En el presente blog puede leer poemas selectos, extraídos de la Antología Mundial de Poesía que publica Arte Poética- Rostros y versos, Fundada por André Cruchaga. También puede leer reseñas, ensayos, entrevistas, teatro. Puede ingresar, para ampliar su lectura a ARTE POÉTICA-ROSTROS Y VERSOS.



miércoles, 7 de octubre de 2020

FIRMAMENTO ANTIGUO │ OLD FIRMAMENT

 






FIRMAMENTO ANTIGUO  │ OLD FIRMAMENT





Firmamento antiguo, en versión bilingüe (inglés-español), es, para decirlo de alguna manera, mi última obra publicada durante el presente año 2020, (todavía queda mucha obra por publicar antes de partir). Audacia, esfuerzo y sacrificio se han unido a fin de que la palabra escrita siga su rumbo a través de estos caminos inciertos del futuro (escribir siempre será un acto de rebelión frente al yo y al nosotros). Agradezco profundamente el trabajo de la poeta Cándida Pedersen y a David Pedersen, por todo el trabajo de traducción que significó esta obra. Y también, por donarme los derechos pecuniarios de dicha traducción. Comparto, pues, este artefacto con alegría para quienes deseen alegrarse conmigo. A continuación, dejo el prólogo, muy sentido, escrito por la poeta Pedersen en castellano e inglés.



PRÓLOGO

 

 

El presente libro, “Firmamento antiguo”, de André Cruchaga, es un lenguaje con un contenido enriquecedor para la educación mundial de futuras generaciones.

 Esta obra, escrita en idioma inglés y español, nos habla, justamente, del respeto a la verdad como símbolo de amor a la vida, despertando de alguna manera conciencia en la sufrida humanidad.

 La humildad y el respeto van tomados de la mano por el mismo camino, es una melodía memorable, fundamental en todas las estaciones de nuestra supervivencia social, es como la música y la poesía, acompañando los instantes alegres y tristes de nuestro diario vivir.

 André Cruchaga, representa la voz de los olvidados, el grito desesperado del pueblo, la cultura de escribir verdades ocultas plasmando con el intelecto de sus metáforas, el tormento de la vida, la injusticia humana de las sociedades, así como lo menciona en la poesía “ Autoconciencia”:

 “Aquí me reconozco entre los tantos niños de la calle. - Así vuelvo a las intemperies pobres y a los calendarios sordos al borde de la angustia.”

 La lectura, es la universidad de nuestro caminar, es la bandera del arte sin fronteras, un alimento importante y primordial en los pasos de la vida laboral.

 La literatura de André Cruchaga, es un océano lleno de humanidad, es el espejo donde se refleja la inteligencia con la esencia de su alma, es un lindo jardín de poesías para la mirada y la curiosidad del lector, además, André Cruchaga, es un guerrero ante las adversidades del mundo, incentivándonos a meditar entre el bien y el mal encontrando luz en los amaneceres oscuros de la duda.

 Y leyendo el mar de las poesías de André Cruchaga, tendremos la oportunidad y la fortuna de contemplar la vida con infinitas sorpresas positivas.

 Esta magnífica composición intelectual, nos sorprenderá y nos ayudará a reaccionar en el paisaje de los confundidos pensamientos de la humanidad.

 En este nuevo libro que tengo el placer de  prologar, su arquitecto, André Cruchaga, nos hace viajar a un firmamento antiguo, a la inmensidad de maravillosas poesías, también a la tristeza de un mundo poblado de recuerdos y abandono, como en el caso del poema “Itinerario restituido: “

 “Justo entre mis manos un lugar que ocupa el silencio. _ Otras manos trágicas en el aliento de una sombra que ya no responde, _ sino al vacío y al ojo que resiste a cerrar sus latitudes.”

 En varias páginas de este libro, especialmente, en las poesías relacionadas con la situación estresante del país, André Cruchaga, con su espíritu de lucha se emerge en la protesta defendiendo la dignidad del obrero, rechazando el abuso y la escoria de la injusticia humana.

 En este otro de sus poemas, nos habla de aprender a vivir con las memorias en el corazón y al mismo tiempo la resignación de la ausencia, así como lo relata en el poema: “Formas del instante”.

 “Aunque la hoja del árbol caiga sin proponérselo,  _ siempre habrá un aprendizaje: también el corazón se restaña de la furia de los relámpagos.”

