Carlos López, Guatemala
Honduras*
El concepto del arte por el arte es una cosa que sería cruel si no fuera
afortunadamente cursi. Ningún hombre verdadero cree ya
en esa zarandaja del arte puro, arte por el arte mismo.
En este momento dramático del mundo el artista debe
llorar y reír con su pueblo. Hay que dejar el ramo de
azucenas y meterse en el fango hasta la cintura
para ayudar a los que buscan las azucenas.
Federico García Lorca
Qué honduras las de Honduras.
Los militares no quieren
dejar entrar la alegría, menos
la justicia social —«¡Qué palabras
tan obscenas!»—. La burguesía
no ilustrada ama lo decimonónico,
y a Mickey Mouse lo usa para la foto
cuando va en romería a Disneyworld,
pero no más, no como filósofo,
que no quieren parecer gringos
los burguesitos amaestrados en Yale
(una cosa es obtener ahí títulos y otra
que los quieran comparar con esos liberales).
Que un negro esté gobernando
su meca, es pasajero. Con suerte
se acaba el mundo y le echan la culpa.
«Honduras es nuestro, en nada se parece
a Latinoamérica con sus tiranos, tampoco
a Estados Unidos, todos manejados
por los judíos que se quieren adueñar del mundo».
Honduras duele muy hondo.
Pero desde lo más profundo de
su suelo se oyen rumores libertarios;
desde las honduras más hondas
crecen claveles rojos que pintan rebeliones,
son más las flores creciendo desde adentro
que los zopilotes creciendo con sangre negra.
Hasta los retoños más salvajes
tienen más dignidad que los gorilas
que hoy, como ayer, como siempre,
apagan el color de la vida.
*Cortesía de Isla Negra-Grabriel Impaglione
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Honduras*
El concepto del arte por el arte es una cosa que sería cruel si no fuera
afortunadamente cursi. Ningún hombre verdadero cree ya
en esa zarandaja del arte puro, arte por el arte mismo.
En este momento dramático del mundo el artista debe
llorar y reír con su pueblo. Hay que dejar el ramo de
azucenas y meterse en el fango hasta la cintura
para ayudar a los que buscan las azucenas.
Federico García Lorca
Qué honduras las de Honduras.
Los militares no quieren
dejar entrar la alegría, menos
la justicia social —«¡Qué palabras
tan obscenas!»—. La burguesía
no ilustrada ama lo decimonónico,
y a Mickey Mouse lo usa para la foto
cuando va en romería a Disneyworld,
pero no más, no como filósofo,
que no quieren parecer gringos
los burguesitos amaestrados en Yale
(una cosa es obtener ahí títulos y otra
que los quieran comparar con esos liberales).
Que un negro esté gobernando
su meca, es pasajero. Con suerte
se acaba el mundo y le echan la culpa.
«Honduras es nuestro, en nada se parece
a Latinoamérica con sus tiranos, tampoco
a Estados Unidos, todos manejados
por los judíos que se quieren adueñar del mundo».
Honduras duele muy hondo.
Pero desde lo más profundo de
su suelo se oyen rumores libertarios;
desde las honduras más hondas
crecen claveles rojos que pintan rebeliones,
son más las flores creciendo desde adentro
que los zopilotes creciendo con sangre negra.
Hasta los retoños más salvajes
tienen más dignidad que los gorilas
que hoy, como ayer, como siempre,
apagan el color de la vida.
*Cortesía de Isla Negra-Grabriel Impaglione
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Carlos López (Pajapita, San Marcos, Guatemala, 24 de febrero, 1954) obtuvo los títulos de maestro de educación primaria urbana en el Instituto Normal Mixto Rafael Aqueche (INMRA), de licenciado en lengua y literaturas hispánicas y en estudios latinoamericanos, y el grado de maestro en letras (literatura iberoamericana) en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Estudió las licenciaturas de derecho y de ciencia política en la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac) e historia en la UNAM. Es autor de los libros de ensayos Diccionario biobibliográfico de literatos guatemaltecos (1993), Redacción en movimiento. Herramientas para el cultivo de la palabra (1ª ed., 2003; 2ª ed., 2003; 3ª ed., 2004; 4ª ed., 2006), Voses de Guatemala (2005), Helarte de la errata (1ª ed., 2005; 2ª ed., 2007); del libro de calambures Uso de los anteojos para todo género de vistas (1996); de los libros de palíndromos Aten al planeta (2007), Naves se van (2003) y La roca coral (2002); de las antologías Los siete pecados capitales: la lujuria (2008), Decálogos, mandamientos, credos, consejos y preceptos para oficiantes de la escritura (2006), Los poemas de la poesía (t. I, 2001; t. II, 2003), Poética de Carlos Illescas (2001) y Arder sobre la hoja. Poética de Humberto Ak’abal (2000); de las plaquettes de poesía Relámpago nocturno (1999) y Vado ancho (1998), y de ensayo Tito, biografía mínima (2003); de los libros de poemas Bellotas de agua (2000) y Fuego azul (1997). También, es coautor de varios libros y parte de su trabajo se recoge en diversas antologías. Publica en diarios y revistas de Europa y América. Ha sido invitado a participar en encuentros y festivales de literatura en la República Mexicana y en el extranjero; además, en repetidas ocasiones formó parte de jurados en diversos certámenes. Impartió talleres de redacción, poesía, novela, cuento, dramaturgia, creación literaria y edición en los mejores centros educativos de Guatemala y México; su labor docente abarca todos los grados escolares durante 35 años ininterrumpidos. En 1981, fundó Editorial Praxis -que desde entonces dirige-, donde lleva editados más de 600 títulos de autores nacionales y extranjeros. Ha cuidado la edición de más de 5 mil libros, tesis, revistas, folletos y asesorado tesis de licenciatura, maestría y doctorado. En México, patrocinó la exposición pictórica de más de cien artistas de diversas partes del mundo y ha participado en más de 700 presentaciones de libros. A lo largo de su trayectoria, ha recibido críticas favorables de Héctor Carreto, María Cruz, Juan Domingo Argüelles, Otto-Raúl González, Rogelio Guedea, Gerardo Guinea Diez, Carlos Illescas, Hernán Lavín Cerda, Luis Montes de Oca, Francisco Alejandro Méndez, Adolfo Méndez Vides, Armando Pereira, José Luis Perdomo Orellana, Silvia Pratt, Juan Antonio Rosado Zacarías, Eusebio Ruvalcaba, Gloria Vergara y otros escritores y especialistas, quienes las publicaron en El Financiero, La Jornada, El Universal, Excelsior, La Hora, Magna Terra, Siempre!, entre otras publicaciones. En la actualidad, escribe las columnas «Interior Cero, Cero, Cero» en El Financiero, «Vado Ancho» en Ecos de la Costa y «Helarte de la Errata» en El Heraldo de Chiapas.
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