Portada
La historia del niño del río, es como tantas miles de historias de niños que habitan –cerca- de las riveras de los ríos, porque es la única manera de sobrevivir a la miseria, debido a la injusticia social Por la mala distribución de la riqueza, de programas de educación, salud y un sin fin de necesidades que el campesino padece para criar a sus hijos
El niño del río, trata de resaltar el habita donde los niños pobres viven. Crecen en un medio casi salvaje; limitados a comer bien, y luchan por mantenerse con vida y no morir antes que llegue la adolescencia.
Manuel Antonio, era uno de esos niños que jugaba en los ríos, pero buscaba que cazar o pescar. Con los pocos años de niño que tenía, se preocupaba como llevarle algo de comida a la abuela.
A veces los cangrejos pequeños se los comía crudos, sí el hambre se lo exigía, por la misma necesidad de estar vivo.
El niño en el campo es enseñado como lo hacen los animales con sus crías; aprenden a reconocer plantas que son comestibles y cuales no cuando se tiene hambre; así como cuando estás enfermo. Y para quitar la sed, se tiene que abrir y aprovechar la brecha de algún árbol o planta.
Y si tienes una gallina y un gallo en tu rancho, eres rico, porque con esos huevos puedes hacer un caldo-sopa- y combinarlo con hojas de mora;-también comiendo panela de dulce te quita el hambre por un momento.
Pero, no, esto no es lo que realmente el cuerpo humano necesita, para vivir en el nuevo mundo en que vivimos.
Manuel Antonio lograba sobrevivir a las tempestades que el niño pobre tiene que soportar; allá donde el hambre está arrodillada esperando sin misericordia.
Por eso desde esta tribuna casi carcomida por los años; apelo a los hombres del gobierno, a todas las personas de buena voluntad a reflexionar.
Apelo a la conciencia de los que tienen, para que vean atrás y dar la mano cuando más se necesita.
About the Author
Miguel Ángel Sandoval, nació un 12 de mayo de 1942 en el departamento de Santa Ana, El Salvador.En el principio de un invierno, cuando los ríos crecen y apilan los arboles al revalzar los ríos y surge la madre naturaleza para dar vida.
Miguel Ángel, nace con la inspiración a flor de labio para cantarle al campo y a su belleza. Una mujer ladina tuvo la fortaleza de engendrar y acompañar hasta su nacimiento. Fue por eso que Miguel Ángel creció con los años acuestas y aprender a querer a Dios el que hizo el milagro: de darle vida. Y es después de los años que descubre que cuando se nace junto a la naturaleza, el olor del campo inspira para cantarle al campo, y al amor.
Y es así como al AUTOR de esta historia, le duele el sufrimiento de los que no tiene voz y sufren las embestidas injustas del poder.
Así nació el hombre que la dió vida al pequeño niño: El NIÑO DEL RÍO. También son las historias de muchos personajes que vinieron al mundo para aportar su granito de arena y levantar la voz por LA LIBERTAD.
Miguel Ángel descubre su sensibilidad de escribir y contar las historias de los demás, desde hace mucho tiempo y entiende que es difícil soportar la angustia que vivieron los personajes que hicieron posible esta historia a través del tiempo.
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Guarnecia ,es el nombre de la estación del ferrocarril y era un lugar conocido por todos los comerciantes y campesinos que bajaban de los cerros y cruzaban el río a vender sus cosechas al valle.El lugar era bullanguero,los fines de semana las cinqueras o róconolas funcionaban hasta la media noche.
Fue en una de esas noches de verano,cuando sedientos de amor,Daniel y Fernanda se escaparaon en un caballo veloz,montaban con la rienda suelta y dos corazones llenos de angustia se iban a escondidas.El caballo iba jadeando y la pareja llevaba el sexo hambriento, el semen se chorreaba por el camino del alba.
Meses después Fernanda se separó de Daniel y quedó embarazada.Regreso con sus padres y cuando el niño tenía nueve meses,ella decidió rehacer su vida con otra pareja y dejó al niño con la abuela.
Así comenzaron sus años nuevos para el niño, sin horizonte, con madrugadas frías, con hoyos en el techo, con tormentas que no respetaban la pobreza, que mojaban sus camas en los fríos inviernos; Y Manuel Antonio amarrado a la vida con hambre de niño.El era muy querido por los habitantes,era un niño rubio,ojos verdes medio panzón; quizás por la lombrices y que apenas entendía de penurias y la abuela en la curva de los años viejos, tenía destrozada la esperanza del mañana. Le habían arrebatado su alegría, su fe. La comida no llegaba a la mesa de su casa ni a la del vecino. Era un hambre colectiva.
