En el presente blog puede leer poemas selectos, extraídos de la Antología Mundial de Poesía que publica Arte Poética- Rostros y versos, Fundada por André Cruchaga. También puede leer reseñas, ensayos, entrevistas, teatro. Puede ingresar, para ampliar su lectura a ARTE POÉTICA-ROSTROS Y VERSOS.



miércoles, 21 de febrero de 2024

Medio siglo del Centro Literario de Guanacaste

Lic. MIGUEL FAJARDO KOREA


Medio siglo del Centro Literario de Guanacaste

 

Lic. Miguel Fajardo Korea

minalusa-dra56@hotmail.com

 

 

 

El Centro Literario de Guanacaste (Costa Rica, fundado el 20 de marzo de 1974-2024), cumple 50 años de trabajo voluntario, desde este polo interior del país, a favor de las letras costarricenses. Es una hermosa y sostenida trayectoria cultural, independiente e indoblegable, en sus afanes culturales.

El dilema era cómo empezar.  El escritor chileno Alberto Baeza Flores (1914-1998) escribió: “Por un grupo, por unas reuniones, por unas palabras, por unas conferencias, pero por un inmenso, indesmayado fervor, por un puro y grande amor, por esto tan mal traído y tan maltratado – y tan mal definido- que es la cultura” (“Liberia con la cultura”. La Nación, 16-1-1980, página 15 A).

 El Centro Literario de Guanacaste responde a la necesidad de establecer esfuerzos en favor de la creación de polos culturales regionales, fuera de los centros absorbentes capitalinos.  Su lema es ESCRIBIR PARA SER y su símbolo, un árbol de Guanacaste con una pluma transversal superpuesta transversalmente.

  Con ocasión del Día Internacional de las Mujeres, este 8 de abril del 2024, celebramos el quincuagésimo aniversario del Centro Literario de Guanacaste, marco propicio para homenajear a su fundador y presidente, el Lic. Marco Tulio Gardela Ramírez. Y para presentar el libro Llama del tiempo, de Ligia Zúñiga Clachar, una de las integrantes más activas del Centro.

La Sociedad de Fomento de Liberia (1901-1904) es la primera organización cultural guanacasteca. Su relevo fue la Asociación Guanacasteca de Autores (1958-1971). En la actualidad, esa tarea la continúan el Centro Literario de Guanacaste (1974-2024) y la Asociación para la Cultura de Liberia (1986-2024).

El fundador del Centro Literario de Guanacaste es el Lic. Marco Tulio Gardela Ramírez (1950), quien reside en Guanacaste desde 52 años. En la reunión fundacional, el histórico 20 de marzo de 1974 asistieron: el boliviano Guillermo García Murillo (+), Rodolfo Salazar Solórzano (+), Luz Jirón García (+) y el peruano Juan Antonio Velit Granda, así como los estudiantes Alfredo Chacón Araya, Ernest Florián Álvarez, Jaime Rojas Jiménez y Ernesto Guadamuz López. Yo me integré al Centro Literario de Guanacaste en setiembre de 1974.

Los objetivos del Centro Literario de Guanacaste son: 1. Fomentar el arte literario; 2. Fortalecer la Guanacastequidad; 3. Participar en el quehacer cultural guanacasteco y nacional. El grupo es una mezcla de academia, tertulia y taller.  Han querido acallarlo, pero las voces estallan. La fortaleza del Centro Literario de Guanacaste estriba en su independencia.  Poco a poco, se ha ido consolidando una conjunción de voluntades. Nunca sus proyectos culturales han subordinado a la conciencia; ningún poema ha bajado la guardia. El grupo se ha reunido el primer sábado de cada mes, a media tarde, en diversos lugares de Liberia.

