En el presente blog puede leer poemas selectos, extraídos de la Antología Mundial de Poesía que publica Arte Poética- Rostros y versos, Fundada por André Cruchaga. También puede leer reseñas, ensayos, entrevistas, teatro. Puede ingresar, para ampliar su lectura a ARTE POÉTICA-ROSTROS Y VERSOS.



domingo, 6 de octubre de 2013

POEMAS DE TOMASO PIERAGNOLO

Tomaso Pieragnolo, Italia




Del libro “L’oceano e altri giorni”, 2005, Venezia; poemas publicados en español en el libro del 2009 Poesía escogida”, Editorial de la Universidad de Costa Rica.



NICARAGUA – EN EL CONFÍN



Subía en tus ojos la extensión
de un nombre que la tierra retenía,
el abierto calor de las aguas culminadas
en la ligereza de la distancia,
el fuego retenido de los volcanes
que ahuyentaba de las flores el rocío,
el alba reunida en la frente de las madres
que se hundían en el río,
el horizonte como una nube rozada
sobre la línea desnuda de una gota
y aquella gota sola
era mi boca que te besaba.
Amiga mía, mujer de agua, o costa
donde aguardar un día sin edad,
hendidura en la madera tardía
donde meses pacientes aumentaron
la miel del amor de hora en hora
en la noche impasible del bosque;
cuando volveremos, un día,
donde ya hemos nacido,
sabrás que nuestro mundo
es un reverso de medallas,
que un tiempo más perfecto no existe
y que los recuerdos son peces en los acuarios,
que una flor entre los cabellos puede volar
si los días guardados no se aclaran;
sabrás que los universos son milímetros,
que tu nombre pertenece a todo el mundo
y que el amor permanece un don posible
si una fuerte cordillera lo sostiene.
Sabrás, aquel día, tal vez todo y tal vez nada
y como por fin nos rendimos
en el agua interminable de un beso.



LAS TORTUGAS DE JUAN


Pescador arrepentido de ser hombre,
cortado de aire denso
en la cavidad del día
Juan depone sus lanzas arteriosas,
ciertas lianas que fijaron sílex,
las rápidas redes de ingenio vegetal
que cerraron en roncos canastos
el conflicto de plata en movimiento.
Espera la erupción del atardecer
sobre el plúmbeo galope oceánico,
el rumbo verde del follaje
que perpetúa latitudes,
el volumen del color que cae
en el pozo negro de la noche,
revelando lenguas de fuego azul
en las moradas inhabitadas.
Sólidas cabezas como piedras desnudas
de tortugas rumiantes
afloran a lapsos del agua oscura
varándose, rendidas, en la costa;
silencioso como la arena
sumerge entre los flujos incendiados
el pequeño hombre Juan,
pescador arrepentido o nuevo pez
desaparece en el tajo de la sal
apagando su metamorfosis,
gravemente incorpóreo vuela
agarrado a la cáscara ciega
de sus inmensas mariposas.
Recuerdo que volverá a la orilla
con la noche en la grávida boca
y un don para mi que me quedé;
de las abismales evoluciones
un fragmento de gota, o cáscara, o estrella,
que traigo como amuleto nocturno
después de tantos lugares o segundos;
¿ pero bastará esta fragancia desnuda
para la sombra de una sola eternidad ?




EL TREN QUE NUNCA LLEGA



Huye un reptil de escamas ferrosas
rozando sobre rieles interminables,
soplando sumergidos reinos
que un tiempo fueron cometas
en el arco de las abiertas praderas,
llevándose un rebaño de nombres crudos
que nunca aprendieron a hablar,
a ser microbios de las minas,
bestias enyugadas en las plantaciones;
pero este tren que nunca llega,
que no parte, que no viaja más
donde lo esperan hirsutos recuerdos
a la lucha del puro sol irreparados,
hipnóticos mestizos al horizonte
como severas estatuas hincadas,
mujeres densas con hijos y pollos
en las espaldas fibrosas como troncos,
niños que jugaron desnudos,
leñosas estaciones que se pudrieron
bajo el agua de siglos elípticos
y viejos acurrucados en los zapatos
que prestaron al viento puntuales
sus orejas carcomidas
acogiendo fragores de otras tierras,
perros vagabundos, rugosos e insolentes,
compañeros de provisionales patrones
en la huella de rieles ingurgitados,
hasta que el día inicuo no aflija
y nubes enfermas deshagan
arco iris como peces lucientes
en la hora del arbitrio cotidiano
de este tren que nunca llega,
que no parte, que no viaja más,
que también nosotros esperamos rendidos
en la multitud silenciosa
de esta esencial soledad.




DESDE ARRIBA



Mira, alada,
el diamante humedecido del día,
el enigma constante del vientre
que retiene sus astros diluidos,
la muda de emergido animal
abandonada en las disputas del viento;
mira el verde amuleto de los volcanes
colado del pigmento milenario,
el océano despertado de las selvas
que huye inmóvil sin rendirse
a nuestros ojos coronados,
los ríos como túrgidas culebras
que excavan las carnes de la tierra
en asas de cotidianos abandonos;
mira las dulces colinas de lava y arena
surgidas como curvas belicosas
en las abiertas praderas de olfato verde,
los pantanos intricados de juncos
donde las ranas tiemblan de amor,
el arco iris que salta del agua
como un pez inaprensible,
doblando donde tus manos
finalmente me acarician.
Mira la flor roja de las erupciones,
le resina versada sobre los declives,
pueblos acumulados en los altiplanos
todavía precarios,
las costas como anillos abandonados
en los mutables arribos del planeta,
la huella oculta del primer rayo
que cayó sobre el mar, incendiandonos.
Mira, alada, y sonríe;
hemos tenido todo,
todo en un sólo día,
todo en un sólo beso,
en una sóla palabra soltada;
hemos tenido todo
y no lo recordamos
si no para amarnos
como si fuera la primera vez.

Tomaso Pieragnolo nació en 1965 en Padova, Italia. Desde hace veinte    años vive entre Italia y America Central. Sus libros más recientes son: nuovomondo (2010, finalista en el Premio “Palmi” y ganador del “Premio Saturo d’Argento – Città di Leporano”, finalista en el Premio “Metauro” y en el Premio “Minturnae” y “Marazza”), L’oceano e altri giorni (2005, finalista en el Premio “Libero de Libero”, ganador del Premio “Minturnae Giovani 2005”, finalista en el Premio “Gozzano di Belgirate 2005”, en el Premio “Ultima Frontiera 2006” de Volterra), el poemario Lettere lungo la strada (2002, premiado en el “Premio Internazionale Città di Marineo - Sicilia 2003”, finalista en el Premio “Gozzano di Belgirate 2004”) y la antología en español “Poesía escogida” (2009, Editorial de la Universidad de Costa Rica y Fundación Casa de Poesía). Como traductor ha publicado Questo è il bosco e altre poesie de Eunice Odio (2009, Premio Especial “Camaiore” para la traducción), Gli infimi crepuscoli (2010) y Poesie imperdonabili (2011) de Laureano Albán (finalista el el “Premio Internacional Camaiore” y en el “Premio Marazza” para la traducción. Colabora con revistas culturales y literarias y con editoriales. 


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