Miguel Fajardo Korea
Mario
Esquivel Tobar, un humanista visionario
Lic. Miguel
Fajardo Korea
Centro Literario de Guanacaste, Costa
Rica
minalusa-dra56@hotmail.com
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La
vida es un encuentro y un desencuentro. Siempre lo visualizo así. Nos encontramos con las personas que debemos,
y suceden los desencuentros con quienes tenemos que hacerlo. Durante mi vida,
he debido desencontrarme de muy pocas personas, pero lo he hecho con plena
convicción y, hasta la fecha, sin equivocaciones.
Mario
Arturo Esquivel Tobar (MAET) pertenece al primer caso. Nació en Tilarán,
Guanacaste, el 24 de diciembre de 1945.
Este año alcanzará la edad luminosa. Él es un humanista visionario e
integral. Posee una gran vocación de
servicio y le gusta servir de enlace entre las personas, en aras de afianzar
los estadios superiores del ser.
Un
elemento que nos ha unido durante estos años es la admiración común por la
escritora Eunice Odio (1919-1974). La primera vez que supe de él fue en junio
de 1984, cuando adquirí su libro “Eunice
Odio en Guatemala” (Ministerio de Cultura, 1983:189), cuando Alfonso
Chase fungía como Director de Publicaciones. Un texto esclarecedor para
entender el universo vital de nuestra poetisa.
De
ahí en adelante, las referencias de su nombre son infaltables en la
bibliografía odiana. Es el suyo, un libro medular para el conocimiento
holístico sobre la vida y la obra de Eunice Odio. Don Mario manifiesta: “Me ha cautivado la obra de Eunice Odio, por
su tipo de poesía lírica, que rompía con el esquema poético de la época”.
La primera tesis sobre Eunice Odio
es la de Peggy Von Mayer Chaves: “El tránsito de fuego: Hacia una
descodificación biisotópica” (UCR, 1987). Aracelly Bianco y Miguel Fajardo,
presentamos la tesis “El acento corporal
en ΄Los elementos terrestres΄ de
Eunice Odio” (UNA, 2003: 129). La nuestra es la segunda tesis costarricense
sobre Eunice Odio. Asimismo, en 1996, Peggy Von Mayer editó las obras completas
de Eunice Odio, coedición de la Universidad Nacional (EUNA) y la Universidad de
Costa Rica (UCR).
De padre costarricense, José Antonio
Esquivel Rodríguez y madre guatemalteca, Betty Tovar. Sus hermanos son: Arturo,
profesor; Enrique, periodista; Javier, zootecnista y su hermana Leda.
Estudió en la Escuela Central y en
el Liceo de Tilarán, así como en el Colegio Seminario. En 1963 ganó la beca de la AFS y vivió
durante un año en Nueva York. Se trasladó a España (1964-1973). Estudió en Barcelona, donde obtuvo su título de
Abogado y Notario.
Contrajo
nupcias en marzo de 1971, con Amparo Benítez Aldón, española, nacida en Tanger,
Marruecos, con quien procreó cuatro hijos: Ernesto, Técnico en Seguridad;
Natalia, cantautora y profesora de música; Manuel Antonio, Técnico
Electricista, quien vive en Canadá desde el 2001 y Amparo, Gerente de Delta
Airlines en Liberia.
Don Mario trabajó en el Centro de Promoción
de Exportaciones e Inversiones (hoy Procomer). Así como en un reconocido bufete
capitalino. Durante el gobierno de Rodrigo Carazo Odio fue designado Embajador
en Guatemala (1978-1980), posteriormente, fungió durante un año (1981) como
Embajador Alterno ante las Naciones Unidas, donde fue electo en la 36ª Asamblea
General de la ONU, como Vicepresidente de la Tercera Comisión. Fue condecorado
por el Rey Juan Carlos con la prestigiosa Orden del Mérito Civil en Grado de
Gran Cruz en 1981.
Durante más de 25 años fue
propietario de un negocio comercial en Desamparados. Desde hace 20 años se incorporó
a la Cámara Costarricense de Restaurantes y Afines (CACORE) y a la Cámara
Nacional de Turismo (CANATUR), donde representa al sector gastronómico. En ambas entidades, ha ocupado cargos
directivos.
