Eduardo Embry, Chile
De cómo la sociedad engorda
Desesperación y
ruidos
hay en las agencias del gobierno:
aumentan por todas partes
personas milagrosamente hinchadas,
los recién nacidos
vienen con piernas robustas;
cada mañana al levantarme
me mido el culo,
cada vez está más hinchado;
voy a la farmacia,
verdulerías,
supermercados,
visito a los entendidos,
nadie me da convincente respuesta
de cómo revolver estos males,
¿o me arranco de raíz mis dientes
o cambio la dieta de pan y agua
por una merienda de flores?
a todo esto, mi corazón,
no dice nada;
algo se mueve
por otros lados,
en la ciudad de
Nueva York
han prohibido
beber agua con azúcar,
de un momento a
otro
el mundo
revienta en el pedazos;
pero es lindo
ver
gordos y gordas,
que no creen en
el fin del mundo,
se acercan, se
abrazan, brindan
con pasteles y
cremas,
se muerden las
orejas, apagan la luz,
con mucha
delicadeza
tornan sus
cuerpos invisibles,
se hacen
delgaditos como agujas,
gordos y gordas,
a esta hora de
la noche,
como peces en el
agua
desaparecen sólo
por un rato.
Sermón
en el desierto
La azúcar se
saca de la caña,
la caña se
cultiva en zonas tropicales,
para el cultivo
requiere
de agua y suelos
adecuados,
la caña asimila
bien la radiación solar;
se propaga
mediante
trocitos de
caña; de cada nudo
sale una planta
nueva,
la caña crece,
asimila
azúcar por el
tallo,
el tallo lleno
de azúcar
cuando está
maduro
se corta;
la caña
se puede
cosechar
con las manos o
con grandes máquinas,
hacen la cosecha
manual
las personas con
machetes
que cortan los
tallos;
los tallos en
chorras se llevan a las fábricas;
las bebidas
gaseosas, los licores,
los vinos y los
pasteles
contienen mucha
azúcar,
con azúcar las
personas engordan;
a las personas
gordas
les viene
diabetes,
la diabetes envenena
la sangre;
a las personas
enfermas
se les corta o
las piernas
o los brazos;
el corazón de
las personas
con diabetes no
funciona;
las personas
con mucho
sobrepeso encima,
por exceso de
azúcar,
bailan, brincan,
viven felices.
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