Jesús Cárdenas Sánchez, España
CATARSIS DEL SUFRIMIENTO
No sé bien qué grado
de lo imperfecto
ostenta el mundo:
si el miedo polar que
nos atraviesa
termina por
redimirnos,
si el pinchazo cruel
del dolor
sólo es un aroma de
aprendizaje,
si nuestra
destrucción
es tan sólo un desierto
catártico.
No dudaré de la
gastada rueda
de la perfección en
cualquier momento
reventará, pues así
es nuestra esencia.
Algunos
arraigos me vienen (Sevilla: Diputación Provincial, 2006)
EL PESCADOR
Se acerca a la bahía frente al mar.
Se pasa por la nariz una concha
molida por los cambios, extrañando
ese embarcadero desabrigado,
donde terminaron por perfilar
los últimos incesantes vaivenes,
las últimas barcazas ya sin brea
zarpando al profundo cielo del mar.
Quedan vestigios a su alrededor:
deshechos de redes sobre las rocas,
en la arena, las huellas de los pájaros;
tan sólo la certeza del sutil movimiento.
Desde allí el tiempo es como metal líquido,
charco de plata envejecida en su transparencia.
Los anclotes sumergidos a fondo,
llevan vestigios de una luz corriente
a los restos que dejan los naufragios.
Sentado, salpica hasta lo más hondo
su tez de bronce la brisa marina.
Se acerca lentamente al borde. Arroja
un chino con sus manos cuarteadas.
Y abatido se aleja de la bahía,
en espera de otra puesta de sol.
La luz de entre los cipreses
(Sevilla: Ediciones en Huida, 2012)
ESTA PÁGINA SÓLO ES PARA DECIRTE
Esto es para
decirte lo que siento,
lo que estos
torpes labios no sabrán
decir, la
tinta que orientan mis manos.
Hoy te
asusta vivir con la gran duda,
y la duda no
existe: vida o sueño;
la unión de
dos destinos sin remedio.
Resultó
sencillo acondicionar
los días, el
café, los cubiertos
y el aire en
habitaciones comunes,
y ellos como
yo te echamos de menos.
No te oculto
esta necesidad
de ver el
pan sobre tus manos
de coger la
sal con tus dedos;
un vuelo
necesario a cada instante.
No juntaré
palabras imposibles
ni quimeras,
ni promesas baldías,
porque sabes
muy bien
lo que
significan estos gestos...
Que necesito
urgentemente de tu aliento;
por eso
vengo hasta este silencio a confesártelo.
Laberintos sin cielo
(Guadalturia, 2012)
ENSIMISMADO
Mucho peor si cayera la tarde
releyendo poesía de Neruda
y me enredara de camino a casa
entre el cimbreo de los pinares.
Mucho peor si esquivara
tus labios de rojo puro
a las faldas de la montaña.
Nada hay peor que mi inseguridad
ante el único botón de tu camisa.
Mudanzas de
lo azul (Madrid:
Vitruvio, 2013)
EL DESEO O EL
MAR
Nuevamente he recalado por aquí.
Volver al mar como si fuera la primera
como si fuéramos otros
como si el tiempo pendiera
como predecesor de los sueños.
¿Hemos probado el mar o un espejismo?
¿Una raya tendida en el contorno?
¿Una playa imposible, tal vez?
Amarte de este modo,
entre olas,
como si hasta entonces
ni el mar ni el deseo
hubiera degustado.
Abrirme a tus confines
fue como recobrar aliento
y mis alas perdidas.
Mudanzas de
lo azul (Madrid:
Vitruvio, 2013)
DÍAS QUE DEBIERAN SER ETERNOS
Hay días que
de pronto
busco
algunos aciertos de la tarde
en la tierra
mojada y en el polen primario
a través de
las sendas,
rectas o un
callejón negro de sierpes;
en el pan,
el aceite o en el vino.
Voy tras
aquel aroma del azahar,
de la savia,
la brisa,
ese trasiego
nómada de los rayos de luz
que vuelven
hoy a brillar con inocencia;
voy insomne
tras el tiempo sin dañar,
siguiendo
realidades intangibles,
persiguiendo
otras vidas nunca esclavas.
Una vez más,
espero hallar vivencias:
el rocío de
sus manos en flores,
el sol
filtrado que traspira el pelo,
el aire emborrachado
de su aroma.
Nada más que
el milagro
de su voz
ensanchando el cielo,
remontado
por sus piernas,
testimonio
penetrante de cuerpos
como
especias en flor
y raíces
fragantes que agasajan.
Inédito
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