En el presente blog puede leer poemas selectos, extraídos de la Antología Mundial de Poesía que publica Arte Poética- Rostros y versos, Fundada por André Cruchaga. También puede leer reseñas, ensayos, entrevistas, teatro. Puede ingresar, para ampliar su lectura a ARTE POÉTICA-ROSTROS Y VERSOS.



lunes, 1 de diciembre de 2008

LA FISURA DE LA ETERNIDAD EN LA RÚBRICA DEL DESEO_Carmen Váscones

Carmen Váscones, Ecuador




LA FISURA DE LA ETERNIDAD EN LA RÚBRICA DEL DESEO




La escritura de mujeres es un andar más allá de la cartografía corporal, geográfica y psíquica. La mujer mira, habla de ella y de las otras, lo dice como dando a develar una desnudez que no se deja atrapar en el placer textual de los poros ni de la sensación de la conquista luego víctima o desprecio; ella, desmadeja los cables del lenguaje donde está la tensión de la historia de la humanidad, deja a un lado la manzana y la serpiente. El deseo aflora en la lengua que deja notar los nudos en la garganta, más abajo del ombligo o la sensación de la nada cuando esta acecha, y, la angustia se agota en el agobio de un placer derrotado por los intersticios de los sexos. El cuerpo siente pero a veces ignora qué historia se escribe en su piel. La mujer intenta decir, se enferma, se constituye, plantea, habla por otras, se escucha el sufrimiento humano. Es un reto y riesgo destapar el rostro cubierto sin temor a ser lapidada. América no vive eso, pero la violencia se precipita y pide a gritos un llamado de atención de intervención.

Qué hacemos las escritoras en este espacio social, donde lo humano sangra el golpe sin palabras. Escribimos, ¿para quién, para deleitar, denunciar, mediar, enlazar o qué? Las escritoras nos invitan a que demos sus lecturas, a que veamos cómo el pensamiento femenino se ha quitado el himen, la ignorancia no nos hace buenas. Saber tampoco, pero como que este se lo relaciona con la hoguera y el pecado, irónico, aún en estos tiempos de destapes.

El taparrabo pide que se lo ponga donde debe estar, para dar la ilusión del pudor, moral, salvación y redención. Ocultar la vergüenza, cuál, hay algo que no está o no debe estar a la vista. La imaginación se presta a soñar pero no a taparle la boca al deseo de constituirme: la voy siendo.

América es un rostro de mujer donde el hombre tiene que dejar de conquistar y dominarla para que el trato de igual a igual sea de generar una historia diferente. No hay ningún mujer ni ningún hombre detrás de un supuesto triunfador, solo hay dos humanos que generan una puesta en común donde juntan ideas sin competencias para el logro comunitario de una sociedad emancipadora permanentemente.

Es importante hacer seguimientos a diversas Antologías que van recorriendo esos cuerpos voceros de historias, rupturas, rebeldías, En Ecuador, tenemos recopilaciones valiosas, dignas de estudios de discusión y de difusión, como “la Voz del Eros, recopilación de Sheyla Bravo, “Mujeres Frente al espejo”, recopilación de Melania Mora de Hadatty, Rosa Amelia Alvarado y la que les habla, “Poesía Erótica de Mujeres: Antología del Ecuador.”, Antología “Poesía y cuentos ecuatorianos, Antología temática, Universidad del Azuay, por Sara Vanegas, y, hay muchas otras obras que por su esfuerzo deberían estar en un inventario o banco de dato para facilitar la consulta, investigación y difusión. Hay nombres en nuestro país que son la voz de nuestro continente en movimiento, como Dolores Veintimilla de Galindo, Alicia Yánez Cossío, Ileana Espinel, Aurora Estrada, Sara Nelly de Lamas. En igual nivel que Gabriela Mistral, Isabel Allende, Alfonsina Storni, Gioconda Belli, Cristina Peri Rossi, Isabel Allende y nombres que todos conocemos. Son mujeres que han parido la nueva literatura y estilo de escribir. Han quitado el velo al poder, porque han podido expresarse sin esconderse en la letra. Pongo una inquietud de insurrección al statu quo para que el pensamiento no sea una resignación eterna ni se haga parásito del ser. Manuela Sáenz escribió, y de lo poco que queda, se impuso la libertadora de las libertadoras… ¿por qué no? Qué queremos ser, esclavas de competencias y rivalidades o deliberadoras y gestantes de espacios que comprometan un llegar a la mayoría para dar cabida a un replantear y accionar.

