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jueves, 21 de agosto de 2025

La imaginación geográfica como espejo migratorio. El caso de Guanacaste

 

Lic. Migel Fajardo Korea


La imaginación geográfica como espejo migratorio. El caso de Guanacaste

 

 

Lic. Miguel Fajardo Korea

Premio Nacional de Educación Mauro Fernández

minalusa-dra56@hotmail.com

 

 

 

(Guanacaste / Moravia, Costa Rica). El Dr. Esteban Barboza Núñez, Catedrático de la Universidad Nacional de Costa Rica, en la Sede Regional Chorotega, Guanacaste, ha publicado un excelente libro de ensayo:

Barboza Núñez Esteban. ESPEJOS DISTANTES. Imaginación geográfica y migraciones en Guanacaste, Costa Rica. (San José: Editorial Arlekín, 2024; 258 pp.). Diagramación: Soren Vargas. Cubierta: “Mujer ante espejo”, de Pablo Picasso, 1913.

El libro consta de siete capítulos: 1. Darle forma a otro lugar: imaginación geográfica y migraciones, 2. El lugar de Guanacaste en los imaginarios geográficos nacionales y transnacionales, 3. “Desde el primer día hasta el último que estuve allá, mi principal objetivo fue siempre volver”: migraciones de retorno a Guanacaste, 4. “Me volví a sentir en un pueblo, en una comunidad, en una familia”: migraciones internas a Guanacaste, 5.”Nicoya yo la he sentido como un pedacito de Nicaragua”: migraciones del sur global a Guanacaste, 6. “Para mí, migrar ha sido un acto de libertad”: migraciones de estilo de vida y del norte global a Guanacaste, 7. Imaginar, migrar y acoger; consideraciones finales. Asimismo, incluye el apoyo de 87 referencias bibliográficas, 10 figuras, tanto explicativas como gráficas. Además, epígrafes de Naguib Mahfuz, José Saramago y Geogr Simmel. Dedicatoria “Para Amanda y Rita, por estar ahí siempre”.

Haré una reseña, con base en corpus textuales del autor, así como de sus referencias, con el propósito de dar una dimensión integral del contenido de tan valioso insumo bibliográfico para el tema abordado. Igualmente, ideas y datos pertinentes.

Este notable libro de ensayo inicia con un párrafo contundente en el horizonte de su narrativa:

La migración es uno de los fenómenos humanos que más interpela la noción contemporánea de las fronteras y los límites políticos y excluyentes, los que han servido de soporte para la formación de las naciones modernas, a partir de finales del siglo XVIII e inicios del XIX. Irónicamente, no obstante, muchas de las identidades nacionales que existen hoy en día tienen como uno de sus cimientos la migración misma (p.19).

La provincia de Guanacaste, la quinta del país, registra en la actualidad una población de 412 808 habitantes (INEC), distribuidos en 11 cantones y 61 distritos. Cuenta con una superficie de 10 141 km2. Es la segunda provincia más grande de Costa Rica.

De acuerdo con el catedrático Esteban Barboza Núñez, en el tejido demográfico de la provincia de Guanacaste confluyen cuatro tipos de migraciones: 1. migraciones internas (se presentan dentro del mismo país), 2. migración de retorno (quienes salieron de su lugar natal durante un lapso de varios años y, regresaron luego), 3. migraciones internacionales o transfronterizas, también conocida como migración sur-sur: “las que incluyen los desplazamientos de personas de países con una renta parecida o inferior a la del lugar de destino,  especialmente de algún lugar del sur global a otro con renta y oportunidades superiores” (p.21), 4.migraciones norte-sur: “los desplazamientos de personas de países de renta alta o muy alta, generalmente de regiones como Europa occidental, Estados Unidos y Canadá, a países de rentas y desarrollo económico inferiores” (p.22); “son el grueso de los inversionistas que construyeron o compraron segundas residencias, y que terminaron convirtiendo a Guanacaste en su hogar” (p.24).

Se constata en el título y se vehiculiza en todo el libro, la perspectiva que cumple “la imaginación geográfica -el destacado es nuestro-: como mediadora, y también como parte estructural y fundamental de todo aquello que causa y mueve a una persona a migrar “esa que se encarga de imaginar y recrear lo distante y lo ajeno, en las motivaciones para migrar, en las expectativas y en las formas de convivencia de migrantes” (p. 23).

El concepto de imaginación geográfica es una noción que se basa en diversos postulados: Gaston Bachelard (1973) acuña el término topofilia, sobre esa base, Edward Said propone las geografías imaginativas. Por su parte, Derek Gregory (1994), presenta el criterio de conciencia espacial.

La imaginación geográfica es aquello que nos permite pensar sobre los espacios y lugares, principalmente los ajenos y distantes, ya sea de formar conscientes o inconscientes, y que evoca poder en la medida en que da forma a prácticas, comportamientos, relaciones y estructuras sociales (Gieseking, 2017).

Entonces, el espacio y los lugares, incluyendo los distantes y los desconocidos, los que nunca hemos visitado, adquieren sentido emocional, e incluso racional, por medio de procesos poéticos, en los cuales los alcances vacíos y anónimos de la distancia adquieren un significado en nosotros (…) El viaje siempre comienza antes de iniciar y termina mucho después de acabar (pp.44-45).

El autor aduce que no se debe menospreciar la capacidad de los migrantes de imaginar otros lugares, de verse en ESPEJOS DISTANTES -la mayúscula sostenida es mía-. En el análisis de la imaginación geográfica entran en juego muchos factores, tales como: lo económico, la cultura, uso del tiempo de ocio, el clima, la geografía, las imágenes del hogar, el lugar de procedencia…

El libro del Dr. Barboza Núñez incluye otra clasificación:

Las migraciones de personas provenientes de países de renta muy alta a regiones geográficas más pobres generalmente se han catalogado bajo denominaciones como migración de retiro, migración de ocio o amenidad, migraciones de segundas residencias, o migraciones estacionales (p.59).