Se
encuentra altamente activo, a pesar de encontrarse jubilado. Él aprovecha vivir
y servir todos los días. En sus
travesías ha recorrido toda Centroamérica, México, Estados Unidos, Canadá, España,
Portugal, Francia, Grecia, Turquía, Yugoslavia, Mónaco, Bélgica, Alemania,
Inglaterra, Suiza, Austria, Luxemburgo, Andorra, San Marino, Vaticano, Rumania
e Italia -el país que mejor conoce-.
En
San José formó parte de las tertulias literarias en la Casa España, que reunía a
los artistas guanacastecos radicados en la capital, y participó activamente en
el quehacer cultural del área metropolitana.
Dentro
de su producción cultural, el Lic. Esquivel Tobar editó el libro “Eunice
Odio en Guatemala”, presentación, notas y selección (San José:
Ministerio de Cultura, 1983: 189). El texto se encuentra agotado. Se proyecta
su segunda edición corregida por parte de la Editorial Costa Rica.
Mario
Esquivel escribe en el exordio de ese libro: “Aquí estoy Eunice, navegando en la historia de la República de
Guatemala, país parte de la vida centroamericana donde viviste una etapa de tu
vida. Y todo por perseguir tu
nombre. Principalmente inmerso en medio
de una década (1944-1954)… Por eso, cabalmente me incito, con gran gozo de mi
parte, a explorar un tramo de tu historia personal, un segmento de tu vida,
toda una década trepidante y generatriz” (1983:9).
Don
Mario me facilitó el ejemplar autografiado del más reciente libro “Eunice
Odio y su sensual mundo poético” (Estados Unidos: The Edwin Mellen
Press, 2010: 178), escrito por el Dr. Anthony J. Robb, fallecido en el 2011. En
el 2009, Robb me envió su libro “La poética de Conny Palacios”
(Managua: Pavsa, 2004: 170).
En
su libro sobre Eunice Odio, el Dr. Robb escribe sobre nuestra precitada tesis:
“Creo que este estudio es el que más se
ha aproximado a este y a mi disertación doctoral, ya que los escritores tocan
áreas que se relacionan también con la estilística de la vegetalidad y
elementos de la naturaleza dentro de la temática dialógica entre lo femenino y
lo masculino (…) plasma efectivamente la retórica odiana que se encuentra en la
mayor parte de su obra poética” (2010: 161).
Por
otra parte, Mario Esquivel escribió el prólogo al libro “Valle Alto, Yolanda
Oreamuno” (San José: Euned, 2003: vii-xiii). Su significativo aporte en
este libro es
la inclusión del cuento “Harry Campbell Pall”. Único texto escrito por Yolanda en Estados
Unidos y uno de sus dos textos narrativos editados en Guatemala.
Esquivel
sostiene: “Nuestra autora revela en este
cuento su vena irónica-satírica, su habilidad en el manejo de mecanismos que
llevan a la risa. Aspecto este muy
interesante, ya que, en general, en la obra literaria de Yolanda Oreamuno
predomina una actitud pesimista” (2003: xiii).
Además,
prepara dos libros por editar durante el 2016. Ante el centenario del natalicio
de Y.O., publicará el texto “Yolanda
Oreamuno: escribir en Guatemala”.
Además, “Pretérito perfecto”, un
libro con sus artículos de periodismo cultural, desde 1963 hasta 2015, los
cuales ha difundido en Costa Rica, Guatemala, Honduras o Panamá. Recuerda que a
los 17 años escribió su primer artículo sobre Carlos Gagini, publicado en “La Nación”.
Sé
que los proyectos editoriales que tiene para el 2016 lo confirmarán,
definitivamente, como una de las voces culturales costarricenses más
autorizadas sobre la obra de dos íconos literarias de prestigio internacional:
Eunice Odio y Yolanda Oreamuno.
