En el presente blog puede leer poemas selectos, extraídos de la Antología Mundial de Poesía que publica Arte Poética- Rostros y versos, Fundada por André Cruchaga. También puede leer reseñas, ensayos, entrevistas, teatro. Puede ingresar, para ampliar su lectura a ARTE POÉTICA-ROSTROS Y VERSOS.



sábado, 1 de marzo de 2025

EL FLORECIMIENTO DE LA MUERTE COMO FANTASMA DE UNA REALIDAD INCUBADA Y ENTRETEJIDA EN EL PENSAMIENTO POÉTICO DE JEANNETTE NÚÑEZ CATALÁN

 

Jeannette Núñez Catalán

EL FLORECIMIENTO DE LA MUERTE

COMO FANTASMA DE UNA REALIDAD INCUBADA Y ENTRETEJIDA

EN EL PENSAMIENTO POÉTICO DE JEANNETTE NÚÑEZ CATALÁN

 

Aquí yace un pájaro.
Una flor.
Un violín.

JUAN GELMAN

 

nuestro destino se mantuvo cerca en sus silenciosas manos.

Cuando con orgullosa alegría levantamos el vino tinto de la vida

para beber profundo de la mística copa brillante

y el éxtasis a través de todos nuestros saltos del ser.

RAINER MARIA RILKE

 


La poesía es una suerte de río que cae sobre el mar, como dice Zurita.1 En este caso, un río que lleva consigo las aguas de la existencia. La poeta Jeannette Núñez Catalán después de concluir este poemario que ella ha intitulado «Florecimiento de la muerte», nos obliga con semejante tema a hacer una serie de reflexiones y conjeturas. El tema central del poemario de Núñez Catalán es la muerte, pero no como estamos acostumbrados sino como realidad incubada y entretejida que se cierne sobre la existencia humana y todo cuanto es materia viviente. Cada movimiento cultural ha tenido su propia concepción sobre este tema inherente en todas las literaturas, en el romanticismo, por ejemplo, La vida no es un bien, sino un mal. El alma romántica es un alma atormentada, triste,  moralmente   enferma,   en   busca   de   un   ideal   inalcanzable,   de   un sueño que no se ha de realizar. El pesimismo lo envuelve todo. Si se mira la juventud, el tiempo la destruye. Si se sueña con el amor, el desengaño lo carcome; si se cree en la riqueza o en la fama, pronto se desvanecen. Si se alzan los ojos al más allá, la duda y el misterio nos invaden. Si se cree que la sociedad puede salvarnos, la injusticia y el dolor ponen   su   nota   de   amargura.   Vivir ¿para   qué?   Una   angustiosa   melancolía, una incontrolable desesperación se sitúan en el corazón.2 En algunos de sus poemas, la presencia de la muerte es evidente, las imágenes nos hacen la referencia; en otros, la muerte avanza sutilmente señalando su inevitabilidad; y, en otros, la muerte está al acecho en el fondo del poema, donde se entremezcla con el amor. Para disminuir la atmósfera de misterio de la muerte y concretar su carácter abstracto, Núñez Catalán frecuentemente crea imágenes en que la muerte funciona en ambientes y circunstancias cotidianas, y así da al tema de su poemario la dimensión de lo contingencia inevitable. En modo alguno como agobio, la angustia del hombre por la esencia y el fin de la vida.

La complejidad humana configura la certeza de la verdadera condición de posibilidad de un encuentro con el otro. De la misma manera en que varían las formas de concebir el mundo y la vida cotidiana, las concepciones y experiencias en torno a la muerte revisten características múltiples y específicas, es decir, los términos que implementamos para nombrarla igualmente transitan el recorrido de la complejidad interpretativa; como también las narrativas de época que circulan alrededor de ciertos temas complementan la lectura cultural. Al decir de Mèlich.3 En este punto cabe destacar a poetas cuyo origen la unen: Armando Uribe Arce, Pablo Neruda, Mario Meléndez, Gonzalo Millán, Enrique Lihn en «Diario de Muerte», solo para mencionar a algunos. Y aunque es un tema con tanta elevación e intensidad, cada poeta hace su propio abordaje.