Cabe Decir que las antologías internacionales han dado mucho espacio a las escritoras ecuatorianas y posibilidades de entrelazamientos con las de otros países, el mismo que ha permitido se abra un camino de acercamiento al quehacer de este decir. Podríamos aseverar, que, desde que la mujer habla crea, otra cosa es cuando aprendió a escribir, y pudo entrar a la letra prohibida y habitarla con su fantasía y realidad. Es un largo recorrido que tiene una historia propia y no sólo “habitación propia”. Hasta la horca le costó por hablar de temas que eran solo de hombres…

Las voces poéticas “son mujeres anónimas y públicas, que están dando qué decir, están rompiendo el silencio, están en el ejercicio del poder político, de la ciencia, de la literatura, y en el de sus hogares. Los problemas de la violencia doméstica y cotidiana tienen la misma atención que las guerras. Hay un movimiento pensando e invitando hacia una derrota de todo lo que se opone a construir espacios convivibles. La búsqueda de una medida justa”.1 (“La Voz poética es”,[ carmen váscones, ponencia presentada en Toronto, Canadá, Consulado de Ecuador y Universidad de Cork, Festival, la voz y la palabra] l

“La poesía femenina en el ecuador es un trabajo estético insertado en el diálogo interior con la vida que se presenta como asombro y horror, como historia y fantasía, como silencio y grito, como testigo y testimonio.

También considero que el arte poético femenino tiene una posición política, erótica y ética. También de resistencia y reto. Se podría afirmar hasta de un poder convocador diferente, esto es que incluye y no excluye al hombre y su discurso, más bien lo desafía y lo provoca a concebir un lugar diferente con respecto al encuentro y consenso de los espacios habitados por los géneros y sus implicaciones en las determinantes de la vida cultural y social.

“Hay un replantear de la palabra más allá de las vivencias, del discurso e incluso del hacer creador, igual, el hombre piensa y habla porque es un ser humano. El hombre no tiene la exclusividad como creador del lenguaje, la mujer crea también, hasta se podría decir doblemente, pero no se trata de competencias. Con dejo irónico, cito a un amigo que al opinar sobre las mujeres escritoras de poesía dijo “como el macho es el líder de la manada, la mujer es la vanguardia de la poesía ecuatoriana”. Ahora sí, podríamos decir que la mujer hace y huella una memoria del deseo. Tiene una escritura propia, que evidencia, traduce, traslada, y denuncia lo corroído, lo perdido y vendido. También podríamos decir, que ella, nosotras, tenemos una posición comprometida y asumida de la palabra creadora, esto es, dar la posibilidad de volver a creer, crear y crecer en el conjunto con los otros”.[ “El preámbulo de lo femenino dentro de lo masculino”, ensayo, de carmen váscones]

Vanguardiamos no ser empleadas domésticas del cuerpo. Pensamos con cabeza propia. Aunque a veces la rompen, la agujerean con balas, las cortan, las desmantelan de su identidad. Tenemos que trabajar el repudio a toda violencia insertada en el lenguaje y en la realidad, tenemos que oponernos a la cosificación y venta del cuerpo. Denunciar sin quedar roncas. La violencia no resucita a la mujer.

Recuerdo la frase de una adolescente cuando se le preguntó, usted qué ha leído y contesta “lo único que tengo para contar es mi vida”. Cada mujer es un libro inédito, a deletrearse, a escribirlo, a darlo a conocer. ¿Cómo contar, con quien cuento, cómo nos contamos? ¿Cómo nos tomamos en cuenta? ¿Quién no te toma en cuenta?

La historia de la humanidad se inicia entre un hombre y una mujer. Hay que darle a la mujer lo que es de la mujer y al hombre lo que es del hombre, la pregunta es, qué no es de cada uno, qué es compatible. Como cohabitar lo incompatible. La palabra está fragmentada de historias, está vaciada como útero desconsolado, perforada como infancia abaleada, como niña desaparecida… La palabra es como cada historia que tiene otra historia. Ella un espacio de sublevación y reafirmación para ambos géneros.

