Elías Letelier, poeta de una encrucijada histórica
Elvira Santana Dubreuil *
“Y Jehová dijo a Caín:
¿Dónde está Abel tu hermano?
Y él respondió: No sé. ¿soy yo
guarda de mi hermano?
Y él le dijo:
¿Qué has hecho?
La voz de la sangre de tu hermano
clama a mi desde la tierra”
(Génesis 4)
El poeta Elías Letelier vive actualmente en Canadá y pertenece a la diáspora posgolpe militar de Chile (1973) y, como señala en el prólogo de su antología poética Mural, (Edit. Poetas Antimperialistas de América, 2002, Ottawa, Canadá), los poemas que incluye fueron escritos a lo largo de sus viajes por países de América y Europa, geografías que no han erosionado la rebeldía de su espíritu.Letelier privilegia sus vivencias de hombre en pugna con la encrucijada histórica que le correspondió vivir, la que casi siempre es el referente de su motivación poética, crispada por una manifiesta frustración ideológica, la que le ha permitido además generar una crítica desde lo profundo de su creación; es lo que él denomina “realismo psicológico”, de tal forma que sus experiencias vitales determinan su poética, lo que no le ha atado la mano para escribir malos versos o lo que llamamos “poesía panfletaria”, por el contrario, sus versos son elaborados con un lenguaje rico en imágenes y con calidad poética.
Se aprecia en Letelier confianza en las palabras, lo que nos libera de sentimientos poéticos vacíos, pues cada palabra sugiere vivencias traumáticas del momento histórico que le correspondió vivir, aportando su testimonio, su denuncia y su verdad.El poeta afirma en el prólogo de la antología que comentamos: El tema central de esta obra es el miedo y el acondicionamiento que impone esta manifestación social como síntoma. Pensamos que esta afirmación sobre el miedo es el producto de la intimidación permanente de las políticas genocidas de las dictaduras militares. La situación del pueblo en oposición creciente al régimen que oprime, crea una atmósfera en la que predomina la dialéctica de amenaza-miedo, que los habitantes sienten en todos los momentos de su vida, hasta los propios partidarios del dictador y su régimen, los que muchas veces caen víctimas de purgas o de intrigas, por lo que todos deben aprender a convivir con el enemigo en un clima de miedo y, a veces, de terror.
Las heridas todavía abiertas de la guerra fría, la que dio origen a las dictaduras militares latinoamericanas instaladas por el imperialismo e incondicionales a él, ejercieron una despiadada persecución por parte de los ejércitos de cada país, apoyados por las oligarquías, contra civiles inermes de ideas progresistas. Guerra desigual y fratricida, llevada a cabo no en campos de batalla, sino en oscuros calabozos donde se practicaban aberrantes torturas, desapariciones y exterminio cobarde y subrepticio de los mejores hijos de cada país, ese es el contexto histórico que da origen al poema de largo aliento de Elías Letelier, el que tituló Calendario prohibido.No comentaremos en esta aproximación a la poesía de E. Letelier otros poemas contenidos en Mural como la colección de diez sonetos en verso libre y otros poemas sueltos, pues centraremos nuestro estudio sólo en el poemario extenso titulado Calendario prohibido.
Para centrar el poema mencionado más arriba diremos que nos parece estar frente a una reflexión sobre lo que fuimos y lo que hoy somos, desde la perspectiva de los acontecimientos políticos e históricos de fines del siglo XX, vinculados a la posterior globalización, la que encerró en sus mallas a todo el planeta y transformó al hombre en un recurso humano al servicio del desarrollo económico de grandes transnacionales, olvidando por completo la visión del hombre y su destino sobre la Tierra:
Algo está muriendo aquí.
He recorrido mundo difusos,
habitaciones cerradas por el tiempo;
en un vahído, he sido juez de la nostalgia,
pero sobre todas las cosas,
algo ha muerto
en los aposentos de mi capitolio.
( Historia de la Noche, Fragmento XXXVI, pág. 87)
El poema Calendario Prohibido se estructura en XX octavas de verso libre más algunos fragmentos que son parte del mismo poemario, el que su autor titula Historia de la noche, para concluir con El canto final.
