En el presente blog puede leer poemas selectos, extraídos de la Antología Mundial de Poesía que publica Arte Poética- Rostros y versos, Fundada por André Cruchaga. También puede leer reseñas, ensayos, entrevistas, teatro. Puede ingresar, para ampliar su lectura a ARTE POÉTICA-ROSTROS Y VERSOS.



jueves, 31 de julio de 2025

Cuento El niño que quería ser boyero Licda. Francis Barrantes Ruiz (Guanacaste, Costa Rica)

Cuento

E  niño   que   quería   ser   boyero

Licda. Francis Barrantes Ruiz

(Guanacaste, Costa Rica)







 


Cuentan que, por los años de 1950, en un pequeño pueblo llamado Tierras Morenas, ubicado en el cantón de Tilarán, en la hermosa provincia de Guanacaste, vivía Norman, un niño que soñaba con ser boyero y tener sus propios bueyes.

Norman creció entre muchas limitaciones. Mientras iba a la escuela, también trabajaba en la finca de su familia. Junto con sus

hermanos, cargaban leña desde la montaña hasta el pueblo, todo al hombro. Aquel esfuerzo despertó en él el deseo de tener una carreta, con la esperanza de que los bueyes pudieran aliviar su carga y, de
paso, disfrutar del camino conduciéndolos por las calles, como lo hacían los boyeros que veía a diario, trayendo mercadería para abastecer a los vecinos.

La ilusión crecía cuando escuchaba historias sobre cómo el mosaico de la iglesia y varias de las mesas de la escuela habían sido



trasladados en carretas. Para él, aquellas historias eran prueba de que los bueyes no solo eran fuerza, sino parte de la vida del pueblo.



Cuando terminó la escuela, su padre lo envió —junto con sus hermanos— a trabajar en la finca de un finquero local. Ahí, sembraban y cosechaban arroz, frijoles y tiquisque. Norman quiso aprender sastrería o ser telegrafista, pero su padre no lo permitió. Decía que eso era vagancia. Que lo necesitaba en la finca.

Aun así, la idea de ser boyero seguía viva en su mente. En ese tiempo, el boyeo era el principal medio de transporte. Tierras Morenas ya era distrito, pero aún no se conectaba directamente con Tilarán. Las rutas más comunes eran tres:

·                   Por el Llano Las Mulas: una ruta quebrada y pedregosa.

 ·                   Por La Palma: más corta, pero con puentes en malestado y una cuesta temida, llamada “el Trepón del Magaleno”.

·                   Por Aguilares: la mejor opción, ya que pasaba por la Hacienda La Argentina, un centro activo con comisariato, aserradero, trapiche y piladora. Esta zona desapareció años después por la construcción del Embalse de Arenal.

La ruta de La Argentina llevaba al cruce de Aguilares, donde uno podía ir hacia Tilarán o Los Ángeles. En Los Ángeles estaba el famoso almacén El Emporio, de don Albino Guzmán, que abastecía a La Palma, Tierras Morenas, Paraíso y Agua Caliente. Era común ver carretas transportando productos como arroz, jabón en barra, manteca, canfín, miel de purga, y hasta camas, guacales y piedras para reinstalar fogones cuando una familia se mudaba.


También, cuando alguien enfermaba, la carreta se convertía en ambulancia, llevando al enfermo a Los Ángeles y, de ahí, a Cañas.

Norman, ya con casi 15 años, trabajaba el campo cuando logró comprar sus primeros novillos. Su abuelo Balbino le prestó 250 colones. Tardó tres años en pagárselos, tras una buena cosecha de frijoles. Amansó los novillos con paciencia, pero uno no resultó. Tuvo que venderlo y comprar otro ya amansado, aprendiendo así que no cualquier novillo sirve para buey.

Norman aprendió a escogerlos con detalle: buena contextura, cachos proporcionados, ombligo y cola cortos, frente firme y casco redondo de pezuña ancha.

Con su yunta finalmente lista, Norman comenzó su vida como boyero. En aquel tiempo, no importaba si alguien era menor de edad: había que trabajar para ganarse el pan.

Se cobraban dos colones con cincuenta por cada quintal de mercadería. La carga usual era de unos 15 quintales. Norman salía de madrugada, dormía en el corredor de una pulpería en Los Ángeles y cargaba a las seis de la mañana. No usaba foco, solo la luz de los luceros, porque tanto él como sus bueyes conocían el camino de memoria.

