En el presente blog puede leer poemas selectos, extraídos de la Antología Mundial de Poesía que publica Arte Poética- Rostros y versos, Fundada por André Cruchaga. También puede leer reseñas, ensayos, entrevistas, teatro. Puede ingresar, para ampliar su lectura a ARTE POÉTICA-ROSTROS Y VERSOS.



martes, 29 de julio de 2008

Nanas de la cebolla_Miguel Hernández

Carátula del disco con poemas musicalizados





Nanas de la cebolla




La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en tus ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que mi alma al oírte
bata el espacio.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Ser de vuelo tan lato,
tan extendido,
que tu carne es el cielo
recién nacido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa ni
lo que ocurre.

sábado, 26 de julio de 2008

Premio Internacional de poesía Miguel Hernández

Miguel Hernández, España




PREMIO INTERNACIONAL DE POESÍA 'MIGUEL HERNÁNDEZ-COMUNIDAD VALENCIANA' 2009



El Patronato de la Fundación Cultural Miguel Hernández convoca el Premio Internacional de Poesía 'Miguel Hernández-Comunidad Valenciana 2009’, con arreglo a las siguientes:

BASES

PRIMERA. Podrán participar todos los escritores que lo deseen, con una o más obras originales e inéditas escritas en castellano. No podrán concursar aquellos que hubieran obtenido el Premio en ediciones anteriores de este certamen.

SEGUNDA. La dotación del Premio único será de 12.000 euros, sujeto a la legislación tributaria vigente. Se entregará también al ganador un elemento artístico acreditativo.

TERCERA. Las obras, de tema libre, deberán contar con un mínimo de 500 y un máximo de 1.000 versos. Se presentarán grapadas o encuadernadas debidamente, por quintuplicado, en formato Din-a4, escritas a máquina o en ordenador a doble espacio y por una sola cara. En los originales sólo se hará constar el título de la obra y un seudónimo. En sobre aparte, cerrado y con el título de la obra y el seudónimo en el exterior, se incluirán los datos personales del autor: nombre y apellidos, dirección, teléfono de contacto y correo electrónico, fotocopia del DNI o del pasaporte y una breve nota bio-bibliográfica.

CUARTA. El plazo de presentación de originales finaliza el día 10 de enero de 2009. Los originales se enviarán a: Fundación Cultural Miguel Hernández, calle Miguel Hernández nº 75, 03300 Orihuela. Se considerarán incluidas dentro de este plazo las obras que se envíen por correo y tengan matasellos de origen de esta fecha o anterior. En el sobre se indicará obligatoriamente: “Para el Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández-Comunidad Valenciana 2009”.

QUINTA. La Fundación Cultural Miguel Hernández designará un comité de lectura previo, constituido por especialistas, que seleccionará las obras sobre las que deliberará posteriormente el Jurado, presidido por un miembro del Patronato de la Fundación y que tendrá al Director de esta Institución como secretario de actas, con voz pero sin voto. Si en la deliberación previa a la votación se considerase por mayoría de sus miembros que ninguna de las obras presentadas posee calidad suficiente para optar al Premio, éste podrá declararse desierto.

SEXTA. El fallo del Jurado será hecho público durante el mes de marzo de 2009, en fecha próxima al aniversario de la muerte del poeta Miguel Hernández. El fallo será inapelable y la asistencia del ganador al acto de entrega del Premio, imprescindible para percibir el mismo.

SÉPTIMA. La obra premiada será publicada por Ediciones Hiperión. El ganador tendrá derecho a recibir cincuenta ejemplares de su obra, entendiéndose que la dotación económica del Premio suple los derechos de autor, tanto mediante impresión como en proceso digital y/o a través de Internet. El ganador deberá facilitar, en el plazo de un mes desde que se le notifique la obtención del Premio, un soporte informático con el contenido íntegro de la obra premiada. Siempre que la obra sea editada se tendrá que destacar el galardón obtenido por la misma, con la indicación ‘Premio Internacional de Poesía Fundación Cultural Miguel Hernández 2009’.

OCTAVA. Los originales no premiados serán destruidos, no admitiéndose peticiones de devolución.

NOVENA. La participación en este Premio implica la total aceptación de las Bases. El Jurado resolverá todos aquellos aspectos no contemplados en las mismas.

