Agustín Ramón Serrano Santiesteban, Cuba
FANTASMAS
DEL SUEÑO
Acepto
la reverencia de los techos
el
golpe de los poemas que limpia la
memoria
Reconozco
la ausencia de tus huellas
el
silencio inocente de otros jóvenes
que
acechan la pelota entre las aguas
Estoy
perdido en la medianoche
mientras
mis manos deshacen pesadillas
y
el reloj anuncia la penitencia de las horas
Vuelvo
a los sitios que preguntan por mí
a
la calle donde aún vuelan los fantasmas
del sueño
No
puedo detenerme a contemplar
los recuerdos que pasan
Allá
lejos cantan los ausentes
he
avistado el fulgor de sus fiestas
pero
no bastan la palabra el olvido
la
acera donde riñen la alborada y la noche
Es
imposible atrapar este soplo de vida
esta
oculta sacudida del cuerpo
Torpemente
reconozco que llueve en los amaneceres
y
en cada pecho duerme la infancia agazapada.
POSTULADO
SOBRE LA AUSENCIA
Un
hombre no recuerda las veces
que lloró de niño
ni las causas
los
lugares comunes las peculiaridades
sólo
sabe que existe una cortina gris
una
distancia entre lo real y lo pasado
donde
persisten huellas que nunca encontrará
a
pesar de los augurios de la brisa
y
el permanente influjo de los sueños
Un
hombre va dejando sitios
inocencias
trajes
deshechos y pupilas rotas
No
existe el otro lado ni el silencio
sólo
la inmensa soledad de la vigilia
la
impostergable opción del laberinto.
TODA EL
AGUA DEL MUNDO
Ha pasado
un hombre que ignora
la lluvia
el jadeo
incesante del agua
entre las grietas
En el
imperio del retiro
donde
sobreviven los ausentes
el rumor
de la lluvia es un fantasma
un fuego
fatuo de la otredad que padecemos
Sólo los
niños reconocen que afuera llueve
que hay un
mundo que estalla entre
las nubes
cuando
pasa el relámpago rasgando
las cortinas de la tarde
Ha pasado
un hombre con los ojos cerrados
las manos
extendidas hacia las sombras
del abismo
ignorando
que un perro solitario
hace
añicos los breves espejos de la tierra
Sólo los
niños saben
que el
tren de la lluvia atraviesa ciudad
y otra vez
el relámpago y el trueno
cruzan por
nuestros rostros insensibles
mientras afuera
toda el agua del mundo
danza sobre las calles.
A
CORAZÓN ABIERTO
Te
dejo mi corazón
bajo
señales de humo.
Voy
a partir, no presumo
de
tener siempre razón.
Sólo
me queda una opción
y
tengo el tiempo preciso.
Vacilo,
estoy indeciso
y
aunque me toca partir,
no
sé cómo decidir
entre
infierno y paraíso.
Entre
infierno y paraíso
deja
el hombre sus mitades,
cuando
la fuerza del hades
rompe
el cerco del hechizo.
La
vida es un compromiso;
es
una prueba la vida,
que
nos juzga sin medida,
para
mal o para bien,
y
nos deja en el Edén
junto
a la fruta prohibida.
Junto
a la fruta prohibida
el
hombre elige un camino,
lanza
el arco del destino
relámpagos
a la herida.
Ha
llegado la partida;
adiós
sueño, adiós memoria,
nos
veremos en la gloria
si
acaso la gloria existe
o
en algún lugar más triste
del
mañana, en otra historia.
Del
mañana, en otra historia
alguien
buscará mi sombra,
este
dolor que me nombra
y
circuye como noria.
Tengo
que partir, la euforia
va
cediendo en cada paso.
Dejo
al menos: un abrazo,
un
hijo, un árbol, un nombre
y
la silueta de un hombre
ardiendo
sobre el ocaso.
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