Luis Alberto Ambroggio y Robert Pinsky
PASEO DEL FILÓSOFO
por Robert Pinsky
Poeta Laureado de los Estados
Unidos Boston University
Para mí la calidad esencial de la poesía de Luis Alberto
Ambroggio es su inmediatez: imágenes vivas que se sienten sin mediación, aunque
sabemos que son, desde lo más profundo, productos de arte. Se trata aquí de una mente filosófica que
insiste siempre sobre la inmensa primacía del encuentro, lo empírico.
Por un
lado, la compresión de las imágenes de Ambroggio no es algebraica, ni por otro,
mística. La energía poética genera más
de un código de equivalentes, y es más perceptible que un frenesí que se toma a
dogma de fe. Es como si el poeta pensase
en imágenes, en vez de construirlas. En
la antigua concepción de la metáfora, es una sensación súbita de
reconocimiento.
Algunas
veces, como en "La península de los nuestro", las imágenes son a gran
escala y fundamentales, criaturas vivas y sustancias que constituyen un mundo.
Reserva natural de pájaros felizmente mortales.
El mar nos circunda pero no es sombra
y vivimos atados al azúcar de los huesos.
Hay luz de vida en los surcos.
Nada agoniza en su fervor de primavera.
El mar nos circunda pero no es sombra
y vivimos atados al azúcar de los huesos.
Hay luz de vida en los surcos.
Nada agoniza en su fervor de primavera.
En la excelente traducción
de Ana M. Osan, “A natural reserve of birds happily mortal./ The
sea surrounds us but is not a shadow/ and we live tied up to the sugar of
bones” y, unas líneas más abajo en el poema, “There is a light of life in the
furrows./ Nothing dies in its
spring fervor.”
Vacilando,
con mi español irregular del colegio, me pregunto si el poder del poeta de
hacer que esas imágenes sean figurativas, se ve reforzado por la calidad orgánica
de la misma lengua española; lo que percibo como un todo continuo e integro, la
precisión latina de circunda, sombra y huesos que se hace más dulce gracias a una intensidad peninsular árabe. Tengo presente el diferente efecto de surrounds,
shadow y bones, en inglés anegando con el verbo en romance la
resistente oscuridad germánica de esos sustantivos, el cognado, el "azúcar"
árabe, contrastándolo en inglés con el otro cognado —e idéntico— "fervor'. Lo que percibo como el mayor contraste entre
las raíces en inglés, la mayor unidad de fuerza en español, aparece evidente en
lo que llamaría la calidad experimental del
genio excepcional de Ambroggio.
"Experimental": este poeta, estudioso de filosofía, inmerso
en la poesía de dos lenguas y de numerosos países, mantiene su aprendizaje muy
en el fondo, y lo hace el sirviente discreto de la experiencia. El "Camino," del título del libro,
es el proceso de la experiencia, presentado como más rico y más del reino del
poeta que cualquier otro destino poético.
De este modo, en “A Walk by the River” (“Paseo por el río”), un poema extraordinario extendido sobre la meditación de
ideas, incluidas las referencias a pensadores y poetas —un fluir de nombres
propios, de Seneca a Machado— el punto esencial queda entre las dos formas de
movimiento, la corriente lineal del rio y el progreso líneal del caminante que admira
al río: “the provocation of its currents,/ the pendulum of
tides,/ swirls,/ causes of moving causes,/ waves jumping like questions,/ its
constant restlessness” (la provocación de sus corrientes,/ el péndulo de las
mareas,
remolinos,/ causas de causas movedizas,/ olas saltando como preguntas,su
inquietud continua)..
Esa inquietud constante, “su quietud continua”, es el sello distintivo de la mente de Ambroggio. Su formación en filosofía puede determinar la
naturaleza de su poesía, pero lo hace, precisamente, desde un segundo plano: “I
drink with my eyes”, el poema
continúa, “the prolonged language of water.” With my eyes, lo cual quiere decir con los sentidos; el lenguaje del agua, lo que implica cambio de forma y en movimiento.
El poema invoca a La República, de Platón, expulsando a poetas con “the sincerity of those who/ accept that they lie/ in
the well of their saliva" (la
sinceridad de quien/ acepta que miente/ en el pozo de su saliva).. La
naturaleza provisional, parcial, heurística
del mito y la poesía, visible en el rio en el que se reflejan la luna, el
sol y sus mitologías, se
resiste a “the tyranny of ideas and its classes” (la tiranía de las
ideas y sus clases.). El río, en
el perceptible “sermon of its flux” (el
sermón de su flujo), encarna el proceso de la mente que “washes all absolutes” (lava los absolutos en “the romantic freedom/ of his trajectory.” (la
libertad romántica
/ de su recorrido).
