ÓNIROS, de Daniel Argüello Chinchilla:
situaciones límite en una
narrativa inusitada
Lic. MIGUEL FAJARDO KOREA
Premio
Nacional de Promoción y Difusión Cultural de Costa Rica
Daniel Argüello
Chinchilla
nació en San José, Costa Rica (2004). Fue criado en Liberia,
Guanacaste, durante la mayor parte
de sus 20 años actuales. Durante su niñez y adolescencia empezó a
desarrollar cierto afán por la literatura, aunque también por la ciencia.
Cuando se graduó como bachiller de secundaria,
en el Colegio Teocali, en el 2021, decidió tomar
el camino de la ingeniería biomédica en la Universidad Latinoamericana de Ciencia
y Tecnología. Sus padres son profesionales en ciencias
médicas: el Dr. Manuel Argüello Montero y la Dra. Kattia Chinchilla Hernández,
Cardiólogo y Geriatra, respectivamente. Sin embargo, no quiso descuidar su apetencia por los libros
y la escritura, y se matriculó simultáneamente en la Universidad de
Costa Rica, en la carrera de
Filología de la Lengua Española.
Su libro de
estreno es el cuentario Óniros (Guanacaste: Editorial Círculo y Punto
Ediciones, 2024: 232 pp.), a la edad de 20 años. Una serie de relatos cortos
que varían en trama y complejidad, pero mantienen esa índole fantástica que
distingue el realismo mágico. Esta obra la inició a los 16 años y la concluyó a los 19
años.
Su aprendizaje en la literatura viene mayormente de su estudio independiente y las
influencias de autores trascendentales de diferentes épocas, desde Homero hasta
Gabriel García Márquez. Otros maestros de sus lecturas son: William Faulkner,
Jorge Luis Borges, Yasunari Kawabata, William Shakespeare, John Steinbeck y
Vladimir Nabokov.
Daniel es
apasionado del deporte, en especial el karate, así como del océano, pues le
gusta el buceo. Algunos relatos
fueron inspirados en sus mascotas, en especial, su gato Thauri.
En
síntesis, Daniel Argüello Chinchilla
considera que su inspiración son las incógnitas de la vida y la
condición humana, a lo cual le gusta agregar arte, ya que, como él lo
contempla, su oficio es pintar con las palabras.
José Carlos
Canalda aduce que:
Según la mitología griega los Óniros, hijos de Hipnos, el
dios del sueño, y de Nix, la diosa de la noche, eran las mil personificaciones
de los sueños, siendo Morfeo el más conocido de ellos. De esta palabra proviene
el término onírico, que según el DRAE significa “Perteneciente o
relativo a los sueños”.
. Las apariciones sobrenaturales durante
el sueño abundan en la mitología y la literatura de todas las épocas. (https://www.jccanalda.es/jccanalda_doc/jccanalda_cf/relatos_cf/oniros/present_oniros.htm).
Argüello
Chinchilla, Daniel. Óniros. Guanacaste, Costa Rica: Círculo y
Punto Ediciones. 2024: 232 pp. Portada: Lulluby for the Monkey, de Reydel
Espinoza Fernández. Diagramación: Soren Vargas. Corrección filológica: Juan
Carlos Abarca. Criterio en la contracubierta de Guillermo Fernández.
El cuentario está integrado por 16
textos, a saber: El viejo manglar, Mujer de nieve, El edén de las bestias,
Aves acuíferas y peces aviadores, Corazón de orquídeas, La ballena encallada,
Los muertos no hacen ruido, Lección de enología, El hotel de sal, Judías
verdes, Sobre gallardos y belicosos, Cantos hacia el Valhalla, El gato de
azafrán, El señor de los árboles, Espuma de mar y El lied de las auroras.
A ellos les
antecede el pensamiento del autor: “Navega mucho entre los sueños y en sus olas
hundirás”. Solo tres de los dieciséis cuentos presentan epígrafes, de
Shakespeare, Borges y el Génesis 3:14. Seleccionaré corpus de 15 de sus textos
para visualizar situaciones límite.
1.“El viejo
mangar”
“El viejo despertó
de su somnolencia en el litoral a los pies del manglar”, así inicia el libro de
Daniel Argüello Chinchilla. Acá se presenta la figuración temporal del sujeto.