 El Centro Literario de Guanacaste es una brigada cultural, que ha confrontado su trabajo con  escritores e intelectuales costarricenses, tales como Alfonso Chase, Laureano Albán, Julieta Dobles, Rafael Ángel Herra, Mainor González, Soren Vargas, Estrella Cartín, Yadira Calvo Fajardo, José León Sánchez, Magda Zavala, Luisa González, Joaquín Gutiérrez, Fabián Dobles, Emilia Prieto, Ana Antillón, Francisco Zúñiga, Rima de Valbona, o Adriano Corrales; internacionales como Alberto Baeza Flores, Rubén Vela, Guadalupe Elizalde, Manuel Pantigoso, Natalia Toledo, John Andión, Luis Rocha, Roberto Sosa, Otto Raúl González, Carmen González, Guadalupe Elizalde, Luis Alberto Ambroggio, Carlos Aguasaco, Fabio Castillo, Carlos Roberto Pérez, Celedonio Orjuela, Talat Shalim, Luis Thenon, Carlos Calero, Américo Ochoa, Sabrina Usach, así como valiosos nombres valiosos para el espíritu superior.

Alfonso Chase, Premio Magón, ha señalado: “Guanacaste se ha convertido en una pequeña central de la cultura nacional en búsqueda de puntos de contacto y expansión. El Centro Literario de Guanacaste es ejemplar en su afirmación cultural. La unidad de sus integrantes trasciende lo individual para dar una imagen completa de un trabajo en equipo”.

Por consiguiente, desde Guanacaste se puede estar conectado con la vibración del país y el mundo de la cultura. Guanacaste es una pasantía cultural necesaria. Su presencia cultural visualiza los siguientes alcances: 1. Se ha convertido en una fuerza activa desde la provincia, donde se promueve la identidad y la unión; 2. Trabaja con responsabilidad histórica, al construir un compromiso con la palabra mediante la literatura; 3. Su ejercicio cultural lo  respalda  una fuerte conciencia con el contexto donde se desarrolla su trabajo; 4. A pesar su independencia, ha forjado una importante producción cultural. Históricamente, el Centro Literario ha publicado cuatro revistas artesanales, a saber:

1.    AURORA LITERARIA (noviembre 1974- diciembre 1980). Lema: “La provincia con la cultura”. Publicó 20 números, con una tirada de 6000 ejemplares. Editó 303 poemas, 68 artículos, 29 narraciones y un poema colectivo. Colaboraron 80 personas. Distribución gratuita.

 2.    HOJAS DE GUANACASTE (30-7-1982-agosto 1984).  Lema: “La poesía es un acto de alarma”. Revista artesanal, cosida a máquina.  Contó con el apoyo irrestricto del Dr. Rubén Vela. Poeta y Embajador de Argentina. Dirigida Miguel Fajardo, José Antonio Porras y Rubén Vela. Publicó 12 ediciones, 837 poemas, 11 suplementos, 343 autores de 35 países. Un total de 408 páginas. Tirada de 6000 ejemplares. Distribución gratuita.

  3.    COLECCIÓN AHORA (19-4-1986-diciembre 1987). Ediciones policopiadas para un solo autor.  Auspiciada por la Embajada de España. Publicó 25 ediciones para igual cantidad de autores. Un total de 1000 en 254 páginas y una tirada de 3200 ejemplares. Distribución gratuita.

 4.    HOJAS LÍRICAS DE GUANACASTE (julio 1988- julio 1992). Coauspiciados por la Consultoría Agroeconómica y la Embajada de México. Con excepción del primer número, los restantes cuatro fueron ediciones temáticas, a saber: “La Palabra Viajera” (MCJD), Guanacaste en la Campaña Nacional, Las minas de Abangares, el Partido Confraternidad Guanacasteca. Fueron cinco ediciones, con 187 páginas y 89 autores. Dio a conocer, 118 poemas, cuatro artículos y nueve narraciones. Distribución gratuita.

El Centro Literario de Guanacaste encara su vigencia y responsabilidad histórica.  Se han realizado tres giras provinciales. Ha ofrecido recitales, charlas y conferencias. Presentaciones de libros de sus integrantes. Participación en recitales virtuales y presenciales, tanto en el país como fuera de él. Ha ido con su palabra a escuelas, colegios, universidades, casas de la cultura, parques, organizaciones diversas, sin marginar a nadie, porque creemos en la libre defensa de la pasión poética.

Asimismo, en aras de confrontar su trabajo con otras voces internacionales y nacionales, desde el 2003 colaboramos con el Festival Internacional de Poesía de Costa Rica (FIPCR) y desde el año pasado somos parte de la comisión organizadora del Festival Centroamericano de Poesía Guanacaste Eterno.