Guanacaste en los imaginarios nacionales y transnacionales. En un periodo extendido el imaginario regional giró en torno de la hacienda ganadera, las actividades derivadas de ella, la aportación de los aborígenes chorotegas y manifestaciones como la música, los bailes, la gastronomía, costumbres y tradiciones, así como “la elevación a símbolos identitarios guanacastecos de la gran mayoría de aspectos relacionados con la hacienda, entre ellos el sabanero, en ese universo de significados, como sujeto histórico, y a reaparecer como un ícono folklorizado de la región , o incluso como mercancía turística (Víctor Baltodano, 2019), (p. 81).

El autor del ensayo expresa:

No es verdad que el Guanacaste precolombino fuera una zona exclusiva de presencia chorotega. Es bien sabido que en la actual Región Chorotega habitaron otros grupos, como los corobicíes y otras etnias que establecieron intercambios culturales bastante importantes con los chorotegas.

También, está bien documentada durante el periodo colonial la presencia de esclavos de origen africano en Guanacaste. Desde el siglo XVI se puede trazar la presencia de africanos en la región, traídos principalmente para paliar la despoblación dramática que sufrió Nicoya con la conquista y el envío de indígenas esclavizados a Perú (Sibaja y Zelaya, 2015), (p.80).

Otro aspecto por destacar es que, desde la década de 1980, el turismo cambia la manera de imaginar la geografía, dado que los territorios litorales de Guanacaste: Liberia, Carrillo, Santa Cruz y Nicoya han acelerado el desarrollo turístico. Otro fenómeno es la alta inversión inmobiliaria. Guanacaste es vista “sin ingredientes artificiales, por “su componente natural: el bosque, las selvas, los volcanes, los paisajes naturales, la flora y la fauna” (p.92).

En las idealizaciones del litoral de la provincia de Guanacaste:

Abundan las comunidades cerradas, los condominios de lujos aislados de las comunidades circundantes, las mansiones incrustadas en las colinas frente al mar, los hoteles de lujo que monopolizan, o al menos intentan monopolizar, los recursos naturales que pretenden explotar. El litoral guanacasteco se puebla de promesas de una nueva vida, de un nuevo comienzo para el inversionista y el residente temporal; o bien, un retiro temporal para el turista, en el que puede cumplir las actividades performativas y de consumo típicas de la playa como actividades al aire libre, el bronceado de cuerpos, disfrute de las aguas cálidas del Pacífico tropical, el surf y actividades nocturnas en discotecas, bares y restaurantes (Barboza Núñez, pp.93-94).

Tantos desarrollos inmobiliarios han traído problemas con el abastecimiento del agua, de ahí, el caso de la lucha de la población de Sardinal desde el 2008, pues han prevalecido los altos intereses sobre las necesidades de los sardinaleños.

Otra problemática en Guanacaste es un nuevo fenómeno:

La gentrificación -que no es otra cosa que un eufemismo que esconde la pauperización de las comunidades locales-, al encarecimiento del costo en vida en localidades costeras, entre otros factores, también es posible advertir la consolidación de una visión hegemónica de la provincia, principalmente proyectada desde otros lugares, que la supeditan a los vaivenes del mercado turístico e inmobiliario global (Barboza Núñez, p.99).

Según (Riemann, 2008), las identidades son dinámicas y fluidas, en constante cambio y producción, y se reproducen a sí mismo a través de procesos en los que se combinan el ser, el llegar a ser, la pertenencia y el deseo de pertenecer (p.107).

¿Por qué retornan los migrantes? Por razones económicas.  Además. “los retornos forzados, o deportaciones, los retornos periódicos, los de descanso, el retorno del migrante exitoso, y el retorno del migrante fracasado” (p. 112). Asimismo, se pueden categorizar otros tres tipos, a saber: a. los psicológicos y culturales; los sociales y los económicos (Mestries, 2011), (p. 113).

Entre las dificultades del migrante guanacasteco, fuera de su provincia, destacan: indiferencia de la ciudad, claustrofobia, vecinos que no se conocen, los espacios cerrados, húmedos, fríos, apartamentos tipo celdas con barrotes, donde campea el frío, no se ve el cielo, o la calle, sentirse discriminados, nostalgia por la familia y los lugares donde crecieron, la familia extendida, movilizarse libremente, los paisajes, montañas, ríos, amaneceres y atardeceres con celajes multicolores, la gastronomía, etc.

 

Igual sucede con los migrantes profesionales de Guanacaste en el extranjero: cambios bruscos en la infraestructura, soledad, ausencia de sus amistades anteriores por diversas razones, cambios en la gastronomía, producto de las cadenas internacionales de comidas rápidas, consumo de drogas ilícitas, etc. Por ello:

Las historias de vida de los migrantes que alguna vez tuvieron que dejar su hogar y que consiguieron volver sin duda alguna son valiosas a la hora de agregar matices nuevos que no necesariamente tienen por qué corresponder con el sol, la playa, la hacienda ganadera, el folklore o los agronegocios. 

Se asevera que “Guanacaste es la única provincia que, a partir de mediados del siglo XX, ha expulsado constantemente población hacia otras áreas del país. A inicios del siglo XXI el 12 % de la población costarricense vivía en Guanacaste” (Barboza, p. 140).

En otro orden, “el turismo y los desarrollos inmobiliarios han sustituido a la ganadería y la agroindustria como las principales unidades de producción en cuanto a inversión de capital y generación de dividendos en la provincia” (Barboza, p.145).