Luego tenemos el movimiento modernista que está marcado por cambios desde su concepción como tal hasta la entrada de la vanguardia. El Modernismo se caracteriza por la búsqueda de la belleza como placer espiritual, un mayor interés por la forma que por el contenido, la renovación del lenguaje poético al que amplía con nuevas palabras como unicornio, fauno o titán, el colorido y la musicalidad, el empleo especial de la métrica con el uso del alejandrino y del serventesio, la utilización de abundantes recursos literarios, la melancolía, el erotismo, la temática mitológica, exótica, medieval y clásica, la influencia del Parnasianismo (ensoñación, mitología, gusto por el pasado) y el Simbolismo francés (el mundo es sólo un símbolo de realidades escondidas, la misión del poeta es descubrirlas). Los símbolos modernistas más característicos son el cisne (belleza, elegancia, gallardía), el pavo real (colorido, vistosidad, fascinación), el búho (oscuridad, noche, muerte), el águila (fuerza, poder, riqueza).4

Siendo un movimiento hispanoamericano, debemos señalar a dos poetas prominentes, Rubén Darío y José Martí, El temor a la muerte es un tema constante en la obra de Rubén Darío y refleja una preocupación que tiene sus raíces en la juventud del poeta: «Ciertamente, en mí existe, desde los comienzos de mi vida, el pavor de la tumba, o más bien del instante en que cesa el corazón su ininterrumpida tarea y la vida desaparece de nuestro cuerpo»5  En Martí, no muy diferente a todos sus predecesores y contemporáneos, la concepción de la muerte en ocasiones se vislumbra con ciertos rasgos místico: abre los  brazos/ listo estoy, madre Muerte: al juez me lleva!  El verso revela la idea de quien anhela esenciarse con Dios en la magnificencia de la Creación al modo de la Santa de Ávila o San Juan de la Cruz, quienes veían en la muerte la consumación perfecta del goce divino. Para el poeta, el deseo de entregarse al misterio de la trascendencia acentúa el talante íntimo de su recogimiento espiritual.6

Frente al romanticismo y modernismo, existe un antes y después. En este después converge la vanguardia y la obra de Jeannette Catalán. Por lo general las vanguardias se decantaron por temas como: la angustia existencial, los problemas sociales, las modificaciones culturales, la religión, las angustias de la época. Y, aunque prevalece la heterogeneidad en este punto, el tema ha sido abordado desde una estética divergente como proclama si se quiere del subconsciente. Tomemos el caso, de Lezama Lima: Muerte de Narciso es, en síntesis, un largo poema que parte del mito de Narciso para indagar sobre las relaciones entre poesía, imagen y realidad. En lugar de narrar la muerte de su protagonista, sin embargo, el poema se presenta como una sucesión de versos

aparentemente inconexos, operando a través de imágenes visuales, casi siempre estáticas y fragmentadas, y que a primera vista guardan muchas semejanzas con la atmósfera onírica proporcionada por la escritura automática de los surrealistas.7

La muerte en obra de Núñez Catalán está presente y lo está. Impone su presencia plena, pero no a la usanza en que estamos acostumbrados. Aparece de manera enigmática, diluida, impulsada irracionalmente, digamos que es la celebración del ser más que aserción a la negatividad. Así de manera audaz, la poeta nos dice: «Nada quedará olvidado / todo naturalmente se prepara para nuevas siembras / tierra que acuna semillas y devuelve la obra no somos lo que cultivamos / trae oculto el devenir mientras flamean espigas y amapolas libres.» (Florecimiento de la muerte: augurio).