Orihuela, 30 de junio de 2008






miércoles, 23 de julio de 2008

El poeta y su aventura:cuatro poemas de Luis Chávez

Luis Chávez, El Salvador.




EL TIEMPO… MI MEDICINA


A ti que comprendes
estas palabras


Cuatro meses pasaron sin sentirlo,
desde que tú abandonaste nuestro hogar;
te llevaste mis sueños… puedo decirlo,
mi corazón, mudo, volvió a despertar.

Mas el tiempo es la mejor medicina,
he aprendido a valorarte como mujer…
de aquello, en mí, no queda vela encendida,
estoy seguro; el mirto empieza a florecer.

Porque si bien al rosal se le cayeron
las hojas. El clavel me dio su aroma.
¡El día tiene su virtud al atardecer!

Me confieso afortunado. El tiempo asoma.
Las mariposas a mi casa volvieron.
Sé que las rosas volverán a florecer.
Luis Antonio Chávez
22-7-08 (9:20 p.m.)


UNA AVENTURA
Alroce de los cuerpos eché lumbre.
No hubo tiempo de llamar a los bomberos.
En silencio nos apretamos; sin sombreros
abanicamos el espacio como en una cumbre.

El calor era intenso. No era costumbre,
pues afuera, el invierno, furioso, crecía
sin miramientos. Mi cuerpo apetecía.
¡Vamos! –decías –que no se apague la lumbre.

Por cada espasmo, el lecho se estremecía.
Y el sudor de nuestros cuerpos desprendía,
Hasta formar un río en aquella escena…

Ese día no hubo tiempo de hacer la cena,
pues juntos saciamos lo que queríamos.
Mujer, sin saberlo, a amarnos aprendíamos.
Luis Antonio Chávez
10-04-08 10:30 a.m.)



APRENDIZAJE
La noche que te amé fue una aventura.
Mi boca se pegó a tus pechos. ¡Que ironía!;
la casa se iluminó como en el día,
y al lactar de tus volcanes fui una criatura.

No niego… inició la noche muy oscura,
pero toqué tus ánforas, tu lozanía
se fundió con las manos mías… hechicería
fue… pues en tus muslos puse la bravura…

Deposité la savia que contuve
durante largo tiempo… hoy eres el motivo
de mis desvaríos… amor vuelve al camino.

Regresa por favor… la razón del ego
Eres tú, pues sin ti camino ciego….
Truncaste la razón de lo que tuve.
Luis Antonio Chávez
09-04-08 (9:20 p.m.)




ENCUENTRO CON LA POESÍA
Las horas chorrean el espacio,
mientras una hoja llega a mí
el poeta Juan Carlos Rivas
traspasa su retina sobre una montaña de libros
Rilke, Octavio Paz y Gabo se mofan de él
en tanto los prólogos de esos libros malditos
deshojan el tiempo en que fueron escritos.

Tegucigalpa me regala su clima
-hoy no ha hecho calor-
dice la poeta Armida García
como para alegrarnos los segundos

pues la lluvia no caerá pronto
para romper la fragilidad del tiempo.

En casa del poeta Rainier Alfaro
el arte destila su vozarrón,
la poesía, el ensayo y el cuento
también invaden la escena.
Hablamos de las películas que dejan huella
mientras un verso sale en estampida
como queriendo testimoniar
que el encuentro con la poesía nos espera.
Luis Antonio Chávez
Tegucigalpa, Honduras
Abril-25 de 2008 (9:25 p.m.
________________________
Poeta, periodista salvadoreño.
Leer más de Luis Antonio Chávez en: www.artepoetica.net

martes, 22 de julio de 2008

Lances en la capilla de las canossianas

Paulina Juszko, Argentina.





Lances en la capilla de las canossianas



Ton souvenir en moi luit comme un ostensoir!
Charles Baudelaire, Les fleurs du mal




Mínima blancura / pureza máxima irradiando solar en medio de la penumbra
engarce de oro para tanto albor
y en medio del silencio un perfume de claveles / azucenas / nardos
(cuando todavía perfumaban
cuando aún bodelerianas las flores se evaporaban cual incensarios).

Y en medio de la soledad presencias misteriosas frecuentando la ausencia
identidades ambiguas
(porque no era la misma hostia de los recortes guardados en los bolsillos para jugar
a la comunión
o las “cercenaduras” que el sacristán le regalaría mucho más tarde a su Cristinica
era lo mismo y no
de pronto no: Él la habitaba).