 Y también, podemos deleitarnos con la nostalgia y la pasión, observando como el poeta, André Cruchaga, navega en el manantial de la añoranza, así como lo dice en el poema “Saudade”

 “Hurgo en la cerradura de la puerta por si toco el carbón de los días pretéritos, - los días que pintaron de suburbio mi ropa, los días de túnicas de azufre, los días amoratados de la música,”

 André Cruchaga, es un poeta prolífico de trascendental trayectoria en la poesía contemporánea de Latinoamérica, es un librepensador, que aunque, las tristezas no falten, en su corazón siempre hay un nuevo canto de amor a la vida, una sonrisa a la familia, un abrazo al buen amigo y una luz de esperanza, para quien todavía sueña con un mañana mejor.

 Y aquí les dejo la grandiosidad del Firmamento antiguo ilustrado en esplendor de este nuevo hijo literario.

 

 

Cándida Pedersen,

Estocolmo, Suecia, 2020

 

 

PROLOGUE:

Translation / Traducción: David Pedersen

 

The present book: “ Old firmament”, by André Cruchaga, it’s a language with enriching content for the global education of future generations.

 This work, it has been written in English and Spanish, it speaks to us, precisely of respect for the truth, like a symbol of love to life awakening in some way, conscience in the suffering humanity.

 Humility and respect go hand in hand on the same path, it is a memorable of melody, fundamental in all our season of social survival, It’s like music and poetry, accompanying the happiness and sad moments of our daily life.

 André Cruchaga, represents the voice of the forgotten, the desperate cry of the people, the culture of writing hidden truths, embodied with the intellect of his metaphors, the torment of life and the human injustice of societies, as mentioned in the poetry "Self-awareness": “

 “Here I recognize myself among of alot of children at the street. So I return to the poor weather and deaf calendars on the brink of anguish.”

 To read is the university of our walk, it is the flag of art without borders, an important and essential food in the steps of working life.

 André Cruchaga's literature is an ocean full of humanity, it is the mirror where intelligence is reflected

with the essence of his soul, it is a beautiful garden of poetry for the gaze and curiosity of readers, besides, André Cruchaga, is a warrior before the adversities of the world, encouraging us to meditate between good and evil, finding light in the dark dawns of the doubt.

 And reading the sea of ​​André Cruchaga's poetry, we will have the opportunity and the fortune to contemplate life with infinite positive surprises.

 This magnificent intellectual composition will surprise us and help us to react in the landscape of the confused thoughts of humanity.

In this new book that I have the pleasure to prolonging, it’s architect, André Cruchaga makes us travel to an old firmament, to the immensity of wonderful poetry, also to the sadness of a world with full of memories and abandonment, as in the case of the poem "Restored itinerary :"

 “Right in my hands a place occupied by silence. _ Other tragic hands in the breath of a shadow that no longer responds, _ but to the emptiness and the eye that refuses to close its latitudes.”

 In several pages of this book, especially, the poems, are related to the stressful situation of the country

 André Cruchaga, with his fighting spirit, emerges in protest, defending the dignity of the worker, rejecting the abuse and the scum of the human injustice.

In this other of his poems, he talks about learning to live with memories in his heart and at the same time the resignation of absence, as he recounts in the poem: "The forms of the instant."

 “Although the leaf of the tree falls unintentionally, there will always be an apprenticeship: _the heart is also restrained from the fury of lightning.”

 And also, we can delight in nostalgia and passion, observing how the poet of André Cruchaga, navigates in the spring of longing, as he says in the poem "Longing":

 “I rummage in the door lock in case I touch the coal of the past days, _ the days that my clothes were painted in the suburbs, the days of sulfur robes, the bruised days of music,”

 André Cruchaga, is a prolific poet with a transcendental trajectory in contemporary poetry of Latin American,  he is a freethinker, who although sadness is not lacking, in his heart, there is always a new song of love for life, a smile to the family, an embrace the good friend and a light of hope, for those who still dream of a better tomorrow.

 And here I leave you the grandeur of the Old Firmament illustrated in splendor of this new literary son.

 

Cándida Pedersen,

Stockholm, Sweden, 2020


domingo, 4 de octubre de 2020

MANUEL E. MONTILLA EN EL INMEMORIAL JUEGO TEMPO-POÉTICO

 

Miguel Fajardo





MANUEL E. MONTILLA

EN EL INMEMORIAL JUEGO TEMPO-POÉTICO

 

 

 

Lic. Miguel Fajardo

Premio Nacional de Promoción y Difusión Cultural de Costa Rica

minalusa-dra56@hotmail.com

 

        

(Moravia y Guanacaste. COSTA RICA).- He tenido la feliz oportunidad de leer el poemario El inútil premio de la inmortalidad, de Manuel E. Montilla (Panamá, 1950). El texto obtuvo el segundo premio en el prestigioso XL Concurso Municipal de poesía León A. Soto 2020.

