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domingo, 10 de agosto de 2014

YVÁN SILÉN Y EL ACTO POÉTICO

Yván Silén




ARTÍCULO
  
YVÁN SILÉN Y EL ACTO POÉTICO

Por Raúl Guadalupe de Jesús

“El “postmodernismo” es ya el fósil cultural de la demokracia capitalista que está en decadencia”. Yván Silén

Yván Silén autor de, una de las maravillas de la poesía puertorriqueña, Los poemas de Filí Melé nos entrega a los lectores un nuevo ensayo en donde se pasa balance de la situación actual de la producción poética y literaria en la colonia.  Y es claro que al desarrollar un juicio sobre la literatura más reciente es inevitable, por que le es intrínseco, un análisis de la cultura y los intelectuales.
El acto poético para Silén tiene una dimensión ética, por ello la poesía piensa.  La ética se convierte en deber noseológico/epistemológico (Mijail Bajtin y Luis Llorens Torres). No somos un apagado eco de los poderes imperiales y sus centros universitarios (Lezama Lima).  Ser o asumir la repetición anticreativa de los poderes imperiales es aceptar la colonia, es renunciar al principal derecho democrático de los pueblos colonizados, la lucha por la independencia (Lenin).
El autor considera al ensayo como una criatura de la poesía, por ello su texto La poesía piensa o la alegoría del nihilismo, publicado por Editorial Tiempo Nuevo y Publicaciones Gaviota en el año 2010,  contiene un acento poético que como caballo de Troya tomará por asalto  el argumento de fondo de la  más reciente  literatura.  Digamos de un fragmento de la producción literaria, el más celebrado por los circuitos académicos coloniales.  Silén se detiene en un lugar común de esa poesía y esa narrativa celebrada, la insistencia en negarse, en el noser, el asumir el proyecto de la cultura capitalista de la no existencia de fronteras culturales ni nacionales, mientras se construyen murallas en la frontera y los oligopolios, tan celebrados por Carlos Pabón y cía, siguen destruyendo nuestro archipiélago.  Silén les recuerda que la palabra poética, no la prosificación del verso, es radicalmente anticapitalista.  El mundo de las mercancías no puede capturarla quienes se dejan capturar son los poetas que escriben contra sí mismos, los poetas que piensan que la palabra poética solo vive en sus libros.  El nihilismo los lleva a la más espantosa colaboración con los invasores.  
Nos dice Silén: “Que la resistencia ( los sueños como los poemas del inconsciente) está aquí  como la poesía que piensa.  El interior mismo de la nación resiste la prostitución de la capital y ese intento fallido del “Festival de la palabra  anexionista” de los que callan, de los colaboracionistas, de los nihilistas hacia el suicidio colectivo.” (30)
Al comerse el texto imperialista de la globalización comenzaron a ser payasos de la corte del imperio. Ahora bien, ellos, los que Silén señala son responsables por lo que asumen.  La neutralidad no existe, cuando se es neutral en una colonia es porque se tiene simpatías con la colonia.  Sin embargo, la responsabilidad por la nación no es solo individual es colectiva. Silén cumple con su responsabilidad al señalar lo que es debido.
El plan de la entrega comenzó en la Universidad de Puerto Rico.  Recordemos que esta institución fue creada por los invasores en 1903 y desde entonces, como todas las instituciones de la colonia, responden al imperio. Sin negar que en momentos del seno de la UPR se han gestado movimientos y acciones en defensa de la nación.  Cuando ello ha ocurrido es porque en el país la voluntad por la república ha tomado fuerza.  Desde los años ochenta la izquierda política se ha aburguesado profundamente vertiéndose en un neomuñocismo que ha querido mantenerse en el juego colonial con el proyecto posmoderno (Xerox).  Si profesores coloniales establecen que enseñar historia de la nación no debe ser fundamental, si otros profesores coloniales se atreven enseñarles a sus estudiantes que no es necesario estudiar la obra de Alejandro Tapia y Rivera, de Abelardo Díaz Alfaro, de Juan Antonio Corretjer, etc, qué podemos esperar de los nuevos escritores que son capaces de establecer públicamente que La víspera del hombre fue escrita por Manuel Zeno Gandía.
Silén no deja espacio para la equivocación.  En su ensayo-poesófico sabe que la responsabilidad es histórica. Por ello me comenta que su texto ha sido censurado por el independentismo burgués.  La censura también toma la forma del silencio.  El discurso poético de los escritores reseñados por el autor quiere vestirse de neovanguardia, sin embargo el proyecto no persigue proponer una ruptura, una nueva propuesta estética, sino navegar en el kitch superficial, en esconder el vacío con el performance, los más atrevidos en ser portavoces culturales de la actual administración colonial.  En ese sentido, concuerdo con el poeta Félix Córdova Iturregui al decir que el texto de Silén “… es un llamado al debate, tanto exterior como interior, un alerta a la conciencia, un llamado a la inconformidad creativa.”  

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