Y en medio de los rezos fijaba la vista en la custodia
sin pestañear
seguramente vería su rostro
(porque ella era buena / tenía fe / podía compararse sin desmedro a cualquier santo)
¿por qué a mí no?
¿por qué a mí no?

Y en medio de la adoración un duelo sin cuartel
estábamos enfrentados en la penumbra / en la soledad y el silencio / entre rezos
musitados
mis ojos te atravesaban con dardos de súplica.

Y en medio del mareo / de la náusea nacían serpientes que se deslizaban sobre los
reclinatorios:
la Frustración de cabeza gacha y ojos llenos de lágrimas
el Resentimiento áspid agresivo de mirada llameante y corazón insatisfecho
la Envidia enroscada sobre sí misma y mostrando su silbante lengua
la Soberbia reptil de belleza incomparable
las cuatro serpientes capitales tomando posesión de su presa.
__________________
Leer más de Paulina Juszko en: www.artepoetica.net

domingo, 20 de julio de 2008

Credo de la luz_Poema de José Ángel Leyva

José Ángel Leyva, México.





Credo de luz


(a un cuadro de Esther González)



Quién ve la frontera intangible de la muerte
la pátina de luces ciegas o inmersas en la honda tiniebla de la nada
Lienzos sin fin desde el comienzo
Quién recoge esas chispas de ayer en las ventanas
o en los muros donde pueden abrirse rendijas o balcones
para otear la noche y el día en su juego de vigilias y de sueños
Quizá también entre las tumbas queden lágrimas de luz
color del sufrimiento
ausencias que brillan en paz sobre las losas
o al fondo del saber donde descansa todo
Quién puede devolver la imagen al ojo plano y sin esfera
Descifrar la geometría del gesto
de la mano abisal que presta ayuda al náufrago
dispuesto a salvarse con uñas y con dedos
Quién tiene el color
la pincelada blanca oscura sobre el agua
corriente de los siglos
el instante del alma
la quietud cromática del aire
Quién puede atender esa señal
Quién puede
______________________
Poeta, doctor en medicina, especialista en literatura iberoamericana, periodista y director de la revista Alforja.
Leer más poemas de José Ángel Leyva en: www.artepoetica.net

lunes, 14 de julio de 2008

Entro, por lo compacto, rumbo al fondo..._Roberto Manzano

Roberto Manzano, Cuba.





ENTRO, POR LO COMPACTO, RUMBO AL FONDO…




Entro, por lo compacto, rumbo al fondo
y escarbo las raíces;

levanto las matrices
del silencio a la luz de lo redondo;

yo mismo me respondo
desde la gravedad tremenda;

en medio del descenso, y a través de la venda
de lo nocturno veo lo que esconde la lumbre;

miro la reciedumbre
azul de la medalla, el anillo total de la leyenda;

veo venir los muertos
a la reunión inquieta de los vivos;

sus huesos sensitivos
se juntan en anillos ciertos;

en sus ojos abiertos
el sol titila;

algo se hila
en el hondón;

algo que viene desde el corazón
y en la punta del ojo interpela y vigila;

sí, venid, aquí estamos,
aquí estamos, ved nuestros dedos;

mirad nuestras coronas, nuestros miedos,
nuestros orgullos, nuestras espigas, nuestros ramos;

mirad por dónde vamos
para que el porvenir, ay, se nos abra;

mirad cómo el vapor nuestro se labra
de los impulsos encontrados en que nos detenemos;

en una sola mano van los ágiles remos
y en un único labio la nítida palabra;

los muertos se deslizan
tremolando las íntimas banderas;

dentro de sus escuálidas fronteras
sus torres movilizan;

desde allí avisan
con bocinas profundas;

corren, trepidan, suben por las gradas rotundas
llenas de lámparas las finas manos;

los muertos son livianos
y de voces fecundas;

pero los vivos van de dos
en dosmarchando en dividida tropa;

entre los vivos arde la lidia como estopa,
cautivos de la espina o heridos de la coz;

los vivos padecemos una escisión atroz
que todo lo fragmenta;

el dolor nos avienta
y la esperanza;

entramos, como lanza,
en la tormenta;

y los muertos son como un peso puro
o una losa que dice su recado;

parecen una espalda que ha llegado,
ya obnubilada, del futuro;