Muy difícil vivir en aquél lugar olvidado. Con ríos crecidos que arrasaban las cosechas. Con el dolor que el hambre provoca y sin saber que hacer con la anciedad en la panza. Con lágrimas de niño impotente, que no sabía la respuesta; Era un torbellino en su cabeza. La mirada clavada en el firmamento, pidiendo a Dios que se acordara de los pobres, que mitigara el hambre de los seres con cuerpos desnudos, que ayudara a las madres para que hubiera pan y leche en las mesas para sus hijos.
Las plegarias de la abuela se fueron convirtiendo en discursos de angustia y desesperación. Le preguntaba a don Santos un vecino que vivía al otro lado de la línea del tren donde está Dios para ir a verlo?.
El tren antes de llegar por las mañanas pitaba y anunciaba su llegada. Llegaba despacio, asomaba su nariz esquelética de hierro retorcido, para luego parar enfrente a la estación de Guarnecia, donde la gente esperaba para abordarlo. Esto provocaba en los niños una alegría inmensa. Los carros del tren venían tapizados de propaganda con la foto de Espínola Castro (un militar en campaña política) Los ojos inocentes de los niños veían como el tren se acomodaba poco a poco en la estación para descargar su peso de amarguras. Ahí la gente subía para viajar y llevar a pasear sus esperanzas en el mañana, pero con el estómago vacío.Para Guarnecia en ese entonces, los únicos medios de transportación era el tren,los caballos y algunos pick ups que se atrevían a entrar al valle.
En época de invierno era muy difícil cruzar el río de Amayo, que es el que rodea el valle.Guarnecia es parte del Cantón de El Jute, jurisdicción de Texistepeque del Departamento de Santa Ana.
La pobreza en todos los rincones de los valles cercanos a Guarnecia era una realidad que se palpaba sin esconder el hambre.El gobierno nunca se preocupaba por los CASERIOS O VALLES que no le sirvieran para fines políticos.
No había caminos ni senderos que condujeran a mejores sitios. Sólo había restos de la guerra que el General Maximiliano Martínez había dejado.
Los ricos comían bien y al ejército no le hacía falta nada.La gente pobre decía: Que los ricos y militares eran los escogidos por Dios y allá en la distancia estaba un dolor inmenso que no sabe soportar el hambre.
El niño del río
La historia del niño del río, es como tantas miles de historias de niños que habitan –cerca- de las riveras de los ríos, porque es la única manera de sobrevivir a la miseria, debido a la injusticia social Por la mala distribución de la riqueza, de programas de educación, salud y un sin fin de necesidades que el campesino padece para criar a sus hijos
El niño del río, trata de resaltar el habita donde los niños pobres viven. Crecen en un medio casi salvaje; limitados a comer bien, y luchan por mantenerse con vida y no morir antes que llegue la adolescencia.
Manuel Antonio, era uno de esos niños que jugaba en los ríos, pero buscaba que cazar o pescar. Con los pocos años de niño que tenía, se preocupaba como llevarle algo de comida a la abuela.
A veces los cangrejos pequeños se los comía crudos, sí el hambre se lo exigía, por la misma necesidad de estar vivo.
El niño en el campo es enseñado como lo hacen los animales con sus crías; aprenden a reconocer plantas que son comestibles y cuales no cuando se tiene hambre; así como cuando estás enfermo. Y para quitar la sed, se tiene que abrir y aprovechar la brecha de algún árbol o planta.
Y si tienes una gallina y un gallo en tu rancho, eres rico, porque con esos huevos puedes hacer un caldo-sopa- y combinarlo con hojas de mora;-también comiendo panela de dulce te quita el hambre por un momento.
Pero, no, esto no es lo que realmente el cuerpo humano necesita, para vivir en el nuevo mundo en que vivimos.
Manuel Antonio lograba sobrevivir a las tempestades que el niño pobre tiene que soportar; allá donde el hambre está arrodillada esperando sin misericordia.
Por eso desde esta tribuna casi carcomida por los años; apelo a los hombres del gobierno, a todas las personas de buena voluntad a reflexionar.
Apelo a la conciencia de los que tienen, para que vean atrás y dar la mano cuando más se necesita.
About the Author
Miguel Ángel Sandoval, nació un 12 de mayo de 1942 en el departamento de Santa Ana, El Salvador.En el principio de un invierno, cuando los ríos crecen y apilan los arboles al revalzar los ríos y surge la madre naturaleza para dar vida.
