María Eleonor Prado Mödinger, Chile
FUISTE ESO
Hombre.
ARROPADA
Me arrullo madre viento,
TRISTEZA
Te echo de menos......
ASÍ DE SIMPLE
Si me amas ven y entiérrate en mi cuerpo,
MISTERIO
Me sorprende el velo de tus ojos,
FUISTE ESO
Hombre.
¡Si!,
fuiste y digo pasado en esta forma
fuiste, porque la huella que dejaste
en la arena la tapó su llanto,
su desnudo llanto con gusto amargo.
De posesión tuvo tu carne
aún la recuerda,
pero fue piel y nada más,
piel sobre la suya,
mas no estabas ahí para observarla.
Te dijo hombre ven,
y no fuiste hombre sino garza,
alzaste tu vuelo equivocado
para estrellarte en su pelo,
ése que frenó tus ansias de emigrar.
Te llamó "amor" con desespero
y fuiste sólo plumas,
alas,
cuerpo.
ARROPADA
Me arrullo madre viento,
sé que me elevaras junto a las gaviotas,
sobre el mar para que la espuma
no me toque el alba de la piel.
Y en este ascender a tus confines
¿qué me queda en la tierra?
,yardas
miles de yardas recorridas,
paso austero,otros insolentes,
que tu boca me trague los recuerdos
y haga cruces entre mis muertos.
He dejado un puñado de alacranes,
algún perro con bozal
y las mustias margaritas que mi hija me
plantó.
Tengo frío
y no me explico,
sólo arrulla este canto con tu
sábana de óxido,
con la furia al arrojarme a los
valles insurrectos.
TRISTEZA
Te echo de menos......
y tus manos lejanas así como apartando el cielo
me hacen triste,
vagabundo sin nombre,
porque el nombre lo sé yo y todas mis
circunstancias.
No hablaré de ti esta mañana.
Me acostumbré a tu sombra
como lo hizo la muda de mi alma
y siendo la que soy,
defecto tras defecto,
elevo este pañuelo,
el que me brindaste ayer.
No limpiaré el suelo del retorno
volverás tejido como manta
Y te echaré a mi espalda;
tal vez susurre la voz que necesito
para volver mis ojos y sonreírte dormida.
Te echo de menos.
¡Maldita sea esta necedad de tiempo!
y mientras más me escondo para dejarte,
más muerta de miedo si no retornas.
ASÍ DE SIMPLE
Si me amas ven y entiérrate en mi cuerpo,
es tierra
porque al final en eso me convierto.
Lodo con la lluvia,
polvo con el sol más incandescente,
y siendo esta mujer terral,
húndete en mi valle.
Si me amas
de las flores que te sostengan,
un manto de agonía
porque muerto eres en mí una vez
hecho especie,
una vez tragado por mi boca.
MISTERIO
Me sorprende el velo de tus ojos,
hombre carnero,
mente de unicornio,
pareces vedado einsurrecto,
profanado por Odín.
Si Bestla supiera que al parir en verano
la guerra,
la magia,
la poesía y la sabiduría
saldrían de sus piernas,
Oh gran hijo de Bor que le has hecho
a sus ojos que no miran los riscos
por donde yo aún ando.
Me asusta el susto de verle mutado
de ser sempiterno a moribundo brutal,
no busques Einherjer sus cuernos
de arena que siendo en terreno donde
él ofrendó.
Valquirias errantes desnudas lo tapan.
1 comentario:
Saludos, Eleonor, felicidades por esta nueva aparición de tus poemas y por la indudable belleza de tu discurso poético. Me gustó en especial "Arropada": hay en él angustia existencial muy bien embridada. Por eso, te dejo aquí un puñado de pétalos, para que acompañen a tus alacranes. Un beso. Péglez.
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