Luis Chávez, El Salvador.
EL TIEMPO… MI MEDICINA
A ti que comprendes
Cuatro meses pasaron sin sentirlo,
desde que tú abandonaste nuestro hogar;
te llevaste mis sueños… puedo decirlo,
mi corazón, mudo, volvió a despertar.
Mas el tiempo es la mejor medicina,
he aprendido a valorarte como mujer…
de aquello, en mí, no queda vela encendida,
estoy seguro; el mirto empieza a florecer.
Porque si bien al rosal se le cayeron
las hojas. El clavel me dio su aroma.
¡El día tiene su virtud al atardecer!
Me confieso afortunado. El tiempo asoma.
Las mariposas a mi casa volvieron.
Sé que las rosas volverán a florecer.
Luis Antonio Chávez
22-7-08 (9:20 p.m.)
UNA AVENTURA
APRENDIZAJE
ENCUENTRO CON LA POESÍA
EL TIEMPO… MI MEDICINA
A ti que comprendes
estas palabras
Cuatro meses pasaron sin sentirlo,
desde que tú abandonaste nuestro hogar;
te llevaste mis sueños… puedo decirlo,
mi corazón, mudo, volvió a despertar.
Mas el tiempo es la mejor medicina,
he aprendido a valorarte como mujer…
de aquello, en mí, no queda vela encendida,
estoy seguro; el mirto empieza a florecer.
Porque si bien al rosal se le cayeron
las hojas. El clavel me dio su aroma.
¡El día tiene su virtud al atardecer!
Me confieso afortunado. El tiempo asoma.
Las mariposas a mi casa volvieron.
Sé que las rosas volverán a florecer.
Luis Antonio Chávez
22-7-08 (9:20 p.m.)
UNA AVENTURA
Alroce de los cuerpos eché lumbre.
No hubo tiempo de llamar a los bomberos.
En silencio nos apretamos; sin sombreros
abanicamos el espacio como en una cumbre.
El calor era intenso. No era costumbre,
pues afuera, el invierno, furioso, crecía
sin miramientos. Mi cuerpo apetecía.
¡Vamos! –decías –que no se apague la lumbre.
Por cada espasmo, el lecho se estremecía.
Y el sudor de nuestros cuerpos desprendía,
Hasta formar un río en aquella escena…
Ese día no hubo tiempo de hacer la cena,
pues juntos saciamos lo que queríamos.
Mujer, sin saberlo, a amarnos aprendíamos.
Luis Antonio Chávez
10-04-08 10:30 a.m.)
No hubo tiempo de llamar a los bomberos.
En silencio nos apretamos; sin sombreros
abanicamos el espacio como en una cumbre.
El calor era intenso. No era costumbre,
pues afuera, el invierno, furioso, crecía
sin miramientos. Mi cuerpo apetecía.
¡Vamos! –decías –que no se apague la lumbre.
Por cada espasmo, el lecho se estremecía.
Y el sudor de nuestros cuerpos desprendía,
Hasta formar un río en aquella escena…
Ese día no hubo tiempo de hacer la cena,
pues juntos saciamos lo que queríamos.
Mujer, sin saberlo, a amarnos aprendíamos.
Luis Antonio Chávez
10-04-08 10:30 a.m.)
APRENDIZAJE
La noche que te amé fue una aventura.
Mi boca se pegó a tus pechos. ¡Que ironía!;
la casa se iluminó como en el día,
y al lactar de tus volcanes fui una criatura.
No niego… inició la noche muy oscura,
pero toqué tus ánforas, tu lozanía
se fundió con las manos mías… hechicería
fue… pues en tus muslos puse la bravura…
Deposité la savia que contuve
durante largo tiempo… hoy eres el motivo
de mis desvaríos… amor vuelve al camino.
Regresa por favor… la razón del ego
Eres tú, pues sin ti camino ciego….
Truncaste la razón de lo que tuve.
Luis Antonio Chávez
09-04-08 (9:20 p.m.)
Mi boca se pegó a tus pechos. ¡Que ironía!;
la casa se iluminó como en el día,
y al lactar de tus volcanes fui una criatura.
No niego… inició la noche muy oscura,
pero toqué tus ánforas, tu lozanía
se fundió con las manos mías… hechicería
fue… pues en tus muslos puse la bravura…
Deposité la savia que contuve
durante largo tiempo… hoy eres el motivo
de mis desvaríos… amor vuelve al camino.
Regresa por favor… la razón del ego
Eres tú, pues sin ti camino ciego….
Truncaste la razón de lo que tuve.
Luis Antonio Chávez
09-04-08 (9:20 p.m.)
ENCUENTRO CON LA POESÍA
Las horas chorrean el espacio,
mientras una hoja llega a mí
el poeta Juan Carlos Rivas
traspasa su retina sobre una montaña de libros
Rilke, Octavio Paz y Gabo se mofan de él
en tanto los prólogos de esos libros malditos
deshojan el tiempo en que fueron escritos.
Tegucigalpa me regala su clima
-hoy no ha hecho calor-
dice la poeta Armida García
como para alegrarnos los segundos
pues la lluvia no caerá pronto
para romper la fragilidad del tiempo.
En casa del poeta Rainier Alfaro
el arte destila su vozarrón,
la poesía, el ensayo y el cuento
también invaden la escena.
Hablamos de las películas que dejan huella
mientras un verso sale en estampida
como queriendo testimoniar
que el encuentro con la poesía nos espera.
Luis Antonio Chávez
Tegucigalpa, Honduras
Abril-25 de 2008 (9:25 p.m. ________________________
mientras una hoja llega a mí
el poeta Juan Carlos Rivas
traspasa su retina sobre una montaña de libros
Rilke, Octavio Paz y Gabo se mofan de él
en tanto los prólogos de esos libros malditos
deshojan el tiempo en que fueron escritos.
Tegucigalpa me regala su clima
-hoy no ha hecho calor-
dice la poeta Armida García
como para alegrarnos los segundos
pues la lluvia no caerá pronto
para romper la fragilidad del tiempo.
En casa del poeta Rainier Alfaro
el arte destila su vozarrón,
la poesía, el ensayo y el cuento
también invaden la escena.
Hablamos de las películas que dejan huella
mientras un verso sale en estampida
como queriendo testimoniar
que el encuentro con la poesía nos espera.
Luis Antonio Chávez
Tegucigalpa, Honduras
Abril-25 de 2008 (9:25 p.m. ________________________
Poeta, periodista salvadoreño.
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