En dicha historia existen sujetos nombrados: los hombres-lagarto, las señoras
de olla.
Se menciona a La Tulevieja, parte
de los personajes legendarios costarricenses. “La Tulevieja le enterró las uñas
al viejo en las manos y lo jaló tan lejos como pudo” (p.24).
La memoria onírica se expresa en
“El general terminó por comerse su propio oro y bronce hasta que se petrificó
en metal” (p. 31).
La narración inusitada se observa
en “La furia telúrica terminó por elevar las tierras hasta donde el hombre no
llegará y aquel tremedal hundido se transformó en un páramo desierto y
volcánicamente furioso” (p. 31)
2.“Mujer de
nieve”
El cuentario incorpora personajes de diversos
contextos geográficos, Aquí, Yoshito, Haruko, Oyuki. “En la pintura, la mujer de nieve, con una
esclavina azulada, labios escarlatas, el quimono invernal delimitado por el
hermoso obi. Algo perturbó la belleza del cuadro óleo. / “Gusanos
surgen de las flores” (p. 39).
En ese sentido,
como expresa la gran crítica polaca, Magdalena Perkowska, en su libro
“Historias híbridas” (Madrid, Iberoamericana, 2008: 371): “las fotos se
entretejen con el relato o se sitúan en el medio o en la parte final formando
un contexto visual para la narración (…) El vínculo que se establece entre
estos dos sistemas de representación muestra que lo verbal y lo visual son
indisolubles, que su separación, al igual que la del espacio público y privado
es una ilusión” (pp. 253-254). Aquí, la pintura cumple esa función.
3. “El edén
de las bestias”.
“Carmen
dijo: ¡Qué mujeres tan guapas! -Escudriñando entre sus detalles para
decodificar el recóndito secreto que tantas han querido descubrir desde que Lilith
fue parida del barro divino para que el puerco original adánico se revolcase en
placer” (pp.72-73).
4.“Aves
acuíferas y peces aviadores”
“La estupidez humana acababa de superar su
umbral estandarizado por lo estadísticos que seguían debatiendo las pérdidas
económicas del suceso y los fallecimientos por guerra y que tan cifra ya se
disparaba exponencialmente fuera de lo común” (p. 91).
5. Corazón
de orquídeas”
“Blanca sería una
negra huérfana que migró a rastras desde la frontera y desembocó en la ciudad
del polvo blanco. Y entonces la benigna familia de los Rodríguez la recibió con
brazos abiertos siempre y cuando cumpliera las labores de ancila bien pagada
con comida y techo, compasión naciente de la abatida madre que acaba de perder
a su blanca hija en parto ochomesino y añoraba la compañía de otra niña (p.96).
El racismo, la xenofobia y la mujer objeto trazan el hilo argumental de
denuncia de este cuento.
6. “La ballena
encallada”
“–Bueno, Jonás. Le digo que sí que tengo un trabajo para
usted. Si le soy sincero le mentí, pero le dije la verdad. No hay cuerpos, pero sí se pueden conseguir
más (…) / -Estaré en el bendito hospital a primera hora de la mañana. Tiene
usted razón, hay hombres que llevan esperando la barca a las orillas del mar
por mucho tiempo (…) / pero por ahora a descansar estos brazos remadores de
Caronte” (pp.117-118).
7. “Los
muertos no hacen ruido”
“-De esas tierras no comerás, seré yo quien
decida si las incendie, las venda o las cultive.
- Yo soy la
cónyuge, madre, y no olvidéis eso.
- ¿Cónyuge dices?,
mira a tu alrededor, niña, y no te revuelques en tus fantasías como el cerdo al
cieno; moras sobre mi techo, comes de mi alimento, vives de mi pecho.
- Tal vez domeñes
por aquí, pero reina no eres y fuera de los arcifinios de este hueco terrenal
la ley has de obedecer.
- ¿Ley dices?,
¿quién te ha hablado a ti de la ley?” (p.130).
8. “Lección
de enología”
“-Aquel que
indique al culpable del crimen de la musa con una estaca atravesada, cuya
respuesta sea veraz, merecido ha de ser de su propio perdón.
(…) A los pocos
segundos la esclareció de vuelta con un poder divino, encontrándose con un
lánguido implume hombre con doce estacas atravesadas en su espalda.
