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lunes, 30 de junio de 2025

ÓNIROS, de Daniel Argüello Chinchilla: situaciones límite en una narrativa inusitada

 




ÓNIROS, de Daniel Argüello Chinchilla:

 situaciones límite en una narrativa inusitada

 

Lic. MIGUEL FAJARDO KOREA

Premio Nacional de Promoción y Difusión Cultural de Costa Rica

 

 

Daniel Argüello Chinchilla nació en San José, Costa Rica (2004). Fue criado en Liberia, Guanacaste, durante la mayor parte de sus 20 años actuales. Durante su niñez y adolescencia empezó a desarrollar cierto afán por la literatura, aunque también por la ciencia.

 Cuando se graduó como bachiller de secundaria, en el Colegio Teocali, en el 2021, decidió tomar el camino de la ingeniería biomédica en la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología. Sus padres son profesionales en ciencias médicas: el Dr. Manuel Argüello Montero y la Dra. Kattia Chinchilla Hernández, Cardiólogo y Geriatra, respectivamente. Sin embargo, no quiso descuidar su apetencia por los libros y la escritura, y se matriculó simultáneamente en la Universidad de Costa Rica, en la carrera de Filología de la Lengua Española.

Su libro de estreno es el cuentario Óniros (Guanacaste: Editorial Círculo y Punto Ediciones, 2024: 232 pp.), a la edad de 20 años. Una serie de relatos cortos que varían en trama y complejidad, pero mantienen esa índole fantástica que distingue el realismo mágico. Esta obra la inició a los 16 años y la concluyó a los 19 años.

Su aprendizaje en la literatura viene mayormente de su estudio independiente y las influencias de autores trascendentales de diferentes épocas, desde Homero hasta Gabriel García Márquez. Otros maestros de sus lecturas son: William Faulkner, Jorge Luis Borges, Yasunari Kawabata, William Shakespeare, John Steinbeck y Vladimir Nabokov.

Daniel es apasionado del deporte, en especial el karate, así como del océano, pues le gusta el buceo. Algunos relatos fueron inspirados en sus mascotas, en especial, su gato Thauri.

          En síntesis, Daniel Argüello Chinchilla considera que su inspiración son las incógnitas de la vida y la condición humana, a lo cual le gusta agregar arte, ya que, como él lo contempla, su oficio es pintar con las palabras.

 

José Carlos Canalda aduce que:

 

Según la mitología griega los Óniros, hijos de Hipnos, el dios del sueño, y de Nix, la diosa de la noche, eran las mil personificaciones de los sueños, siendo Morfeo el más conocido de ellos. De esta palabra proviene el término onírico, que según el DRAE significa “Perteneciente o relativo a los sueños”.

. Las apariciones sobrenaturales durante el sueño abundan en la mitología y la literatura de todas las épocas. (https://www.jccanalda.es/jccanalda_doc/jccanalda_cf/relatos_cf/oniros/present_oniros.htm).

          Argüello Chinchilla, Daniel. Óniros. Guanacaste, Costa Rica: Círculo y Punto Ediciones. 2024: 232 pp. Portada: Lulluby for the Monkey, de Reydel Espinoza Fernández. Diagramación: Soren Vargas. Corrección filológica: Juan Carlos Abarca. Criterio en la contracubierta de Guillermo Fernández.

          El cuentario está integrado por 16 textos, a saber: El viejo manglar, Mujer de nieve, El edén de las bestias, Aves acuíferas y peces aviadores, Corazón de orquídeas, La ballena encallada, Los muertos no hacen ruido, Lección de enología, El hotel de sal, Judías verdes, Sobre gallardos y belicosos, Cantos hacia el Valhalla, El gato de azafrán, El señor de los árboles, Espuma de mar y El lied de las auroras.

A ellos les antecede el pensamiento del autor: “Navega mucho entre los sueños y en sus olas hundirás”. Solo tres de los dieciséis cuentos presentan epígrafes, de Shakespeare, Borges y el Génesis 3:14. Seleccionaré corpus de 15 de sus textos para visualizar situaciones límite.