Sus versos son como esquirlas que parecen aludir al vacío y a la vida: sus veladuras metafóricas, su verso libre extendido, sálmico, la hace compleja en cierto modo. Contiene en sí «iniciaciones agazapadas» que en lo personal me parecen deleitables en tanto cada verso y cada poema invitan a la lectura activa, a transitar de extremo a extremo embriagados de su singularidad arrolladora. El verso libre utilizado por la poeta no es el de Darío, Juan Ramón Jiménez o T.S. Elliot, sino el de Whitman, Apollinaire, Rimbaud e inclusive Dylan Thomas con libertad absoluta. Aunque este punto sea discutible, hay quienes afirman que «hay que tener en cuenta que la libertad total en el verso destruye su entidad rítmica, por lo que verso libre aparece entonces como un oxímoron o incluso como una clara contradicción». Es el caso que en nuestra poeta existe un patrón rítmico muy a tono a las «corrientes versolibristas del siglo XIX y, sobre todo, del XX.»

Otra de las características importantes en esta obra de Núñez Catalán es la combinación sin orden aparente de diversos elementos e imágenes. Diría de la poeta, lo mismo que José Martí, dijese sobre Whitman: «irregularidad aparente, que en el primer momento desconcierta, resulta luego ser, salvo breves instantes de portentoso extravío, aquel orden y composición sublimes con que se dibujan las cumbres sobre el horizonte.»

 

La incógnita

 

Luz encendida en la noche diáfana día

de antaño vive en mi pecho sin apagar los cisnes del lago

cerezos floridos hacen ronda reconocen la viajera

mi mano no lanzará una piedra

mi voz no será un muro en el profundo labio del sol

existencia suave como llegó suave se esfumará en los diagramas del paisaje

sin reclamar herencia buceare en el musgo con mi farola de siempre.

 

Debemos recordar que las construcciones sociales de la muerte —en interrelación con otras— gozan de altos grados de autonomía, porque los cambios en la historia de las mentalidades son muy lentos y siguen operando más allá de los marcos sociales que las generaron. Decíamos antes que cada poeta se caracteriza por aprehender el tratamiento poético de la muerte en su discurrir. La simbolización de esta nos lleva a lo discursivo, a la metáfora con sus axiomas y realidades. La muerte estructura nuestras posibilidades en una proyección a futuro en el marco de una trayectoria potencial de muerte 8, donde el proceso de morir y el significado de la muerte refieren a consideraciones socioculturales desde el momento en que la muerte encarna una pérdida permanente del ser de la persona (Mamo, 1999). Sin embargo, «no se habla de la misma muerte allí donde no se habla la misma lengua [...] cuando se pasa así la frontera de una cultura, se pasa de una figura de la muerte como tránsito a otra figura de la frontera entre la vida y la muerte»9

La poeta Núñez Catalán maneja hábilmente el encabalgamiento como versal del poema. Y este es un acierto que festejamos. Me atrevo a afirmar que este libro es, por lo mucho que muestra un pastel deseado en donde no hay fatalidad ni extenuación, sino una unidad cerrada, propia de una orfebre. «Tenía que pasar —nos dice ella —por el crisol que guarda el tiempo como hoguera palpitante / a quienes no visten uniformes»

 

Gratitud

 

He dormido junto a las fauces de la noche en un puerto los árboles en hilera acunan sus nidos

Cada vez que abro mi boca un torbellino de pájaros azules anida en el cielo

¿no me ves?

Con la yema de mis dedos hice figuras en el agua para que vieras

la ternura que se

dibuja la palabra frio no es de nieve

En mi recuerdo voy tejiendo estrellas para tu largo viaje.

 

Dice Carolina Mazzetti Latini que «Aproximarnos a lo “innombrable” es hacernos conscientes de nuestra condición de seres mortales; mirando la muerte desde la vida misma. Si se niega lo inevitable ocultando o desvirtuando la palabra, quizá se pierda gran parte del potencial transformador que encierra; porque nombrar es el primer paso para ordenar la conciencia, comprender de manera autónoma y accionar a partir de paradigmas de pensamiento que modifiquen armoniosamente el plano personal y colectivo.» La poeta talla y escucha su entorno y entre sus pies en tierra y sus manos, entrega y comulga con lo que amanece cada día: su oficio límpido no cojea, es en realidad un granero donde suena la vida. La casa ahí, del poema es un templo.

