Yván Silén
LA
RESEÑA
FILIMELÉ-
I
Érase un idiota
que robaba mis palabras
Y mis ideas. Un
cabrón, Melhéndezes, que escondía
mis epístolas
saulodetarsamente.
Que tachaban
mis seudónimos, y
decapitaban al
Minotauro en el laberinto de
su alma. Érase
un idiota que pintaba en
las alcantarillas
de su alma. Un expreso
que seguía preso
y bebía pan y
comía agua
estancada do meaban los gatos
en los sueños
plagiados a la luna. Un agnosio
que babeaba pus
en los espejos. Era
un idiota que
comía óleo en las copas. Que bebía
semen en las
piraguas de vidrio. Érase
un idiota que
robaba mis palabras.
II
Érase todavía un
idiota que clavaba
su lengua en la
paredes. Que clavaba
su pus y clavaba
su olvido. Érase
un anti-yo que
se ha sacado los ojos.
¿Dónde están mis
cartas muchachito? ¿Para
qué carajo sirve
tu monólogo, si algún
día los muertos
delatarán mi influencia sobre ti,
si algún día
serás el esclavo del chetía,
del cheyautía,
del chepilón? ¿Qué haces por San Juan
como un viejito
solo, cojo, “inesencial”
hablando de mi
nombre a las estatuas.
“El lenguaje
disfraza al pensamiento”.[1]
EL
lenguaje
disfraza a la poesía.
El lenguaje…disfraza
tu delito.
*****
2 de mayo del
2013
Puerto Rico
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