En relación con las migraciones internas hacia Guanacaste, en ese imaginar desde afuera, se habla de que los guanacastecos son recelosos, que tienen mayor contacto con la naturaleza, con lo cual le bajan el ritmo acelerado de la ciudad:

La Guanacaste de cada uno de ellos es más personal, más subjetiva, y más ligada a vivencias más puntuales que tienen que ver con más cuestiones familiares o con elementos como el espacio y el paisaje que ellos mismos experimentaron desde niños, que con lo que se aprende desde otro lugar (Barboza Núñez, p. 161).

En este momento existen tres formas de categorizar a los países: el sistema de las Naciones Unidas, la clasificación utilizada por el Banco Mundial y la del Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo.

Nicaragua se convierte en la principal fuente de migrantes en Costa Rica. En la actualidad, estos migrantes constituyen un 7,23 % del total de la población, con un número aproximado de 377 000 personas viviendo en Costa Rica que nacieron en Nicaragua.  Si tomamos en cuenta que, según los datos del INEC, en la actualidad habitan en el país alrededor de 460 000 personas nacidas en otros países, podríamos decir que un 82 % de ese total son nicaragüenses (INEC, 2023). Sin embargo, tanto estos migrantes como otros de contextos próximos siguen sin obtener la misma acogida a nivel simbólico que podrían tener, por ejemplo, migrantes de otras latitudes más al norte (Barboza Núñez, p.175).

Los migrantes con mejor índice económico hablan así de los guanacastecos: hospitalarios, “cálidos”, “acogedores”, “colaborativos”. Por el contrario, quienes tienen otros intereses, califican a los guanacastecos como “fríos”, “distantes”, “cerrados”, “introvertidos” y “enmontañados” (Barboza Núñez, pp. 187-188).

Institucionalmente los inmigrantes expresan tratos discriminatorios, malos modos en los aeropuertos, con la policía y en las instituciones migratorias.  “Una vez más estamos ante señales de esa selectividad de quién es bienvenido y quién no al país, según la procedencia, la clase y las características fenotípicas, al igual que a finales del siglo XIX” (Barboza Núñez, p. 190).

Los pasaportes poderosos posibilitan mayor libertad de desplazamiento, poder adquisitivo para adquirir los pasajes de avión, mayor consumo, tiempo de ocio y una cultura de desplazamiento.

En las últimas décadas estas movilidades han sido estudiadas bajo diferentes nombres, entre ellos: migración de retiro, migración de amenidad, migración de placer, migración de segundas residencias, o migración estacional; sin embargo, cada una de estas clasificaciones resulta un tanto restrictiva a la hora de unificar todos los elementos implicados en este fenómeno (O´Reilly, Benson, 2009), (p.199).

El gobierno de Carlos Alvarado (2028-2022) aprobó la “Ley para atraer Trabajadores y Prestadores Remotos de Servicios de Carácter Internacional, que se conoce como “Ley de nómadas digitales”. Deben tener un ingreso mínimo de $3000 por persona y de $5000 por familia, permanecer hasta por un año prorrogable en Costa Rica, a la vez que se les exonera de aranceles para importar equipos, instrumentos, medios informáticos y de telecomunicaciones para que puedan trabajar desde territorio costarricense (Asamblea Legislativa, 2022).

          En el abordaje textual del libro de ensayo del Dr. Esteban Barboza Núñez, se explica la relación de los discursos e imaginarios geográficos y la correspondencia entre la playa y el mar tropical. Así, entonces, refiere que en numerosos libros y guías turísticas:

las playas tropicales han sido retratadas con una paleta de tonos que van desde lo incierto, lo exótico, lo fantástico, y lo exuberante, hasta lo bello, lo ameno, lo placentero, lo excesivo, la trasgresión, y los nuevos comienzos y la realización de sueños y fantasías personales (Barboza Núñez, p.207).

Los migrantes desde el norte global presentan características totalmente favorables. En la investigación de ESPEJOS DISTANTES se infiere que también escogen el país por la paz, la democracia, no tener ejército, la naturaleza, la conservación, las áreas protegidas, las playas y el mar, entre otros aspectos. Además:

Esa falta de nostalgia no es algo que sientan únicamente una vez se instalan en Guanacaste, es también parte de lo que les permitió, en sus propias palabras, dejar todo lo que tenían en sus países de origen y mudarse a Costa Rica. Varios de ellos vendieron sus casas, sus propiedades, sus carros, dejaron sus trabajos, e invirtieron todo en la propiedad que compraron y el espacio que crearon en la región. Para todos ellos, al contrario de los migrantes que retornan, el desapego es un valor; el apego y la nostalgia son antivalores. El no verse viviendo siempre en el mismo lugar es algo positivo para ellos (Barboza Núñez, p. 214).

          En las consideraciones finales del notable libro de ensayo, el Dr. Esteban Barboza Núñez inserta un párrafo holístico, con base en el pensamiento de dos autores, a saber:

Imaginar es inherente al ser humano; migrar también lo es. Imaginar es esa facultad humana de ver lo que no está, y, a partir de ello, crear mundos que antes no existían. Abarca fantasía, pero también innovación, creatividad, reconstrucción de pensamientos antiguos, y el acto de inspiración (Fernández-Armesto, 2010). El migrante es también una conjunción de lo que está y de lo que no está, de la falta y la plenitud, de cercanía y lejanía, de apego y desapego, es un aventurero, que se intercambia constantemente entre el aquí y el allá, entre pertenecer y no pertenecer, entre conflicto y armonía consigo mismo y con su pasado, presente y futuro (Simmel, 1996), (p.233).