(…) ¡Qué habéis
dicho, diantre?, ¿Qué no os gustan las prostitutas? Pues de sus dolencias
genitales padeceréis. ¿Qué has dicho, íncubo de la vid?, ¿Qué repugnáis a los
indigentes? Pues su ignominia sentiréis. ¿Y vosotros, Belcébidas, que habéis
dicho acaso que los leprosos hacen vuestro estómago regurgitar? Pues sus llagas
germinaréis y vosotras larvas en el atolón de pus nadaréis” (pp.149-150).
9. “El
hotel de sal”
“El ovillo de la
vida se había desenvuelto a una simple hilacha que seguía como una recta
infinita hacia el desierto. Pedro siguió como una recta en el plano infinito.
Sea sal o tierra, agua o vino, vivo o muerto.
Pedro seguía con la mente bajo una blancura, un vacío que resonaba en
sus silentes ecos bajo el carniforme cadáver que deambulaba en busca de la
nada, la absoluta nada y entonces se desvaneció entre la sal, el viento y el
horizonte boliviano” (p. 157).
10. “Judías
verdes”
“Pronto el pudor y
los escrúpulos se desvanecieron, Nyoko durmió entre los edredones, abovedada de
muchas manos, unas viejas, otras más jóvenes. El sake brotaba los ímpetus que
los hombres arrinconaban en lo más profundo de sus entrañas, como si unos
aparentes ángeles desataran el infierno mismo sobre el edén femenino.
Una noche, el
hombre de los anillos dorados volvió. Su mano emergió de la habitación y
desplegó su invitación hacia Nyoko, quien esperaba parsimoniosamente en el
pasillo del hotel, espolvoreada de maquillaje níveo y sonrosada en las
mejillas. Un largo pasillo de
habitaciones contiguas, varias chicas sentadas sobre sus rodillas, con el
mentón virado hacia el suelo” (p. 164).
11. “Sobre
gallardos y belicosos”
“Mientras
escoltaban al tragicómico al patíbulo para ejecución inmediata, el enfadado soberano
declaró su iracundia contra el cielo y la tierra y el reino anfitrión.
-He de calcinar
vuestros nombres, cometer latrocinio de vuestros bienes, bestialidad sobre
vuestras mujeres e impiedad sobre vuestros niños.
-Venid con vuestro
ejército, os terminaré con la espada de roca marciana y he de enterrar vuestro
nombre en una gruta y sellarla con vuestra sangre petrificada a punta de las
gorgonas de la locura.
El consejo
mitológico, entonces, inauguró una clandestina reunión olímpica, discutiendo el
amalgamiento de la una de bronce al herrero celestial y el despojamiento de un
necio belicoso” (p. 171).
12. “Cantos
hacia el Valhalla”
Es la inserción de
un texto poético de siete páginas; se omite para los alcances de este
comentario.
13. “El gato
de azafrán”
“En aquel plano
chiaroscuro, la albugínea luna posaba encima del pesebre de los ricos,
atravesando el cristal de la ventana, cuya menguante luz cada vez fue más
mermante hasta que obscura fue y la luz se fue.
Y el bebé gato y el hermano humano quedaron a la intemperie del reino de
la ceguera a punta de una esmirriada viga de cera. Y su padre, el Igor, yacía
furibundo mirando al sirviente con los mismos bigotes de gato que el bastardo,
el siervo culpable de aquel fruto de pecado bestial con la ralea félida que dio
a luz al gato de azafrán: aquel que condenó a Igor y su festín de Baltazar” (p.
193).
14. “El
señor de los árboles”
“Adán, semental
primigenio, verás tu alcurnia crecer en horror y belleza, armonía y guerra,
barbarie y bondad. Y el bien y el mal se
aparearán por siempre y para siempre hasta que uno de los tuyos decida resistir
su impulso más primitivo y dejar por primera vez a las hespérides en paz y solo
entonces sentirás la verdadera libertad ante tu propia desnudez.
Las ninfas
gritaron y los venados bailaron y las ardillas treparon y entonces el señor de
los árboles convirtió a Adán en un manzano” (p.199).