En una de sus tantas jornadas, sus bueyes estaban cansados por una carga de madera del día anterior, así que pidió prestada una yunta a un tío para cumplir con un encargo liviano. Tomó la ruta de La Palma. Cargó la carreta al mediodía en Los Ángeles y emprendió el regreso a las tres de la tarde.

Ya en el Trepón del Magaleno, al anochecer, los bueyes no lograron subir. Se quedó varado. La luna llena lo acompañó y decidió esperar al amanecer. Su idea era descargar parte de la mercadería y subirla por tramos.


Pero en la madrugada empezó a llover. Sin forma de cubrir toda la carga con su única lona, decidió esperar un milagro. Y llegó.

Cerca del mediodía, pasaron unos muchachos arriando cerdos. Uno de los chanchos se quebró una pata, y uno de ellos regresó a Morenas por ayuda. Pronto apareció el dueño, con buenos bueyes y una carreta. Norman le pidió ayuda: él llevaría el chancho accidentado, y el otro usaría su yunta para arrastrar su carreta.

Aun así, el viaje que debía durar cuatro horas tardó más de un día. Llegó a Tierras Morenas a las cinco de la tarde del día siguiente, agotado, con hambre, pero aliviado. A la entrada del pueblo, se encontró con su hermano, quien lo buscaba por la preocupación de su madre.

Esa fue solo una de las muchas historias vividas con sus bueyes y su carreta. Norman fue boyero por más de 25 años, oficio que le dio sustento a él y su familia, hasta que una enfermedad lo obligó a dejarlo a los cuarenta.

Hoy, don Norman tiene 84 años. Trabaja en un pequeño taller donde hace artículos de madera que vende a sus vecinos. Y allí, a quien quiera escucharlo, les cuenta sus historias con los bueyes, sus compañeros inseparables.

En el año 2012, el desfile de boyeros de Tierras Morenas, celebrado cada 15 de mayo en honor a San Isidro Labrador, fue dedicado a él, como homenaje a su aporte al boyeo y al desarrollo de su comunidad.

Ese homenaje llenó de orgullo a aquel niño que un día soñó con ser boyero y, con esfuerzo y valentía, logró su sueño, convirtiéndose en ejemplo de perseverancia y amor por sus raíces.


La autora, Licda. Francis Barrantes Ruiz (1978), es Licda. en Educación Primaria, Universidad de Costa Rica. Trabaja en el Ministerio de Educación Pública desde el 2000, en Tilarán, Guanacaste.

          En opinión del escritor Miguel Fajardo, el cuento “El niño que quería ser boyero”, de la educadora Francis Barrantes Ruiz, maneja y recupera hechos reales en el tiempo, pero en su texto alcanza a perennizarlos.

          El tratamiento temático de la autora es muy humano, de gran introspección y conocimiento acerca de los avatares del factor humanidad.

          Realiza una notable recuperación temática de uno de los personajes arquetípicos del trabajo cotidiano, sin horarios.

          Con un estilo directo y puntual, la narradora envuelve al lector en el tejido argumental de su cuento, donde destacan los valores de la convivencia y la solidaridad, tanto en el plano familiar como laboral.               

El cuento “El niño que quería ser boyero”, de la Licda. Francis Barrantes Ruiz, se encuentra incluido en la antología RELATOS DE MI TIERRA, producido por la M.Sc. Meysbol Torres Herrera, de la Dirección Regional de Educación, Cañas, Guanacaste, Costa Rica.

Dicha antología incluye cinco cuentos de estudiantes de primaria, 11 textos de alumnos de secundaria. La única educadora incluida es la Licda. Francis Barrantes Ruiz.

Esta publicación se comparte en la revista electrónica ODISEO EN EL EREBO, dirigida por el gran escritor salvadoreño, André Cruchaga, con fines exclusivamente educativos.                                                     (MFK 

Lic. MIGUEL FAJARDO



miércoles, 2 de julio de 2025

Marco Tulio Gardela, leal e imprescindible humanista

Nota: Discurso leído por el Lic. Miguel Fajardo, tanto en la Dirección Regional de Enseñanza de Liberia, como en el Museo de Guanacaste, julio del 2025.


