Portada. Diseño: Gerardo Piña-Rosales
___Dos palabras a Luis Alberto Ambroggio___
El notable poeta y ensayista argentino-estaounidense Luis Alberto Ambroggio, ha puesto en mis manos, por intermedio de la poetisa Marisol Briones, su más reciente publicación: “El cuerpo y la letra. La poética de Luis Alberto Ambroggio”. Se trata de un libro, a mi modo de ver, fundacional de la poética de Luis Alberto. Esta edición ha sido auspiciada por la Academia Norteamericana de la Lengua Española, a finales del año 2008, de la cual ambroggio forma parte. Y la ha tutelado el presidente de la misma, don Gerardo Piña-Rosales.
Aparte del prólogo, —cuyo autor es Piña-Rosales—, como es menester en este tipo de obras, trae una nota editorial escrita por Mayra Zeleny, venezolana, especialista en Idiomas Modernos y estudios adicionales en el Monterrey Institute of Internacional Studies,California. De igual forma acompañan al libro una serie de artículos selectos, escritos por connotados estudiosos de la literatura, entre los que destacan: Enrique García Trinidad, Octavio Costa, María del Pilar Boge Pineda, Juan Sebastián, Moraima Semprúm de Donahue, Orlando Rossardi, etc. Estos textos cmo se manifiesta en la nota editorial: “…permitem abordar las temáticas más importantes en la poesía ambroggiana. La compilación de los mismos [ha] planteado un desafío por la diversidad de sus formatos y sus registros lingüísticos y han sido ordenados conforme la trayectoria lírica del poeta”…
Luego dos apartados más: una selección de los poemas queridos por Luis Alberto Ambroggio y Tres ensayos del poeta. En un ensayo que escribí recientemente, para el periódico Colatino, de El Salvador, titulado: Luis Alberto Ambroggio, testigo y habitante del amanecer” a partir de tres obras poéticas del autor: “El testigo se desnuda”, “Por si amanece”y “Los habitantes del poeta”, sostengo que “El poeta es un hortelano con diversos mensajes: en él se hace posible lo mortal e inmortal; el arado de sus manos escribe desasosiegos e ilusiones. Ambroggio lo sabe, por eso a su poesía le devuelve la respiración de lo cotidiano y la ordena sin alarde como un mar de domésticas almohadas. La perennidad de su poesía tiene el halo magnánimo de los textos del Eclesiastés, de la savia profunda de Proverbios y de la pasión del Cantar de los cantares.”
André Cruchaga
Barataria, 14.II.2009.
___Dos palabras a Luis Alberto Ambroggio___
El notable poeta y ensayista argentino-estaounidense Luis Alberto Ambroggio, ha puesto en mis manos, por intermedio de la poetisa Marisol Briones, su más reciente publicación: “El cuerpo y la letra. La poética de Luis Alberto Ambroggio”. Se trata de un libro, a mi modo de ver, fundacional de la poética de Luis Alberto. Esta edición ha sido auspiciada por la Academia Norteamericana de la Lengua Española, a finales del año 2008, de la cual ambroggio forma parte. Y la ha tutelado el presidente de la misma, don Gerardo Piña-Rosales.
Aparte del prólogo, —cuyo autor es Piña-Rosales—, como es menester en este tipo de obras, trae una nota editorial escrita por Mayra Zeleny, venezolana, especialista en Idiomas Modernos y estudios adicionales en el Monterrey Institute of Internacional Studies,California. De igual forma acompañan al libro una serie de artículos selectos, escritos por connotados estudiosos de la literatura, entre los que destacan: Enrique García Trinidad, Octavio Costa, María del Pilar Boge Pineda, Juan Sebastián, Moraima Semprúm de Donahue, Orlando Rossardi, etc. Estos textos cmo se manifiesta en la nota editorial: “…permitem abordar las temáticas más importantes en la poesía ambroggiana. La compilación de los mismos [ha] planteado un desafío por la diversidad de sus formatos y sus registros lingüísticos y han sido ordenados conforme la trayectoria lírica del poeta”…
Luego dos apartados más: una selección de los poemas queridos por Luis Alberto Ambroggio y Tres ensayos del poeta. En un ensayo que escribí recientemente, para el periódico Colatino, de El Salvador, titulado: Luis Alberto Ambroggio, testigo y habitante del amanecer” a partir de tres obras poéticas del autor: “El testigo se desnuda”, “Por si amanece”y “Los habitantes del poeta”, sostengo que “El poeta es un hortelano con diversos mensajes: en él se hace posible lo mortal e inmortal; el arado de sus manos escribe desasosiegos e ilusiones. Ambroggio lo sabe, por eso a su poesía le devuelve la respiración de lo cotidiano y la ordena sin alarde como un mar de domésticas almohadas. La perennidad de su poesía tiene el halo magnánimo de los textos del Eclesiastés, de la savia profunda de Proverbios y de la pasión del Cantar de los cantares.”
André Cruchaga
Barataria, 14.II.2009.
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