Los Ángeles de René Chacón Linares
Con la cita de Rimbaud "el poeta se hace vidente mediante un largo e inmenso y sistemático desarreglo de todos los sentidos. Todas las formas del amor, del sufrimiento, de la locura; busca en sí mismo todos los venenos, para guardar de ellos solo las esencias", René Chacón nos lleva a la profundidad de su cielo y tierra donde habitan los ángeles y demonios de su gozo, de su amor y desamor, de sus caídas y sus tristezas. La Fiera de un Angel (Impresos Litográficos de Centro América 2004), poesía de sentimientos, experiencias y sueños, con las alas del erotismo, de sus torbellinos y silencio, en "espléndido desorden" (Miguel Huezo Mixco), con la que "René Chacón trata de romper cánones y paradigmas…donde el impudor del Yo se escribe libre de trabas, la clásica antonimia Tanatos-Eros, goce-placer…da muerte a todo radicalismo, y existencia a toda esa diversidad rica de los seres humanos" (Argelia Marxelli de Quintana).
Ya Rafael Alberti refiriéndose a una de sus obras poéticas más importantes Sobre los ángeles, habla de ellos "… como irresistibles fuerzas del espíritu, moldeables a los estados más turbios y secretos de mi naturaleza".
Pero es obvio que los sujetos y objetos no son, directamente, los ángeles, sino el ser individual, su estado como ente de relación: la imagen del ángel es un reflejo, un eco de esta vivencia, imaginación, situación en tanto es desrealizable y desrealizada. Boris Pasternak ya había afirmado que la objetividad sólo puede ser conocida por el creador al leer su poema y desconocerlo; pero esto no es lo más interesante sino como conjetura. Porque si bien "el poeta es hablado por lo que escribe" (Gelman), al poema en definitiva lo completa el lector, la audiencia con su propia vivencia del poema.
Si bien, los elementos autobiográficos, al igual que las imágenes tradicionales angélicas, juegan su papel de importancia, el rastreo de tales elementos no significan la no surrealidad de la imagen, la de "tremendos amantes y gozosos amados" (como dice Dina Posada), porque son arrebatos que sacuden ciertos postulados y formas, a partir de la conciencia del originante, haciendo cómplice al destinatario. Lírica erótica arriesgada que sabe escapar al peligro del lugar común, con este juego transparente, en el contexto del amor y el desamor, la alegría y la tristeza, los logros y las caídas; todas experiencias, apetitos, conscientes y subconscientes que compartimos universalmente en el cuerpo espiritual que somos.
Malean, febrero 2007
Luis Alberto Ambroggio
Academia Norteamericana de la Lengua Española.
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