Wencier Pérez Ricardo, Cuba
Primer tiempo, fragmento
GLOSA
El Hades teje un mar que no se nombra
El Hades teje un mar que no se nombra
Un parvo desatino de Caronteme
lleva hasta las fauces del trifronte
Y yo parto sin piel hacia mi sombra
Pedro Péglez González
Pedro Péglez González
HERMENÉUTICA DEL RÉQUIEM
Mañana es otro paso a la ventura
escrita en el destino de mi rumbo,-
urgencia de labriego-.
Yo retumbo
mis huellas a pesar de la fisura
que brinda el calendario.
Esta cordura
impone su dictamen por alfombra
al rezo de mi voz que no se asombra
de tantos adoquines y porfía
otro paso.
Y a tanta sangre fría
el Hades teje un mar que no se nombra
en mi bosquejo.
Grávida emboscada
reciclando su alpiste en mi futuro,
cada día es un miembro del conjuro
augurio de vendimias y coartada
del tiempo.
En su desliz hacia la nada
la muerte me sugiere que le afronte
sin ecos, o incensario en este monte
altar de vanida des que es la vida.
Partir sin esta voz, sin despedida,
un parvo desatino de Caronte.
Soy reo irreverente, no es indulto
existir en silencio.
La carnada
abrevia mi epitafio a la redada
de un surtido de huesos.
El estulto
camuflaje de mármoles y oculto
eufemismo que pide no confronte
mi nombre y mi mañana,
ni remonte
lo eterno de su ardid al pedestal
calado por mi voz,
cuando el final
me lleva hasta las fauces del trifronte
herético por ley e incompatible
a su estéril preludio.
Servidumbre
no es mendrugo que sacie con su herrumbre
el ego persignado de mi audible
rebeldía.
Otro paso es un legible
antídoto de fe que le renombra
el porvenir a mi osamenta,
asombra
el réquiem que desvisto en su presagio.
Mi nombre se subasta en ese adagio,
Mi nombre se subasta en ese adagio,
y yo parto sin piel hacia mi sombra.
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