La furia nupcial de la campana
El poema Calendario Prohibido se estructura en XX octavas de verso libre más algunos fragmentos que son parte del mismo poemario, el que su autor titula Historia de la noche, para concluir con El canto final.
La furia nupcial de la campana
y su lacónico tilde amarillo
montó la huella vertiginosa de los ríos,
( Historia de la Noche, Fragmento X, pág.78)
La imagen de la campana se asocia al sentido místico de objeto colgado entre el cielo y la tierra, la que se reitera como símbolo de la primera invasión de la Corona española a los territorios americanos, imponiendo su lengua, su religión y su cultura en desmedro de las originales de las tierras americanas:
Sobre la asaltada copa de América,
La imagen de la campana se asocia al sentido místico de objeto colgado entre el cielo y la tierra, la que se reitera como símbolo de la primera invasión de la Corona española a los territorios americanos, imponiendo su lengua, su religión y su cultura en desmedro de las originales de las tierras americanas:
Sobre la asaltada copa de América,
la robusta lengua de la campana,
de zumbo en zumbo
fermentó con su azote.
Historia de la Noche, fragmento X, pág.78
Al examinar los motivos poéticos de Calendario prohibido encontramos que el dolor del niño abandonado, carente de ternura y protección es recurrente en las primeras octavas y se confunde con el sufrimiento del preso político o con la aflicción del hombre que vive en las catacumbas de la clandestinidad o en el exilio. Experiencias cuyas resonancias psíquicas íntimas del yo poético nos trasmite en forma reiterada:
Cuando los grifos de las interrogantes
Al examinar los motivos poéticos de Calendario prohibido encontramos que el dolor del niño abandonado, carente de ternura y protección es recurrente en las primeras octavas y se confunde con el sufrimiento del preso político o con la aflicción del hombre que vive en las catacumbas de la clandestinidad o en el exilio. Experiencias cuyas resonancias psíquicas íntimas del yo poético nos trasmite en forma reiterada:
Cuando los grifos de las interrogantes
se desvanecen con la luz de la luna
en las sombras despierta el niño con su abandono
y canta a otros niños, también destrozados.
Calendario prohibido ( Fragmento Octava I, pág.49)
La serie de versos que conforman las veinte octavas de Calendario prohibido están vinculados al sufrimiento diacrónico acumulado en soledad, lo que se articula en poemas densos como un limbo sugerente:
Todo es como el corazón del hombre
la herida que fue, siempre sobrevive,
aunque la sonrisa inunde el espectáculo de amar
siempre se vuelve al rincón sombrío del dolor.
Calendario prohibido ( Octava XIX pág.67)
Pero el sufrimiento por la opresión encuentra su liberación en la tierra misma, en su grandiosa generosidad para acoger a sus hijos dormidos e incorporarlos nuevamente en su seno:
Fue posible tallar las praderas del espacio,
Pero el sufrimiento por la opresión encuentra su liberación en la tierra misma, en su grandiosa generosidad para acoger a sus hijos dormidos e incorporarlos nuevamente en su seno:
Fue posible tallar las praderas del espacio,
describir el dolor de tus ojos dormidos,
y en esa múltiple concavidad de abismo,
dejar para siempre el tacto de nuestras vidas.
(Calendario prohibido, Canto final, pág.90)
La identificación final con la tierra americana será una prolongación de su yo poético, desde los desiertos hasta los glaciares australes, pervive allí el hombre con sus cicatrices y amputado después de largas luchas y fracasos. Toda su tensión agónica la asume como un largo viaje metafísico y liberador a través del territorio americano, alejándose para retornar nuevo desde los abismos de la muerte a la altura de la luz que irradia la nieve en el extremo austral del continente, contrapuesta al cielo:
Descenderé a las tierras australes de América,
La identificación final con la tierra americana será una prolongación de su yo poético, desde los desiertos hasta los glaciares australes, pervive allí el hombre con sus cicatrices y amputado después de largas luchas y fracasos. Toda su tensión agónica la asume como un largo viaje metafísico y liberador a través del territorio americano, alejándose para retornar nuevo desde los abismos de la muerte a la altura de la luz que irradia la nieve en el extremo austral del continente, contrapuesta al cielo:
Descenderé a las tierras australes de América,
a donde el peñasco perdió el conocimiento
al saber de la lentitud de su ocaso. Y allí,
volveré a abrazar la extendida lengua glacial
del imperturbable río Palena con sus tendones,
y bajo la tutela de un mágico capitán generoso,
llegaré hasta las fauces desdentadas del mar
y miraré al cielo que olvidé en mis viajes.
