
Del libro “palabras con tierra” ”, Alberto Destéphen (Honduras)
San Buenaventura
Detenido el reloj,
el cansancio de la iglesia
golpea
la campana del cerebro.
Como llanto de estrella
hacia el rojo,
las calles se esconden.
La luna somnolienta
languidece
en las perspectivas de las esquinas.
Las casas tiemblan
con ventanas
de ojos cerrados.
Las adolescentes,
con la luz dormida en su pecho,
lloran con olor a flores blancas.
Del libro “palabras con tierra” ”, Alberto Destéphen (Honduras)
Sacerdocio Nocturno
Cruces de dolor en mi pecho,
lucha de pasiones.
Tengo noches de lujuriosos declives
en las que sepulto mis penas.
No he de contener
la soberbia de mi tristeza.
Veo la claridad que se escapa
y mi furia de candado cerrado
abre cráteres solitarios.
Cabalgo en los horizontes de las sombras,
de mi espalda cuelgan las serpientes
de las que aprendo sin miedo.
Estas son noches frías y tenebrosas
y hago de la nostalgia
un sacerdocio nocturno.
Del libro “Raíces nocturnas” ”, Alberto Destéphen (Honduras)
Entro…
la nostalgia baja de la madera,
la puerta tiene aroma;
polilla de nombres,
residuos que tocan mi corazón.
Letrero de “STOP”,
tedio de las calles
de los mismos nombres de las cosas.
Silencio entre ella y yo,
entre su mirada y mi soledad
Salgo…
siento el golpe de la cerradura
apretada a su pecho.
Llora mi ausencia
descubriendo
mi rostro en el espejo.
Del libro “palabras con tierra” ”, Alberto Destéphen (Honduras)
San Buenaventura
Detenido el reloj,
el cansancio de la iglesia
golpea
la campana del cerebro.
Como llanto de estrella
hacia el rojo,
las calles se esconden.
La luna somnolienta
languidece
en las perspectivas de las esquinas.
Las casas tiemblan
con ventanas
de ojos cerrados.
Las adolescentes,
con la luz dormida en su pecho,
lloran con olor a flores blancas.
Del libro “palabras con tierra” ”, Alberto Destéphen (Honduras)
Sacerdocio Nocturno
Cruces de dolor en mi pecho,
lucha de pasiones.
Tengo noches de lujuriosos declives
en las que sepulto mis penas.
No he de contener
la soberbia de mi tristeza.
Veo la claridad que se escapa
y mi furia de candado cerrado
abre cráteres solitarios.
Cabalgo en los horizontes de las sombras,
de mi espalda cuelgan las serpientes
de las que aprendo sin miedo.
Estas son noches frías y tenebrosas
y hago de la nostalgia
un sacerdocio nocturno.
Del libro “Raíces nocturnas” ”, Alberto Destéphen (Honduras)
1 comentario:
Me encantó el poema del sacerdocio nocturno, lo encuentro muy creativo, despejado, elocuente, especial.
Felicidades
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