CONCIERTO EN ANTELLA
Por Ricardo Llopesa
En la esquina sin salida de la
pequeña Plaza del Rey, frente a un árbol casi sin hojas en el mes de diciembre,
la orquesta musical con saxo, trompeta y clarinete, al compás de la batería,
interpretó temas clásicos, entre rock y boleros años 60, ante un público en
fiesta, en Antella.
Cerca
está el fuego que arde donde antes se asó el embutido y las castañas bajo el
esplendor de una luna llena que caía del cielo. Más allá, el río Turia riega de
agua los campos de las doradas naranjas que van de la verde pradera a la
montaña. Apenas son las ocho de la noche y el frío ronda los ocho grados. La
música se va con el viento. El próximo año la banda y los muchachos del jazz
volverán de nuevo. El brillo del metal se renueva. Antella es de los pueblos
que difícilmente se olvidan.
En
el Bar la Plaza, Antonio va entre las mesas y Aurelia, su mujer, hace la mejor
Paella y el mejor Arroz al Horno de España. Además de los ingredientes ella
agrega pequeñas bolas de carne y el mejor amor del mundo. Hay en la comunidad
valenciana muy buenas paellas y muy buenos arroces al horno, pero ahora los
mejores son los de Aurelia. Excelente.
El
pueblo es así. Es corazón. Lo pone el alcalde y los concejales Todos están
hechos de una pasta especial. Quizá no todos, porque el gobierno anterior de la
derecha dejó al pueblo una deuda enorme por culpa de la insolidaridad. Aquí se
hizo posible el adagio de que por donde pasa la derecha sólo deja deuda y
miseria. Pero todos hacen posible que el visitante que llega a Antella salga
contento. Tampoco está muy lejos del lago de Anna y la tumba del conde de
Orgaz.
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