Susana Giraudo
____________________LA DIOSA
A Antonio Lara, in memorian
Le dejó una diosa
en el hueco de las manos.
Sonreía ella sonrisa de marfil
y arrancaba notas prodigiosas
de un rígido diapasón.
Fue luego la nada quieta, inevitable.
Y solo esa imagen desnuda
entre las manos.
Destino trunco.
Música despedazada,
inanimada,
incapaz .
Allí quedó después
el inasible en-canto de unos versos
que negaban infructuosos
el olvido.
Solo silencio ahora.
Y la muerte,
derrotada
al pié de la memoria.
____________________LA DIOSA
A Antonio Lara, in memorian
Le dejó una diosa
en el hueco de las manos.
Sonreía ella sonrisa de marfil
y arrancaba notas prodigiosas
de un rígido diapasón.
Fue luego la nada quieta, inevitable.
Y solo esa imagen desnuda
entre las manos.
Destino trunco.
Música despedazada,
inanimada,
incapaz .
Allí quedó después
el inasible en-canto de unos versos
que negaban infructuosos
el olvido.
Solo silencio ahora.
Y la muerte,
derrotada
al pié de la memoria.
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