En el marco del Bicentenario de la Anexión del Partido de Nicoya a Costa Rica, numerosos autores del Centro Literario de Guanacaste forman parte de las tres antologías literarias en proceso de edición, a saber: “Muestra poética de la provincia de Guanacaste”, Editorial Universidad Nacional, coordinada por los escritores Daniel Matul y Rocío Rodríguez. Así como “Cuentos y otros escritos de Guanacaste”, Editorial Universidad Nacional, coordinada por Santiago Porras y Miguel Fajardo, asimismo, en “Guanacaste: poesía entre siglos (1824-2024)”, Editorial de la Universidad Estatal a Distancia, seleccionada por Miguel Fajardo.

El Centro Literario de Guanacaste alcanza, como polo regional de cultura, diez lustros de fervor y pasión; de conciencia y lucha; de perseverancia y esfuerzos independientes; de escribir para ser, porque Guanacaste debe escribir su propia historia y sus trabajadores culturales son testimonio de que no queremos un Guanacaste ajeno a nuestras raíces y nuestros procesos identitarios.

Elevamos una oración por la ausencia de quienes se hallan en otros espacios (+): Rodolfo Salazar, Alejandro Salazar, Adalberto Meza, Ofelia Gamboa, José Antonio Porras, Blas Cabrera, Donald Berger, Ciro Montero, Amalia Martínez, Marianita Baltodano, María del Socorro Clachar, Fernando Varela, Rolando García, Danilo Baltodano, Víctor Quirós, Víctor Piloyo, Yara González, Andrés Espinoza, Luz Jirón, Inocente Gutiérrez, Alberto Arenas, Rodolfo Solórzano, Albán García, Édgar Guadamuz, o Luz Daniel Espinoza.   Gracias por haber pertenecido al Centro Literario de Guanacaste, y por haber aportado, en su momento, por el fortalecimiento integral de la cultura desde esta instancia de lucha cotidiana, en favor de la cultura desde el Guanacaste Eterno que amamos. Su legado nos estimula a seguir adelante. Paz a memoria.

Guanacaste, Costa Rica.




 

domingo, 18 de febrero de 2024

Poesía densa e intensa en Llama del tiempo, de Ligia Zúñiga.

 

Lic. Miguel Fajardo Korea


Poesía densa e intensa en Llama del tiempo, de Ligia Zúñiga.

Lic. Miguel Fajardo Korea

Premio Nacional de Educación Mauro Fernández

minalusa-dra56@hotmail.com

 

 

 

(Guanacaste/Moravia). Ligia Zúñiga Clachar ha publicado tres poemarios: “Cielo aparte”, 1990; “La última cifra del sol”, 2005 y, ahora, Llama del tiempo. (San José: Editorial Poiesis, 2022: 94). Colección de poesía Eunice Odio Núm. 39.  Editor: Ronald Bonilla. Prólogo: José León Sánchez, Premio Magón (+). Portada: acrílico “Estado de disolución”, del pintor cubano Ebenecer Leyva González. El poemario consta de 53 poemas en dos apartados “Puerta del cenit” y “El clamor de la sed”. Tirada de 500 ejemplares. Los epígrafes ofrecen un panorama de lecturas esenciales: Platón, Kafka, Descartes, Bécquer, Tolstoi, Víctor Hugo o Saint-Exupéry. El libro está dedicado a su hijo Andrés Alejandro: “Por esa proyección de nuestras vidas en el inmenso ahora”.

Llama del tiempo, de Ligia Zúñiga Clachar (1951), es la memoria recorrida del equilibrio, desequilibrio y la existencia. En su libro, se trasciende la fusión espíritu, alma, cuerpo. Los espacios del silencio son energías de fe y espera. Una conciencia transmutada en la esperanza de la condición humana.

La esencia de su poesía aborda los recuerdos, el vacío, la nada, el renacer, el principio y el fin. Los espacios infinitos, los lugares o las moléculas, como elementos de espera y olvido. Se vive desde el aquí y ahora, o los movimientos punto, línea, círculo, como formas de equilibrio y exactitud frente a las incertidumbres cotidianas del factor humanidad dentro de nuestro planeta.

