Paulina Juszko, Argentina.
Lances en la capilla de las canossianas
Ton souvenir en moi luit comme un ostensoir!
Charles Baudelaire, Les fleurs du mal
Mínima blancura / pureza máxima irradiando solar en medio de la penumbra
engarce de oro para tanto albor
y en medio del silencio un perfume de claveles / azucenas / nardos
(cuando todavía perfumaban
cuando aún bodelerianas las flores se evaporaban cual incensarios).
Y en medio de la soledad presencias misteriosas frecuentando la ausencia
identidades ambiguas
(porque no era la misma hostia de los recortes guardados en los bolsillos para jugar
a la comunión
o las “cercenaduras” que el sacristán le regalaría mucho más tarde a su Cristinica
era lo mismo y no
de pronto no: Él la habitaba).
Y en medio de los rezos fijaba la vista en la custodia
sin pestañear
seguramente vería su rostro
(porque ella era buena / tenía fe / podía compararse sin desmedro a cualquier santo)
¿por qué a mí no?
¿por qué a mí no?
Y en medio de la adoración un duelo sin cuartel
estábamos enfrentados en la penumbra / en la soledad y el silencio / entre rezos
musitados
mis ojos te atravesaban con dardos de súplica.
Y en medio del mareo / de la náusea nacían serpientes que se deslizaban sobre los
reclinatorios:
la Frustración de cabeza gacha y ojos llenos de lágrimas
el Resentimiento áspid agresivo de mirada llameante y corazón insatisfecho
la Envidia enroscada sobre sí misma y mostrando su silbante lengua
la Soberbia reptil de belleza incomparable
las cuatro serpientes capitales tomando posesión de su presa.
Lances en la capilla de las canossianas
Ton souvenir en moi luit comme un ostensoir!
Charles Baudelaire, Les fleurs du mal
Mínima blancura / pureza máxima irradiando solar en medio de la penumbra
engarce de oro para tanto albor
y en medio del silencio un perfume de claveles / azucenas / nardos
(cuando todavía perfumaban
cuando aún bodelerianas las flores se evaporaban cual incensarios).
Y en medio de la soledad presencias misteriosas frecuentando la ausencia
identidades ambiguas
(porque no era la misma hostia de los recortes guardados en los bolsillos para jugar
a la comunión
o las “cercenaduras” que el sacristán le regalaría mucho más tarde a su Cristinica
era lo mismo y no
de pronto no: Él la habitaba).
Y en medio de los rezos fijaba la vista en la custodia
sin pestañear
seguramente vería su rostro
(porque ella era buena / tenía fe / podía compararse sin desmedro a cualquier santo)
¿por qué a mí no?
¿por qué a mí no?
Y en medio de la adoración un duelo sin cuartel
estábamos enfrentados en la penumbra / en la soledad y el silencio / entre rezos
musitados
mis ojos te atravesaban con dardos de súplica.
Y en medio del mareo / de la náusea nacían serpientes que se deslizaban sobre los
reclinatorios:
la Frustración de cabeza gacha y ojos llenos de lágrimas
el Resentimiento áspid agresivo de mirada llameante y corazón insatisfecho
la Envidia enroscada sobre sí misma y mostrando su silbante lengua
la Soberbia reptil de belleza incomparable
las cuatro serpientes capitales tomando posesión de su presa.
__________________
Leer más de Paulina Juszko en: www.artepoetica.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario