Lic.
MIGUEL FAJARDO KOREA
La condición
humana en la narrativa
de Sophie
Baltodano Guillén
Lic.
MIGUEL FAJARDO KOREA
Premio Nacional de Educación de Costa Rica
Sophie Baltodano Guillén
(1931-2023), nació en Liberia, Guanacaste.
Sus padres Ana Belén Guillén
Acuña y Aristides Baltodano Briceño fueron maestros.
Su padre fue diputado
durante 32 años.
Obtuvo su bachillerato en
Estados Unidos, donde vivió muchísimos años.
Realizó cursos en Estados
Unidos y la Universidad de Costa Rica.
Perteneció al Club Literario
Visión Otoñal (AGECO).
Publicó el libro Cuentos
de Sofía. (San José: Editorial Guayacán, 2001: 388), con prólogo de Jézer González
Picado. Este volumen está compuesto por 123 cuentos.
Bondad plena y
otros cuentos cortos. (San José:
n.i.e., 2024: 188), con prólogo de Deyanira Elizondo. Portada y 14
ilustraciones del pintor Luis Chacón (1953-2024). Este tomo está integrado por
130 cuentos. Asimismo, dicho libro
incluye Bondad plena, una nouvelle de 40 páginas (2024:143-184).
Mi gratitud al Dr. Pedro Suárez Baltodano, por hacerme conocer la producción
literaria de su madre, así como al Pbro. Edwin Baltodano Guillén, hermano de la
escritora.
Asimismo, tres de sus
cuentos: Erasmo el encantado, el moreno y el tren (pp. 157-167),
fueron seleccionados por Miguel Fajardo y Santiago Porras (+) en la antología Cuentos
y otros escritos de Guanacaste (San José: Euned y EUNA, 2024: 382), con
motivo del bicentenario de la Anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica.
La producción narrativa de
Sophie Baltodano Guillén es abundante: dos libros de cuentos, que suman 253 textos
y una novela breve de 40 páginas, para un total de 576 páginas.
El
cuentario de Sophie Baltodano Guillén, incluido en el tomo Bondad Plena establece
historias narrativas a partir de lo cotidiano.
Son historias comunes, producto de su alto espíritu observador de las
vivencias y comportamientos del factor humano. Su capacidad descriptiva hace
gala de un manejo expresivo de gran mérito artístico.
Son
historias de vida integral de la condición humana, con sus valores y
disvalores. Cada uno de sus textos ejemplifica las historias de la cotidianeidad
humana, en sus temas: vida, muerte, amor, lealtad, deslealtad,
irresponsabilidad paternal, agresión a los animales, abandono a los ancianos,
comprensión, discriminación, pobreza, constante queja de muchas personas,
tacañería, recuerdos, revolución, ruptura de parejas, la cuarta edad, esquemas
patriarcales, celos, el sentimiento, el robo, el maltrato, la ironía, las
apariencias, el engaño, el ser y el parecer, la venganza, la adopción, amores
prohibidos, preocupaciones existenciales...
La
primera parte de su cuentario incluye 27 textos cortos y microrrelatos. De
entre ellos, selecciono diez, y propongo unas notas de lectura, a saber:
La desconocida cierra así: “Padre te perdono porque nunca me
reconociste” (p.8).
La
lechuza presenta una interesante reflexión: “Cuántas veces en la vida nos
miran sin mirarnos y ciertamente nos sentimos acompañados, a menudo también
nosotros miramos con los ojos cerrados” (p.10).
El
terremoto del Ecuador expresa, a pesar
de la destrucción material, el sentir de la pertenencia “Estamos cuidándolos ya
que los ladrones abundan y roban nuestros recuerdos” (p.12).
Verdades es un microrrelato antitético: “Pudoroso no le hacía
honor a su nombre. Su madre se ponía
furiosa: ¿Cómo puedes tener ese nombre y no lo honras?
-Tampoco tú madre, te llamas
Amable” (p.13).
El agujero ofrece una fase de mejoramiento obtenido, al pasar
de la pobreza de vivir en un cuartucho “al encontrar un viejo jarrón chino de
monedas de oro” (p.14).
Un suspiro es un texto introspectivo sobre la vida: “Qué tremendo
es encontrarse consigo mismo, conocerse por dentro (…) Qué manso es orar, en
silencio, se eleva mi pensamiento. (…) El último suspiro me deja sin
aliento. Sola quedó mi alma, se anidó en
un recuerdo” (p.15).
La Revolución es un texto con un dinámico juego expresivo, sobre
la base de numerosos verbos. Su cierre es un esquema recolectivo: “me siento
impotente ante tanta maldad, no, no, retumba, retumba, explota, explota, ¡no
más, no más!” (p.17).
¿Quién soy? Aborda el
tema de la vejez, con base en la oposición entre lo celestial y lo terrenal,
expresado en ansiar y no querer: “cuando alcanzamos la cuarta edad nos esperan
con ansias en el cielo ya que ahí no se les prohíbe la entrada a los viejitos,
a estos se les trata con más cariño (…) Sé que todos ansiamos ir al cielo para
disfrutar de la maravillosa vida eterna, pero por alguna razón nadie quiere
morirse” (p.16).
La felicidad es un microrrelato rotundo de una separación
marital: “El hombre agarró sus chuicas, volvió a ver a su esposa con ojos pulverizantes,
dio un sonoro portazo y se fue.
La mujer se sentó en el
sofá, estiró los pies, abrió las manos, las levantó y gritó a pulmón abierto ¡QUÉ
FELICIDAD! (pp. 16-17).
La gata presenta a un animal que se queja y acusa: “La gata
de mi hijo vino a acusarlo, maullaba y maullaba, tenía hambre y no le había
dejado su comida” (p.18).
La segunda parte de su libro
incluye 103 cuentos, de ellos, escogí 25 para expresar mis apuntes de lectura.
Aquel niño es una hermosa remembranza familiar, acerca de la
vocación religiosa de un niño, su hermano, el Pbro. Edwin Baltodano Guillén
(1926), quien el pasado 17 de diciembre del 2024 cumplió 75 años de su
ordenación sacerdotal. El texto refiere al final: “Cuando salió de V año del
Liceo de Costa Rica con magníficas notas, mi padre le ofreció enviarlo al
extranjero a estudiar (…) fue cuando mi madre exclamó: “nosotros no tenemos
ningún hijo doctor”, a lo que mi hermano replicó: “no se preocupe mami, yo seré
doctor de almas”. Hoy nos acompaña el Pbro. Edwin Baltodano Guillén, pastor de
almas durante más de 75 años de su extraordinario magisterio eclesiástico.
La luz que
refleja el sentimiento expresa un valor
“-Abuela, ¿de qué color es el sentimiento? La anciana no halló qué contestarle
al pequeñuelo (…) -Ah, ya sé, gritó el chiquitín, - ya comprendo. Es que me quiere mucho, y no sabe que yo
también soy ciego” (p.27).
La aprobación es un texto que se enmarca en el plano celestial.
Cuando tocó el turno a Efraín, se leyeron seis disvalores de entre su lista
interminable. Le preguntan qué pensaba de sus faltas: “No pueden devolverlo,
los últimos diez años no sabía quién era, no reconocía a nadie, vivió en
tinieblas”. -VAYA A ESA PUERTA… (p.34) es un final imprevisto, pero de
mejoramiento obtenido.
El criticón narra la relación matrimonial de Polifacio y Ninfita
durante 50 años. Él era criticón de su esposa. Polifacio muere; lo creman. Le entregan
sus cenizas a Ninfita en un jarrón de puro oro. El cuento cierra así “-Ahora sí
te quiero Polifacio, porque ya no me jodés” (p.37).
La obsesión narra la trágica historia de la viuda Alejandra, de
47 años. Conoce a Gustavo en el Club
Unión. No escucha el consejo de sus amigas y se casa. Gustavo, al final, se
cansa de ella, le roba las joyas y huye a Nicaragua. “Alejandra se quedó sola, sin alhajas, sin
bonos y pensando solo en su maldita obsesión” (p. 41).
Buen amor muestra la historia de Josefina López y Casimiro.
Con frecuencia van a un restaurante, y él la trata con frases adulatorias:
Sueño mío, Dulcinea, Guapa, Belleza, Luminosa, Preciosa, Cariñito, Luz de mi
Vida, Dueña de mi corazón. Un día, el
mesero le expresa a Casimiro “me conmueve cómo trata usted a su señora… estoy
tratando de hacer lo mismo con la mía”. Entonces, Casimiro se volvió y le
contestó bruscamente: “-Qué va, es que no me acuerdo cómo diablos se llama esa
vieja” (p.44).
El invitado presenta a doña Mencha, de 83 años, quien vivía
sola. Un día tocan a su puerta. Es un pordiosero que le pide comida. Ella lo
invita a almorzar al día siguiente; el harapiento acepta. Ella le dice a Paola,
la servidora de medio tiempo que la atiende, que deje bien puesta la mesa con
el mantel blanco tejido y los cubiertos de plata.