Cada plato roto entre parejas de hombres y mujeres significan las cadenas enredadas de dolores, venganzas, resentimientos, odios, donde se sacrifican sus presentes por los nudos que cada generación no pudo desanudar a su debido tiempo. Ningún hijo tiene que resolver lo que sus padres no pudieron hacerlo. Cada ser humano sea hombre o mujer tiene que vivir en su cuerpo, en sus pensamientos, en su vida. Hacer el diálogo que establece con su pareja en un presente, con un compromiso del ahora, alimentado por la convivencia que marca una experiencia particular y diferente a como la vive el vecino o como fue la de sus antepasados. Para la vida y el matrimonio no hay lección aprendida, se la construye todos los días en ese ir haciendo, sintiendo, pensando. Día a día. Viviendo.

La literatura recoge la vida cotidiana y la escribe para recordarnos e incitarnos a romper los yugos del sometimiento.

¿Qué desea cada humano? Acaso dejar de ser asesinos del amor, acaso esto conlleva a que hombres y mujeres tomen el qué hacer de la vida cotidiana del hogar como un encuentro posible. Cómo, agarrando las vivencias donde el “error” fue posible resolverlo, retomando los momentos agradables para poder renacer la confianza, - donde los orgullos cedieron - donde el poder y uso de las palabras pueda sentir ese verbo liberado y se sienta que dejaron de ser sometimientos de los unos a las unas. ¿Tendríamos que hablar de la utopía del amor? Sigamos en ese recorrido el andar. Los libros no son recetas, nos dan pistas…nos invitan a pensar diferente.

Reconocer y asumir las faltas para poder tener un nivel de diálogo que permita hacer pasos y lazos que faciliten llegar a acuerdos para posibilitar un ambiente familiar sin violencia. Soportar el intercambio de ideas y reflexiones es una forma de consolidar los afectos y los efectos para que estos no se oxiden en el guardarropa de la memoria y del corazón.

Convivir entre adultos y niños como familia reenvía a que no hay que olvidar quién soy yo, para saber quién eres tú, y si no lo sé, se averigua, se interroga, quién es ese que convive conmigo, de qué he hecho para saber de mí de ti, de los hijos, de los demás.
Nos escondemos en justificaciones y dudas, decimos, no tengo paciencia para mí, para el otro, entonces, es urgente que trabaje hacia un soy diferente, Ahí estamos todos.

Hombres y mujeres conllevan historias propias y ajenas cargadas de deseos de amor y de alegrías, combaten con pensamientos para transformar la crueldad, conjugan una sexualidad que toma su ritmo y tiempo traducirla en la razón de la erótica y su sentido de ser en la piel y en el lenguaje que hablamos, gestualizamos, palpamos escribimos, tocamos, engendramos…

Nadie enseña a nadie, se aprehende a convivir en ese trayecto en el que se intercambia un lenguaje sexualizado, sensualizado y marcado por las palabras que acogen, reprimen, rechazan, repudian o festejan el nacimiento de un recién nacido, o peor aún condenarle su infancia, su proyecto de vida.

Por cada acto, palabra, hechos que dejamos de hacer o decir somos lo que somos, y andamos atrás del que no somos. Tenemos que hacer un presente sin deudas, sin culpas. El mandamiento de la vida es desear la vida y vivirla como única, no hay respuesto.

El erotismo en la vida y en la poesía nos habita ahí, dónde, donde el hombre no sabe qué hacer con el silencio y el vacío. Lo sensualiza de un más allá: aquí sí y aquí no.

El deseo humano que es insaciable, puebla la imaginación del cuerpo con inagotables persecuciones de imágenes rehenes de tatuajes de fuego y de luna, cicatrices de realidades filiales interrumpiendo las habitaciones de los sentido, de interdictos y tabúes no solo de espejos y fantasmas sino de danzas de lluvias y tristezas tras afirmaciones y negaciones de actos inundados por ensueños hechos de reinos de amor y tentativas de libertad, por reinos de placer y displacer, donde los humanos como dioses y demonios se disputan lo femenino y lo masculino, donde el ser se atreve a disfrazarse, donde la imagen sueña a saciarse y devorarse entre miradas y palabras que no se reducen a la nada, ni a actos instintuales, ni siquiera a la manifestación brutal de la razón cuando destruye al enemigo en aras de la codiciada paz.