Marco Tulio Gardela, leal e imprescindible humanista

 

Lic. Miguel Fajardo Korea

 

Premio La Gran Nicoya

minalusa-dra56@hotmail.com

 

 

 

La vida es una oportunidad de crecimiento. Una perspectiva cotidiana que nos proporciona Dios y el destino para ser y hacer.  Un llamado indispensable para inscribir las huellas imperecederas, con el propósito de fomentar los más altos valores de la condición humana.

 

Marco Tulio Gardela Ramírez fue un guanacasteco, por elección y convicción, nacido en Quepos.  Vivió en Guanacaste durante 53 años. No tuvo cédula 5, pero durante más de medio siglo, amó, luchó y defendió, denodadamente, las causas del Guanacaste eterno integral, visibilizándose como uno de sus líderes más auténticos.

Formó un hermoso hogar con la Prof. Marcelina Mendoza. Fue el entrañable Tito para Adriana y Manuel (+); así como para Marcelita y Diego. Un abrazo fraterno para toda su familia afectiva, que lo acompañó, siempre.

 

Filólogo y profesor. Fungió como Asesor de Español en la Dirección Regional de Enseñanza de Liberia. Hace 51 años fundó el Centro Literario de Guanacaste (20 de marzo de 1974), institución cultural que ha sembrado fértiles semillas espirituales en el surco de Guanacaste, como una manera de ser desde la individualidad, pero con un cernido compromiso, en pro del mejoramiento colectivo. 

“Vivamos la Guanacastequidad”

El programa “Vivamos la Guanacastequidad” fue creado por Marco Tulio Gardela Ramírez, como una respuesta educativa y cultural al olvido o desconocimiento de las tradiciones y valores guanacastecos en las nuevas generaciones. Dicho programa se convirtió en una herramienta pedagógica, que se concretó el 7 de abril del 2006, cuando se oficializó el Decreto 33000 en el Diario Oficial La Gaceta y, desde entonces, impulsa y refuerza el conocimiento y la vivencia de la cultura local, mediante actividades cívicas, artísticas, folclóricas y de reflexión comunitaria, y se volvió de acatamiento obligatorio en todos los centros educativos de la provincia. El apoyo integral de la exdiputada y escritora, Ligia Zúñiga Clachar, fue decisivo para que dicho programa alcanzara su oficialización y vigencia.

El término “Guanacastequidad”, acuñado por el Prof. Gardela, representa la esencia del ser guanacasteco: su identidad, su lenguaje, su música, su comida, su historia y su forma de vivir. No se trata solo de una herencia folclórica, sino de una visión integral de la vida, basada en valores como el respeto, la solidaridad, la honradez y el amor por la tierra.

El impacto del programa fue tal, que fue adoptado oficialmente por el MEP, como parte del enfoque educativo regional, y se celebra con fuerza especial en el mes de julio, coincidiendo con la conmemoración de la Anexión del Partido de Nicoya, específicamente, el 24 de julio de cada año.

Marco Tulio es el creador de la palabra Guanacastequidad. Obtuvo las siguientes distinciones: Premio Carlos Gagini (1985), Premio Carlos Luis Sáenz (2014). Declarado “Hijo Predilecto de Liberia” (2014).

          Publicó seis libros: Herencia del sol, Marcelita: Semana de Cuentos para una niña guanacasteca, Diccionario de guanacastequismos, Guanacaste escribe, Yamayure: semana de cuentos para Dieguito, y Lecturas de la guanacastequidad. Coautor de diversas antologías con Ligia Zúñiga y Miguel Fajardo.

 

Su trabajo como gestor cultural fue intenso, honesto y ad honórem. Incluyó la coordinación y ejecución de actividades en todos los cantones del Guanacaste Eterno. Él fue un paradigma de trabajo cultural voluntario, que signa una toma de conciencia y de trabajo cívico, sin horario.  Se distinguió como un gran luchador por las causas de la reivindicación de los territorios peninsulares y del mejoramiento cultural, literario y educativo en Guanacaste.

 

La figura y el peso intelectual del Lic. Marco Tulio Gardela Ramírez (1950-2025), es el paradigma de un ejercicio profesional honesto, inserto dentro de los ideales de mejoramiento del ser humano, y hondamente comprometido con las mejores causas, en pro de una sociedad más justa.