El autor de este gran libro de ensayo agradece la aportación a los sujetos entrevistados. Con este corpus, cerramos esta aproximación general sobre un texto de gran calidad e importancia, para los estudios sobre el tema de la migración turística en Guanacaste, Costa Rica:

Los 25 sujetos que, amablemente contribuyeron a acumular todas las horas de grabación también demostraron que, aparte de ser migrantes, por voluntad y escogencia o no, son también personas capaces de imaginar y comenzar una nueva vida en otro lugar, tanto a partir de su propia capacidad de agencia.  Esta autodeterminación no debe ser obviada de ningún análisis cabal.  Todos tenemos historias de vida particulares, y son imposibles de cuantificar en las explicaciones más generales (Barboza Núñez, 238).


Esteban Barboza Núñez es profesor catedrático en la Universidad Nacional.  Doctor en estudios de la sociedad y la cultura y magíster en literatura. 

Sus intereses e investigaciones giran en torno a los estudios turísticos y las movilidades humanas, así como los imaginarios sociales y la imaginación geográfica y su relación con el turismo, las identidades, intersubjetividades y las migraciones. 

  Coautor de dos libros: Costa Rica en Antonio Maceo (2016) y La cuestión turística: aproximaciones epistemológicas y estudios críticos sobre su práctica (2017). 

 Es autor de cuatro libros: Las playas imaginadas: turismo, imaginarios y discurso colonial en Guanacaste, Costa Rica (2020); El escaparate verde: turismo, imaginarios sociales e identidad nacional en Costa Rica (2021); Los lugares que inventamos: geografías imaginativas, en la literatura de viajes, la prosa y el quehacer filosófico costarricense (2021); y Espejos distantes: imaginación geográfica y migraciones en Guanacaste, Costa Rica (2024). 

 Sus artículos y capítulos de libros han aparecido en obras colectivas y publicaciones científicas y académicas en Costa Rica y otros países latinoamericanos, Estados Unidos y Europa. 

 Actualmente coordina el Observatorio de Turismo y Migraciones de la Región Chorotega (OBTUR) y desarrolla investigaciones acerca de la relación entre construcción de espacios y poder en Guanacaste. 





martes, 19 de agosto de 2025

La producción epistolar de José Joaquín Fernández Castrillo

La producción epistolar de José Joaquín Fernández Castrillo

  

Lic. Miguel Fajardo Korea

Premio Nacional de Educación Mauro Fernández

minalusa-dra56@hotmail.com 


(Guanacaste/Moravia). El antecedente costarricense del modelo epistolar son las Cartas de don Camilo (ECR, 1969), del periodista Joaquín Vargas Coto (1895-1959), quien utilizó el personaje Camilo Galagarza Cabalceta, quien escribía desde Curubandé de Liberia. Cartas con tono picaresco, que incorporan el habla popular de Guanacaste, con humor y tono satírico.

José Joaquín Fernández Castrillo (Nicoya,1929; San José, 2015).  Estudios primarios en la Escuela Leonidas Briceño; secundarios en el Liceo de Costa Rica. Periodista de profesión.  En 1950 fundó el periódico MENSAJE: Heraldo de la Región Chorotega, Decano de la prensa escrita de Guanacaste.

Asimismo, trabajó trabajó como redactor de importantes periódicos en Costa Rica, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Honduras, Panamá, Colombia y Estados Unidos. Igualmente, escribió semanalmente la columna “Viajes Turismo”, en el diario La Nación.

CARTAS DE ORISTARCO CHARCOLES (San José: e.n.i. 2024: 64 pp.), de José Joaquín Fernández Castrillo, se ha publicado como libro, a cargo de su hija Gail Fernández, edición póstuma, gracias al Fondo de financiamiento de proyectos de las artes literarias del Colegio de Costa Rica, del Ministerio de Cultura y Juventud.

Ilustraciones de Gabriel Fernández, Diseño de J.J. Fernández III, corrección de Evelyn Ugalde y Allan Zúñiga. Digitalización de Melvin Meoño. Colaboración especial de Ericka Fernández. Criterios de Carlos Arauz Ramos, Abdenago Torres -Nago de Nicoya-, Max Goldenberg, Yamile Orozco Raffo, Farid Nema y José Luis Ramírez.

El periodista José Joaquín Fernández Castrillo escribió durante 32 años las 54 CARTAS DE ORISTARCO CHARCOLES (1983-2015), publicadas en el periódico MENSAJE. Este medio de comunicación ha publicado 457 ediciones.  Hoy lo dirige su hija y periodista, Ericka Fernández Cordero.

Las cartas, como composición literaria, son una forma donde el autor finge dirigirse a una persona imaginaria o real. Su fin reviste tonos críticos, de denuncia, tono moralizante, guía instructiva, o bien, acento satírico.

En la contracubierta se lee: “Oristarco Charcoles fue un personaje de su invención. A través de una escritura muy propia de la jerga pueblerina nicoyana de ese entonces, este viejito, desde su ranchito ubicado en Tiringote de Nicoya, escribía cartas a su amigo de infancia Jota Jota, para contarle, con inteligencia, agudeza y buen tino, las vicisitudes políticas, sociales y culturales de la Nicoya de los años ochenta y un poco más de la primera dé cada del 2000”.

Las 54 cartas de José Joaquín Fernández Castrillo, suscritas con el seudónimo de ORISTARCO CHARCOLES, desde Tiringote de Nicoya, muestran una imagen geográfica de retorno, donde Nicoya es el eje físico, desde donde se escriben las cartas literarias. Focaliza el contexto de producción “Yo vivo aquí en mi ranchito de Tiringote casi como un ermitaño” (p.9)

La Ciudad Colonial, o también, Ciudad Precolombina es vista, tanto con sus bellezas, historia, talentos, personajes, como con sus defectos y críticas. “Nicoya tiene hijos ilustres.  Pero mire usted qué ironía, el pobre pueblo se ha quedado atrás” (p.8).

