ANNABELL MANJARRÉS FREYLE, COLOMBIA
Cuando te desmayas
Cuando te desmayas,
Entras a la espiral del vacío,
Ni la libertad te encierra
en su concepto alado,
No hay un sueño que
te recuerde donde estuviste,
No hay un ángel pictórico robándote el alma.
Al despertar, la angustia,
el verdadero significado de la muerte,
Y en ese lapso,
todos los caminos de suelas gastadas
Dejan de tener sentido.
Cuando te desmayas,
¿Quién te sujeta?
Reencarnación
Con el viento soñado de ansiedad
Sus alas se engalanan para planear
su nuevo destino evanescente.
Ahora que ningún pensamiento humano
Le ahoga en la superficie del tiempo.
Despliega y se engalana
Observa que con la distancia
Todo suele hacerse más pequeño.
Lo que antes fue inmenso ahora
cabe en sus ojos,
Con los que descubre a los peces eyaculando
en un río profundo,
El mar abrazando a la tierra
y los lagos como espejos del cielo
Ojos con los que arrastra al mundo
hacia un horizonte curvo y vaporoso.
La vida ahora solo es sensación,
¡Libertad!
Inocencia indomable,
Junto a la cumbre
El azul es impoluto.
La Quemada
Bruja del cerro de la Quemada
El pentáculo en llamas
y tú en el medio.
Presta a tus ojos sabios al brillo del día,
Presta tus manos morenas
a revolver el Peto.
Que dolorosa es tu piel de hueso
Y tu mal de ojo en los niños enfermos.
Qué agonía los quebrados hogares
En tus espejos vulgares.
Mediadora del bajo astral,
Para ti no importan los tiempos modernos.
Odias a los colonos cachacos
En las playas del Rodadero.
Dices que los débiles mortales
juzgan tu falta de Dios
pero son hipócritas del credo
acuden a tus rezos
cuando la fe y los ayunos
no logran manipular su destino.
Tú, que eres la sombra de las formas vitales,
Desde de los cerros Gaira,
- bosque seco y tropical -
La heredera de leyendas gairacas.
Autorretrato
Soy el dedo que me señala,
La que de las sombras
iluminada brota.
Todo me atraviesa
El agua, la luz, el viento,
Los sentimientos más oscuros
Y los más clementes,
La esperanza,
Mi hombre.
Me voy con los días de silencio
y me quedo en ellos,
abrazo las espaldas de quienes
me las dan,
Obligo a los parques
a sacarme de la rutina
Y es mi pelo la hierba herida
Que pronuncia mi nombre.
Voy a tientas tocando cuerpos
de hombres y mujeres,
voy abanicándome
con mis soberanos matices.
Y me lanzo.
Óyeme como caigo
de mis falsas ilusiones
Junto a ese otro que
me enseñó a volar.
En el Salón de los Espejos
La verdad se hace urgente,
e inevitablemente
miserable
en la conciencia presa.
Inútil enjaulada entre
barrotes de ego,
entre tantos "yoes" innecesarios
para hallarse así mismo.
Por eso el orden
Se hace instantáneo,
cada perspectiva de la realidad
se polariza en el espejo
de la infinitud.
En ningún otro momento
que en el ahora,
en el instante mismo
en que llega la luz y la reflexión
a cada vacío.
Es una larga secuencia
Partiendo barrotes,
Liberando hacia el encuentro
De un solo origen:
un par de manos aferradas
a la espada de la verdad.
Luna llena, mareas de sangre
La sangre que se me desprende
Bajo la luna,
Me sabe a hierro puro
Y con ella podría forjar
Una espada que corte mis
Miedos o un cincel para pulirme.
Esta sangre de mi cueva húmeda
De mis silencios y altibajos
Posee en una gota
Toda la reminiscencia
de la historia
Y el viraje de la vía láctea.
Por esta sangre
Me muerdo los labios
Para saborear el rojo
Que brota.
Mi buen natural arde
Al sentir el más dulce
Y sublime beso
De todos los besos.
1 comentario:
Letras hermosas
Gracias por compartir poemas de poetas nuevas
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