Don
Mario Esquivel ha participado como panelista cultural invitado, en diversos
programas televisivos y radiofónicos, en Canal 13, Canal 15, Canal 65 y Radio
Columbia, en relación con la obra de Joaquín García Monge y Yolanda
Oreamuno, junto con Camilo Rodríguez, Manuel Araya Incera, Alfonso
Chase, Jacques Sagot, Rima de Vallbona, Mía Gallegos, Dagoberto Fallas o María
Julia Pampillo.
Con
justicia y reconocimiento, el escritor Camilo Rodríguez Chaverri lo incluyó en
el libro “Grandes personajes guanacastecos” (2006: pp. 181-186). Es
asiduo asistente a las actividades culturales y artísticas que se desarrolla en
Guanacaste. Asimismo, le gusta ser el
enlace para concretar proyectos, ya que posee una especial vocación altruista y
filantrópica. Considera que uno, esté donde esté, siempre tiene que dejar una
huella.
Para
el Lic. Mario Esquivel Tobar, independiente del empleo que uno desarrolle, todo
ser humano tiene que entrar en la cultura, dado que esa es la parte que a uno
lo enriquece como ser humano, pues es un vehículo de comunicación con otras
culturas.
Don
Mario piensa que tanto la cultura popular como la académica requieren de más
difusión en el país. Reclama mayor apoyo a los sectores educativos, porque el
guanacasteco es un ser con muchas habilidades culturales en diversos campos,
pero hay que desarrollarlas. Considera que el Caribe y Guanacaste son dos focos
de cultura popular que debemos recuperar. En la gastronomía, siempre pide lo
que se come en cada país o lugar que visita, pues esa actitud enriquece el conocimiento integral de la
cultura.
Esquivel
Tobar sostiene que las Sedes Regionales Universitarias han ampliado la cultura, pero aduce que
debemos conservar todo el ambiente netamente guanacasteco y no recibir
injerencias exógenas. Es vehemente cuando afirma “que no desvirtúen o desnaturalicen nuestra cultura, de origen y sabor auténtico
guanacasteco”.
A
pesar de su jubilación, Mario Esquivel maneja agenda llena de responsabilidades
y compromisos, pero siempre planifica el tiempo
para compartir. Con él hemos ido
a numerosos actos culturales de las universidades públicas, del Ministerio de
Cultura, el Centro Literario de Guanacaste, la Asociación para la Cultura de
Liberia, seminarios, congresos, simposios, lanzamiento de libros o presentaciones artísticas de su hija Natalia
Esquivel Benítez, destacada cantautora costarricense.
Su
intención es clara, incorporarse a los grupos culturales organizados de
Guanacaste. Cuando él se compromete para
asistir a alguna actividad, está ahí, muchas veces, de manera inadvertida, pero
solidaria y proactiva.
Mario
es un ser humano muy sensible, muchas veces parco en su hablar. Medita lo que dice. Es comedido. Admiro sus cualidades de fineza,
amistad, lealtad, consejería. Con él
puede hablarse sobre cualquier tema. Es un hombre muy culto. A pesar de su
ejercicio diplomático, no es muy dado al abordaje de esos temas, solo cuando es
pertinente.
En
su caso, por ejemplo, siempre que ha estado en otros países, indaga sobre la
huella de sus compatriotas; en ese contexto, se ha interesado por la obra de
los escritores de Costa Rica fuera de las fronteras.
Cuando
fungió como embajador, dedicaba dos horas matutinas, previas a su jornada diplomática,
para investigar en las bibliotecas de
Guatemala. De ahí los hallazgos sobre
Eunice Odio y Yolanda Oreamuno. Una de las razones de haber aceptado la
embajada en Guatemala fue, precisamente,
investigar sobre las talentosas e
incomprendidas autoras que las nuevas generaciones están redescubriendo.
Desde
julio del 2008 regresó definitivamente a Guanacaste, luego de prolongadas
estancias fuera de su tierra y del país, donde
ha sido el protagonista de una vida muy intensa.
Definitivamente,
pertenecer al círculo de amistad de Mario Arturo es una alegría. La vida es un
encuentro y un desencuentro. Durante ella nos cruzamos con personas que dejan
una grata presencia. Él es uno de esos casos.
¡Carpe
diem, Mario Esquivel Tobar, humanista visionario!
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