 Es muy importante la recuperación del lenguaje popular, inserto en todas sus facetas: política, gastronómica, dichos y refranes, que abundan en el libro, y posibilitan recuperar y arrebatarle al olvido muchos de estos giros lingüísticos, los cuales van desapareciendo por falta de hablantes que los utilicen.

 Los registros irónicos campean en esta narrativa “Torito anda diciendo que, cuando Dios dijo: “Hágase la luz”, yo tenía recibos atrasados” (p. 9).

 El libro de J.J. Fernández, como también le llamaron, da crédito de autoría a la expresión “En Guanacaste el talento es peste”, de Galo Alvarado, en la carta de marzo de 1984.

 Asimismo, plantea el reclamo de los territorios peninsulares: “cuando el presidente González Flores firmó el decreto de segregación de los límites de la provincia de Guanacaste “dando en administración Jicaral, Lepanto, Cóbano y Paquera” a Puntarenas, cuando ese decreto del Poder Ejecutivo se dio, prevalecía la Constitución de 1871, que también lo dice la actual, que únicamente el Poder Legislativo, óigase bien, el Poder Legislativo y no el Poder Ejecutivo, puede fijar los límites de una provincia (22-6-1988, p.13).

 Destaca la gastronomía de la auténtica tierra guanacasteca “que se alimenta con vino de sandal, que beba coyol y que coma huevos con verdolaga, que coma tamal pizque con morcilla, que tome tiste para la Guadalupe, que prefiera las tanelas, las rosquillas y el tamal de elote, la resbaladera y arroz de maíz; el chicheme y la pitarría y el picadillo de pipianes y perrerreque / Y en las fiestas cívicas que se deleite con piñonates y alfajores, los rosquetes y el atol de pujagua” (15-7-1988).

 En sus cartas, se marca la territorialidad ambiental en un delicado tono poético “Yo me lo imagino disfrutando de los atardeceres con el sol al rojo vivo hundiéndose en el horizonte, mientras las nubes de colores llenan de sensación el cielo; y lo mismo es desde mi humilde ranchito en Tiringote” (2-1-1993).

 O bien: “En estos días me encantan el amarillo brillante de los árboles de cortés y todos esos árboles florecidos como el cedro, el sándalo y también el malinche, la cañafístula, las guarias y todo lo que de color silvestre se viste el Guanacaste de los veranos tórridos, con el sol fuerte y calcinante” (3-3-2005, p. 37).

Lic. Miguel Fajardo


Como lector, me llevé una sorpresa, cuando hace una breve referencia a mi persona, la cual desconocía. En la carta del (15-8-1993), cita que debe hacerse un homenaje a las madres y poder reunir a escritores y poetas de la provincia. Al final de la p. 16, e inicio de la p. 17, expresa que también se debe invitar “a ese joven Fajardo de Liberia”. Mi gratitud.

 

En la carta del (14-89-1993), aduce “14 de setiembre, aniversario de la muerte de don Rogelio Fernández. El pueblo lo lloró. Pocas veces se ha visto un funeral igual.  “El abogado de los humildes” le decían unos. “El defensor de Guanacaste”, le decían otros.  “El filántropo” y otras cosas más.  Ya me puse tristón, Jota Jota”.

 

Es crítico de los hechos históricos negativos para Guanacaste “En Guanacaste nos tienen atrasados y mirando con el rabo en el ojo.  Antes eran la cincha y el garrote.  Los sicarios de León Cortés apaleaban a los guanacastecos que seguían a Vargas Vargas, que peleaba por vencer el paludismo, las lombrices y todos los males de nuestro pueblo que no tenía hospitales, ni caminos, ni escuelas ni democracia.  Cinchoneaban a los que pedían libertad y justicia” (p19).

Insiste en la justa denominación a Nicoya: “Yo creo que no se debe volver pupuluca esa idea.  Y ya dejen de nombrar a Nicoya, ciudad colonial, que no lo es.  Colonial es la iglesia, hoy una basílica.  Pero Nicoya sí es precolombina, porque cuando los españoles vinieron por el golfo ya Nicoya existía (…) Nicoya fue antes de venir los españoles una comunidad organizada, con su cacique, sus dioses, sus leyes, etc. (abril, 1995, p. 20).

En los textos de sus 54 cartas se hace mención a destacados poetas, escritores, músicos, políticos, personajes populares, todo ello, simboliza un cuadro de reconocimientos en los diversos rangos.

En su ideario imaginado de Guanacaste sostiene: “La oración en Guanacaste.  Es el Guanacaste eterno, aquel que nos viene desde las entrañas, ese amor que palpita y nunca muere. Ese Guanacaste que todos llevamos adentro y que siempre triunfa (abril, 1998, p.23).

Cede la palabra a los visitantes a su rancho, tal es el caso del famoso Chirriclaca, quien dice que Rogelio Fernández “contaba de un mago chorotega que puso tres huevos de culebra, uno en el gran lago de Nicaragua, otro en el cerro de las Cruces y otro en el golfo de Nicoya.   Y que entonces una gran serpiente habita adentro de la tierra y las aguas, con la cola en el algo, La panza en el cerro y la  cabeza en el golfo. Esa serpiente diabólica se estremece de vez en cuando, por eso tiembla, hay desórdenes del golfo y que las misas y peregrinaciones al cerro es para aplacar la ira de la mágica serpiente” (19-4-1001, p.30).

