Entre el blanco y el negro
prefiero los gradientes que los unen.
El verde ha intentado alguna vez
apoderarse de mi razón,
siempre lo rechacé si no vino hecho esperanza.
El amarillo se ha instalado a veces,
lo he dominado.
Me encantaba el rojo.
Ajeno a las tiendas
Turbas que pasan.
Celebración de un nuevo año.
Tú revolviendo entre las sobras de la esquina,
alegre porque hoy habrá más que de costumbre.
Tu alegría debajo de mi lágrima,
una gran lágrima derramada desde la ventana
sobre tu cabeza,
y que nos une.
Figura como tosca marioneta,
viejo gigante
de chocolate amargo
que tanto duele
tú.
Rutina
Quiero amanecer un día
sin hacerte espacio en la cama,
con el sol bien alto
poner el novelón que ve siempre mi vecina.
Reír bien fuerte
como si nunca hubiera muerto un poco de mí,
como si no hubiese terremotos
y los doctores ya estuvieran curando la capa de ozono,
como si no existieran guerras,
ni la cocina.
2 comentarios:
COLORES, a mi me gusta el verde, su sabor a hierbas prodogiosas que no saben odiar, ni destruir como nosotros los humanos, cada vez la tierra es menos verde, cada vez la paloma no encuetra un hogar doce construir su nido, y un munndo sin verde y sin palomas no es mundo.
Mucchas gracias, poeta, por su comentario. Tiene usted toda la razón.
André Cruchaga,
Admón del blog
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