Calendario prohibido ( Octava XX, pag.68)
Como dijimos, la negra noche de dictaduras militares manipuladas por el imperialismo, la disolución de la Unión Soviética, la caída del Muro de Berlín (1989) y como consecuencia el fin de la guerra fría y, finalmente, el triunfo del mercado y del capitalismo, acontecimientos todos acaecidos en forma sincrónica, constituyen el entorno político-social e histórico en que el poeta Elías Letelier articula su poesía, desde el escepticismo y descreimiento frente a la historia y de toda forma de trascendencia que no sea la propia tierra como eternidad:
Capitanes blindados como un erizos
Como dijimos, la negra noche de dictaduras militares manipuladas por el imperialismo, la disolución de la Unión Soviética, la caída del Muro de Berlín (1989) y como consecuencia el fin de la guerra fría y, finalmente, el triunfo del mercado y del capitalismo, acontecimientos todos acaecidos en forma sincrónica, constituyen el entorno político-social e histórico en que el poeta Elías Letelier articula su poesía, desde el escepticismo y descreimiento frente a la historia y de toda forma de trascendencia que no sea la propia tierra como eternidad:
Capitanes blindados como un erizos
edientos de jinetas de oro.
[ ..........................................]
escupiendo al espíritu de nuestros tambores
Entre Dios, la espada y la lanza
entre Dios, el cepo y el torniquete
entre Dios, la horca y el fusil.
(Historia de la noche, fragmento, pág.74.)
La poesía de Letelier genera una crítica desde su interioridad creadora, es así como devela, provoca y se mueve en la resistencia con una visión sarcástica o irónica de los valores de las tiranías tan falaces como los de las utopías derrumbadas:
En la conciencia de los museos de historia
con sus modelos de ejemplos nacionales,
donde se filtra la memoria de la humanidad.
(Historia de la noche, fragmento, pág.74.)
En un desdoblamiento inicial de los versos de El calendario prohibido apreciamos que tiene matices de la poesía épica nerudiana, pues algunos versos nos narra la historia de la destrucción de América poscolombina, y, tal vez, en algunos ritmos versales, más que en sus imágenes o metáforas, nos recuerda a los versos del Canto General , pero con un lenguaje diferente al de nuestro Premio Nobel, pues Letelier nos presenta versos cifrados y densos que hay que ir despejando paso a paso.Por lo dicho precedentemente el poema Historia de la noche de la antología que comentamos nos obliga a plantearnos un paralelo entre la epicidad fundacional de La Araucana, de don Alonso de Ercilla, relato épico proseguido por P. Neruda en su Canto General y este trozo amargo de nuestra historia reciente que motivó al poeta Elías Letelier y que otros poetas también han escrito con su espíritu llagado, como Anteparaíso (1982), de Raúl Zurita, donde resulta claro que lo narrado sobrepasa la conciencia del poeta por lo que el leguaje se torna desligado de la historia, sin más referencia que su interior sentido, incapaz de establecer hechos puntuales, irradiando un campo simbólico crispado como un grito:
Y desde allí,
En un desdoblamiento inicial de los versos de El calendario prohibido apreciamos que tiene matices de la poesía épica nerudiana, pues algunos versos nos narra la historia de la destrucción de América poscolombina, y, tal vez, en algunos ritmos versales, más que en sus imágenes o metáforas, nos recuerda a los versos del Canto General , pero con un lenguaje diferente al de nuestro Premio Nobel, pues Letelier nos presenta versos cifrados y densos que hay que ir despejando paso a paso.Por lo dicho precedentemente el poema Historia de la noche de la antología que comentamos nos obliga a plantearnos un paralelo entre la epicidad fundacional de La Araucana, de don Alonso de Ercilla, relato épico proseguido por P. Neruda en su Canto General y este trozo amargo de nuestra historia reciente que motivó al poeta Elías Letelier y que otros poetas también han escrito con su espíritu llagado, como Anteparaíso (1982), de Raúl Zurita, donde resulta claro que lo narrado sobrepasa la conciencia del poeta por lo que el leguaje se torna desligado de la historia, sin más referencia que su interior sentido, incapaz de establecer hechos puntuales, irradiando un campo simbólico crispado como un grito:
Y desde allí,
desde las sanguinarias fortalezas,
ellos pierde los ojos
en la zalagarda de las multitudes
y en trance escuchan a los pobres cantar:
el heroico Himno Nacional,
El Himno de la Independencia,
El Himno de la Conquista
y el himno que les hizo perder la libertad
y les dejó un hongo de azufre
incrustado en las retinas.
