Johanna Rozo, Colombia
MUJER DE NIEBLA
No recordarás mi nombre
aunque el golpe en el hombro
sea señal del tropiezo.
No tendrás de mí
una imagen
borrosa y pretenderás volver
en el tiempo sin lograr un bosquejo
de mi rostro, en los laberintos
de tu memoria.
Pasaré frente a ti
en medio de los agitados vientos
y no reconocerás mi sombra.
No te sorprenderá el espacio
vacío en las fotografías.
Por que soy
un fantasma, un espectro, una niebla.
O mejor, la fría imitación
de la mujer invisible.
ÍNTIMO
Hoy me desperté convertida
en un rincón oscuro.
En un retrato de mi propio espectro
fragmentada entre el rostro de la muerte
y la silueta de tu desaparición.
Hoy solo puedo explicar
que amanecí enjaulada
y me asemejo con la caperuza
a la flor marchita
que ocupa resignada
la página 29 del libro de poemas.
SALDO INSUFICIENTE
Si me dejara el banco
una moneda
para comprarte un baobab
en el mercado;
y una colección
de libros de poemas
en promoción.
Si me dejara treinta centavos
en la cuenta
le daría de comer
a las tres palomas
que aún duermen
en el parque.
Si acertara la tarjeta
a mi favor
te llevaría a la feria
a comprar conejos blancos
y te pondría algodón de
azúcar en los labios.
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