EL yo lírico aborda las tinieblas de la sombra, el resplandor de las hogueras, el oráculo de los migrantes, el martirio que se conjuga entre la paz y la guerra, el clamor de nadie, sentado en el vacío de la injusta clandestinidad innecesaria.

Zúñiga Clachar incorpora el espacio de los sueños ancestrales, dentro de un tiempo en el silencio de los orígenes, frente al martirio del tiempo, como el clamor de una mujer que se enfrenta a la vida, para cuestionarla desde todos sus costados, con irreverente voz, desde la poesía, como llama honesta desde su propio tiempo.

El estadio de madurez alcanzada en la poesía de Ligia Zúñiga Clachar es densa e intensa, como las olas que revientan entre las mareas. Señalo dos particularidades estilísticas muy interesantes y poco comunes en este nuevo poemario.  En primer lugar, el espacio en blanco, antes de los versos finales de cada poema, es una especie de marco-esquema recolectivo, lo cual genera dinamismo en los cierres -y sus síntesis expresivas-.

Asimismo, otra particularidad de estilo es que los versos finales referidos pueden leerse como un poema aparte, continuo y alternado con una gran fuerza densa e intensa. A modo de ejemplo, presento  dos textos configurados a partir de sus versos de cierre de poemas continuos del libro, a saber:

Puerta del cenit:de mi olvido. / La Mujer que está en mí. / Suspendida en el tiempo. Soy. / Soy la nada renacida. / Llenos de nada. / Soy la artista consumada. / Inicié el ascenso. / Han retornado las gaviotas. / Un acto de fe. / Para vaciarme. / ¿Habrá tiempo? / Trascenderá el ocaso. / estás en mí. / y exhala. / del Árbol de la Vida. / en la fluidez del fuego que agoniza. / Abrí las alas. / Trasciendo. / El oráculo no ha respondido. / Convertida en Luz. / ¿Renaceremos después del infierno? / Todos vivos en la memoria de la Tierra. / de las horas más largas. / El mar sepultó la palabra. Con la que soy. / Y lo que somos. / Se elevó la esencia. / ¿O es otra? / Seguimos esperando. / El despertar del Sol. / Somos Vida. / Renazco. / Y te marchaste con la verdad en tu vuelo”.

El clamor de la sed: “en el balcón, / El vínculo dormido ha despertado / del perdón y el amor. / ¿morirán? / Aún sienten los pasos de la Resurrección. / Guerra sin violencia, gran desafío del siglo XXI. / ¿Perpetuaremos la esperanza? / más allá del tiempo. / Vuelve la noche. / Seguimos caminando. / Nadie responde. / La roca se convierte en muro. / ¿Sigo escribiendo? / La ruta permanece abierta / Abriendo las alas al Sol / en el mar se agotaron las palabras / perduran en el silencio de los tiempos. / En las entrañas del origen. / La Calle, sigue siendo mi Calle; / la eterna Calle Real que germinó Liberia”.

El Maestro José León Sánchez (+) aduce en el párrafo final de su prólogo: “También la poesía de Ligia Zúñiga es cantarina, como sus dos manos de mujer.  Un libro para leer a “poquito”, como el canto de un ave, el murmurar de las aguas del Tempisque, el repetir de la pequeña oración, después, cuando han terminado las lluvias sobre la pampa de La Gran Nicoya” (p.13).

Presento diez corpus poéticos de gran mérito que me llenan como lector:

ü El viento, la tierra, el agua, / muestran la hoguera de mi silencio”.

ü “Milenarios transeúntes de mi Cielo. / Van y vienen. Nacen y mueren. / Estallan hasta quedar vacíos. / Llenos de nada”.

ü “Cómo descifrar el tiempo, / si solo in instante es nunca y / un solo impacto, siempre”.

ü “El fuego no ha muerto, / perdura en su agonía”.

ü “Desde aquí / donde estoy / está en mí. / Por ellos, por nosotros, por todos”.

ü “Mis pies señalan nuevas rutas frente / a la montaña que se asoma y desaparece”.

ü “Penetro mi corazón / para encontrarme /desde cualquier lugar / con la que Soy”.