1.“El viejo mangar”

“El viejo despertó de su somnolencia en el litoral a los pies del manglar”, así inicia el libro de Daniel Argüello Chinchilla. Acá se presenta la figuración temporal del sujeto. En dicha historia existen sujetos nombrados: los hombres-lagarto, las señoras de olla.

Se menciona a La Tulevieja, parte de los personajes legendarios costarricenses. “La Tulevieja le enterró las uñas al viejo en las manos y lo jaló tan lejos como pudo” (p.24).

La memoria onírica se expresa en “El general terminó por comerse su propio oro y bronce hasta que se petrificó en metal” (p. 31).

La narración inusitada se observa en “La furia telúrica terminó por elevar las tierras hasta donde el hombre no llegará y aquel tremedal hundido se transformó en un páramo desierto y volcánicamente furioso” (p. 31)

2.“Mujer de nieve”

 El cuentario incorpora personajes de diversos contextos geográficos, Aquí, Yoshito, Haruko, Oyuki.  “En la pintura, la mujer de nieve, con una esclavina azulada, labios escarlatas, el quimono invernal delimitado por el hermoso obi. Algo perturbó la belleza del cuadro óleo. / “Gusanos surgen de las flores” (p. 39).

En ese sentido, como expresa la gran crítica polaca, Magdalena Perkowska, en su libro “Historias híbridas” (Madrid, Iberoamericana, 2008: 371): “las fotos se entretejen con el relato o se sitúan en el medio o en la parte final formando un contexto visual para la narración (…) El vínculo que se establece entre estos dos sistemas de representación muestra que lo verbal y lo visual son indisolubles, que su separación, al igual que la del espacio público y privado es una ilusión” (pp. 253-254). Aquí, la pintura cumple esa función.

3. “El edén de las bestias”.

Carmen dijo: ¡Qué mujeres tan guapas! -Escudriñando entre sus detalles para decodificar el recóndito secreto que tantas han querido descubrir desde que Lilith fue parida del barro divino para que el puerco original adánico se revolcase en placer” (pp.72-73).

4.“Aves acuíferas y peces aviadores”

 “La estupidez humana acababa de superar su umbral estandarizado por lo estadísticos que seguían debatiendo las pérdidas económicas del suceso y los fallecimientos por guerra y que tan cifra ya se disparaba exponencialmente fuera de lo común” (p. 91).

5. Corazón de orquídeas”

“Blanca sería una negra huérfana que migró a rastras desde la frontera y desembocó en la ciudad del polvo blanco. Y entonces la benigna familia de los Rodríguez la recibió con brazos abiertos siempre y cuando cumpliera las labores de ancila bien pagada con comida y techo, compasión naciente de la abatida madre que acaba de perder a su blanca hija en parto ochomesino y añoraba la compañía de otra niña (p.96). El racismo, la xenofobia y la mujer objeto trazan el hilo argumental de denuncia de este cuento.

6. “La ballena encallada”

 “–Bueno, Jonás.  Le digo que sí que tengo un trabajo para usted. Si le soy sincero le mentí, pero le dije la verdad.  No hay cuerpos, pero sí se pueden conseguir más (…) / -Estaré en el bendito hospital a primera hora de la mañana. Tiene usted razón, hay hombres que llevan esperando la barca a las orillas del mar por mucho tiempo (…) / pero por ahora a descansar estos brazos remadores de Caronte” (pp.117-118).

7. “Los muertos no hacen ruido”

 “-De esas tierras no comerás, seré yo quien decida si las incendie, las venda o las cultive.

- Yo soy la cónyuge, madre, y no olvidéis eso.

- ¿Cónyuge dices?, mira a tu alrededor, niña, y no te revuelques en tus fantasías como el cerdo al cieno; moras sobre mi techo, comes de mi alimento, vives de mi pecho.

- Tal vez domeñes por aquí, pero reina no eres y fuera de los arcifinios de este hueco terrenal la ley has de obedecer.

- ¿Ley dices?, ¿quién te ha hablado a ti de la ley?” (p.130).

 

8. “Lección de enología”

“-Aquel que indique al culpable del crimen de la musa con una estaca atravesada, cuya respuesta sea veraz, merecido ha de ser de su propio perdón.

