Fotografía: Roger Lindo, El Salvador. (Cortesía de Miguel Huezo Mixco)
De paso
Es una noche de planos superpuestos.
Pero el otro,
El que mora entre la disputa permanente,
Libera sus vapores
Al aire ponzoñoso.
Cruda e impaciente
La noche de este sector,
Como un aura de cemento
En los húmedos límites
De una herida.
Un caos de cuadrantes
Obsesiona mi frente.
Árida cruza la hora
Oscura de las sirenas
Y el humo,
Herrumbroso,
Se queja de norte a norte.
Los faroles apagan su tiniebla
En espera de noticias.
Se rasgan unos labios,
Trompetas de óxido
Abren un hueco
Para la luz indecente.
Acude, ángel deforme de la hora
A quebrar los tambores
De la complicidad.
Ven, ángel de la sorda retaguardia
A este refugio breve
Donde el cañón
Sueña sus párpados mayores.
Ven, brazo de la noche,
Brazo salado de la oscuridad que canta
A celebrar a esta bestia viva.
Leer más en: www.artepoetica.net
De paso
Es una noche de planos superpuestos.
Pero el otro,
El que mora entre la disputa permanente,
Libera sus vapores
Al aire ponzoñoso.
Cruda e impaciente
La noche de este sector,
Como un aura de cemento
En los húmedos límites
De una herida.
Un caos de cuadrantes
Obsesiona mi frente.
Árida cruza la hora
Oscura de las sirenas
Y el humo,
Herrumbroso,
Se queja de norte a norte.
Los faroles apagan su tiniebla
En espera de noticias.
Se rasgan unos labios,
Trompetas de óxido
Abren un hueco
Para la luz indecente.
Acude, ángel deforme de la hora
A quebrar los tambores
De la complicidad.
Ven, ángel de la sorda retaguardia
A este refugio breve
Donde el cañón
Sueña sus párpados mayores.
Ven, brazo de la noche,
Brazo salado de la oscuridad que canta
A celebrar a esta bestia viva.
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