desde su pecho oscuro
mana un perfume neto;

en lo secreto
se les oye la plática encendida;

allí dicen, y ofrecen a la vida
un litoral movido, una sortija de fulgor completo;

los vivos oyen, con oído fino,
el silencio insepulto;

la palabra aparece como un bulto
en el camino;

como un roce divinose oye la brisa;
es un frío que avisacon la sintaxis de lo ignoto;

como el sonar de un fuelle roto
que apenas escuchado se organiza;

venid, venid, por finas coincidencias
y por azares largos;

quebrantad los letargos
y las interferencias;

coliguemos los himnos y las ciencias,
los hierros y el pistilo, la espuma y el cristal;

los vivos y los muertos, en la unidad total
de la semilla;

para que brote de la arcilla
el ala de la patria germinal!
____________________
Leer más del poeta y ensayista Roberto Manzano en: www.artepoetica.net

domingo, 13 de julio de 2008

Confesiones de un árbol_Carlos Garrido Chalén

Carlos Garrido Chalén, Perú.



Confesiones de un árbol

Antes de ser un hombre
yo he sido un árbol bueno
sobre cuyas ramas creció por temporadas
la tarde con sus sombras.

En aquel entonces tenía mis propios tallos
y mis propias raíces
y servia de parque a los jilgueros.
Y no me molestaba cuando los enamorados
encorazonaban mi corteza
para cruzar con flechas sus sueños
en los míos.

Era un árbol firme
y nada me importaba más que ver mis frutos
venciendo el hambre de los niños;
No recogía uvas de los espinos
ni higos de los abrojos.

Tenía un alma vegetal infinitamente sensitiva.
Y eso lo sabían los grillos que orquestaban
mis fiestas coloquiales.

Era yo árbol para todos. Tronco vegetal
callado y majestuoso.
Pero sobre mi savia crecieron
mis viejas ilusiones/y mis iras.

Y me elevé al infinito irrigado por el llanto
del mismo firmamento,
y resistí estoico las ingratitudes
del clima/y sus tertulias.
Era yo un árbol con ganas de ser árbol!

Mi idioma era el idioma
que hablaban en secreto
los geranios
Y yo era para ellos como un hermano grande
rodeado de eucaliptos y gardenias.

No sé si he sido un roble
o acaso un guayacán de verdes hojas.
Solo sé que me placía servir de sombrilla/a las calandrias
Hube que conocer entonces muchas cosas.

Y a veces sentía ganas
de levantar mis raíces
y echarme a volar con las gaviotas
Y como era silvestre
me atraía la magia de los campos
y me gustaba compartir
mis soledades con la tarde.

No me van a creer, pero yo,
antes de convertirme en transeúnte
- siendo un árbol silente y majestuoso –
tenía el corazón de un ser humano.
_______________________________
De: Confesiones de un ábrol, Editoral Alebrijes, Argentina.
Carlos Carrido Chalén es poeta, abogado y periodista; premio Nacional de Poesía, Presidente de la Unión Hispanoamericana de Escritores.
Leer más de este poeta en: http://www.artepoetica.net/

viernes, 11 de julio de 2008

El gran capitán_Poema deValeria Zurano

Valeria Zurano, Argentina.





“El gran capitán”
(Crónica de un viaje al litoral)


En nombre de quienes lo único que tienenes hambre explotación enfermedadessed de justicia y de aguapersecuciones condenassoledad abandono opresión muerte.Yo acuso a la propiedad privadade privarnos de todo.
ROQUE DALTON


Esa tierra de nadie que dormita alrededor de las estaciones…

Aquellas monedas que me envolviste en tu pañuelito rosa con flores,
monedas para el viaje, yo no quería conocer otras cosas, ir en tren por el campo, escucha, escucha: las monedas, el viaje que somos los muertos, tendríamos que sonreírnos todavía,…
ARNALDO CALVEYRA


El equipaje sobre los cartones de un carro que viene avanzando, a cuesta de la fuerza de los brazos que tiran; dibujando la despedida en el aire, como una especie de ritual donde hablan entre dientes un lenguaje desdentado.

Los niños saltan desde las ruedas al piso, trepan a los bancos, desparraman los cartones, esperan como todos; un tren que no llega.

El rumor comienza en la boletería, hay retraso.
Hace demasiado calor y las chapas de la estación humean.