Los elementos religiosos son muy arraigados “Todo eso y más es la Pica´eleña.  Y viene cuando ya las lluvias tienen el lloriqueo de la despedida y se sienten los preludios de los vientos alisios, que se acercan las vacaciones hay una alegría en el ambiente.  Y entre tanta fritanga y mescolanza de comilonas y bebidas, de decires dicharacheros, las carretas van llenando de leña bien acomodaditas para luego el gran desfile por las calles de Nicoya, con los boyeros alegres, las muchachas bien bonitas, vestidas a lo chorotega, la banda entonando las fanfarrias y la chirimía conduciendo el frenesí del desfile a la Cofradía de la Casa de la Virgen” (11-10-2002, p. 32).

La devoción por la festividad de la Virgen de Guadalupe es intensa: “La Cofradía se mantiene sola, a “pura fe” del mismo pueblo. Es admirable su tradición y como su organización en la elección del mayordomo, los priostes, los diputados (…) se eligen cada año con unja precisión admirable.  Así la Cofradía conserva la tradición centenaria y cada año se celebra en la Pica´eleña, la Yegüita y la Srta. Virgen de Guadalupe. Ojalá esta tradición siga viva en el pueblo y en las generaciones venideras la celebren con el mismo entusiasmo y devoción a como lo celebra hoy el auténtico pueblo nicoyano” (16-10-2013, p. 49).

Los grandes proyectos inmobiliarios son otra hoja de ruta en la Guanacaste de hoy. La carta de ORISTARCO CHARCOLES (abril, 2004, p.34), preanuncia con 21 años ese fenómeno “Pero, Jota Jota, siento que el criollo como yo, el genuino, el autóctono, está vendiendo su tierra que está pasando a los foráneos que son los que, al final, se llevarán la riqueza y a nosotros nos quedará la nostalgia”.

Como periodista, el autor de las cartas, aduce: “Sin libertad de prensa no hay democracia y sin democracia no hay libertad de prensa” (24-7-2004, p. 35).

Las visitas al rancho de Aristarco Charcoles eran frecuentes en Tiringote. Una vez se contó las peripecias de Cumba Galleta: “Era una mica embrujada que no pudo con Cumba Galleta… La camisa al revés, cabalgando cara pa´tras, y la cruz de la cutacha convirtieron los alaridos de la bruja en llanto, en llanto copioso, que quitó el embrujo y la convirtieron en una dulce doncella a la que salvó el valiente jinete” (16-10-2007, p.41).

En síntesis, la edición de las “Cartas de Oristarco Charcoles”, del extinto periodista José Joaquín Fernández Castrillo es una recuperación bibliográfica decisiva para el conocimiento de sus 54 cartas, cuyos temas variados y significativos, significan una gran aportación a la bibliografía literaria desde Guanacaste.

El tono jocoso, el uso del refranero popular, la revista a nombres de personajes importantes de Guanacaste, la incorporación del léxico guanacasteco, la crítica a lo que corresponde, así como los elogios a lo que consideró auténtico y raigal de Guanacaste, sobre todo, de su amada Nicoya, son un motivo para alegrarnos de esta publicación póstuma del periodista José Joaquín Fernández Castrillo (1929-2015). ¡Albricias, entonces!

 

 

 

Lic. MIGUEL FAJARDO KOREA

COSTA RICA




miércoles, 13 de agosto de 2025

La tierra, un bien para quien la trabaja arduamente

La tierra, un bien para quien la trabaja arduamente

 

 

Lic. MIGUEL FAJARDO KOREA

minalusa-dra56@hotmail.com

Premio Nacional de Promoción y Difusión Cultural

 

 

(Guanacaste y Moravia). José Alfredo Jiménez Sánchez nació en Guayabo de Bagaces, Guanacaste, el 15 de abril de1966. Posee dos grados profesionales: Contaduría Pública y postgrado en Administración General.

 

Toda su vida laboral ha estado ligada al ICE, específicamente, a la Planificación y Evaluación de proyectos asociados con la Geotermia.

 

Destacado líder comunal. Presidente de la Asociación de Desarrollo Integral de Guayabo de Bagaces.

 

Ejerció como regidor propietario en la Municipalidad de Bagaces (2016-2020) y (2020-2024), en este periodo, fungió como presidente del Concejo de Bagaces.

 

“Hacienda Montesol: el inicio de todo” es su primer libro publicado. Una novela ambientada en la Costa Rica, entre los años treinta al cincuenta del siglo XX.

 

Según el historiador guanacasteco, Wilder Sequeira Ruiz:

 

Por hacendado vamos a entender, que es aquel que posee una gran propiedad dedicada exclusivamente a la cría de ganado vacuno.  El hecho de poseer el medio de producción más importante de la época, la tierra, le da una serie de prerrogativas, como gran poder económico y político

 

(…). La hacienda es la gran propiedad orientada a la producción ganadera, en manos de un propietario.  Esta unidad productiva tenía toda la infraestructura para la producción ganadera, potreros, corrales, caballerizas, casa de peones, galeras, queseras y casa del hacendado.  Indistintamente, llamaremos a la hacienda gran propiedad o latifundio, aunque generalmente este último, está sin cultivar o explotar.

 

(La hacienda ganadera en Guanacaste 1850-1900.San José: EUNED, 1985, p.17).

 

Su narrativa nos transporta y lleva a vivir, de primera mano, las duras, pero fascinantes tareas que eran parte de la cotidianeidad en las grandes haciendas de Costa Rica. Así inicia la novela, con el cuadro escénico del descanso, luego de una fuerte jornada de trabajo:

 

Cada anochecer, el largo corredor de la gran hacienda se convertía en un anfiteatro imaginario para que los trabajadores contaran, con lujo de detalles, las experiencias vividas durante la jornada laboral. 

