En el presente blog puede leer poemas selectos, extraídos de la Antología Mundial de Poesía que publica Arte Poética- Rostros y versos, Fundada por André Cruchaga. También puede leer reseñas, ensayos, entrevistas, teatro. Puede ingresar, para ampliar su lectura a ARTE POÉTICA-ROSTROS Y VERSOS.



martes, 3 de octubre de 2023

María José Irigoyen

 

María José Irigoyen


María José Irigoyen (1995)

 

Nació en la Gran Sultana, Granada, Nicaragua.

Docente de Educación Media en el área de Lengua y Literatura Hispánicas, UNAN-Managua.

Amante empedernida de la Literatura, pero terriblemente apasionada por la poesía.

Sus temas se adornan de claroscuro, pues sus palabras seducen a la vida, pero también coquetea con la   muerte.

“La poesía de María José Irigoyen aborda temas plurisgnificativos con gran fuerza expresiva y diversos ejes temáticos. Recurre a una gama de recursos estilísticos dentro de los sistemas de significados poéticos. Asimismo, utiliza símbolos con gran sensibilidad, alcances insospechados e intencionalidad de los mecanismos unificadores. Ofrecemos una muestra de seis de sus poemas. MaJo es una de las nuevas voces de la poesía nicaragüense. 

Ha residido en Costa Rica. Es profesora y una gran animadora de la poesía sin fronteras. María José expresa que “La poesía ha venido en mi auxilio y subsisto de la idea de saberme libre en este arte que renueva, reconforta y modifica mi interior, modifica mi ser” (MaJo).

Nos complace esta fresca entrega poética de la poeta granadina, desde las generosas páginas de Odiseo en el Erebo, del gran poeta y humanista centroamericano André Cruchaga”.

 

         Lic. MIGUEL FAJARDO KOREA

Costa Rica

Octubre, 2023

 

 

MUERTE PERPETUA

 

A Francisco Ruiz Udiel

 

Aún en el ruido de la felicidad echo andar la vaga ilusión

de la prematura muerte

Deposito en el hueco descerebrado

la idea de alcanzar serenidad incinerada

 Al menos en el más aquí sigue igual como allá de triste

del lado de Creonte que espera en la barca atento de ver quién ahora montará

 

El fuego consumidor de ahora no es más que un simulacro de lo que está por venir

siento angustia y pena

aún en el ruido de la felicidad

aterrizadas son las horas en las que apenas existo

 Lo pienso siempre, estas piedras que llenan la cabeza hueca

no hacen más que pensar en ella

 

Puntos negros nublan mi vista y el fuego que apenas existe sigue siendo un simulacro

de la muerte perpetua.



CONTINUIDAD DE MIS SUEÑOS


Aquí vas a tocar el cuerpo como toca un ciego el sueño

CMR


 

Los muertos siempre han venido a mí.

 

Cada vez más grises y oscuros

 

pues tiraron las pieles por los bordes por un tubo negro de confusiones psiquis de turbias voces

que aún en día resuenan en sus ecos y que por horas alargan mis noches

 

 

¿Por qué pienso tanto en ellos?

 

¿Me escucharán allá del otro muro?

 

¿Sabrán Acaso mis intenciones?

 

¿Sabrán que no temo, así como ellos?

 

 

 

Mi alegría se hubiese dibujado grande en curvas carialegres

si mis manos hubiesen estrechado las suyas o al menos fumarnos un cigarrillo

 

 

 

tal vez escucharlos y no hablar. Me acongojan sus males.

No saben que transitan en el dolor de mis pesadillas revueltas sueños continuos que llegan

y me llevan a sus catacumbas donde la carne es desagradablemente

pesada y podrida.

 

Me siguen los suicidas, yo los dejo

 

Es probable que quieren que hable de ellos de los ecos que resuenan en este vacío

que me escuchan, por eso vienen siguen la ruta

del pájaro siempre volado

 

en la continuidad de mis sueños.