Miguel Ángel, nace con la inspiración a flor de labio para cantarle al campo y a su belleza. Una mujer ladina tuvo la fortaleza de engendrar y acompañar hasta su nacimiento. Fue por eso que Miguel Ángel creció con los años acuestas y aprender a querer a Dios el que hizo el milagro: de darle vida. Y es después de los años que descubre que cuando se nace junto a la naturaleza, el olor del campo inspira para cantarle al campo, y al amor.
Y es así como al AUTOR de esta historia, le duele el sufrimiento de los que no tiene voz y sufren las embestidas injustas del poder.
Así nació el hombre que la dió vida al pequeño niño: El NIÑO DEL RÍO. También son las historias de muchos personajes que vinieron al mundo para aportar su granito de arena y levantar la voz por LA LIBERTAD.
Miguel Ángel descubre su sensibilidad de escribir y contar las historias de los demás, desde hace mucho tiempo y entiende que es difícil soportar la angustia que vivieron los personajes que hicieron posible esta historia a través del tiempo.
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Guarnecia ,es el nombre de la estación del ferrocarril y era un lugar conocido por todos los comerciantes y campesinos que bajaban de los cerros y cruzaban el río a vender sus cosechas al valle.El lugar era bullanguero,los fines de semana las cinqueras o róconolas funcionaban hasta la media noche.
Fue en una de esas noches de verano,cuando sedientos de amor,Daniel y Fernanda se escaparaon en un caballo veloz,montaban con la rienda suelta y dos corazones llenos de angustia se iban a escondidas.El caballo iba jadeando y la pareja llevaba el sexo hambriento, el semen se chorreaba por el camino del alba.
Meses después Fernanda se separó de Daniel y quedó embarazada.Regreso con sus padres y cuando el niño tenía nueve meses,ella decidió rehacer su vida con otra pareja y dejó al niño con la abuela.
Así comenzaron sus años nuevos para el niño, sin horizonte, con madrugadas frías, con hoyos en el techo, con tormentas que no respetaban la pobreza, que mojaban sus camas en los fríos inviernos; Y Manuel Antonio amarrado a la vida con hambre de niño.El era muy querido por los habitantes,era un niño rubio,ojos verdes medio panzón; quizás por la lombrices y que apenas entendía de penurias y la abuela en la curva de los años viejos, tenía destrozada la esperanza del mañana. Le habían arrebatado su alegría, su fe. La comida no llegaba a la mesa de su casa ni a la del vecino. Era un hambre colectiva.
Muy difícil vivir en aquél lugar olvidado. Con ríos crecidos que arrasaban las cosechas. Con el dolor que el hambre provoca y sin saber que hacer con la anciedad en la panza. Con lágrimas de niño impotente, que no sabía la respuesta; Era un torbellino en su cabeza. La mirada clavada en el firmamento, pidiendo a Dios que se acordara de los pobres, que mitigara el hambre de los seres con cuerpos desnudos, que ayudara a las madres para que hubiera pan y leche en las mesas para sus hijos.
Las plegarias de la abuela se fueron convirtiendo en discursos de angustia y desesperación. Le preguntaba a don Santos un vecino que vivía al otro lado de la línea del tren donde está Dios para ir a verlo?.
El tren antes de llegar por las mañanas pitaba y anunciaba su llegada. Llegaba despacio, asomaba su nariz esquelética de hierro retorcido, para luego parar enfrente a la estación de Guarnecia, donde la gente esperaba para abordarlo. Esto provocaba en los niños una alegría inmensa. Los carros del tren venían tapizados de propaganda con la foto de Espínola Castro (un militar en campaña política) Los ojos inocentes de los niños veían como el tren se acomodaba poco a poco en la estación para descargar su peso de amarguras. Ahí la gente subía para viajar y llevar a pasear sus esperanzas en el mañana, pero con el estómago vacío.Para Guarnecia en ese entonces, los únicos medios de transportación era el tren,los caballos y algunos pick ups que se atrevían a entrar al valle.
En época de invierno era muy difícil cruzar el río de Amayo, que es el que rodea el valle.Guarnecia es parte del Cantón de El Jute, jurisdicción de Texistepeque del Departamento de Santa Ana.
La pobreza en todos los rincones de los valles cercanos a Guarnecia era una realidad que se palpaba sin esconder el hambre.El gobierno nunca se preocupaba por los CASERIOS O VALLES que no le sirvieran para fines políticos.
No había caminos ni senderos que condujeran a mejores sitios. Sólo había restos de la guerra que el General Maximiliano Martínez había dejado.
Los ricos comían bien y al ejército no le hacía falta nada.La gente pobre decía: Que los ricos y militares eran los escogidos por Dios y allá en la distancia estaba un dolor inmenso que no sabe soportar el hambre.
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