(…) A los pocos segundos la esclareció de vuelta con un poder divino, encontrándose con un lánguido implume hombre con doce estacas atravesadas en su espalda.

(…) ¡Qué habéis dicho, diantre?, ¿Qué no os gustan las prostitutas? Pues de sus dolencias genitales padeceréis. ¿Qué has dicho, íncubo de la vid?, ¿Qué repugnáis a los indigentes? Pues su ignominia sentiréis. ¿Y vosotros, Belcébidas, que habéis dicho acaso que los leprosos hacen vuestro estómago regurgitar? Pues sus llagas germinaréis y vosotras larvas en el atolón de pus nadaréis” (pp.149-150).

9. “El hotel de sal”

“El ovillo de la vida se había desenvuelto a una simple hilacha que seguía como una recta infinita hacia el desierto. Pedro siguió como una recta en el plano infinito. Sea sal o tierra, agua o vino, vivo o muerto.  Pedro seguía con la mente bajo una blancura, un vacío que resonaba en sus silentes ecos bajo el carniforme cadáver que deambulaba en busca de la nada, la absoluta nada y entonces se desvaneció entre la sal, el viento y el horizonte boliviano” (p. 157).

10. “Judías verdes”

“Pronto el pudor y los escrúpulos se desvanecieron, Nyoko durmió entre los edredones, abovedada de muchas manos, unas viejas, otras más jóvenes. El sake brotaba los ímpetus que los hombres arrinconaban en lo más profundo de sus entrañas, como si unos aparentes ángeles desataran el infierno mismo sobre el edén femenino.

Una noche, el hombre de los anillos dorados volvió. Su mano emergió de la habitación y desplegó su invitación hacia Nyoko, quien esperaba parsimoniosamente en el pasillo del hotel, espolvoreada de maquillaje níveo y sonrosada en las mejillas.  Un largo pasillo de habitaciones contiguas, varias chicas sentadas sobre sus rodillas, con el mentón virado hacia el suelo” (p. 164).

11. “Sobre gallardos y belicosos”

“Mientras escoltaban al tragicómico al patíbulo para ejecución inmediata, el enfadado soberano declaró su iracundia contra el cielo y la tierra y el reino anfitrión.

-He de calcinar vuestros nombres, cometer latrocinio de vuestros bienes, bestialidad sobre vuestras mujeres e impiedad sobre vuestros niños.

-Venid con vuestro ejército, os terminaré con la espada de roca marciana y he de enterrar vuestro nombre en una gruta y sellarla con vuestra sangre petrificada a punta de las gorgonas de la locura.

El consejo mitológico, entonces, inauguró una clandestina reunión olímpica, discutiendo el amalgamiento de la una de bronce al herrero celestial y el despojamiento de un necio belicoso” (p. 171).

12. “Cantos hacia el Valhalla”

Es la inserción de un texto poético de siete páginas; se omite para los alcances de este comentario.

13. “El gato de azafrán”

“En aquel plano chiaroscuro, la albugínea luna posaba encima del pesebre de los ricos, atravesando el cristal de la ventana, cuya menguante luz cada vez fue más mermante hasta que obscura fue y la luz se fue.  Y el bebé gato y el hermano humano quedaron a la intemperie del reino de la ceguera a punta de una esmirriada viga de cera. Y su padre, el Igor, yacía furibundo mirando al sirviente con los mismos bigotes de gato que el bastardo, el siervo culpable de aquel fruto de pecado bestial con la ralea félida que dio a luz al gato de azafrán: aquel que condenó a Igor y su festín de Baltazar” (p. 193).

 

14. “El señor de los árboles”

“Adán, semental primigenio, verás tu alcurnia crecer en horror y belleza, armonía y guerra, barbarie y bondad.  Y el bien y el mal se aparearán por siempre y para siempre hasta que uno de los tuyos decida resistir su impulso más primitivo y dejar por primera vez a las hespérides en paz y solo entonces sentirás la verdadera libertad ante tu propia desnudez.

Las ninfas gritaron y los venados bailaron y las ardillas treparon y entonces el señor de los árboles convirtió a Adán en un manzano” (p.199).

