Ricardo Llopesa
TRES
OBRAS DE LLOPESA
SOBRE
SU PAISANO RUBÉN DARÍO
Por
Rafael Ferrer
El escritor
nicaragüense Ricardo Llopesa, nacido en Masaya, es un personaje de sobra
conocido en Valencia, donde asentó su residencia hace medio siglo. Como paisano
de Rubén Darío escribe desde siempre sobre él. No solo escribe, lo defiende en
artículos y en libros, hasta tal punto que quienes no leíamos a Rubén, aunque
llegamos tarde, lo conocemos mejor.
Llopesa ha
realizado una labor importante como poeta y como investigador. Su libro Iluminados
y perversos lo confirma como un poeta con mucha madera. Ha publicado otros,
pero Llopesa es reacio a hablar de ellos; no mira al pasado o no le importa
nada. Le importa lo que hace, mira hacia delante y siempre habla de proyectos
que se quedaron en el cajón del olvido y recupera para trabajarlos y darles
forma de libro.
Mientras hablamos
en el Café Aromas, en pleno centro de la ciudad, me cuenta que dejó de fumar
hace quince años, sentados frente a una copa de vino tinto. La experiencia con
el vino marcó la poesía de Llopesa, viva y enérgica como la música de la
tabernas, tema que tocó en Paraíso terenal, su primer libro.
Hemos quedado para
entregarme sus tres libros publicados a lo largo de este año 2013, que todavía
no ha terminado. Son tres obras, cada una a cual más maravillosa, editadas en
puntos muy distantes de la geografía: Madrid, México y Valparaíso. De un
extremo a otro del mundo, todo un lujo para un escritor. Voy a citarlos
siguiendo el orden de aparición.
El primero, Prosas
profanas, vio la luz en Madrid, bajo el sello de una colección histórica
como Austral, que edita Espasa Calpe, y ahora pertenece, desde hace algunos
años, al Grupo Planeta. El libro tiene la sobriedad de las grandes obras, es
ligero, pesa poco, y sorprende tenerlo entre las manos. Es la obra maestra del
gran poeta de Nicaragua.
El segundo libro,
apareció en el mes de septiembre, en la capital mexicana. Se titula Antología
personal y está bellamente publicado por la Editorial Planeta, dentro de
una de sus filiales, que en este caso es la editorial Joaquín Mortiz. Según
Llopesa es lo mejor de Rubén, porque aquí el poeta reunió lo esencial de su
poesía; es decir, lo mejor. No estará a la venta en España, porque según
Llopesa, los españoles leemos poco, pero sí se venderá en toda Hispanoamérica,
incluido los Estados Unidos.
El último libro es
una bella edición de lujo, algo que sólo se encuentra entre bibliógrafos. Se
trata de una edición crítica de Azul..., el libro que le dio la fama a
Rubén, profusamente anotado por Llopesa, con más de cuatrocientas notas a pie
de página, y otras muchas en el apéndice. Un trabajo monumental ―quince años―, apunta Llopesa con la copa de vino en la mano. La introducción es
extensa y bien documentada, lo que toca a una gran obra. Fue publicado por la
Editorial de la Universidad de Valparaíso, en homenaje al poeta inmortal,
precisamente porque fue en Valparaíso donde se publicó por primera vez, en
1888. El libro viene precedido de un prólogo del gran poeta chileno, conocido
por todos, Gonzalo Rojas.
En este momento,
una nueva obra de Llopesa está en la imprenta. Esta vez no pertenece a su
paisano universal, sino a otro genio, el español Quevedo. No quiere desvelar el
título, ni la editorial, pero por la sonrisa e ironía, hace suponer que el
libro saldrá en otra de las grandes editoriasles.
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