Miguel Fajardo Korea
ARTÍCULO
ANÍBAL
RENI REVITALIZÓ EL IMAGINARIO GUANACASTECO
Lic. Miguel Fajardo Korea
Premio Nacional de Educación de Costa
Rica
(Guanacaste/Moravia) La
literatura guanacasteca escrita, va alcanzando, poco a poco, mayores
dimensiones. En ese sentido, señalo a diversos autores nacionales que han
validado a Guanacaste como tema: ANÍBAL
RENI, Hernán Elizondo, Constantino Láscaris, Joaquín Vargas Coto, José León
Sánchez, Joaquín Gutiérrez, Edelmira González, Rodolfo Dada, Mario Gätjens,
Miguel Salguero, Víctor Quirós, José Gamboa, Florentino Cruz, Miguel Ángel
Quesada, Juan Ortiz Guier, Carlos Cruz o
Juan Diego Castro, entre una honorable lista.
En
el cincuentenario de su deceso
(1966-2016), centraré este artículo en la figura del escritor alajuelense, Eulogio
Porras Ramírez (1895-1966), mejor conocido con el seudónimo ANÍBAL RENI, el cual formó Moisés Vincenzi, a
partir de los nombres de Annibale Carraci y Guido Reni, pintores boloñeses del
siglo XVII.
Aníbal Reni es un autor decisivo para conocer la
evolución de las letras de Guanacaste. En mis diversas investigaciones sobre
escritores y compositores guanacastecos, su nombre surge con frecuencia, pues
fue un eterno enamorado del acontecer integral de Guanacaste en los planos
culturales y humanos.
Sus
comentarios y artículos fueron muy puntuales para reconocer el trabajo de los
artistas de la pampa, abierta y sincera, que él advirtió. Aníbal Reni vivió y
trabajó en Guanacaste, como funcionario del Ministerio de Salubridad Pública –microscopista-,
durante la primera mitad del siglo anterior.
La producción literaria de Reni comprende sus
libros: “Serranías”, 1923; “Campiña huetar”, 1927; “Berilos”, 1930”, “SACANJUCHES”, 1936”, “Recados criollos”, 1944; “Arañitas de cristal”, 1967. El gran Luis
Ferrero Acosta (1930-2005) menciona tres obras de Aníbal Reni que no pudo localizar: “Cruz Monte” (novela),
“Pastizal maduro” (cuentos) y “Cuando el eco no vuelve” (poesía). Asimismo, se
le atribuye la autoría de varias canciones del repertorio artístico costarricense.
Sé que
existen diversos textos de opinión de Aníbal Reni sobre escritores,
compositores y temas valiosos de la realidad guanacasteca. Reni fue un
visionario y mantuvo un gran espíritu
humanista.
No es
nuestro interés, en esta oportunidad, realizar un análisis crítico de su obra,
sino mostrar su vigencia en la revitalización del imaginario guanacasteco en su
producción integral. Sin embargo, incluimos dos criterios analíticos sobre su
obra, donde destaca el cuentario “Sacanjuches” (1936), su libro más conocido,
publicado hace 80 años.
Luko Hilje Quirós señala en su artículo “Aníbal Reni, desde
la pampa guanacasteca”:
sin duda, fue Guanacaste el que
más lo marcó y del que aspiró los envolventes aromas de su tierra y su
vegetación, captó sus exagerados colores y sonidos, palpó su contrastante
naturaleza de alucinantes verdores o desoladoras sequías, y escuchó con genuino
afecto y atención el espontáneo y hondo palpitar de tantos humildes corazones
de origen chorotega, para convertir todas estas percepciones en poderosas e
imperecederas imágenes del mundo guanacasteco (Tribuna
democrática, San José, 22 de julio del 2008).
Las académicas Amanda Vargas
Corrales y Cristina Vargas Ramírez, en su ensayo crítico “La narración folclórica guanacasteca y lo mítico simbólico como
programadores sociales y vehículos identitarios en Sacanjuches de
Aníbal Reni” (2013) plantean que:
Los cuentos de Aníbal Reni, tomados de la tradición
guanacasteca, expresan más sobre lo mítico de lo que podríamos percibir al
llevar a cabo una lectura rápida de los relatos. Debemos recordar que, si bien
estos relatos se comprenden como cuentos, también se nutren de una variedad muy
amplia de voces, las cuales a través del tiempo y de las generaciones, han
moldeado muy diversos discursos. Lo importante aquí es notar cómo los elementos
del pensamiento mítico perviven aún en las narraciones y de qué manera dichos
elementos configuran una tradición nueva, que ha generado todo un corpus
folclórico en la región de Guanacaste.