 

Regeneración

 

Veo mi árbol que durmió largo tiempo hasta que la luna susurro

                                                          [a mi oído la palabra vida

Estuve en lugares que no existen en la copia de un papel olvidado en un invierno

dibuje rosas en la boca de un gigante me enrede en las nubes de mis sueños

aparecì árbol pájaro voz, remedo los horizontes quebrados de mis pies salen raíces

con alas

No me esperes.

 

Al final de cuentas, como expresa Morris Berman, la construcción poética de Núñez Catalán, «representa una rebelión en contra del principio de realidad, que ve como aplastando al espíritu humano.» Pero ella, hábilmente rearma desde el lenguaje cada uno de los espacios disonantes, a veces dolientes para avanzar. Por ello, siguiendo la tesis de Derrida, Butler y Lacan, Stuart Hall, subjetividad, que da cuenta de un yo “incesantemente performativo” que construye al sí mismo desde conceptos subjetivos en relación con su propia construcción, que incluye aquellas tachaduras dadas en el concepto de identidad.

 

Luminarias

 

Venimos de una misma fuente que lanza logotipos al aire algunos al sol

distintas formas como nubes en la hoja de papel la última palabra jamás será escrita

elevamos nuestros barcos por sobre las montañas serenos naufragan en una sola idea

No te pierdas

Diversos bosques tejen alboradas traen lluvias a tus ojos resecos la flor en su borde

cae al precipicio y aparecen hordas

noche negra cóncava suelta rayos de luz enciende luciérnagas alumbran el bosque

La fauce del lobo ha cerrado se sueltan cometas del cielo.

 

La obra de Núñez Catalán constituye un aporta importante a las poéticas de chile y aunque no es visible su filiación con la estética postdictadura, si hay un sustrato de ella en el subsuelo de la memoria, en los cementerios de la historia. «Para hablar de la muerte/ he de vivir la vida/ hablamos la vida muerte.» La construcción de sus poemas está cerca de la técnica del montaje. en esta las imágenes van emergiendo de manera yuxtapuesta, una detrás de la otra lo que hace que el contexto necesario para darles sentido o interpretación sea siempre difícil de confiurar.10 «Textos parecidos a las digresiones que va de una escena o paisaje a otro sin pretensiones ordenatorias, pero que revela a su paso una realidad.»

 

Alfabetos

 

Mis palabras puentes volaran por calles plazas y desiertos el mar arrastrará la voz

no todos los pájaros tienen alas rotas

Palabras derribaran muros y construirán ciudades por donde vuelen las aves

Del conocimiento alfombran las lenguas de ternura y aceptación

La luna caerá en una gota de agua las inundaciones llevarán nuevos barcos

La felicidad se tejera en todos los árboles como en los muros

Una mano abrazará a otra y tu boca perfumará el vacío.

 

En general, en estos textos la experiencia es vivida como una suma de episodios en el sentido que le ofrece la cotidianeidad. La memoria del poema es construida a partir de los fragmentos de la historia. Recuerdos de la percepción del tiempo, o bien, reconstrucciones subjetivas, electivas y selectivas del recuerdo. El lenguaje siempre le proporciona significado a los recuerdos, a las vivencias. La poeta, después de su vivencia, necesita de un espacio análogo (el poema) para proteger esa historia personal del yo poético. El poema es pues, una topografía, un territorio de representaciones e imaginación. La sintaxis narrativa de sus poemas concuerda con esos mecanismos subjetivos de la memoria, incluso aquellos que pudieran derivar o emerge de realidades traumáticas, lo que da paso a una identidad totalizadora. Acorde a esto, existe en la poeta Núñez Catalán, una articulación poética de la memoria capaz de producir una escritura de la reflexión del mismo modo hacer que su experiencia escritural no sea traumática como otros poetas que han abordado este tema. Su lenguaje es capaz de trastocar toda esa noción del espacio desde la cual se construye el poema. Siendo como decimos, su poética nos resulta innovadora en cuanto a la forma como a su eje temático. Lo escrito aquí está acorde con la realidad que nos cuenta como realidad incubada y entretejida. No es una poesía que le quiere dar sentido a algo, sino uno diferente. Y esa es la labor creativa del poeta.