15. “Espuma de
mar”
“La verdad es que
aquel viejo pescador no tenía más de treinta años, pero cuando se está solo el tiempo
se hiela en bloques de memoria que reverberan en bullicios esquizofrénicos;
cuando se está sin amor, el cuerpo lo sabe, lo siente como cones condensados en
bolinchas temporales y nace un fenómeno mágico de lo que es un joven moribundo.
El mar esclareció en un pardo que opacó al sol mismo y lo tornó rojo vivo” (p.
212).
16. “El lied
de las auroras”
“-Veré de nuevo a
mi hijo.
Y la dama verde le
replicó silente, pues las luces hablan:
-Vedlo por ti
misma. Dame al niño y su ánima jugará en
la nieve feliz por siempre. Levantarás
tu mentón hacia el cielo de la noche y verás a tu niño; si de rojo está,
furioso es; si de azul mana, azul llora; si de rosa pinta, sonrosada tinta.
(…) -Te veré en
las auroras y un día, un día cuando el rey de los alisos se duerma para
siempre, entonces vendré a tu cuna verde y te levantaré con mis brazos y
beberás de mi leche fosforescente y desapareceremos juntos, hacia el
inimaginable mar de los sueños” (p.238).
***
Como habrá podido deslindarse, el discurso en
ÓNIROS, del joven escritor costarricense, Daniel Argüello Chinchilla (2004),
muestra una narrativa inusitada de situaciones límite, las cuales mantienen al
lector a estar muy atento, toda vez que es un libro que maneja un lenguaje con
un estilo de alto refinamiento barroco.
El escritor
costarricense, Guillermo Fernández, acota la referencia a las narraciones
inclasificables de Henri Michau (1899-1984), en una clara vehiculización con
algunos de los textos de Argüello Chinchilla.
De mi parte, sumo,
la referencia de “La condesa sangrienta”, de Alejandra Pizarnik (1936-1972), en
el tanto hay textos que semejan retratos perturbadores, como emblemas
alternativos del horror o el mal de una sociedad, que no ha aprendido a ser
solidaria.
La función de los
sueños, a partir del “Diccionario de símbolos”, de Jean Chevalier (1906-1993). ADEPAC, aduce que:
El sujeto se proyecta en la imagen de otro
ser: se aliena identificándose a otro. Puede estar representado con rasgos
que no tienen aparentemente nada de común con él, hombre o mujer, animal o
planta, vehículo o planeta, etc. Uno de los papeles del análisis onírico o
simbólico es a la vez despejar esas identificaciones y discernir en ellas
las causas y los fines; debe restituir a la persona a su identidad
propia, al descubrir el sentido de sus alienaciones. En: (https://www.adepac.org/inicio/el-sueno-como-creador-de-simbolos-chevalier-y-gheerbrant/).
En este cuentario de Daniel Argüello
Chinchilla, existe una fuerte formulación en su narrativa, a partir del símbolo
de lo onírico, como puede constatarse en el título de su libro ÓNIROS.
Aparecen licantropías, la creencia humana
de transformarse en un animal y actuar como tal, Hombre-lagarto. Asimismo, existe una galería, toda vez que se
hace referencia a personajes, tales como Adán, Eva, Aqueronte o Pandora,
Además, se muestra otro grupo de
personajes, integrado por demiurgos, indigentes, prostitutas, monstruos o
ladrones.
Los ejes temáticos
abordados en este denso e intenso cuentario son nudos que versan sobre el
adulterio, el divorcio, la locura, el terror, el extraño en su mundo, las
agresiones corporales, la ecología, la rebelión animal, la discriminación, el
racismo, las traiciones, las disputas entre parejas, los estados vegetativos,
el materialismo, los vinos, los castigos límite: -como los empalados-.
En síntesis, el cuentario ÓNIROS, de
Daniel Argüello Chinchilla, es una grata aparición en el panorama de las jóvenes
letras costarricenses, tanto en poesía como en narrativa.
Su extrema juventud, su preparación
académica en el área de la medicina y la filología, así como sus intensas
lecturas de escritores modelo para el autor, auguran nuevas obras literarias de
Daniel, las cuales estaremos esperando.
Desde el Centro
Literario de Guanacaste (1974-2025…), le damos la más cordial bienvenida
cultural. ¡Albricias, Daniel!
LIC. MGUEL FAJARDO
KOREA, COSTA RICA
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