( Historia de la Noche, Frag. I Pág.22.)
En conclusión, las crónicas de días y de noches de opresión y dolor, que significó el eclipse histórico que oscureció los cielos de Latinoamérica, dio origen a estos Calendarios prohibidos. Crónicas líricas que dan cuenta de un tiempo cuyas resonancias no se han extinguido y que todavía vibran con diferente sonido en su lucha por la libertad ante el despotismo imperialista.
Finalmente diremos que este país pródigo en poetas y en la amplitud del dolor, cuenta con uno más entre sus creadores líricos: Elías Letelier, cuya poesía tiene como motivo nuclear y recurrente la reflexión dolida sobre el vasallaje y exterminio sufrido por los hombres de las tierras americanas a lo largo de su historia, por lo que se pregunta:
En conclusión, las crónicas de días y de noches de opresión y dolor, que significó el eclipse histórico que oscureció los cielos de Latinoamérica, dio origen a estos Calendarios prohibidos. Crónicas líricas que dan cuenta de un tiempo cuyas resonancias no se han extinguido y que todavía vibran con diferente sonido en su lucha por la libertad ante el despotismo imperialista.
Finalmente diremos que este país pródigo en poetas y en la amplitud del dolor, cuenta con uno más entre sus creadores líricos: Elías Letelier, cuya poesía tiene como motivo nuclear y recurrente la reflexión dolida sobre el vasallaje y exterminio sufrido por los hombres de las tierras americanas a lo largo de su historia, por lo que se pregunta:
¿Qué cambió?
Quiénes son
los nuevos conquistadores?
(Historia de la noche, fragmento VI, pág.76)
No hay una mirada fatalista en esta poesía, sino un sentimiento de dolor que nace de la muerte y exterminio inmanente a la historia de América desde su “descubrimiento” hasta hoy, permitiendo permanezcan intactos los pilares de la libertad, como dice el poeta, columnas que han surgido naturalmente de las raíces de la tierra, regada con la sangre de sus hijos: más allá de la extensión del dolor.
No hay una mirada fatalista en esta poesía, sino un sentimiento de dolor que nace de la muerte y exterminio inmanente a la historia de América desde su “descubrimiento” hasta hoy, permitiendo permanezcan intactos los pilares de la libertad, como dice el poeta, columnas que han surgido naturalmente de las raíces de la tierra, regada con la sangre de sus hijos: más allá de la extensión del dolor.
* Poetisa. Profesora de Castellano y Bachiller de Literatura Hispana. Título y Grado Académico otorgado por la Universidad de Chile.
Referencia:
Referencia:
Elvira Santana Dubreuil *.
"Elías Letelier, poeta de una encrucijada histórica ." Anaquel Austral. Ed. Virginia Vidal. Santiago de Chile: : Editorial Poetas Antiimperialistas de América. 8 de Octubre de 2006.
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