Preparan la espera. Resignan la espera, pero vinieron a despedirlo. Trajeron el carro y los niños. Vinieron a despedirlo. Llevan su equipaje porque es pesado y esperan junto a él, como si el tiempo ya no tuviera importancia.

******

Es difícil comprender lo que los parlantes anuncian cuando las horas de espera parecen reírse de nuestra sangre que fluye, en los golpes de la rabia, dejándonos sordos.

Las cartas del azar intentan jugar la suerte del viaje, como si fuera el destino que aún les perteneciera, cuando el destino ya está en otras manos.

Pasa una carretilla chillando con olor a grasa añeja en los engranajes. El ir y venir marca un tiempo.
Al final del andén descargan las cajas para la bodega. Sobre las vías destellos de chapitas parecen piedras preciosas, emergiendo en un fondo de granito, que nos guiñan a veces, y nos dejan perplejos, observando ese mundo de durmientes.

Nuestro mundo.

******

En Paso de los Libres los viejos venden helados. Picolé- dicen y tocan una campanita que cuelga del carro.

Esos no son rostros, esos no son cuerpos de vendedores de helados.

Picolé- salen al grito de atrás de la estación, acompañando las palabras con pasos que arrastran encadenados a la marcha cancina del tren, que comienza a alejarse, mientras permanecen vestidos de blanco, cubiertos de blanco, luminosos y encendidos bajo el sol, en una estación de cualquier mundo, fuera de este mundo.

******


Los niños venden botellas de gaseosas que apenas pueden levantar. Van descalzos y se estiran hasta las ventanillas, insisten, se cuelgan de los estribos, esperan las monedas, cuentan, piden, llenan botellas que venden por centavos.

Ya están esperando el próximo tren; que tal vez, no vuelva a pasar nunca.

******


Norma abre una bolsa. Los niños esperan. Le preguntan si falta mucho. Ella dice; que en cualquier momento llegan, que la abuela los alcanza en Paso de los Libres. Los niños se alegran, también me alegro.

El olor a milanesa fermentada impregna el aire. Cada uno, come su ración en silencio, y ella les dice; que también hay manzanas. Y sigue revolviendo. Se escuchan sonidos de miles de bolsas. No quita los ojos grandes y oscuros del fondo. Tiene las manos delgadas pobladas de costras, cansadas de llevar, atadas siempre atadas.

Ahora, los niños piden agua, tienen sed. Ella les dice: tomen el jugo de la manzana.

Los niños entienden y dejan de pedir.


*****


Invitan el vino tinto y caliente en la noche de los trenes. Esta sed que no culmina. El deseo inquieto de colmarnos.

Siguen las estrellas bajando del cielo. Caen en la inmensidad.

El infinito plan de acercarnos.

La perversa ecuación de pensarnos ajenos.

******


La miseria son brazos que entran y mendigan, son estas manos que me cuelgan mugrientas de los hombros, son los hombros que llevan y arrastran, es el peso infinito de comprender que los objetos se gastan, que la ropa se hace harapos y siempre son los trapos colgando de la soga. La miseria entra en las grietas de la piel, en las muecas, en las uñas; es la falta que justifica los motivos, cualquier motivo.

Hay que engañar el tiempo. Me engaño.

El rostro se refleja en los vidrios de la ventanilla. Nos miramos. Ambas nos miramos. En la miseria de estos huesos flacos, en el movimiento continuo del vagón, en esta triste cuna del rincón olvidado; sintiendo el hambre que crece dentro de las tripas.

******

El espejo en el fondo de mi plato de pobre. Así, como este que ahora ves, en el lustre de un cuenco, reflejado y distante con algunas cebollas. Así, en las ansias de los que están perplejos mirando las sobras de algún otro plato.

El amor; los huesos bien pelados y blancos sobre el plato ajeno.

******

Dejaste un caracol sobre mi pecho para que en su recorrido marcara los límites donde se fundaría mi pueblo. Como la primera gota de lluvia que cae en la tierra seca, entre el espacio infinito de una grieta, deslicé las manos por las hendiduras de la tierra húmeda y perfumada.

Ese es el diminuto espacio donde un pueblo fundó mi pecho.