         Manuel E. Montilla es un artista visual y plástico, poeta, pintor, crítico de arte, gestor cultural, coleccionista, bibliófilo, restaurador, curador y un  promotor incansable de la cultura sin fronteras desde Chiriquí, Panamá, donde ejerce como Director Ejecutivo de la Fundación  para las Artes Montilla e hijos.

         El poemario en comentario consta de tres apartados: Brocados, Estampas y Espejos. Cada uno de ellos contiene 10 poemas. Los tres apartados incorporan epígrafes de diversos autores, a saber: Sydia Candanedo, Chang Tsi, Juan Miramontes, Men Hao-ren, Michel Houellebecq, Li Bay y Ricardo Bermúdez.

         Este es el epígrafe que contiene en su verso final el título de este poemario, a saber: “Al cabo de diez mil años, de cien mil otoños, / no tendrás otro premio que
 el inútil premio de la inmortalidad
. Chang Tsi, en Epístola a Li-Tai-Po. (La negrita es suplida).

El título en sí plantea la referencia eterna de la inmortalidad, pero, esta vez, como un inútil premio. El ser humano juega con las dimensiones del tiempo. Muchos buscan la fuente de la eterna juventud; otros no quieren envejecer; algunos desean crecer.  Es decir, hay una inconsistencia humana frente al tema eterno de las edades y del tiempo y, dentro de él: la inmortalidad.

         El hablante, en la serranía del cielo, aduce que permanece junto con los elementos vegetales “en unión al árbol vetusto, / a la humilde hoja, a la secreta raíz”. Advierte la esencialidad lumínica del relámpago y, entonces, “Tigres y jaguares deambulan en mí (…) un río interior fluye en soledad”. Es interesante la conjunción de elementos vegetales con animales, como un contrapeso a las exigencias del factor humano.

         Asimismo, el hablante se funde con la ardilla, la abeja y la hormiga “con la inspiración de las begonias, con el agua que desciende en cascada (…) con el agua que arrulla tu olvido”.  Sin embargo, en el esquema recolectivo asevera que “Solo el desamparo y la ausencia son posibles”.

         El yo lírico se visualiza como un desconocido solísimo “Soy el multitudinario que no requiere compañía”. / El viaje soy yo.  El viaje es a mí mismo. / Soy encuentro y retorno.  Divergencia e imposibles”. El poeta busca encontrarse en un cielo azul, pero ahonda en su propia búsqueda con rotunda acritud y desenfado “Soy el desconocido que me habito (…) Soy un desconocido. Solo eso. Nada más”.  Las connotaciones de desconocido pueden llevar al hablante a significaciones, tales como ignorado, ignoto, anónimo, incógnito, indocumentado. Es decir: no ser.

         Otro ángulo de la inmortalidad es la lejanía, pero existe en sus versos una negación “Tienen prisa por llegar a ninguna parte”, o bien, “Sentado en el alba, vislumbro una efímera claridad (…) La hora del retorno me abre sus brazos”. Y uno se pregunta un retorno a qué, porque no se llegará a ningún lugar. Esos distanciamientos ahondan el eje discursivo en este poemario, cuya dimensión temporal es un acicate para tratar de sobrevivir en este mundo de constantes asedios y prisas, para no estar al día en ningún momento.

         El hablante lírico recurre a otros elementos, tales como la memoria y el instante, los cuales redimensionan el tiempo “El reflejo de tus ojos en la fuente contra la luna que enciende el instante. / La memoria es solo eso. No pido más”.

         Paralelamente, incluye un estadio etario de la vida humana “Sobre esta piedra, en senectud, avasallado por las tormentas, he de claudicar”. Es importante como rasgo de estilo, la rotundidad con la cual el hablante lírico cierra los versos.

         Los instantes apresados, sin retorno, después de partir, tornan un cuadro angustioso en la ventana lírica del barco panameño Manuel E. Montilla. “Estás aquí, observando nuestros pasos. Huellas memoriosas que no guardan el retorno (…) He de partir sin tu piel de asedio (…) para navegarte / sin derrotas y escudriñar ese instante en lo perplejo del recuerdo”.