15. “Espuma de mar”

“La verdad es que aquel viejo pescador no tenía más de treinta años, pero cuando se está solo el tiempo se hiela en bloques de memoria que reverberan en bullicios esquizofrénicos; cuando se está sin amor, el cuerpo lo sabe, lo siente como cones condensados en bolinchas temporales y nace un fenómeno mágico de lo que es un joven moribundo. El mar esclareció en un pardo que opacó al sol mismo y lo tornó rojo vivo” (p. 212).

16. “El lied de las auroras”

“-Veré de nuevo a mi hijo.

Y la dama verde le replicó silente, pues las luces hablan:

-Vedlo por ti misma.  Dame al niño y su ánima jugará en la nieve feliz por siempre.  Levantarás tu mentón hacia el cielo de la noche y verás a tu niño; si de rojo está, furioso es; si de azul mana, azul llora; si de rosa pinta, sonrosada tinta.

(…) -Te veré en las auroras y un día, un día cuando el rey de los alisos se duerma para siempre, entonces vendré a tu cuna verde y te levantaré con mis brazos y beberás de mi leche fosforescente y desapareceremos juntos, hacia el inimaginable mar de los sueños” (p.238).

***

 Como habrá podido deslindarse, el discurso en ÓNIROS, del joven escritor costarricense, Daniel Argüello Chinchilla (2004), muestra una narrativa inusitada de situaciones límite, las cuales mantienen al lector a estar muy atento, toda vez que es un libro que maneja un lenguaje con un estilo de alto refinamiento barroco.

El escritor costarricense, Guillermo Fernández, acota la referencia a las narraciones inclasificables de Henri Michau (1899-1984), en una clara vehiculización con algunos de los textos de Argüello Chinchilla.

De mi parte, sumo, la referencia de “La condesa sangrienta”, de Alejandra Pizarnik (1936-1972), en el tanto hay textos que semejan retratos perturbadores, como emblemas alternativos del horror o el mal de una sociedad, que no ha aprendido a ser solidaria.

La función de los sueños, a partir del “Diccionario de símbolos”, de Jean Chevalier (1906-1993).  ADEPAC, aduce que:

 

El sujeto se proyecta en la imagen de otro ser: se aliena identificándose a otro. Puede estar representado con rasgos que no tienen aparentemente nada de común con él, hombre o mujer, animal o planta, vehículo o planeta, etc. Uno de los papeles del análisis onírico o simbólico es a la vez despejar esas identificaciones y discernir en ellas las causas y los fines; debe restituir a la persona a su identidad propia, al descubrir el sentido de sus alienaciones. En: (https://www.adepac.org/inicio/el-sueno-como-creador-de-simbolos-chevalier-y-gheerbrant/).

          En este cuentario de Daniel Argüello Chinchilla, existe una fuerte formulación en su narrativa, a partir del símbolo de lo onírico, como puede constatarse en el título de su libro ÓNIROS.

 

          Aparecen licantropías, la creencia humana de transformarse en un animal y actuar como tal, Hombre-lagarto.  Asimismo, existe una galería, toda vez que se hace referencia a personajes, tales como Adán, Eva, Aqueronte o Pandora,

          Además, se muestra otro grupo de personajes, integrado por demiurgos, indigentes, prostitutas, monstruos o ladrones.

Los ejes temáticos abordados en este denso e intenso cuentario son nudos que versan sobre el adulterio, el divorcio, la locura, el terror, el extraño en su mundo, las agresiones corporales, la ecología, la rebelión animal, la discriminación, el racismo, las traiciones, las disputas entre parejas, los estados vegetativos, el materialismo, los vinos, los castigos límite:          -como los empalados-.

          En síntesis, el cuentario ÓNIROS, de Daniel Argüello Chinchilla, es una grata aparición en el panorama de las jóvenes letras costarricenses, tanto en poesía como en narrativa.

          Su extrema juventud, su preparación académica en el área de la medicina y la filología, así como sus intensas lecturas de escritores modelo para el autor, auguran nuevas obras literarias de Daniel, las cuales estaremos esperando.

Desde el Centro Literario de Guanacaste (1974-2025…), le damos la más cordial bienvenida cultural.  ¡Albricias, Daniel!


LIC. MGUEL FAJARDO KOREA, COSTA RICA







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