 

Espejo ciego

 

La casa tenía ventanas tan grandes

que entraba la noche

no veía la mano arrancaba mi árbol

en pie como tótem inmortal

las lluvias no mojaron mi casa.

un pájaro ciego chocó en la ventana

más yo como barquito de papel

no supe leer tus desencuentros

los tormentos del hada que no hacía milagros

esta noche bebo del veneno amargo

se deshilvana el pecho no muere

Se suponía que debería saber leer todos los espejos

se suponía

Solo tengo uno a veces lo pierdo.

 

La poeta Núñez Catalán, mediante todos estos parajes de extroversión del yo poético, se vincula todo: mundo y tierra; sus pies echan raíces mientras rebasa su propia humanidad hasta lo visible y lo invisible. Así, atraviesa en oleadas su sangre situada con sensibilidad cósmica: «Caminé largo tiempo por ríos sin cauce / me llene del polvo del miedo de otros / mantuve la puerta abierta / mi copa seca no conoció el trino del ave / llegó el mar que todo lo arrasa / se llevó mis gentes y mi casa/ no le temo a la muerte / he de temer estar viva de esta manera siniestra / en el ocaso vislumbro las aves que vienen a mi copa / el mar sereno llega hasta mi puerta.» Ella se vive a sí misma alrededor de todo cuanto captan sus sentidos. Las grandes visiones surgen de poetas que experimentan, el murmullo, las armonías, los contrastes. «No hay realidad artística sin espíritu.» Sueño y pensamiento van de la mano, sin castigar, más bien salvar la vida entera en ese hoy infinito que señala muy bien la poeta. Quedémonos, pues, con su palabra: «Mi tiempo de hoy es un sueño sin muros saber volar los océanos caminar a campo / abierto sin que la mano busque un sujetador / abriendo mis ojos desde un pecho adormecido / incongruencias / el hoy es una plaza desnuda de pájaros silbadores / árboles cantores / y soles de duraznos / de las palabras expulsadas me quedo con la desechada / empiezo en otro cielo / mi tiempo es hoy.» 

 

 

André Cruchaga,

Barataria, El Salvador, noviembre de 2022

Referencias bibliográficas

1.       Zurita Raúl. La vida nueva (versión final). Penguín Random House Grupo Editorial S.A.U, 2019. Pág.170.

2.      https://studylib.es/doc/6492939/la-muerte-en-el-romanticismo-la-vida-para-los-rom%C3%A1nticos

3.      Mèlich, J. C. (2012), Filosofía de la finitud, Barcelona: Herder.

4.      http://extremaduraxxisiglosdepoesia.educarex.es/index.php/poesia-modernista

5.      Obras completas (Madrid, Afrodisio Aguado, 1950), 1, pág. 223. Sucesivas

referencias proceden de la misma fuente y se indicarán con la abreviatura Historia y el número de la página entre paréntesis.

6.      https://www.nagarimagazine.com/la-poetica-de-la-muerte-en-jose-marti-jose-raul-vidal-y-franco

7.      http://revista-iberoamericana.pitt.edu/ojs/index.php/Iberoamericana/article/viewFile/7253/7380

8.      Gómez Sancho, M. (2003), “La ansiedad ante la muerte. Decir o no decir la verdad. Las malas noticias” (cap. 31), en Avance en cuidados paliativos, tomo I, Las Palmas de Gran Canaria, pp. 579-597.

9.      Derrida, J. (1998a), Aporías: morir-esperarse (en) los “límites de la verdad”, Barcelona: Paidós.

10.   Apablaza, Claudia. “La poesía es un llamado de alerta. Conversación con Héctor Hernández Montecinos”. La voz del escriba. Consultado última vez el 27 de junio de 2017. http://letras.mysite.com/hh120609.html

11.   Ayala, Matías. “Amarillo crepúsculo: de la lírica a la política”. Revista Intemperie. Consultado última vez el 27 de junio de 2017. http://www.revistaintemperie.cl/index.php/2012/03/21/

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