Antonio Arroyo Silva, Canarias, España.
TRES POEMAS DE ANTONIO ARROYO SILVA
Casi luz
Farallón de farolas Casi luz el ojo mudo
que no mira hasta el cielo porque otro cielo baja
a rozar cataratas
Casi luz pero nada casi nada
ni al principio acercarse de la lluvia
No mojarse en su llanto no llegar del adiós
al chopoteo ausente en las charcas de la vida
Casi luz Te has parado delante de tu sombra
a mirar el destello de ti mismo
y no eres aquél que vaciaba corazas
de cenizas ajenas ni ese aquél silencioso
detrás de tus pestañas
No eres aquél que salía a soñar sin palabras
y encontraba la noche de sus palabras todas
Casi luz de clavarte los dientes en la encía
de astillarle la boca a la luz por querer encenderla
más allá del presagio
Ya no seas el árbol de mi sombra:
casi luz casi vértigo pero nada que es todo
lo volátil lo inmerso en la carnaza azul
que brilla en el anzuelo
Ya no seas la hoja caída de mi otoño
ni el pájaro que enciende el ojo de los peces
ni el pez que se apaga en los mares del cielo.
Casi luz. Inédito.
No quisiera quitarle este nudo
al pájaro que sueña como Dios
No quisiera quitárselo después de calzarlo
al hueco que diluye este azúcar unitivo
tengamos compasión del betún
esa tintura incierta que no encuentra zapatos
donde signar un pie que nos alcance
metafísica infiel rodando al duermevela
de cloroformo exacto para vivir la muerte
la cuerda donde penden los cordajes azules
de mejillones huecos de secarse en salinas
tengamos compasión del ojo de la aguja
su pupila invisible que es mirada del hilo
vórtice de otro vórtice alejado huracán
he zurcido el pellejo de una sombra
a la piel que le escuece a tu santa perfección
y has bajado del hielo como un mamut insólito
a soltarte del nudo que te amarra al abismo
Casi luz. Inédito.
Ser quijote sin yelmo
mambrino quizás de andar por bulevares
Salvaguarda de entuertos en la mudez me paro
a contemplar mi estado
me desnuco en el quicio como un pez de otra historia
No soy la perfección me escondo cuando pisa
el cantero que habito tal vez entre los cardos
o en la verja me pierdo sin encontrar la llave
Esa señora hostil que me observa de lejos
con el plumero en alto para limpiarme el polvo
y dejarme invisible pues soy polvo en el viento
Soy justo imperfección del viento al levantarse
y arreciar contra el muro de la excusa ingeniosa
al ingenuo desquite habitante del verso
No estoy ahí no busques con el lápiz
No circules en rojo la sombra que te mira
desde un río de letras estoy en otra parte
escondido de ti donde menos lo esperas
si acaso me he olvidado si era yo el escondido
o eras tú el que se esconde en la hojarasca mía:
maldita perfección ser quijote sin yelmo
Casi luz. Inédito.
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2 comentarios:
Excelentes poemas, querido Antonio. Mi enhorabuena.
Felicitaciones y muchas gracias por compartir la poesía de Antonio Arroyo, un abrazo desde Santiago de Chile,
Leo Lobos
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