 

  Algunos sabaneros y trabajadores de la gran finca, trajeron una hamaca entretejida con retazos de tela; otros habían construido sus propias mecedoras con pedazos de lona, o de sacos viejos y, los recién contratados, se tiraban al suelo con las albardas de cuero crudo, utilizadas como almohada durante el día. 

 

La forma en que están expresadas las vivencias de los sabaneros, mandadores y cocineras de estas haciendas, hacen que la persona lectora vaya reviviendo cada uno de los pasajes que se van narrando.

 

Este corpus muestra un trabajo colaborativo, producto de los ajetreos cotidianos, una escena no tan frecuente en las haciendas.

 

Las tareas en las madrugadas estaban perfectamente distribuidas. Chilo se levantaba de primero y ponía a hervir el agua para el café, mientras hervía el agua, comenzaba a moler el maíz para las tortillas. Generalmente, se levantaban Cundo, el Negro o Santiago para ayudarle y a montar una buena tertulia de madrugada. A los minutos se levantaban doña Berta y las muchachas. Mientras Flor comenzaba a preparar la masa para las tortillas, doña Berta se ocupaba de preparar el gallo pinto, y María sacaba la natilla, la salaba y la iba colocando en tazas en la mesona; también ponía un pichel grande con leche agria, porque varios de los muchachos, incluidos don Polo y don León, preferían el gallo pinto con leche agria, en lugar de la natilla. Las cuatro mujeres palmeaban las tortillas para toda la peonada.  Cuando hervía la “primera olla”, ya Flor y Anita tenían la primera tanda de tortillas. Chilo les ayudaba chorrear el café y a subir los termos a la gran mesa.

 

Posteriormente, se muestra el otro gran tema de la novela, cuando dos de esos valientes sabaneros, Facundo y Antonio, deciden ir a coger tierras en una gran hacienda de 15 mil hectáreas, ubicada en un lugar lejano, y que, supuestamente, había sido abandonada por los dueños originales, y se creía que le pertenecía al gobierno. El paso dado por los dos es importante, porque toman sus riesgos y desean ser y sentirse propietarios por primera vez en su vida.

 

-Yo solo les doy la noticia. No quiero embarcar a nadie, pero al menos Yo sí pienso entrarle a esta carajada. En algo quedamos.

 

-Lo que me dijo mi primo es que se hacen carriles y se monta un ranchito dentro de la tierra que uno carrila.

 

-Que el trabajo es durísimo, que las zocolas y las chapias en los claros de la montaña, son trabajos de hombres, que llueve como todos los diablos y que las culebras y los zancudos salen hasta en la sopa. Pero la verdad es que así son las cosas, nadie va a dejar botada una finca ya hecha, solo es cuestión de meterle huevo al asunto, y saber que nadie le va a regalar nada a uno.

 

 Toño, sobrino de Cundo, lo interroga acerca de dicha decisión:

¿Tío, pero está seguro de que la ley no lo va a sacar? Recuerde las historias que cuentan los que se han ido a coger tierras y han tenido que volverse sin nada, porque la ley les ha quemado los ranchos y pierden todo.

 

-Diay Toño, ahí parece que no hay ni resguardo. Solo dijeron que es una finca abandonada por el gobierno.

 

-Está bien, tío, Yo solo pregunto, porque ha habido casos que dicen eso y no tarda en aparecer alguien del gobierno, o alguna compañía diciendo que esa tierra es de ellos.

 

Esta vez, el lector se adentrará en un mundo realmente inhóspito, y muy peligroso, donde los primeros ocupantes tuvieron que vivir situaciones muy duras, hasta lograr convertir los terrenos, que habían picado, en fincas productivas y debidamente consolidadas. 

 

-Una pregunta don Gonzalo, qué hicieron ellos para quedarse.  Es que viera que venimos de muy lejos y traemos todo lo que tenemos.  Pero de verdad, nos gustaría pulsearla.

 

-La verdad, no han hecho nada extraordinario, se metieron a una zona demasiado peligrosa, que queda pegando a los cerros del fondo de la finca, ahí llueve todo el año y es puro suampo, lagunas y barriales. La gente no aguanta y si vienen de clima caliente hasta podrían morirse.  Otra cosa, hay muy pocos lugares para sembrar, porque lo que no es montaña es laguna, y las terciopelos, arañas y zancudos están en todos lados.

 

-De nuestra parte, tenga plena seguridad que teniendo un campito algo seco donde construir un ranchito y donde prender un fuego, nosotros le entramos.

 

-Diay, amigos, ustedes saben que yo no puedo darles permiso, pero tampoco voy a llamar al resguardo, ni le voy a comentar nada a los patrones, de por sí, ellos nunca vienen por estos lados y, últimamente, ni la plata mandan.

 

Pero la parte más humana de esta historia, se presenta cuando los personeros del gobierno y del resguardo nacional, convocan a los ocupantes para indicarles que se va iniciar un proceso de medición y, posteriormente, titulación, de las fincas, a nombre de los ocupantes actuales. 

 

Sin embargo, los ocupantes se muestran recelosos y dispuestos a defender los terrenos ocupados, donde han invertido grandes esfuerzos físicos, con la ilusión de ser propietarios, en algún momento.

 

-Porque hay algo que todos debemos tener claro, y eso pienso decírselos el domingo, esta tierra es más de nosotros que de cualquier otra persona. Si en más de ocho años nadie ha venido a reclamar nada, y han dejado que nosotros la hiciéramos en potrero y en tierra de siembra, lo que antes eran unos suampos y unas lagunas donde no se metía nadie, no sería justo que ahora vengan a querer quitarnos lo que tanto ha costado.