         Para ahondar esa angustia acezante frente al tiempo inmemorial, el hablante poético incluye el olvido y el azar como ejes desequilibradores “Al fragor de la refriega, en vislumbre la orilla cetrina del olvido. Concluye / aquí, trágico azar, el camino suscrito”. Uno inquiere cuál será ese camino suscrito. El poema queda abierto a pluralidad de interpretaciones expresivas, sin dar una respuesta, que es como abrir nuevas incógnitas sobre el devenir.

         El tono angustioso frente al avance irremediable del tiempo se agudiza cuando se incluyen términos sin llenar como nada o vacío “¿Quién piensa en nosotros, los habitantes de la nada? (…) Los demás a mirar al vacío. / No espero compasión.  No tengo una plegaria (…) ¿Qué podremos pedir?

         O cuando se incorpora la miseria de los abandonados “La tarde toda es agua que apuñala la miseria. / ¿Quién piensa en nosotros, los abandonados de la nada? Asimismo, el hablante aduce que cuando  “No estás conmigo (…) Camino frente a tu recuerdo”. El recuerdo se relaciona con el tiempo ido,  lejano en el presente, e insospechado hacia el futuro, mucho menos, con la eternidad, porque “Somos una multitud extensa de distancias”. Y tan cierto que “Al final de la luz, / y al final de la ausencia, / el hombre es soledad”, o mejor dicho, soledumbre.

         En algunos textos, el hablante retoma su humanidad y evoca la corporalidad amada “Por tus muslos se desliza el agua. Por tu vértice se asocia el deseo.  Confusa / ante el vendaval que gime, gritas en gozo y te abandonas a lo oscuro de la / plenitud”.

         Y reitera la preocupación citada “Cabalgaré / Solo cabalgaré alejándome de mí mismo. / No preguntes”.  “No estoy solo si aguardo a tu sombra”.  “Ajeno a los destinos de la humana servidumbre, / sus caminos ya no me acontecen”. “¿Cuántos recuerdos se postraron al adiós?” “He de restituir el esplendor de ese sol, de mediodía / para encontrar tu mirada inserta dentro de mí”, o bien, “Por este silencio (…) / solo escucho, el sonido de tu corazón”.

 Obsérvese la inclusión de  dos palabras claves: mirada y corazón, que permiten rehumanizar el texto, el cual había venido desligándose de dicha condición, en aras del eje temático sobre el tiempo. El hablante quiere “encontrar tu mirada inserta dentro de mí”.

La pareja encuentra asidero en este mapa lírico de expresiones múltiple del poeta canalero “La mujer acaricia figuras de aire con su mano desnuda. / Su hombre está lejos. / Ella en solitario ardor. / Vive de certezas. / Sabe que no volverá”.  Nuevamente la ausencia  física. El tiempo comiéndose la vida.  Sin embargo hay “Un libro atrapado en tu regazo, ¿la poesía plena de nostalgias?”

En otros textos se deja leer “Tu cuerpo desnudo, / desliz de la memoria, me anuncia alboradas”. Esta última palabra desborda alegría, esperanza y fe. Pero luego advierte “la lluvia golpea el cristal… ¿Te recuerdo o restituyo tu carne dolorida”. Y nuevamente el desencanto “En tu carne de calvario me será advertido ese nombre que debo instaurar / para el extravío”. El reforzamiento expresivo a ese dinamismo negativo es el cierre “Puedo mirarte sin prisas para constatar que la ausencia es el sendero cierto / que nos abre a nosotros mismos”.  Acaso el poeta busca encontrarse a sí mismo con la incompletitud de  los demás.

En una clara actitud de conclusión humana, el yo lírico expresa con frialdad y certeza del devenir inmediato “Ahora planto claveles en el sitio donde descansaré”. El ciclo está por finalizar “Cierro la vida y te miro, / mientras abrazas el instante”.

El esquema recolectivo es concluyente “Un hombre clavado frente al viento, / mira la luna que tiembla. /El diluvio lo empapa.  Inalterable, contra la existencia, continúa su marcha sin rumbo”.

         En síntesis, El inútil premio de la inmortalidad, de Manuel E. Montilla es un poemario de notable expresión lírica.  En él se condensan diversos ejes temáticos: tiempo, viajes, memorias, vacíos, olvidos, abandonos, multitudes, agonías, recuerdos, amores, inicios, recorridos y finales previsibles, antes de la conclusión del ciclo individual sobre la tierra. Es un libro de gran reflexión sobre los avatares de la frágil y cotidiana existencia frente a la inmortalidad, reservada a unos pocos seres humanos como Li-Tai Po.

 

Lic. MIGUEL FAJARDO

  (Costa Rica, octubre, 2020)