La literatura como el erotismo no es sexo ni sexualidad ¿qué es? Es el gozo de vencer el horror y el miedo, ¿cuáles? Decirle no al otro y a sí mismo sin culpa, sin remordimientos, sin pecado original, sin opresión.


Es el inicio que involucra la concepción de lo humano, diferente de las otras especies, y diferente frente a la humanidad de la que no me siento imagen y semejanza. Solo el humano repara y destruye. Caigo en cuenta de lo que digo, de lo que me dices, de lo que podría decirse… Quizás, así, se podría comprender mejor el codiciado: TE AMO

Ya es hora que el humano deje de pavonearse y vanagloriarse por eso de ser distinto a la especie de los mamíferos, sentirse glorioso ante el otro que lo considera inferior o que cree que significa el privilegio del dominio absoluto en eso que nace, crece, se reproduce, muere, habla, piensa, siente. Inventa leyes de convivencias, de control del orden, de reprimendas a los instintos y hasta reglas de los lechos nupciales.

No olvidar, que siempre habrá una insurrecta correspondencia, que desarregla la voluntad soberana. El Si es un derecho a elegir el mando. Recordemos siempre que la imperfección humana nos acerca a reconocernos en lo vulnerable: UN MORTAL MÁS.

¿Quién es el objeto de la pasión humana cuando esta rebasa el control reglamentado y no se conforma con ser un ciudadano de deberes y derechos, eso de cumplir la ley, cuando se hostiga de saciar la carne de su carne, cuando se aburre de la rutina, cuando el medio no le abastece ni lo convence, cuando la lucha por la sobrevivencia lo agobia, cuando el hastío lo toca todo? Quién es. Te dejo con esta inquietud o incógnita…

¿Acaso será el erotismo, que actúa como la cuestión, el eslabón, el puente entre el interdicto y la trasgresión y quiere un espacio? Rara pasión humana ligada a la vida y a la muerte, donde dios y el amor investidos de naturaleza y génesis se disputan el privilegio de la existencia que adolece de mortalidad y gracia concebida.

Octavio Paz dice” el erotismo es deseo sexual y algo más; y ese algo es lo que constituye su esencia propia. Ese algo se nutre de la sexualidad, es naturaleza; y al mismo tiempo, la desnaturaliza”. O. Paz, encuentra un hito entre el mundo animal y el humano, entre la naturaleza y la sociedad, lo ubica como un paso, una raya divisoria”. Ahora bien, existe erotismo porque hay otro, esto es, un diálogo, una conversación en el escenario de los
cuerpos hablantes sociales y antisociales, históricos y ahistóricos, irrepetibles e irreductibles.

¿Y qué es el erotismo? Es imagen y palabra. Es la metáfora humana de lo diferente, son actos creadores sucesivos. Es ese resto inaprensible, eso que faltó, que falta, que me invita, me reenvía a la angustia, me impulsa otra vez a empezar, continuar, acabar, buscar, permanecer, obstinarme y a veces hasta aniquilar o aniquilarme.

Siguiéndole las pisadas a O. Paz lo puntualiza así “ese algo es la fascinación erótica, lo que me saca de mí y me lleva a ti: lo que me hace ir más allá de ti. No sabemos a ciencia cierta lo que es, excepto que es algo más. Más que la historia, más que el sexo, más que la vida, más que la muerte”.

Para mí, el erotismo como un texto es un diálogo inconcluso entre la vida y la muerte, ¿quién lo continúa? Quizás la poesía. ¿quién continúa en esa palabra? ¿qué lugar ocupa el poema? ¿quién es el poeta para la vida y la muerte? ¿sólo una voz o algo más?

El verso nos contempla, convive entre la creación y destrucción, encarna y engendra los deseos humanos, combate los monstruos imaginarios y reales, desmitifica los ideales, quita la máscara a la criatura portadora del ser, quita la muleta de la resignación, desnuda del amor investido de odios, celos y venganza. Expone a la razón incoherente y hostil, deja ver su calavera manchada de crueldad placentera y perversa, justificada como juicio cabal.