******

Los viajes dejan rastros en el cuerpo. Los viajes hacen escaleras y túneles en el alma. Es la sombra de los que se quedan, lo que nos acompaña. Es el recuerdo de la distancia, que luego sigue pasando y pasando como el agua, como las nubes sobre nosotros.
Nuestras vidas; viajes con destinos premeditados, para los habitantes del Sur.
_______________________
Poetisa, abogada y licenciada en ciencias de la Comunicación; ha obtenido diversos premios y publicado en importantes diarios y revistas de Argentina, Chile, Suecia, México...
Leer más de Valeria Zurano en: www.artepoetica.net

Antes de la explosión_Samuel Trigueros

Samuel Trigueros, Honduras.






Antes de la explosión




He pensado en la excitación del gas,
he imaginado los lentos remolinos que se hinchan en secreto
antes de la explosión,
el instantáneo girar inútil de cabezas,
la onda expansiva y su manotazo de vidrio,
los cuerpos partidos, desmembrados sin instrumento,
sólo por el cálido aire convertido en arma;
y he pensado en la transparencia de la vida y de la muerte,
en la frágil condición de fiera que tiene la existencia
y en la dificultad de atraparla en la redoma transitoria de la piel,
llena de inestable sangre,
colmada de horas y de días confabulados en la terrible
manifestación de lo que fue y no vuelve.

Entonces
otra vez he vuelto a recordar a Fullton,
a Conrad y Zósimo Zara dormidos en la colina;
y he pensado que un cementerio burgués es igual a un vertedero
en la retina de los pobres
y que el jardín del pobre es lo mismo que un basurero
en la ceguera de los potentados;
he llevado a la colina una corona
hecha con el perfume con que la belleza hiere, mortal, la iniquidad;
y he pregonado que muerta la injusticia
se acaba la necesidad.

El gas gira y se expande.
El gas tiene la misma seducción del abismo,
el mismo extraño magnetismo que luego, convertido en noticia,
publica los restos de la vida,
la increíble comprobación de la eternidad
reducida a unos amoratados trozos,
esparcidos para la fría pupila del forense.

El gas tiene la elocuencia de un dios tranquilo en cuyo seno
descansa el estro de la sombra y del subsuelo.
Antes de la explosión
el gas canta una vieja canción de cuna
y cuenta los pesares en la pesadilla del pobre, y dice que aún
el que tiene sus dedos cuajados de oro,
alguna vez escarba en su nariz y encuentra primicias del sepulcro
entre las heces del llanto y el vaticinio de la muerte.

Así he aprendido a diafanizar mi pecho
aceptando la suma de todos los errores,
soportando el destello brutal de las virtudes;
he compartido el pan soso del humillado y he bebido
el vino amargo de la desesperación.

Alguien que supo mis carencias
perdió su alma al confundirlas con miseria.

Entre la inmensa turba enemiga
mantengo a salvo mi cáliz compartido y en secreto
me nombro sobreviviente de mí mismo. He domesticado
la poderosa seducción de llaves y conjuros
y me he quedado quieto adentro de mí mismo
cuando la desconfianza arrecia y arde mi corazón en medio de la noche
como un auto desmantelado que ahora es joya
y tálamo de los enamorados.

Ahora, dentro de poco, han de arrebatarme
los mismos corceles de gas mortal que se llevaron a Elías
y vivieron sus últimos momentos entre flores silvestres
en un campo baldío de suburbio.
La distensión de su carne y el resplandor de sus huesos
hicieron germinar el pasto de la humildad.

Y voy tranquilo
pues he visto al amor sin techo
hacer castillos en el aire negro del consuelo,
bajo el palio de las constelaciones impasibles.
____________________
Poeta, narrador, ensayista hondureño.
Leer más de Samuel Trigueros en: www.artepoetica.net

miércoles, 9 de julio de 2008

Me quedé meditando, lo incógnito en el puño...Roberto Manzano

Roberto Manzano, Cuba.





Me quedé meditando, lo incógnito en el puño…



Me quedé meditando, lo incógnito en el puño:
Qué es la vida? Será una mera contracción zafada?
Será los mil semblantes de una mónada sola?
Será lo accidental que se enrumbó como una esencia?

Fui a ver la piedra para decirle: Qué es la vida?
Me senté al lado del que estaba llorando: Qué es la vida?
Del que comía por primera vez con su novia: Qué es la vida?
De Vernadski, que unía la biomasa en una cifra.
De Kandinsky, que había trazado una rayita blanca.