La gama de poetas completamente
diferentes (Pope, Celan, Sor Juana Inés de la Cruz), que se recuerdan y evocan
en el paseo por el río en una especie de triunfo fatalista en el que “eternities are brief”
(las eternidades son breves) : el arte, al igual que el río, facilita “the
spirit to drink life,/ élan vital, until it flows into the sea/ of
grace/ of transparency/ of forever/
of never/ and of nothing” (dando de beber vida al espíritu,/ élan
vital,/ hasta desembocar en el mar/ de la gracia,/ de la transcendencia,/
del siempre, del nunca/ y de la nada.). Y el río también, en una
peroración lirica, es el detrito, los desechos y la amenaza de la ciudad que lo
rodea y le infunde su sustancia, una corriente permeada y violada que es total
y queda más allá de ser borrada.
Más allá de ser borrada, pero no más
allá de la contaminación o de la degradación.
En "An illegal in Washington DC?" Ambroggio expresa un lamento
sardónico, lleno de dolor y desdén sobre las degradaciones del lenguaje
hablado. En "The Oratory Lesson", un erudito de las palabras habladas
considera "the poem that is not heard” (El poema que no se
escucha),: es la "“night without
company” (anochece sin
compañía). Sin ser oído, “it whispers/ the burial/ of oblivion;/ it is
the one which the souls/ already black/ weave and ignore” (susurra/ el entierro/ del olvido;/ es el que tejen
e ignoran/ las almas/ ya negras).. En
estos poemas, una reverencia a los materiales hablados del lenguaje, una
reverencia que puede ser llamada "clásica", se une a un impulso
desafiante, perturbador, o impaciente.
Inquieto y determinado, el viaje del
arte, tal y como lo pintan estos poemas, contiene un elemento paradójico: el
poema, como un paseo, revela su camino definido y particular a su debido
tiempo, pero al empezar el viaje el camino es magnético debido a su evidente
libertad. En
“The Route” (“La
ruta”): “The poem is a route we write/ with the lips and the impulses of
syllables” (El poema es una ruta que escribimos/ con los labios y el impulso de
las sílabas) y sin embargo, “It already conforms to the terrain of our looks,
/ the rest and the dream of our arrival. Creatures of voices that illuminate, in front/
the horizons of the place that seduces us/ with the whisper of wanderer
there is no road”( Ya
conforma el terreno de nuestras miradas,/ del descanso y el sueño en nuestro
arribo,/ criaturas de voces que iluminan, enfrente,/ los horizontes del lugar
que nos seduce/ con el susurro de caminante no hay camino…). La
aparición de la libertad, ese horizonte seductor, inspira el viaje en cada poema,
que deviene un camino, lineal y, si no queda predeterminado, finito. Este balance entre la noción de libertad y
los requisitos, los propósitos mortales, del arte, mismo en los “impulses of syllables”, suministra una energía central y generativa en el trabajo
de Ambroggio.
Un
equilibrio relacionado y tenso gobierna el camino en “Point of Departure” con sus estrofas finales, herido y aspirante, fluido y
enumerativo. En
la bella traducción de Osan:
One walks every time more conscious and hurt
by the stones, the rimes, the stars and their contexts,
the houses and churches with their ups and downs, their frontiers,
coming and going without reaching the privilege
of arriving, of being, of being the free ecstasy and their delight.
One walks back and forth, along the chain of illusions
with the fluidity of coincidences, approximations and other sins
that the soul suffers in the depth of its universe without precise limits,
adding dunes, currents, walls, foams, abysses, reefs,
reeds, papers and overthrown calculations.
by the stones, the rimes, the stars and their contexts,
the houses and churches with their ups and downs, their frontiers,
coming and going without reaching the privilege
of arriving, of being, of being the free ecstasy and their delight.
One walks back and forth, along the chain of illusions
with the fluidity of coincidences, approximations and other sins
that the soul suffers in the depth of its universe without precise limits,
adding dunes, currents, walls, foams, abysses, reefs,
reeds, papers and overthrown calculations.
Tomorrow is another
day
Anda uno cada
vez más consciente y dolorido
por las piedras,
las rimas, las estrellas y sus contextos,
las casas e
Iglesias con sus altibajos, sus fronteras,
viniendo y yendo
sin alcanzar el privilegio
de llegar, de estar,
de ser el éxtasis libre y su delicia.
Uno camina la
ida y el regreso, a lo largo de cadenas de espejismos
con la fluidez
de coincidencias, aproximaciones y otros pecados
que el alma
sufre en la profundidad de su universo sin límites precisos,
sumando dunas,
corrientes, muros, espumas, abismos, arrecifes,
juncos, papeles
y cálculos derribados.
Tomorrow is another
day.
Estas líneas reconocen la
abundancia del mundo, su variedad interminable, mientras confirman la primacía,
para este poeta, del movimiento y la partida, más que la finalidad de un
destino limitado. Todas las cálculos, en
ese sentido, quedan —en las últimas palabas de este homenaje al camino— “overthrown” (“Derribados”).
©Robert Pinsky
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