Al día siguiente, la hija le
pregunta cómo le fue con el invitado, y ella le responde que estuvo
maravilloso. Era el Señor. El final lo aclara todo “Doña Mencha estaba sentada
en el sillón; dormía el sueño de la eternidad, sonriendo sostenía entre sus
manos la servilleta con la que había agasajado a su invitado” (p.50). Aquí
opera lo no dicho, pero sobreentendido.
Algo insólito,
increíble, cierto es un texto que
maneja el suspenso y el desenlace inesperado: “Él no era tonto, sabía bien de
quién es ese hijo y cómo lo engañaste para obligarlo a casarse, siempre quiso a
Elena y ella lo hacía feliz” (…) “-Se nos terminó la buena vida madre, el
desgraciado falleció, resucitó e hizo el testamento” (p. 53).
Se lo buscó narra la venganza de Elena, esposa de Alberto,
quien era mujeriego. Por eso lo invita a la Finca de la Playa para consumar su
plan:
“Fueron a ver la puesta del
sol, ella le empezó a tomar fotos.
-Córrete un poquito más mi
Amor, ya voy yo a hacerte compañía. (Cuando estuvo cerquita de él le dijo),
vuélvete a ver esa garza.
Él le hizo caso, y ella lo
tiró” (p.56).
El Chapulín refleja un estado de la delincuencia social: “-Mae…
ya me decidí, me fui de la choza, me quedo con la pandilla.
La pasarás mejor, mírame a
mí, vamos, vivimos por la Uruca, en una casona desocupada, hay que tener
cuidado para entrar, pero es fácil.
En menos de un año Agustín
se graduó de Chapulín, ahí está celebrando con sus compas, su buena suerte”
(p.58).
El yo de adentro
es un breve texto reflexivo muy interesante: “Ciertamente
existe un yo de adentro, el Edén donde habitamos lo percibe, nosotros somos sus
habitantes donde moramos esperando la partida al infinito (…) Soy mi yo de
adentro, solo una partícula del tiempo” (p. 63).
Cuento cierto,
verdadero, increíble. La historia
transcurre en Liberia, en 1890. Engracia era la matrona, la señorona del pueblo
muy adinerada y viuda. Portaba la fama de ser muy agarrada, no querer gastar:
Murió de un infarto. “En la misa metía
la mano en la canasta de las ofrendas, pero no dejaba nada, nadita, pura
apariencia (..)
De pronto sopló un viento,
como un silbido del más allá, y el cuerpo rígido de la muerta se tambaleó, se
levantó y soplando aliento de su boca yerta, fue apagando uno a uno los cirios
encendidos, dejando solo uno, el más gastado. En un santiamén se oyó un
estallido, no quedó ni un visitante de cuerpo presente, todos al unísono
corrieron en fila al parque gritando despavoridos.
Doña Engracia, aún ya ida, quiso economizar
los cirios de su vela” (p.77).
Tiempos
difíciles inicia con una reflexión existencial: “Para aquí y
para allá camina el tiempo, no se detiene ni se devuelve, solo el ayer se
convierte en hoy en los recuerdos, el viento de los años los espolvorea
borrando un poco las imágenes maravillosas del ayer” (p.92).
Lo inesperado “País nuestro maravilloso donde los campesinos con
el hacha al hombro, abrieron brecha y cultivaron la tierra. De esos surcos
surgió nuestro pueblo, regado con el sudor de aquellos ancestros. Sus historias, a veces inexplicables, las
hemos dejado en el pasado para no enfrentarnos con ellas” (p.111). Este inicio
es una adhesión y reconocimiento con la labor del campesinado nacional.
Alegre muerte “La vida es una brisa pasajera, el acá es un allá,
el ser es la trituración de estar, estar presente es un meternos en un yo
interno que tiende a conocer lo que queremos desconocer, no somos conscientes
de lo que somos y cuando nos empezamos a dar cuenta, ya para qué…” (p.135). El
eje de la preocupación existencial es recurrente en la narrativa de Sophie
Baltodano Guillén.
En síntesis, los textos del
cuentario BONDAD PLENA, de Sophie Baltodano Guillén ofrecen diversas
perspectivas temáticas, cuya unidad radica en que abordan aristas del
comportamiento, la actuación y la conciencia humana. Su nombre se suma, con
categoría, a las narradoras de Guanacaste, tales como María Leal, Lía Bonilla,
Ofelia Gamboa, Amparo Vargas, Edith Vargas, Ligia Zúñiga, Guadalupe Urbina o Ana
Lorena Camacho.
Este libro se presentará en
Liberia, Guanacaste, Costa Rica, en febrero del 2025.