La poesía es el cuerpo verbal de la erótica de la palabra textual dentro de lo erótico humano sensual. Es la naturaleza de la pasión y del dolor sublime que limita entre la imaginación apropiada y expropiada. Crea una caricia real que deja de estar a la defensiva y está dispuesta a un cambio: dejar de torturar para dejarse acariciar con el ser, trazo humano de la procreación de la belleza. La hermosa: aventura solitaria de la atracción, donde el amor se juega la propia libertad de lo literario y lo real. Su héroe y heroína apuesta al contrario al precio de ser rehén y cautivo del amante vencedor y vencido. El amor es el campo de batalla del hechizo, del enamoramiento y de la agonía que desata el dolorcillo o la alegría de saberse o no saberse correspondido.


La soledad del amor impulsa duelos y teatros en la imaginación donde el deseo punza su perpetuo eros. ¿Cuándo es llamado el erotismo? Cuando el cuerpo desolado empieza a habitarse de imágenes enlazadas a la boca que desprende formas sonoras con ritmos de emociones inyectadas de memorias propios y ajenas pero que a la vez pertenecen al universo de la presencia añorada, figurada y desfigurada en el verso de la llama amada, llamándome llamándose, llamándola, sin poder callar, ni acallar la llamada que contiene la chispa o la llamarada del peregrinaje del amor con sus conversaciones pendientes en hermosuras posibles, “y el deseo pedía siempre algo más hermoso” dice charles Baudelaire.

Retomo a Octavio Paz, dice, “el amor no es hermoso: desea la hermosura. Todos los hombres y mujeres desean. Ese deseo es búsqueda de posesión de lo mejor... ¿y qué busca el amante? Busca la belleza, la hermosura humana. El amor nace a la vista de la persona hermosa. Así pues, aunque el deseo es universal y aguijonea a todos, cada uno desea algo distinto”.

El éxodo del erotismo en la poesía ata el destino y la libertad de la búsqueda personal en ese otro que se va siendo desde el lenguaje inseparable de la condición humana carente de eternidad y perfección. Lo transitorio del ser es avizorado por la poesía, ella es condición de aceptación y fuente de transformación, de interpelación de los contrarios, de crear un saber distinto del génesis y de toda ciencia.

El erotismo es en la poesía lo masculino y femenino concibiendo la infancia del verso. El poema es el espacio, la voz, el agujero, el semblante. La cifra de dios, del libertino y del enamorado y de todo cuerpo preguntándose ¿quién soy? Ya que el deseo no es suficiente para saberse humano, peor saberse racional o mortal.

La poesía es la otra, la voz del otro, las voces del erotismo configurando la sexualidad humana que no se reduce a un coito, rituales y civilizaciones. Sino al gozo de existir desde y por la presencia divina de la palabra que nos invita a ser todavía. Es una poética corporal fundida en una erótica verbal. Es una erótica del cuerpo verbal. Esto es, la poesía, es una constancia del abrazo entre la destrucción y la construcción, entre la muerte y la vida, entre el cielo y el infierno, entre lo bestial y humano, entre el vacío y la palabra. Entre tú y yo. Quevedo lo resume así en su verso de todos los tiempos “polvo serán, más polvo enamorado”

El amor no se libera de la memoria. El mito del amor dentro de la poesía lo sostiene a través del erotismo en su desencuentro con la pasión, con el deseo que pide siempre “algo más”. Acaso sea, quizás atrapar ese momento donde ambas, muerte y vida se desprenden del cuerpo y se fusionan en la palabra: La ausencia acompañada.. La muerte no se lleva tu memoria, dentro de mi te libero de tu muerte hasta que mi muerte consuma nuestra fantasía de amado y amada.

Amante obra de nuestro instante imperecedero y perecedero, anónimo y público para los dos. Versos de nuestra existencia. Espacio de la mirada intima, libre de los estragos de la servidumbre del amor, albedrío del deseo en el parpadeo soberano de la contemplación de las criaturas en su poética de una libertad elegida.