 

Cuando se concluye el proceso, y se convoca nuevamente a los ocupantes, para entregarles sus escrituras y planos, debidamente visados, la algarabía de los nuevos propietarios es realmente contagiosa.

 

La novela concluye con un final adecuado, en concordancia con el esfuerzo humano realizado por los ocupantes de dichas propiedades, durante más de ocho años de trabajo arduo.

 

Bienvenidos señores. Para nosotros es un placer tenerlos por aquí.  El amigo Marcelo García va a dar por iniciada la reunión.  Adelante, Marcelo.

 

-Buenas tardes, señores. Los aquí presentes, todos ocupantes de las tierras ubicadas en el Gran Rincón de la Hacienda, les damos la más cordial bienvenida. Solo quisiera expresar la voluntad de los vecinos y decirles que somos gente de paz, trabajadora, honrados, y que el único fin con el que hemos venido a esta zona es a optar por un pedacito de tierra para ponerla a producir, y mejorar un poco la condición de vida de los nuestros.  Porque para nadie es un secreto que, prácticamente, no hay trabajo y que cada día la situación se nos pone más difícil.

 

-Voy a empezar yo, de una vez. Algunos, seguro se acuerdan de nosotros, cuando vinimos con don Russel Smith, el anterior dueño de esta hacienda. Mi nombre es Rolando Guillén, del Instituto de Tierras.

 

-Mi nombre es Juan Carlos Orozco, de la presidencia de la República.

 

-Buenos señores. Mi nombre es Marjorie Sánchez. Soy la abogada del Registro Nacional, y a dar fe pública del acto que se va a llevar a cabo, y a redactar el acta de entrega de los planos y las escrituras a cada uno de los treinta y dos nuevos propietarios de estas tierras. Les aviso, de una vez, ocupamos que estén presentes todos los dueños, si alguno no estuviera aquí hoy, tendría que ir hasta la capital a retirar los papeles de su finca.

 

-Buenos días señores, soy el oficial Mayorga, y me acompaña mi compañero Alfonso Chévez, somos representantes de resguardo.

 

(…) -Lo mío es rápido. Solo le voy a pedir a usted y al señor Orozco, que me ayuden con los expedientes.  Cada folder frente el nombre del propietario, están por orden alfabético, entonces, va a ser muy rápida la entrega.

 

-Yo los voy llamando y alguno de ustedes hace la entrega oficial.

 

-Empecemos de una vez.

 

En síntesis, la incursión literaria de José Alfredo Jiménez Sánchez, en plena madurez vital, es otra voz narrativa desde Guanacaste para las letras costarricenses

   En su novela, destaco algunos elementos, a saber:

 

1.    El narrador cede la palabra a los personajes/trabajadores de la hacienda MonteSol.

2.    El narrador es un observador de la realidad descrita por las voces narrativas de los personajes.

3.    Los personajes cuentan sus historias, con lo cual permiten a las personas lectoras conocer sus vivencias, lo que posibilita adentrarse en el quehacer diario de la hacienda.

4.    Tantos los personajes masculinos como femeninos hacen uso de la palabra.

5.    La descripción narrativa es gráfica, llena de detalles, que hacen posible una caracterización, tanto de los personajes, como de los ambientes mostrados.

6.    Algunos de los personajes/trabajadores tienen criterios de autoridad dentro del esquema laboral de la hacienda.

7.    Las labores del campo están descritas con veracidad.

8.    La utilización de documentos escritos, como sostiene la crítica polaca, Magdalena Perkowska, establece una “rememoración” o “representación” (la memoria re-presenta) tiene un valor doble: la memoria va hacia atrás y, a la vez, ve de nuevo un objeto pasado, cuya alteridad también es doble, por ser al mismo tiempo anterior y ausente” (Historias híbridas. Madrid: Iberoamericana, 2008:188).

9.    Ante la llegada de los funcionarios del gobierno central, los ocupantes de las tierras se muestran temerosos y desconfiados.

10. Los ocupantes de las tierras eligen a sus líderes, para que los representen y hablen por todas las personas.

11. La novela muestra el fenómeno social de las ocupaciones de tierras en diversos estadios históricos de nuestro país, sin entrar en explicarlos literalmente, porque la novela tiene la función de mostrar uno de esos casos.

Lic. MIGUEL FAJARDO KOREA

Esta novela de José Alfredo Jiménez Sánchez, nos lleva, como personas lectoras, en un recorrido con una retrospectiva histórica, durante todo ese proceso, para que muchos seres humanos hayan llegado a ser propietarios de tierras, que han vivido muchos de los pueblos en Costa Rica, así como en diversos países de América Latina, tal y como lo señalan, con propiedad, los historiadores, Stanley J. y Bárbara H. Stein:

 

Sin duda los aspectos sociales del colonialismo no pueden ser separados de la matriz económica y el corazón de esa matriz en América Latina siguió siendo el privilegio bajo la forma del acceso a la propiedad y a la ocupación, a ser dueños de las minas, grandes haciendas y ranchos ganaderos, al comercio y la burocracia.

 

(…) Para las masas no había otro papel que el de peones o proletariado urbano. Y aquellos que trabajaban como dependientes, peones o esclavos eran estigmatizados como inferiores.

 

(La herencia colonial de América Latina. México: Siglo Veintiuno Editores, 1974:116).

 

“Hacienda Montesol: el inicio de todo”, primera novela de José Alfredo Jiménez Sánchez (San José, Costa Rica: Lara & Segura Asociado, 2025).

 

 

 

Lic. MIGUEL FAJARDO KOREA

Centro Literario de Guanacaste

Invierno, 2025