(https://discursoytradicion.wordpress.com/...)
Nos
interesa, ahora, dar a conocer algunos textos de Reni, relacionados con sus percepciones
sobre Guanacaste. Por ejemplo, en su artículo “La música de Jesús Bonilla y la razón de su folklor”, incluido en
el libro “Jesús Bonilla…dimensiones”
(Fajardo y Gutiérrez, 2011: 239 pp.). En la p. 93 se señala:
Se ha dicho que el hombre y el paisaje se complementan conjugándose en un
todo anímico y estético. Que una puesta de sol tiene derivaciones musicales que
tan solo el espíritu fino de un compositor puede percibir e igualmente el aroma
de la floresta y además, involucrados en ella, los mil ruidos que suelen animarla. Ya sabemos que el hombre se mueve en el
ambiente contagiado por modo subjetivo y hurgado en lo más íntimo en su aspecto
emocional. Que tiene tristeza o tiene
alegría, que el tiempo es embrujado por el plenilunio o por la oscuridad, que
los vientos norteños le animan la fronda en juego con sus pesares o con sus
ilusiones, allí que, los opuestos, nacen unos de otros (Reni, ~ 1950).
En dicho
libro, incluimos la letra de dos
canciones escritas por Aníbal Reni: PAMPA (p.167) y Atardecer guanacasteco (pp.172-173); música de Jesús Bonilla. Dionisio
Cabal Antillón aduce: “Reconocemos al alajuelense Reni su fecunda incursión en el paisaje
social y natural del Guanacaste” (Áncora, La Nación, 19 de julio del 2015).
Guillermo
García Murillo en el libro “Mario Cañas… un artista guanacasteco”
(San José, 1977: 349 pp.) incluye dos comentarios de Aníbal Reni sobre Mario
Cañas donde expresa:
Su estilo musical contempla muy variadas
facetas y en todas ellas sabe triunfar sencillamente porque gusta. Un galopar lejano de potros que se acercan
poco a poco para perderse en el horizonte: soslayos y medios tonos en melodiosa
tristeza; a veces gritos de hombres que rasgan la quietud de la noche o alegres
sincopados que de pronto alteran el ritmo o invitan a alzar los brazos en alto
y lanzar al aire la copla (…)
Ana Victoria
Badilla expresa sobre “Pampa”, de Aníbal Reni:
Recuerdo la canción Pampa y pienso que, sin duda, don Aníbal Reni, autor de la letra de
dicha canción, fue divinamente inspirado para concebir y plasmar una
descripción tan perfecta del paisaje guanacasteco. Por su parte don Jesús
Bonilla, bajo un efecto similar, escribió la música de tan hermosa pieza,
creando en esa fusión una preciosa obra pictórica y musical (las notas
musicales transmiten colores). (Diario Extra, 4-8-2015).
Se transcribe
la letra de “Pampa”, una de las piezas más hermosas del repertorio musical
guanacasteco y sus respectivos pentagramas, los cuales se encuentran incluidos
en las pp. 223-225 del libro “Jesús Bonilla… dimensiones” (Fajardo
y Gutiérrez, 2011: 239).
Pampa
Letra: Aníbal Reni
Música: Jesús Bonilla
Letra: Aníbal Reni
Música: Jesús Bonilla
Sale el sol por la linda
llanura
bajo el cielo de limpio cristal
luce el bello amatista del roble
y el malinche de rojo coral.
bajo el cielo de limpio cristal
luce el bello amatista del roble
y el malinche de rojo coral.
¡Qué bonita se ve la colina!
más parece una perla del mar
que engarzada en la pampa bravía
una joya viniera a formar.
más parece una perla del mar
que engarzada en la pampa bravía
una joya viniera a formar.
¡Pampa, pampa! Te vio el sabanero
y ya nunca te puede olvidar;
en su potro se escapa ligero
tras el fiero novillo puntal.
y ya nunca te puede olvidar;
en su potro se escapa ligero
tras el fiero novillo puntal.
Luego viene la tarde divina
y el contorno se mira sangrar;
hay marimbas que treman lejanas
y la pampa se vuelve inmortal.
y el contorno se mira sangrar;
hay marimbas que treman lejanas
y la pampa se vuelve inmortal.
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