En el presente blog puede leer poemas selectos, extraídos de la Antología Mundial de Poesía que publica Arte Poética- Rostros y versos, Fundada por André Cruchaga. También puede leer reseñas, ensayos, entrevistas, teatro. Puede ingresar, para ampliar su lectura a ARTE POÉTICA-ROSTROS Y VERSOS.



martes, 3 de abril de 2007

El poliedro y el mar_Poema de Eduardo Anguita

Fotografía: Eduardo Anguita (Memoria chilena)




El Poliedro y el Mar



I
Me ha sido dado un poliedro frente al mar:
un cuerpo muy sólido pero invisible,
una compacta reunión de lejanías,
con todo su silencio endurecido,
toda su ausencia próxima,
y cuanto más palpable, despojado.

Era dulce dejarse ir por sus aristas
más veloz que la mirada vuelve al sol,
ciego volar sobre la línea pura hacia un encuentro:
cuando quise pensar en dónde estaba, tuve un vértigo:
¡la arista, la línea, no era nada!

Deslicé por la nada que forman
dos caras del poliedro besándose:
del beso lineal quise subir al labio,
tenderme en las superficies,
reposar por fin en la extensión dorada.

Así, mientras lo hacía,
desdeñe el azul profundo del oceano
desde mi valle de cuarzo fantasmal.

Mas, ¿qué es eso? La extensión también era sólo límite puro:
¡donde un volumen iba a nacer, otro cesaba!
En ese silencio cortante,
en ese filo más exiguo que entre beso y boca,
¿Había yo creído tocar la substancia?
Sólo era volumen contra volumen despojándose:
¡y eso que era la nada, inasible y fugaz,
con cuánto amor ausente me atraía!

Frente al océano exclamé:
¡Todo no es más que lejanía!
............-- ¿Qué sabes tú? Cien niños juntos, cada uno de diez años,
¿suman mil años?

No sé. Arrojé al mar el poliedro
porque tuve conciencia que me había mentido.

II
Cuando el besar del vino hace saber al labio, ¿sabes tú lo que sabes?
Allí en el vino se reúnen, de tantas partes han venido,
sabor, color, olor y cuántas cosas más :
la suave pesantez, la penumbra hecha llama
se juntan allí como en un simple ejemplo.

Pero eso no es el vino.

O bien :
Tras la flexible caricia del agua, presente sólo para retirarse
cuando quieres cogerla,
está,no lo húmedo, lo fresco, lo que inunda y aniega.
Hay otra cosa. ¡El agua
también es un ejemplo!

Contempláis un grabado en blanco y negro. Como niño,
lo dais vuelta
por ver si la calle continúa al dorso
o el rostro muestra al otro lado
la desconocida nuca de la infanta.
Habéis llorado, talvez,
buscando. No comprendisteis
que es sólo una ilusión para esperar.

Vemos el mundo, las avenidas, la boca viva en profundidad, tibieza, blandura y consistencia;
vemos el mar, concentrado y extenso, moviente y fijo.
¡Quien nos lo hubiera dicho en un grabado!

El rostro del sol ..
-que aun ahora no podemos mirar-...no es el sol.
Sólo es el sitio donde estará el sol.
El olor del verano es sombra de olor.
El sabor del durazno, ¡sombra de sabor!
Tal como los números respecto a lo sabroso de aquellas cosas que enumeran,
no creas tú que es la relación de nota a nota lo que vale.
¡Es el timbre capitoso del fagot o el oboe,
y es la negra brillantez de la tuba!
¡Viola, tus vinos sustanciales acogen al sol en tu ramaje humano,
ángel caliente en el oído de la miel, venas frutales,
la sangre del estío y la abeja de oro que corona
la cuerda de la vida dichosa que he de oír!
Eso es lo que te espera. No es la línea del agua. ¡Es el agua!
¡Pero lo que todavía bebes
es la línea y el número del agua!

La columna rota yace como un juego inmóvil de distancias :
las abarca y colma en la medida
en que ellas, respetuosas, se contienen.
¿Amarás la distancia, el volumen, la forma?
¡Ah! la columna también es un ejemplo. No está aquí.
Sólo es un sitio y un momento adonde han vuelto
volumen, tiempo, pesantez, forma y distancia.
Ahí se tocan, se taponan, se resisten. Ninguna
puede desplegarse hasta lo pleno.
Pero ella, la columna, ¿qué otra cosa es sino una abstención,
una pausa, una esquina,
un compromiso, un silencio?

Dime : ¿qué tiene lo fresco que no tiene el agua?
¿Y qué tiene lo líquido que no posea el agua?
En cambio, el agua es mucho, mucho más que ellos dos;
y es mucho más dúctil, que lo curvo y lo líquido.
¿Y no es verdad que a ti te importa el agua mucho más que lo fluido, que lo curvo y lo líquido?Pero yo sé que hay algo que te importa mucho más que el agua.
No lo conozco. Sólo sé que ésta es una sombra de aquella otra.
En un charco de agua lo que ves es el reflejo del agua.
¡Y esta agua que yo bebo
no es sino un hueco reservado al agua!

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