Miguel Fajardo Korea, Costa Rica
La
invaluable producción cultural de Carlos Arauz Ramos
Lic.
Miguel Fajardo Korea
Premio
Omar Dengo, Universidad Nacional de Costa Rica
(Correo de Costa Rica: minalusa-dra56@hotmail.com). La literatura costarricense
y la guanacasteca, en particular, registra un nombre de un trabajador de la
cultura sin horario. Él ha ido forjando
una sostenida producción intelectual a lo largo de muchísimos años, donde
recoge el quehacer de algunas de nuestras manifestaciones populares más
importantes. Nos referimos al Ing.
Carlos Enrique Arauz Ramos, quien nació el 11 de noviembre de 1947 y es oriundo
de Nicoya, Costa Rica.
En
su familia hay genes bien marcados dentro de las letras del Guanacaste Eterno,
entre ellos, su padre Pedro Arauz Aguilar. Carlos ha seguido esa línea
espiritual y ha ido extendiendo su interesante colección de títulos sobre los elementos más representativos de la
identidad guanacasteca.
Entre
su docena de obras sobresalen las siguientes: “La cofradía de la Virgen de Guadalupe”, 1996; “Mi lindo Guanacaste”, 1996; “Cornizuelo
y Güiscoyol”, 1999; “Cosas de
Guanacaste”, 2001; “Dichos y refranes
guanacastecos”, 2002; “Comidas y
bebidas guanacastecas”, 2002; “Nostalgia
sabanera”, 2003; “Guanacaste life and
cultura”, 2007; “Dichos y refranes
costarricenses”, 2010; “Mi linda
Costa Rica”, 2012; “Las brisas del
Morote”, 2012.
Dos de sus obras están
traducidas al inglés, una sobre Guanacaste y otra sobre Costa Rica, en busca de
lectores, cuyo idioma no sea el español. Varios de sus textos cuentan con dos o
tres ediciones, lo cual dice mucho de su aportación cultural, que trata de
redescubrir las más cernidas expresiones de la cultura popular, sea en el
tratamiento temático, o bien, en la recuperación de frases y expresiones de
nuestra habla popular, es decir: dichos, refranes, bombas, cuartetas y
retahílas. Igualmente, en lo
relacionado con el arte culinario, trátese de comidas o bebidas típicas de la
zona.
Una de las facetas más
reconocidas del Ing. Carlos Arauz Ramos es su gran preocupación lingüística, en
su pronunciado empeño por recuperar parte del acervo léxico regional para las
más nuevas generaciones. “Mi lindo Guanacaste” es un diccionario de citas,
términos y expresiones de nuestra tierra sabanera, que debemos consultar con
frecuencia, en aras de conocer nuestra
identidad léxica.
En esa línea se inscribe, además, su
“Cornizuelo y Güiscoyol”, 1999, un enjundioso texto de 240 páginas, donde Arauz
Ramos incluye 80 artículos con “Las vainas y cuestiones de don Crescencio
Aguirre Rosales”, personaje muy popular que ha proyectado desde las páginas del
periódico ANEXIÓN, que dirige el destacado periodista José Manuel Peña Namoyure, quien expresa en el prólogo: “simbolizan lo punzante, lo incómodo y lo
jodido de unas cavilaciones, pensamientos que, en su mayoría, quieren hacer
despertar en las autoridades, en los políticos y en la conciencia de la gente
en general, aquella necesidad de hacer las cosas cada día correctamente,
respetándonos y ayudándonos unos a otros en la búsqueda siempre de la mayor
armonía posible” (p. 9).
Su próximo libro, “Los
escritos de don Crescencio”, recogerá sus entregas periodísticas,
publicadas en “Anexión”, desde 1999 hasta el 2013. En ambas obras se podrá dimensionar, sin
duda, su aportación lexical al español de Guanacaste, en sus más insospechados
giros semánticos y tonos de expresión discursiva.