ü “Llamaron las voces ancestrales / de Madres y Abuelas de todos los tiempos. / Están aquí… / El vínculo dormido ha despertado”.

ü “El círculo se expande, se derrama / rotando, como esperanza ciega. / Los marcos de siempre, / ¡morirán?”

ü “El sonido del viento, la lluvia, / la luz del sol, la luna, el cascajo y el barro / eternizaron la memoria que prevalece en el tiempo. / La Calle, sigue siendo mi Calle, /la eterna Calle Real que germinó Liberia”.

         En este universo lírico se plantean dos espacios el arriba y el abajo; lo terrestre y lo infinito “Estoy aquí / Dios… / Yo / Soy”. La rotundidad expresiva es fuerte en este poemario de Ligia Zúñiga “Estallan hasta quedar vacíos. /Llenos de nada”.

             El filón indígena encuentra voz positiva, de esperanza ante las tropelías en la poesía de Ligia: “Huiracocha, Qurikancha. / Templo Dorado donde las constelaciones / anunciaron la llegada del siniestro / desde más allá del mundo (…) Sacsayhuamán, Santuario Sol.  / Ollantaytambo, en el Valle Sagrado. / Atahualpa / Observatorios cósmicos develaron / Sabiduría y ciencia (…) Los tambores callaron, pero no murieron. / Aún sienten los pasos de la Resurección”.

             La hablante lírica asume una mirada avizora y crítica en torno de su espacio raigal: “Soy del llano. Miro largo. / Han manejado mi territorio desde la cordillera, / donde la mirada tiene límites (…) Han castrado la visión de los caminos / por la ambición, la palabra falaz y la mentira. / Han sentenciado el discurso de la alborada, / con la incansable proclama de la inercia. / Del dejar pasar, del conformismo”. Es decir, la hablante proclama que no quiere un Guanacaste conformista, pasivo, por lo tanto, jamás, un Guanacaste Ajeno a nuestros auténticos signos identitarios.

                 El sujeto lírico de Llama del tiempo se plantea la disquisición de todo creador “Sentada frente al papel. / ¿Para qué escribo?, ¿para quién?  Interesante pregunta para formulársela a la poeta.

 

Cierra el poemario “Eterna Calle Real”, entre los recuerdos y la nostalgia; entre la crítica y la rememoración del tiempo pasado, desde un presente histórico cambiante “Hoy retorno a la Calle, / la eterna Calle Real, que no es la misma. / Ya no hay puertas abiertas en las casas / que permitan al sol iluminarlas. / La música y el canto de los pájaros / se convirtió en ruido de vehículos, / las flores y las frutas en cemento. / Aquel sendero blanco que reflejó la luna / se revistió de asfalto. / No se escuchan las risas / ni los alados pasos de tantas tradiciones / de hombres y mujeres que forjaron mi pueblo”.  Es un desdoblamiento epocal de un pasado en el presente; de un presente hacia el futuro.

El gran escritor costarricense, Alfonso Chase, Premio Magón ha indicado: “Ligia Zúñiga Clachar es una poeta en creciente evolución, de lo personal singular a la extensión vibrante de la pampa, ese espacio de luz horizontal, que produce una poesía plena de colores, externos e internos que indican madurez y compromiso.

  Pertenece al hermoso diamante de quíntuple reflejo, en el cual se encuentran María Leal de Noguera, Guadalupe Urbina, Miguel Fajardo y Olga Goldenberg, los cuales constituyen la herencia contemporánea del Bicentenario de la Anexión del Partido de Nicoya a la cultura costarricense, de lo constitutivo regional a lo universal, como puede sentirse en la obra de todos ellos”. (17-2-2023)

 El acervo cultural de Guanacaste y costarricense incorpora una nueva obra poética de Ligia Zúñiga Clachar (1951) en sus registros del siglo XXI.  “La poesía es un acto de alarma”, sentenció el gran poeta argentino Rubén Vela. La poesía no da para vivir, pero enseña a vivir y a crecer, para ayudar a vivir y a sobrevivir. ü eso es más importante. Saludamos a Ligia Zúñiga Clachar en su Llama del tiempo, desde nuestro Guanacaste eterno… que amamos.