 

 

 

FUERZA ANIMAL

 

 

Me gusta verte humanista con tus perros y gatos dándote al mundo

con alma dulce y clara

 

Me gusta que te sientas sensible Ellos serían grandes espectadores mientras caemos en nuestras lunas Déjalos que en sus ojos se reflejen llamas armoniosas

que queden fijos

 

que ladren con nosotros que maúllen y tiemblen Déjalos mirar

a los cuerpos danzar

 

Campanas suenen, griten también que sientan que somos su naturaleza dicotomía y fuerza animal Salgamos a la Sabana

bosque con aroma a fruta madura

 

que sean las manzanas quienes nos muerdan

 

Muramos en ellos en tierras ajenas

a chorros a gritos Mueran los cuerpos en la metrópolis de esta ciudad

que sientan que somos fieras también Morimos en la compañía de ser nosotros mismos

encadenados al ritmo y rito del placer con la manta cuerpo

que nos cubra hasta el amanecer.

 

  

HUESOS SECOS

 

Reinvento el plano en el que estamos cayendo en la adicción de seducirte una y otra y otra vez

y si acaso una vez más Reinvento los lugares

esta vez propongo sean oscuros

 

uno donde los muertos están, así nos recordaremos hasta en el limbo con el refractario

bailoteando entre llamaradas como

 

lo hicimos en el sueño de una noche de verano

 

Sorprendeme que, de lo placentero, no me resisto Tenés prohibido seguir un mismo guion

Quitate el disfraz de santo, descalzate y movete impuro, vos con tu oscuridad en dimensión dejá a la trompeta llorar, derretí la indumentaria

perdé tu quejido de lamento, en otro más intenso y travieso quejate y sollozá del gusto que yo te acurrucaré en los pechos regazo de mi ser, claustro maternal, útero y refugio

Para que nunca sufrás más, al menos nunca de angustia

ni de ganas ni de pena

El rito nuestro serán estas tierras desmoronadas que se deslizan tranquilamente

para enlodarnos hasta el cuello

 

Esas ropas movedizas que se hunden y salen a poco

dentro de una fosa a la media noche Caldeando de este a oeste

aguados entre espinas y hojas secas talvez dolorosas

 

Mi anhelo es quedar fríos en el descanso eterno y vengan a nosotros de una vez

a terminar de sepultar estos restos que son ahora huesos secos.

 

 

EL PERFUME DE LA NOCHE

 

A Antonio Flores

 

 

Se me ha echado la noche encima y el aroma de tu perfume

se ha quedado en toda la habitación Desnuda, despavorida se abre la flor

Navego ante los deseos que me llevan, me arrastran y palpitan cada vez un nombre, un nombre que huele

Me respiro el oxígeno fragante de tu olor que encierran las paredes

La embriaguez de mis huesos mojados que buscan y te buscan como mimos en su palpar imaginario

Tirada entre telas con mi gargantilla puesta, quizás imitando alguna escultura griega retuerzo el vientre que previene el ciclón de espasmos exagerados

Y la migraña que ahora acecha en contra de y los ojos retorcidos por aquel sentir

y la boca temblorosa

 

los sonidos que maúllan entre mí Al menos los huesos saldrán a flote antes de que te vean venir.

 

EL JAPONÉS

 

Bajo el incesante abanico que rueda y rueda Veo al japonés apagar su lámpara blanca Signo de advertencia de irse a la cama

Con mi vestido rojo de escote ajustado salgo al encuentro de sábanas blancas

Unos labios bien marcados buscan los míos y se apertura un acto penetrante;

de ojos encendidos y bocas relucientes de lenguas serpientes

de manos ardientes

 

convertidos en donantes de sangre

 

Un corazón se apaga y una luz se enciende Es momento de abrir corriente

a la cúpula del Sekkusu

 

al delirio de la embriaguez carnal y banal

poseer sin poseer

 

Retorcidos aguantamos angustias en el vaivén por la época seca

 

El japonés inclina la cabeza hace un saludo magistral probando sediento

la sustancia prodigio

 

de la hermosa flor hirviente

 

En el vértigo de cabellos esparcidos por las sábanas agónicas habitaciones separadas, número 103 hijos desterrados de la noche

Nos parimos en el aroma sazonado de manos que se buscan a poca luz de llanto abrumado

detectados por la respiración lenta sin cesar sintiendo éste un mundo verdadero

un momento solitario, tan solo nuestro perdidos en gemidos que viven solo pocos Repitiendo el acto como dos religioso.



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