El que pasó vendiendo ajo puerro me dijo: Deja eso.
El administrador, de pie en la puerta: Qué te pasa?
La joven, balanceando su caderamen: No moleste.
El cirujano, de visita en casa del partero: Es tu invitado?
Yo seguí, proseguí, perseguí. Traía la pregunta
esculpida en la sangre, como el exergo bronco de una moneda.

A veces, reparando cómo se abría el clavelón, la pregunta.
A veces, viendo desfilar los trenes, la pregunta.
O viendo descender del carro al importante forastero.
O mirando las caras harinosas que exhiben los payasos.
Cómo es posible que yo tenga de por vida esta pregunta?
Cómo es posible que no pueda responderme a gusto?
Oh las tazas, las heces, el café, los labios, el sabor.
Oh la justicia, el canto, la abundancia, la paz, el éxito.
Cabello por cabello fui, indagando. Pero siempre,
manto sonoro, la cabellera general cantaba: Qué es la vida?
____________________
Poeta, ensayista y Premio Nacional Nicolás Guillén en México y Cuba.
Leer más de Roberto Manzano en: www.artepoetica.net

miércoles, 2 de julio de 2008

Días vertiginosos/Gloria de la poesía_Reynaldo García Blanco

Reynaldo García Blanco, Cuba






DÍAS VERTIGINOSOS / GLORIA DE LA POESÍA




Se viven días vertiginosos. Hartos ya del ruido y el hastío urbano los poetas hablan de esa desidia que tuvo una prehistoria y un renacimiento. Volver sobre la correspondencia de algunos románticos ingleses o la atmósfera sicodélica que marcó a los imaginistas será una manera de comprender que cada estadio de la cultura ha tenido su cuota de estrés y desencanto.

Sólo lo difícil es estimulante decía Cervantes (Siglos después José lezama Lima se apropiaba de la frase) y a ojos vista las barreras a saltar por el animal político e intelectual que lleva dentro todo hombre.

Sin poner en duda la bandera que se enarbola hay días en que el guerrero se pone a la vera del camino y cuenta sus angustias. Angustias a la que no fueron ajenos Homero, Píndaro o más cercanos en el tiempo José Asunción Silva (tan amigo de Wilde y Mallarmé), (Trabajar cansa).

Decía la palabra angustia y también pudiera decir zozobra y desazón. Sinónimos más o menos no quitan luz al encanto de hablar del desencanto. Y por esos caminos me encuentro un poema del nicaragüense Ernesto cardenal que viene como anillo al dedo:

Como latas de cerveza vacía y colillas
Como latas de cerveza vacía y colillas
de cigarrillos apagados, han sido mis días.
Como figuras que pasan por una pantalla de televisión
y desaparecen, así ha pasado mi vida.
Como los automóviles que pasaban rápidos por las carreteras
con risas de muchachas y música de radios...
Y la belleza pasó rápida, como el modelo de los autos
y las canciones de los radios que pasaron de moda.
Y no ha quedado nada de aquellos días, nada,
más que latas vacías y colillas apagadas,
risas en fotos marchitas, boletos rotos,
y el aserrín con que al amanecer barrieron los bares

Días arduos repito y ahí está la tierra baldía para poner la palabra que nombre los desastres que nos acompañan. Ya habrá otro espacio para cantar las batallas ganadas, los premios, los denarios ganados con el sudor de la frente, con el pleito a capa y espada frente a la página en blanco.

Días vertiginosos de leer los periódicos a saltos. Días de distanciarnos de ese otro que nos acompaña y no permite ver los amaneceres aunque no sean tan apacibles.

Diseccionada ya la maquinaria de la tristeza y con las herramientas algo anticuadas de los monjes benedictinos habrá que armar nuevas historias de vida y que esa fugacidad de la que habla Ernesto Cardenal se convierta en otra materia, en otro crecimiento. El vasto campo del poema será la cimiente. Será la lata vacía de cerveza, el aserrín con que al amanecer barren los bares. Esos bares donde hemos ido a hablar de política, de mujeres, de budismo Zen, de T.S. Eliot o de Julián del Casal. Bares arduos y vertiginosos como los días que corren para gloria de la poesía misma
___________________
Poeta, Director del Centro de Promoción Literaria "José Soler Puig". Ha ganado inmurables premios literarios. También escribe para espacios radiales.
Leer más de Raynaldo García Blanco en: www.artepoetica.net