 

El Lic. Gardela ejemplificó, con plenitud, una vocación de trabajo y de honesto desempeño durante su ejercicio profesional, comunal y como miembro de la sociedad civil.

 

Marco Tulio: con el norte de la honestidad, un valor que debemos reivindicar en nuestro país, supo construir, con generosa filantropía, el compromiso social de la viable unión integral guanacasteca.

 

Marco Tulio, ilumina nuevos caminos, los cuales se orientan, siempre, hacia el servicio de los demás, como su propio mundo justo: donde se inicia la propia conciencia y tiene por testigo al corazón.

 

Sin duda, fuiste uno de los mejores hijos que han dignificado al Guanacaste Eterno, cada día de la tierra.  Contar con su amistad leal, a prueba de siempre fue una bendición durante 10 lustros de trabajo voluntario desde la cultura.

 

Los merecidos homenajes tributados a Marco Tulio Gardela, tanto por el equipo provincial de la Guanacastequidad, la Dirección Regional de Enseñanza de Liberia y la Junta Administradora del Museo de Guanacaste, con la develación de una placa y la fotografía de Marco Tulio Gardela, son altamente significativos, porque se realizan durante el mes de julio, dedicado a Guanacaste. Julio, es un mes que Marco Tulio Gardela amaba, porque salía a relucir las territorialidades de la identidad del Guanacaste eterno telúrico.

 

Marco Tulio Gardela Ramírez representará el espíritu de un educador comprometido con su tierra adoptiva. Gracias a su visión, el concepto de “Guanacastequidad” se ha convertido en un símbolo de identidad y pertenencia para numerosas generaciones de guanacastecos.

Su trabajo ha permitido que la cultura de esta región, no solo se preserve, sino que se celebre con orgullo y se enseñe con amor. Su legado continúa vivo en los centros educativos, en los bailes folclóricos, en cada canto de marimba, así como en la niñez y la juventud que crece con la convicción de que su cultura vale y debe ser honrada.

Al amigo y Maestro Gardela, se aplica, cabalmente, el pensamiento del escritor alemán Bertold Brecht (1898-1956), a saber:

 

“Hay hombres que luchan un día y son buenos.

Hay otros que luchan un año y son mejores.

Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos.

Pero hay quienes luchan toda la vida:

esos son los imprescindibles”.

 

Sin duda, fuiste uno de ellos: un humanista leal e imprescindible. Nos hacés muchísima falta, pero tu memoria seguirá honrándose, cada vez que demos y ganemos luchas en favor del Guanacaste que amarra los pies, porque No queremos un Guanacaste ajeno a nuestras raíces.    


 

martes, 1 de julio de 2025

ESCRITURA DE LA HUIDA

Caravaggio. Descanso en la huida a Egipto. 1594-1596. 

Galeria Doria Pamphili. Roma.


ESCRITURA DE LA HUIDA

 

 

 

Disuelta la linterna del azogue nos queda el sollozo y el carrusel de la tormenta con todas sus inocencias a veces solo cerramos los ojos y nos echamos a andar: no hay contraseñas para todo lo que fueron cortando las tijeras ni retorno para suturar la herida ni un aquí que vacíe las oscuridades acumuladas quizás la mejor moneda que nos queda es el tiempo cualquier impostura es sólo acechanza precipicio vértigo  —sé que las devoluciones carecen de tinaja salvo las manos arrugadas del espantapájaros tampoco el desvarío tiene la misma fiebre: en la ventana el olor jorobado de las ingles  el país a punto de enterrar la verdad y alabar el engaño o el aburrimiento fuera de los ojos o dentro de ellos el río que debemos cruzar encorvando cada uno de los pensamientos jamás he podido entender los maullidos del moho y su predominio de golpes en las fauces desangradas de la flor todos los amarillos desandados del jadeo el dolor de lo humano  —hay difuntos en el contraste del paraguas y palabras muertas como la escritura en el vacío y puntos suspensivos en un territorio caduco de miradas dentro de la altitud de una pieza oscura me veo jardines sin brazos agujeros con huesos mañana habrá crecido más el desabrigo tan cierto como la sexualidad póstuma es horrible el rostro del tizne también los tardíos arrepentimientos el pez coagulado en el antesueño de los esqueletos: juro que transcurrida la tormenta la niebla no es igual como tampoco es igual el adiós irrestañable (no hay reconciliación cuando la ternura ha dejado de ser artículo de primera necesidad: empezaste a morir en mi boca al tiempo que recordaba sueños y palabras y a esos comensales enloqueciendo en las esquinas como memoria de la noche)…

 

Del libro: «Garaje para fósiles», Barataria, 2019

©André Cruchaga

Imagen Caravaggio. Descanso en la huida a Egipto. 1594-1596. Galeria Doria Pamphili. Roma.


 

lunes, 30 de junio de 2025

ÓNIROS, de Daniel Argüello Chinchilla: situaciones límite en una narrativa inusitada

 




ÓNIROS, de Daniel Argüello Chinchilla:

 situaciones límite en una narrativa inusitada

 

Lic. MIGUEL FAJARDO KOREA

Premio Nacional de Promoción y Difusión Cultural de Costa Rica

 

 

Daniel Argüello Chinchilla nació en San José, Costa Rica (2004). Fue criado en Liberia, Guanacaste, durante la mayor parte de sus 20 años actuales. Durante su niñez y adolescencia empezó a desarrollar cierto afán por la literatura, aunque también por la ciencia.

 Cuando se graduó como bachiller de secundaria, en el Colegio Teocali, en el 2021, decidió tomar el camino de la ingeniería biomédica en la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología. Sus padres son profesionales en ciencias médicas: el Dr. Manuel Argüello Montero y la Dra. Kattia Chinchilla Hernández, Cardiólogo y Geriatra, respectivamente. Sin embargo, no quiso descuidar su apetencia por los libros y la escritura, y se matriculó simultáneamente en la Universidad de Costa Rica, en la carrera de Filología de la Lengua Española.

Su libro de estreno es el cuentario Óniros (Guanacaste: Editorial Círculo y Punto Ediciones, 2024: 232 pp.), a la edad de 20 años. Una serie de relatos cortos que varían en trama y complejidad, pero mantienen esa índole fantástica que distingue el realismo mágico. Esta obra la inició a los 16 años y la concluyó a los 19 años.

Su aprendizaje en la literatura viene mayormente de su estudio independiente y las influencias de autores trascendentales de diferentes épocas, desde Homero hasta Gabriel García Márquez. Otros maestros de sus lecturas son: William Faulkner, Jorge Luis Borges, Yasunari Kawabata, William Shakespeare, John Steinbeck y Vladimir Nabokov.

Daniel es apasionado del deporte, en especial el karate, así como del océano, pues le gusta el buceo. Algunos relatos fueron inspirados en sus mascotas, en especial, su gato Thauri.

          En síntesis, Daniel Argüello Chinchilla considera que su inspiración son las incógnitas de la vida y la condición humana, a lo cual le gusta agregar arte, ya que, como él lo contempla, su oficio es pintar con las palabras.

 

José Carlos Canalda aduce que:

 

Según la mitología griega los Óniros, hijos de Hipnos, el dios del sueño, y de Nix, la diosa de la noche, eran las mil personificaciones de los sueños, siendo Morfeo el más conocido de ellos. De esta palabra proviene el término onírico, que según el DRAE significa “Perteneciente o relativo a los sueños”.

. Las apariciones sobrenaturales durante el sueño abundan en la mitología y la literatura de todas las épocas. (https://www.jccanalda.es/jccanalda_doc/jccanalda_cf/relatos_cf/oniros/present_oniros.htm).

          Argüello Chinchilla, Daniel. Óniros. Guanacaste, Costa Rica: Círculo y Punto Ediciones. 2024: 232 pp. Portada: Lulluby for the Monkey, de Reydel Espinoza Fernández. Diagramación: Soren Vargas. Corrección filológica: Juan Carlos Abarca. Criterio en la contracubierta de Guillermo Fernández.

          El cuentario está integrado por 16 textos, a saber: El viejo manglar, Mujer de nieve, El edén de las bestias, Aves acuíferas y peces aviadores, Corazón de orquídeas, La ballena encallada, Los muertos no hacen ruido, Lección de enología, El hotel de sal, Judías verdes, Sobre gallardos y belicosos, Cantos hacia el Valhalla, El gato de azafrán, El señor de los árboles, Espuma de mar y El lied de las auroras.

A ellos les antecede el pensamiento del autor: “Navega mucho entre los sueños y en sus olas hundirás”. Solo tres de los dieciséis cuentos presentan epígrafes, de Shakespeare, Borges y el Génesis 3:14. Seleccionaré corpus de 15 de sus textos para visualizar situaciones límite.

1.“El viejo mangar”

“El viejo despertó de su somnolencia en el litoral a los pies del manglar”, así inicia el libro de Daniel Argüello Chinchilla. Acá se presenta la figuración temporal del sujeto. En dicha historia existen sujetos nombrados: los hombres-lagarto, las señoras de olla.

Se menciona a La Tulevieja, parte de los personajes legendarios costarricenses. “La Tulevieja le enterró las uñas al viejo en las manos y lo jaló tan lejos como pudo” (p.24).

La memoria onírica se expresa en “El general terminó por comerse su propio oro y bronce hasta que se petrificó en metal” (p. 31).

La narración inusitada se observa en “La furia telúrica terminó por elevar las tierras hasta donde el hombre no llegará y aquel tremedal hundido se transformó en un páramo desierto y volcánicamente furioso” (p. 31)

2.“Mujer de nieve”

 El cuentario incorpora personajes de diversos contextos geográficos, Aquí, Yoshito, Haruko, Oyuki.  “En la pintura, la mujer de nieve, con una esclavina azulada, labios escarlatas, el quimono invernal delimitado por el hermoso obi. Algo perturbó la belleza del cuadro óleo. / “Gusanos surgen de las flores” (p. 39).

En ese sentido, como expresa la gran crítica polaca, Magdalena Perkowska, en su libro “Historias híbridas” (Madrid, Iberoamericana, 2008: 371): “las fotos se entretejen con el relato o se sitúan en el medio o en la parte final formando un contexto visual para la narración (…) El vínculo que se establece entre estos dos sistemas de representación muestra que lo verbal y lo visual son indisolubles, que su separación, al igual que la del espacio público y privado es una ilusión” (pp. 253-254). Aquí, la pintura cumple esa función.

3. “El edén de las bestias”.

Carmen dijo: ¡Qué mujeres tan guapas! -Escudriñando entre sus detalles para decodificar el recóndito secreto que tantas han querido descubrir desde que Lilith fue parida del barro divino para que el puerco original adánico se revolcase en placer” (pp.72-73).

4.“Aves acuíferas y peces aviadores”

 “La estupidez humana acababa de superar su umbral estandarizado por lo estadísticos que seguían debatiendo las pérdidas económicas del suceso y los fallecimientos por guerra y que tan cifra ya se disparaba exponencialmente fuera de lo común” (p. 91).

5. Corazón de orquídeas”

“Blanca sería una negra huérfana que migró a rastras desde la frontera y desembocó en la ciudad del polvo blanco. Y entonces la benigna familia de los Rodríguez la recibió con brazos abiertos siempre y cuando cumpliera las labores de ancila bien pagada con comida y techo, compasión naciente de la abatida madre que acaba de perder a su blanca hija en parto ochomesino y añoraba la compañía de otra niña (p.96). El racismo, la xenofobia y la mujer objeto trazan el hilo argumental de denuncia de este cuento.

6. “La ballena encallada”

 “–Bueno, Jonás.  Le digo que sí que tengo un trabajo para usted. Si le soy sincero le mentí, pero le dije la verdad.  No hay cuerpos, pero sí se pueden conseguir más (…) / -Estaré en el bendito hospital a primera hora de la mañana. Tiene usted razón, hay hombres que llevan esperando la barca a las orillas del mar por mucho tiempo (…) / pero por ahora a descansar estos brazos remadores de Caronte” (pp.117-118).

7. “Los muertos no hacen ruido”

 “-De esas tierras no comerás, seré yo quien decida si las incendie, las venda o las cultive.

- Yo soy la cónyuge, madre, y no olvidéis eso.

- ¿Cónyuge dices?, mira a tu alrededor, niña, y no te revuelques en tus fantasías como el cerdo al cieno; moras sobre mi techo, comes de mi alimento, vives de mi pecho.

- Tal vez domeñes por aquí, pero reina no eres y fuera de los arcifinios de este hueco terrenal la ley has de obedecer.

- ¿Ley dices?, ¿quién te ha hablado a ti de la ley?” (p.130).

