MIGUEL
FAJARDO:
UNA POESÍA DEL HOMBRE Y DE LA TIERRA
Dr. Adriano
Corrales Arias,
Instituto
Tecnológico de Costa Rica
La obra de Miguel
Fajardo es muy singular. Como además de poeta es ensayista, educador,
investigador y promotor cultural, su poesía está teñida de esos avatares. Parte
de un arraigo guanacasteco que se enlaza con la poesía telúrica y social
latinoamericana. Su registro es muy amplio, pero me parece que fundamentalmente
es una poesía del hombre y de la tierra como complementos indispensables de la
vida social guanacasteca, costarricense, centroamericana y de más allá.
La importancia de
la obra de Fajardo hay que comprenderla integralmente. Ha sido el alma de la
actividad literaria guanacasteca en las últimas cuatro décadas, junto con Marco
Tulio Gardela. Y su poesía le debe mucho
a esa actividad de promoción literaria y cultural, a su preocupación por el hombre
y la mujer ubicados en su historia y su contexto inmediato: Guanacaste, tal es
el caso de su poemario “SON OTRAS PALABRAS” (2010-2013).
En poesía no puede
hablarse de desarrollo, sino de sostenibilidad o sustentabilidad. En el caso de
Miguel Fajardo, su actividad ha sido muy importante para consolidar un
movimiento literario en Guanacaste. Su poesía ha seguido un proceso que ha ido
decantando su propia expresión.
Lo importante de
Miguel Fajardo es que imbrica la poesía de su provincia con las principales
corrientes poéticas de América Latina y del mundo. Supera la poesía tradicional
para ubicarla en formas más contemporáneas, dotándola de mayor plasticidad y
rigor formal. Por lo demás, hace valer el oficio, la responsabilidad y el
compromiso del poeta, como un intelectual,
como un promotor cultural.
Permite que la
poesía guanacasteca incorpore los hallazgos de las vanguardias y posvanguardias
latinoamericanas y de más allá, así como las maneras poéticas procedentes de
otras formaciones culturales, especialmente europeas.
Establece un
compromiso con su realidad, pero con rigor formal. Una apertura con una
prosodia y una expresión más en sintonía con la poesía centro y
latinoamericana, aunque sabemos que toda obra artística que pretenda ser
universal debe partir de lo local, pero incorporando los hallazgos de otras
regiones culturales e investigando en sus propias posibilidades.
Por ello, Fajardo
se ha abierto a otras influencias y las ha estudiado para incorporarlas en su
producción poética. Véanse sus textos (pp. 100-105) en mi antología sobre la
poesía costarricense “Sostener la palabra” (Editorial
Arboleda, 2007: 322).
Miguel Fajardo
Korea es un poeta muy destacado en Guanacaste y una referencia necesaria en el
mapa de la poesía costarricense contemporánea.
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