Carmen Váscones
2008, VENEZUELA

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Bibliografía

Bataille, Georges, “El Erotismo”, (Traducción de Antoni Vicens), 5ta Edición, TusQuets Editores, S.A., Barcelona, 1988.
Paz, Octavio, “La Llama Doble”, Editorial Seix Barral, S.A., Barcelona, 1993.
Paz, Octavio, “Un Más Allá Erótico: Sade”, Tercer Mundo Editores, Bogotá, 1994.
Rueda, Marco V., “Mitología”, Ediciones de la Pontificia Universidad del Ecuador, Quito, 1993.


CARMEN VÁSCONES MARTÍNEZ: Samborondón, 1958, provincia del Guayas- Ecuador, de profesión Licenciada en Psicología, 1983 y Psicóloga Clínica, 1984, Ha trabajado en Ministerio Social y Trabajo: FODI (Fondo de Desarrollo Infantil), ha trabajado con Instituciones de atención al niño, la familia y a la comunidad (INNFA), Programa muchacho trabajador del Banco Central (PMT), Fundaciones, tanto en Investigaciones, Asesorías, Coordinaciones sobre Atención al Maltrato, Abuso sexual, Deberes y Derechos, Formación Cívica y Democrática, desarrollos de Espacios Alternativos Creativos. Ha laborado en Colegios y Universidades; Ha dado talleres de creación literaria; Creadora y organizadora de Simposios por el Día Internacional de la Mujer 1997 y 1999; Invitada por la Embajada de Ecuador en Perú para la Feria del libro Internacional, 2001. Invitada por Consulado de Ecuador en Toronto, y la Universidad de York , 2008. Carmen Váscones es poeta y narradora, crítica, ensayista, investigadora en el área educativa, invitada articulista en diarios, y de profesión Psicológica Clínica. Nació en Samborondón, Ecuador en 1958. Váscones es una de las escritoras más reconocida y destacada en Ecuador al principio del nuevo siglo. Participó en el Taller Literario del Escritor Miguel Donoso. Sus premios y condecoraciones incluyen: II Bienal de Poesía, “Cesar Dávila Andrade,” Cuenca, 1993 a su obra “Memorial Aun Acantilado;” I Mención, Concurso de Poesía “Ismael Pérez Pazmiño,” El Universo, Guayaquil, 1996 a su obra “Aguaje.”. Segundo premio, en concurso internacional, Poesía Erótica, “bendito sea tu cuerpo”, Lima, 2008. Además tiene Reconocimientos en el Campo de Escritora por el Ministerio de Educación y Cultura del Ecuador, 1998; Reconocimiento del Congreso Nacional del Ecuador por su práctica de la docencia y al cultivo de las bellas letras, 2001; Mérito Educativo Cultural, Ministerio de Educación y Cultura del Ecuador, 2002; y Segunda Premio, Poesía, Concurso Internacional de la Revista Hogar, Guayaquil, 2005. También Carmen Váscones ha trabajado en instituciones de atención al niño, familia y comunidad. Fue creadora y organizadora de Simposios por el Día Internacional de la Mujer, en Guayaquil, en 1997 y en 1999; fue Represente de la Embajada de Ecuador en Lima, a la Sexta Feria Internacional del Libro, Cámara Peruano del Libro, 2001; Invitada por el Consulado de Ecuador en Toronto en Canadá, al evento de la Imagen y la Palabra organizado conjuntamente con la Universidad York, 2007; y ha sido Presidenta de la Representación de la Casa del Poeta Peruano en la Provincia del Guayas, Ecuador, 2001. Es la editora en el área de Educación y Cultural en el periódico El Cantón de General Villamil Playas, Ecuador, donde vive con su esposo, el pintor Canadiense, Roger Hollander. Libros de Poesía Publicados: La Muerte un Ensayo de Amores. Guayaquil: La Casa de la Cultura del Ecuador, Núcleo de Guayas, 1991, 1994; Con/Fabulaciones. Quito: Editorial El Conejo, 1992; Memorial Aun Acantilado. Quito: Editorial El Conejo, 1994; 2ª ed. Cuenca: Colección: Premios Bienal de Poesía Ecuatoriana No. 3, Fundación Cultural “La Palabra,” 1998; Aguaje: Quito: Editorial Libresa, 1999.

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