 

8. “Lección de enología”

“-Aquel que indique al culpable del crimen de la musa con una estaca atravesada, cuya respuesta sea veraz, merecido ha de ser de su propio perdón.

(…) A los pocos segundos la esclareció de vuelta con un poder divino, encontrándose con un lánguido implume hombre con doce estacas atravesadas en su espalda.

(…) ¡Qué habéis dicho, diantre?, ¿Qué no os gustan las prostitutas? Pues de sus dolencias genitales padeceréis. ¿Qué has dicho, íncubo de la vid?, ¿Qué repugnáis a los indigentes? Pues su ignominia sentiréis. ¿Y vosotros, Belcébidas, que habéis dicho acaso que los leprosos hacen vuestro estómago regurgitar? Pues sus llagas germinaréis y vosotras larvas en el atolón de pus nadaréis” (pp.149-150).

9. “El hotel de sal”

“El ovillo de la vida se había desenvuelto a una simple hilacha que seguía como una recta infinita hacia el desierto. Pedro siguió como una recta en el plano infinito. Sea sal o tierra, agua o vino, vivo o muerto.  Pedro seguía con la mente bajo una blancura, un vacío que resonaba en sus silentes ecos bajo el carniforme cadáver que deambulaba en busca de la nada, la absoluta nada y entonces se desvaneció entre la sal, el viento y el horizonte boliviano” (p. 157).

10. “Judías verdes”

“Pronto el pudor y los escrúpulos se desvanecieron, Nyoko durmió entre los edredones, abovedada de muchas manos, unas viejas, otras más jóvenes. El sake brotaba los ímpetus que los hombres arrinconaban en lo más profundo de sus entrañas, como si unos aparentes ángeles desataran el infierno mismo sobre el edén femenino.

Una noche, el hombre de los anillos dorados volvió. Su mano emergió de la habitación y desplegó su invitación hacia Nyoko, quien esperaba parsimoniosamente en el pasillo del hotel, espolvoreada de maquillaje níveo y sonrosada en las mejillas.  Un largo pasillo de habitaciones contiguas, varias chicas sentadas sobre sus rodillas, con el mentón virado hacia el suelo” (p. 164).

11. “Sobre gallardos y belicosos”

“Mientras escoltaban al tragicómico al patíbulo para ejecución inmediata, el enfadado soberano declaró su iracundia contra el cielo y la tierra y el reino anfitrión.

-He de calcinar vuestros nombres, cometer latrocinio de vuestros bienes, bestialidad sobre vuestras mujeres e impiedad sobre vuestros niños.

-Venid con vuestro ejército, os terminaré con la espada de roca marciana y he de enterrar vuestro nombre en una gruta y sellarla con vuestra sangre petrificada a punta de las gorgonas de la locura.

El consejo mitológico, entonces, inauguró una clandestina reunión olímpica, discutiendo el amalgamiento de la una de bronce al herrero celestial y el despojamiento de un necio belicoso” (p. 171).

12. “Cantos hacia el Valhalla”

Es la inserción de un texto poético de siete páginas; se omite para los alcances de este comentario.

13. “El gato de azafrán”

“En aquel plano chiaroscuro, la albugínea luna posaba encima del pesebre de los ricos, atravesando el cristal de la ventana, cuya menguante luz cada vez fue más mermante hasta que obscura fue y la luz se fue.  Y el bebé gato y el hermano humano quedaron a la intemperie del reino de la ceguera a punta de una esmirriada viga de cera. Y su padre, el Igor, yacía furibundo mirando al sirviente con los mismos bigotes de gato que el bastardo, el siervo culpable de aquel fruto de pecado bestial con la ralea félida que dio a luz al gato de azafrán: aquel que condenó a Igor y su festín de Baltazar” (p. 193).

 

14. “El señor de los árboles”

“Adán, semental primigenio, verás tu alcurnia crecer en horror y belleza, armonía y guerra, barbarie y bondad.  Y el bien y el mal se aparearán por siempre y para siempre hasta que uno de los tuyos decida resistir su impulso más primitivo y dejar por primera vez a las hespérides en paz y solo entonces sentirás la verdadera libertad ante tu propia desnudez.

Las ninfas gritaron y los venados bailaron y las ardillas treparon y entonces el señor de los árboles convirtió a Adán en un manzano” (p.199).

15. “Espuma de mar”

“La verdad es que aquel viejo pescador no tenía más de treinta años, pero cuando se está solo el tiempo se hiela en bloques de memoria que reverberan en bullicios esquizofrénicos; cuando se está sin amor, el cuerpo lo sabe, lo siente como cones condensados en bolinchas temporales y nace un fenómeno mágico de lo que es un joven moribundo. El mar esclareció en un pardo que opacó al sol mismo y lo tornó rojo vivo” (p. 212).

16. “El lied de las auroras”

“-Veré de nuevo a mi hijo.

Y la dama verde le replicó silente, pues las luces hablan:

-Vedlo por ti misma.  Dame al niño y su ánima jugará en la nieve feliz por siempre.  Levantarás tu mentón hacia el cielo de la noche y verás a tu niño; si de rojo está, furioso es; si de azul mana, azul llora; si de rosa pinta, sonrosada tinta.

(…) -Te veré en las auroras y un día, un día cuando el rey de los alisos se duerma para siempre, entonces vendré a tu cuna verde y te levantaré con mis brazos y beberás de mi leche fosforescente y desapareceremos juntos, hacia el inimaginable mar de los sueños” (p.238).

***

 Como habrá podido deslindarse, el discurso en ÓNIROS, del joven escritor costarricense, Daniel Argüello Chinchilla (2004), muestra una narrativa inusitada de situaciones límite, las cuales mantienen al lector a estar muy atento, toda vez que es un libro que maneja un lenguaje con un estilo de alto refinamiento barroco.

El escritor costarricense, Guillermo Fernández, acota la referencia a las narraciones inclasificables de Henri Michau (1899-1984), en una clara vehiculización con algunos de los textos de Argüello Chinchilla.

De mi parte, sumo, la referencia de “La condesa sangrienta”, de Alejandra Pizarnik (1936-1972), en el tanto hay textos que semejan retratos perturbadores, como emblemas alternativos del horror o el mal de una sociedad, que no ha aprendido a ser solidaria.

La función de los sueños, a partir del “Diccionario de símbolos”, de Jean Chevalier (1906-1993).  ADEPAC, aduce que:

 

El sujeto se proyecta en la imagen de otro ser: se aliena identificándose a otro. Puede estar representado con rasgos que no tienen aparentemente nada de común con él, hombre o mujer, animal o planta, vehículo o planeta, etc. Uno de los papeles del análisis onírico o simbólico es a la vez despejar esas identificaciones y discernir en ellas las causas y los fines; debe restituir a la persona a su identidad propia, al descubrir el sentido de sus alienaciones. En: (https://www.adepac.org/inicio/el-sueno-como-creador-de-simbolos-chevalier-y-gheerbrant/).

          En este cuentario de Daniel Argüello Chinchilla, existe una fuerte formulación en su narrativa, a partir del símbolo de lo onírico, como puede constatarse en el título de su libro ÓNIROS.

 

          Aparecen licantropías, la creencia humana de transformarse en un animal y actuar como tal, Hombre-lagarto.  Asimismo, existe una galería, toda vez que se hace referencia a personajes, tales como Adán, Eva, Aqueronte o Pandora,

          Además, se muestra otro grupo de personajes, integrado por demiurgos, indigentes, prostitutas, monstruos o ladrones.

Los ejes temáticos abordados en este denso e intenso cuentario son nudos que versan sobre el adulterio, el divorcio, la locura, el terror, el extraño en su mundo, las agresiones corporales, la ecología, la rebelión animal, la discriminación, el racismo, las traiciones, las disputas entre parejas, los estados vegetativos, el materialismo, los vinos, los castigos límite:          -como los empalados-.

          En síntesis, el cuentario ÓNIROS, de Daniel Argüello Chinchilla, es una grata aparición en el panorama de las jóvenes letras costarricenses, tanto en poesía como en narrativa.

          Su extrema juventud, su preparación académica en el área de la medicina y la filología, así como sus intensas lecturas de escritores modelo para el autor, auguran nuevas obras literarias de Daniel, las cuales estaremos esperando.

Desde el Centro Literario de Guanacaste (1974-2025…), le damos la más cordial bienvenida cultural.  ¡Albricias, Daniel!


LIC. MGUEL FAJARDO KOREA, COSTA RICA