Fotografía: Ana María Veas González
Éstas ya no son mis manos, son Tus manos .Siembra con ellas
las diferentes tierras del mundo. Poco me reportaron sino la llaga
con la que he cruzado hacia Ti .Qué descanso morir
para que Tú vivas en mí. Que resplandor me sigue y me penetra, Tú.
Cómo se cierran mis heridas que dejaron los borboteantes anhelos,
los sueños clavantes, las ansias imposibles, el loco desear del hombre.
Todo laceraba mi envoltura, mi capa raída arrastrando ciudades.
Quería ser otra según los sueños de otro sueño y en esos vapores
mi alma debatiéndose. Hasta No Ser sino que Tú Seas
en esta cáscara errante y tajeada que me resta. Que llené de horados
expuesta a la guerra que se libra en los días. Ahora soy la hermana de piares
porque Tu Paz me desborda. Tengo la docilidad del agua pequeña
y me escurro por Tus Manos. Al fin soy Nadie y Tú eres el Cristo.
Oh sale por mis ojos. Que al verme te vean.
Que al llegar, llegues, y al enfermo sanes con mis viejas aspas.
Vayas en mis huellas. Y esta lámpara que soy
esté siempre llena de Tu Luz.
ANA MARIA VEAS GONZALEZ
26 de septiembre de 2008
17:25
_______________________SALMO
Éstas ya no son mis manos, son Tus manos .Siembra con ellas
las diferentes tierras del mundo. Poco me reportaron sino la llaga
con la que he cruzado hacia Ti .Qué descanso morir
para que Tú vivas en mí. Que resplandor me sigue y me penetra, Tú.
Cómo se cierran mis heridas que dejaron los borboteantes anhelos,
los sueños clavantes, las ansias imposibles, el loco desear del hombre.
Todo laceraba mi envoltura, mi capa raída arrastrando ciudades.
Quería ser otra según los sueños de otro sueño y en esos vapores
mi alma debatiéndose. Hasta No Ser sino que Tú Seas
en esta cáscara errante y tajeada que me resta. Que llené de horados
expuesta a la guerra que se libra en los días. Ahora soy la hermana de piares
porque Tu Paz me desborda. Tengo la docilidad del agua pequeña
y me escurro por Tus Manos. Al fin soy Nadie y Tú eres el Cristo.
Oh sale por mis ojos. Que al verme te vean.
Que al llegar, llegues, y al enfermo sanes con mis viejas aspas.
Vayas en mis huellas. Y esta lámpara que soy
esté siempre llena de Tu Luz.
ANA MARIA VEAS GONZALEZ
26 de septiembre de 2008
17:25
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