Destaco, en la intensa y
extensa producción literaria y cultural del Ing. Carlos Arauz Ramos, su
identificación raigal, toda vez que, en la mayoría de sus títulos, aparece la relación
con su tierra natal -“Heimatlieteratur”-, dirían los alemanes.
Don Carlos es Ingeniero
Agrónomo, especialista en Economía Agrícola. Creo, sin ninguna duda, que de esa
vinculación nace, como sostiene el periodista Sergio Araya Duarte: “Su gran amor por la tierra
que lo vio nacer y su perenne faena dedicada siempre al hombre de campo, a sus
angustias, a sus pesares, a sus tuerces, a sus alegrías, fueron la piedra de
toque que cultivó sus ansias literarias, en medio de la lucha por el
mantenimiento de las costumbres criollas, de las tradiciones lindas y de los
valores y resabios ancestrales de nuestra tierra amada”.
Es importante destacar que
dos de sus libros están traducidos al inglés.
Es una manera de ampliar horizontes y perspectivas e, igualmente, de
encontrar lectores de otras latitudes.
El influjo turístico internacional es una de las vertientes económicas
del Guanacaste de hoy y la cultura no puede pasar inadvertida de esa coyuntura.
De ahí, entonces, la edición bilingüe de sus dos textos “Guanacaste life and
cultura” y My pretty Costa Rica”. Son
las dimensiones, tanto regional como nacional.
En el curso “Arte y cultura popular”, que impartiré
en el II ciclo de este año en la Universidad Nacional, emplearé como fuentes
bibliográficas sus libros, donde escribe sobre el habla popular, con sus
registros léxicos en relación con los dichos, refranes, bombas, retahílas, así
como frases y expresiones de nuestra habla popular. Sus tres textos serán una inestimable fuente
de consulta para las investigaciones de los universitarios guanacastecos.
De hecho, utilizo el
periódico “Anexión” como material de apoyo didáctico desde hace doce años,
tanto en el Liceo Laboratorio de Liberia, en la Universidad Nacional o en mis
conferencias con estudiantes, educadores o escritores y he logrado constatar
que la página de Carlos Arauz es una de las más buscadas, por su vivo interés en
redescubrir los acentos vernáculos. Carlos sostiene que uno de sus fines con
esa recuperación es “otro esfuerzo destinado a contribuir a la
preservación del portentoso patrimonio cultural guanacasteco”.
Destaco dos de sus libros
de ensayo. Una de las obras posee un alto interés cultural “La cofradía de nuestra señorita Virgen de
Guadalupe” –con tres ediciones: 1996, 2003 y 2011-. Es, sin duda, uno
de sus textos más intensos, cuya lectura he disfrutado plenamente y que nos pone
en sintonía con el quehacer de una de
las tradiciones religiosas más acendradas en el espíritu identitario del alma nicoyana-guanacasteca.
¡Cómo se aprende al leer este singular libro del Ing. Arauz Ramos!
El otro texto, muy sobrio
en su abordaje histórico, “Las brisas del Morote” (2012), cuya
presentación editorial se realizó en el Campus Nicoya de la Universidad
Nacional. En él, Arauz Ramos rinde tributo humano e histórico a Juan Pablo
Ramos Fleita (1881-1965), uno de los patriotas cubanos que acompañó al General
Antonio Maceo (1845-1896) durante su arribo a La Mansión de Maceo / La Mansión
de Nicoya.
Es importante el libro de
Carlos Enrique, toda vez que aporta e
inscribe el tema de la cubanía en las letras de Guanacaste. De igual modo, el
periodista Armando Vargas Araya ha realizado intensas investigaciones sobre el
quehacer del General Antonio Maceo en Guanacaste (1891-1895), con el
establecimiento de su colonia agrícola internacional y sus mambises. La Sede
Regional Chorotega de la Universidad Nacional ha creado la “Cátedra Antonio
Maceo”, como una manera de redimesionar su figura y aportaciones.
“Las brisas del Morote”,
de Carlos Enrique es un texto muy bien documentado, donde registra el tránsito vital
de su abuelo Juan Pablo Ramos Fleita. Es
un texto que incluye la reseña biográfica del homenajeado y apuntes históricos
sobre la colonia cubana. Paralelamente,
incorpora el tema de la cubanidad en La Mansión. El libro contiene fotografías, mapas, cartas,
documentos históricos. No tengo la menor
duda de que el libro de ensayo de Carlos Enrique significa un gran aporte para
comprender el tema de la cubanidad en Guanacaste, que data desde 1890, pero que
apenas empieza a ser redescubierto. -Véase en mi libro “Son tras palabras”
(2013), el poema sobre “Antonio Maceo,
campamento mambí” (pp.14-19)-.
“Nostalgia sabanera” es un
título muy expresivo, aunque nostálgico, donde leemos los versos cimarrones de
Crecencio Aguirre Rosales –el personaje campesino que ha construido
literariamente. Es el otro yo del
escritor-. La contracubierta del poemario precisa: “Los aires del llano, esos aromas dulcitos que cunden los campos, son
esos aromas sabaneros que traen los jicotes y mariolas, esas abejitas criollas
que con sus mieles gatas cristalinas, impregnan suavemente el recuerdo y la
nostalgia pura de las cosas simples y sencillas de la vida”. En libro es
una especie de “dossier” con temas decisivos y agradable expresividad poética.
No conocí personalmente al
Ing. Arauz Ramos hasta el sábado 23 de marzo del 2012, cuando asistió a mi
recital poético en el Festival
Internacional de las Artes (FIA) en La Sabana, San José. Ahí departimos con
muchos amigos guanacastecos, quienes llegaron a escuchar mi participación
cultural.
Posteriormente, nos
reencontramos en la festividad de La Pica de leña, en Nicoya, en
noviembre del 2012. Ese día participamos,
junto con su esposa y el Lic. Mario Esquivel Tovar, en el programa radiofónico del
sistema cultural, dirigido por el artista Nago de Nicoya. Intercambiamos libros
y, desde ahí, se ha afianzado nuestra relación cultural. Desde aquí, agradezco
la mediación del ensayista, Lic. Mario Esquivel Tovar, en el proceso de la intensa experiencia
cultural con la identidad en Nicoya.
Este segundo ciclo
académico intentaré traerlo a la Sede
Regional Chorotega de la Universidad Nacional –que celebra su 40 aniversario-
para que pueda compartir con mis estudiantes del curso “Arte y cultura popular”.
Estoy seguro de que podremos escuchar su intenso bagaje cultural acumulado
durante tantas investigaciones, experiencias y lecturas.
Este suscinto acercamiento
con la obra literaria del Ing. Carlos Enrique Arauz Ramos es un homenaje a su
extraordinario aporte cultural. A su
línea honesta de recuperación de las más nobles y bellas tradiciones del pueblo
guanacasteco. A su aportación desde
múltiples perspectivas, en aras de revalidar la vigencia e importancia del
quehacer regional, sin falsas poses, ni como postalistas turísticas banales,
como sucede en otros casos.
Su trabajo en diversas
facetas juntan un solo norte: conocernos y redescubrirnos, porque nadie
defiende lo que no conoce. Y Carlos
Enrique sabe y muy bien, la pertinencia de sus trabajos, la validez de sus
investigaciones, la necesidad de estar al tanto de ellas y darlas a conocer a
un público mayor, para reforzar las líneas identitarias de la Guanacastequidad,
o bien, el fortalecimiento de la autenticidad guanacasteca, con base en la
pluma y el pensamiento de uno de sus hijos más comprometidos con el devenir honesto
del Guanacaste eterno.
A don Carlos Arauz,
nuestro reconocimiento por su invaluable tarea de gestor y promotor cultural
sin cargos públicos de la oficialidad.
Su trabajo, estimado artista, apenas empieza. De su compromiso esperamos mayores frutos,
para que todos podamos aprender a reconocernos, con su producción intensa, a lo
largo y ancho de la geografía llanera de la vida que nos corresponde defender.
Lic. Miguel Fajardo Korea
minalusa-dra56@hotmail.com
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